La Gestalt, neurosis como evitación del contacto

La neurosis como evitación del contacto.
Siempre repetimos la misma situación, siempre hacemos contacto con lo mismo y esta gestalt fija es la condena de las neurosis.
Nos encontramos estancos en y sobre un punto sobre el que giramos sin posibilidad de experimentar nada nuevo. Hay una evitación del contacto que no es selectiva, que es inconsciente. En este sentido la neurosis sería una actitud fóbica en cuanto que evitación del contacto.
El proceso terapéutico consistiría así en el establecimiento de un buen contacto. Si pasa a integrarse como parte constitutiva del argumento de nuestra vida entonces no hay contacto, no hay cambio. Durante la relación terapéutica continuamente la persona en consulta nos busca atraer a su «terreno» para así incorporarlo a lo conocido; actividad esta que se realiza en forma inconsciente, pues es la forma como el paciente ha articulado el mundo para poder sobrevivir.
En este sentido no cumplimos con las expectativas del consultante sino que por el contrario nos diferenciamos del rol que nos quiere imponer y de ahí que se configure una situación totalmente nueva.
Las defensas siempre se mantienen como una evitación del contacto consigo mismo a los efectos de evitar el dolor de esa experiencia subjetiva. Podemos hacer contacto: con nosotros mismos (nivel intrapsíquico), con el otro (nivel interpersonal); y/o con el medio (nivel ambiental).
El ser en el mundo del neurótico hace que este se sienta como en una cárcel. Hay una falta de contacto con lo nuevo, razón por la cual no crece y tiene la sensación de estar condenado a que todo sea por siempre igual, sin cambio, rutinario. La neurosis es su identidad; no es su única manera de ser en el mundo, pero es vivenciada como si lo fuera. Hay una intencionalidad no consciente de mantenernos igual, dentro de ciertos límites; de no perder nuestra identidad.