Funciones psicológicas y localizaciones cerebrales: aspectos positivos y negativos de las lesiones (efecto paradójico)

El análisis de los aspectos "positivos" y "negativos" de las lesiones: Es importante analizar el hecho de que en muchas alteraciones no sólo se pierde la capacidad relacionada con el área comprometida por la lesión, sino que en muchos casos esas zonas podrían ejercer control sobre otras regiones que, en el período postmórbido, puede perderse, como es el caso de la inhibición (Jackson ya habría planteado esto años atrás). Este tipo de efectos "paradójicos" obligan al neuropsicólogo a lidiar no con efectos negativos de la lesión, sino con consecuencias positivas. Algunos casos descritos recientemente muestran, por ejemplo, pacientes con demencias que nunca habían demostrado habilidad artística y que, junto a la demencia asociada con una degeneración en los lóbulos frontales, empiezan a desarrollar habilidades creativas (Millery Cummings, 1998). Aparentemente, estas lesiones en los lóbulos frontales permitieron desinhibir capacidades artísiticas antes controladas por estas regiones. Otro caso famoso de este tipo de efectos paradójicos, es el de un hombre de un poco más de cincuenta años, que empezó a desarrollar una demencia y, paralelamente a la enfermedad, dejó su trabajo y se dedicó a tomar fotografías en medio de peligrosas escenas en la guerra. Su lesión le "permitió" perder la sensación de peligro y la necesidad de control, llevándolo a tomar impresionantes fotografías en situaciones en las que nadie más se atrevería. Esta desinhibición, ocasionada por un trastorno en el lóbulo frontal, le ayudó, pues, a convertirse en un importante fotógrafo.
Hay también casos en los que el efecto paradójico se presenta por formación y/o extirpación de tumores, como el caso de una paciente que había desarrollado un tumor benigno en los lóbulos frontales, encargados entre otras del control del comportamiento, y que paulatinamente comenzó a desinhibir sus actuaciones, convirtiéndose en una mujer grosera, supremante permisiva, que no controlaba el comportamiento de sus hijas en lo más mínimo, permitiéndoles, más o menos, hacer lo que querían. Una vez extirpado el meningioma, la mujer recuperó su capacidad crítica y de control, y nuevamente volvió a reprimir a sus hijas, a manejar su vocabulario, etc. En relación con la evolución del lenguaje, hay autores que han hecho un paralelo con la explicación de niveles superpuestos y han propuesto, por ejemplo, un desarrollo jerárquico en el que al principio sólo hay una utilización afectiva, luego un uso lúdico, progresivamente se adquiere una capacidad práctica, luego representativa y, finalmente, un uso dialéctico. De este modo, estos esquemas permiten incluso entender operaciones tan complejas como el uso del lenguaje, bajo un esquema conceptual en el que los niveles son cada vez más complejos, menos específicos (Ombredane, 1951).