Hábitos, hábitos manuales

Hábitos manuales
Cuanto más alto nos remontamos en la escala evolutiva, tanto más depende el organismo de la conducta aprendida.
A pesar de su estado indefenso, el niño se transformará en un ser sin par en todo el reino animal. Tres sistemas de hábitos lo diferenciarán definitivamente:
-hábitos viscerales o emocionales

-hábitos laríngeos o verbales

– hábitos manuales

La masa de estímulos del interior del cuerpo constituye la otra parte del ambiente de cada hombre.
Ni siquiera durante el sueño el organismo se halla resguardado de la estimulación, ni jamás se encuentra inmóvil.
La única persona adaptada es la persona muerta. El organismo no puede estar "adaptado" por un período mayor que el equivalente a un punto matemático.
Adaptación: es el instante en que el individuo, merced a su acción, ha vencido un estímulo o ha salido de la esfera de acción del mismo. Para lograrlo debe formar hábitos.
Si, al encontrarse nuevamente en una situación vivida, logra resultados con más rapidez y menos movimientos, ha aprendido y formado un hábito.
Hábito: es una integración cada vez más elevada de reacciones. Elementos casi siempre nuevos que se condicionan de tal manera que se unen y funcionan como una respuesta nueva de mayor complejidad.
Los movimientos no relacionados con el aspecto en cuestión se van eliminando.
Alcanzar es el hábito manual básico del niño.
La base de la resolución de un problema son las leyes de frecuencia y novedad, por las cuales perdura sólo un movimiento y los demás se eliminan. Ejemplo: Un niño debe abrir una caja presionando un botón de madera, en la cual hay caramelos, los mismos sólo le serán dados si logra dar con la respuesta correcta.
El reflejo condicionado es la unidad constituyente de la totalidad del hábito.
La sociedad y los accidentes ambientales disponen series según un cierto orden.