Historia PSY: Acerca de dos intentos fallidos de creación de la Facultad de Psicología en la UBA, antes del retorno a la democracia

Acerca de dos intentos fallidos de creación de la Facultad de Psicología en la UBA, antes del retorno a la democracia

DARÍO BRUNO

 

Resumen: El presente artículo da cuenta de dos intentos fallidos de creación de la Facultad de Psicología que, con pocos días de distancia, se propusieron en el año 1976. El primero de ellos durante la intervención universitaria del gobierno de María Estela Martínez de Perón, el segundo durante los primeros días del llamado Proceso de Reorganización Nacional. Ambos intentos quedaron truncos, sin embargo y con similares argumentos expresaron el daño que la separación de la Carrera de Psicología de la Facultad de Filosofía y Letras había obrado sobre la misma.

 

El 1º de Julio de 1974 falleció el General Perón y su viuda y vicepresidenta María Estela Martínez de Perón asumió la presidencia de la Nación. Para José Luis Romero la presidenta no tenía ni la capacidad ni la autoridad que ostentaba el anciano presidente, lo que agudizó los conflictos de la época (Romero, 1965). El poder fue delegado, entonces a quien había sido el secretario privado de Perón y luego Ministro de Bienestar Social, José López Rega “a quien se sindicaba como el poder oculto del gobierno, organizó grupos clandestinos dedicados a asesinar dirigentes opositores, muchos de los cuales eran activistas sindicales e intelectuales disidentes, no enrolados en las organizaciones guerrilleras” (Romero, 1965, p. 171).

 

Al mes siguiente de la asunción de Martínez de Perón, se dispuso la intervención de la Universidad de Buenos Aires con representantes de la derecha peronista que clausuraron los centros de estudiantes y las sedes de las facultades por varios meses, separando de sus cargos a estudiantes y profesores vinculados con el peronismo revolucionario (Urrutia & Tejera, 2012). Al frente del Ministerio de Cultura y Educación, reemplazando a Jorge Taiana,  fue nombrado el 14 de agosto de 1974 Oscar Ivanissevich un antiguo colaborador de Perón que había estado al frente de este Ministerio entre 1948 y 1950. “Su objetivo explícito era “eliminar el desorden” en la Universidad y producir su depuración ideológica, tal como rezaba el “documento reservado” del Consejo Superior del PJ” (Izaguirre, 2011, p. 291). Ivanissevich designó el 17 de Septiembre de 1974 a Alberto Ottalagano, un declarado admirador del fascismo -autor en 1983 del libro Soy fascista ¿y qué?-, como Rector interventor en la Universidad de Buenos Aires, el cual nombró como Decano de la Facultad de Filosofía y Letras al sacerdote le frevbrista Raúl Sánchez Abelenda el 14 de noviembre. Las Facultades se encontraban al momento cerradas y Ottalagano las reabre el 21 de septiembre “con excepción de Filosofía y Letras, Exactas y Arquitectura, que continuarán cerradas” (Izaguirre, 2011, p. 300). El nuevo Rector-interventor dura 100 días en el cargo, sin embargo, para nuestra casa de estudios esos 100 días tendrían serias consecuencias.

 

El 27 de Noviembre de 1974 a pocos días de la reapertura de las clases el Expediente Nº 34.756 separó la Carrera de Psicología, junto a las de  Sociología y Ciencias de la Educación de la Facultad de Filosofía y Letras haciéndolas depender directamente del Rectorado de la universidad. En los “Vistos” los argumentos esgrimidos hacían notar que el 70% de los estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras lo eran de estas tres carreras y que las mismas poseían una “heterogeneidad epistémica y metodológica en relación con la naturaleza humanística de las carreras arquetípicas y tradicionales” de la Facultad. En los “Considerandos” se remarcaba la necesidad de reordenar los estudios ya que esta heterogeneidad  -entre las carreras psico-sociales y las carreras humanísticas- no permitía el ejercicio y cimiento de su desarrollo académico por lo que era necesario “reestructurar el núcleo de los estudios humanísticos y jerarquizar el núcleo de los estudios psico-sociales” (Expediente Nº 34.756/74). En realidad la intención de Ottalagano era la de separar a los estudiantes para evitarse conflictos. Al separar las Carreras y dividir geográficamente sus sedes el movimiento estudiantil quedaría, a su entender, debilitado.

 

Ottalagano dejó el cargo el 26 de diciembre de 1974 y lo continuó como Rector Normalizador Julio Lyonnet. El 27 de agosto de 1975  a Lyonnet lo seguiría en el cargo el Dr. Eduardo Mangiante quien se mantuvo en funciones hasta el 12 de febrero de 1976.

 

Destacamos aquí que la legislación vigente en esos años (Ley Nacional Nº 17.132 sobre la “Regulación del ejercicio dela Medicina, odontología y actividades de colaboración” en la que se designaba a los psicólogos como auxiliares de la medicina pudiendo actuar sólo bajo control de un profesional médico) había sido reglamentada por el gobierno de facto de 1967. En ella como indica Rosa Falcone (1997) se atacaba el ideal social de los Psicólogos de la generación de los `60 y se dañó la legitimación de la profesión al reglamentar su actividad como auxiliares de la medicina. “Seguirán a estos acontecimientos largos años de silencio y de lucha a la espera de la sanción de la tan ansiada Ley 23.277 de 1985, conjuntamente con el regreso a la democracia.” (Falcone, 1997, p.78)

 

En enero de 1976 el Delegado Normalizador de la Carrera de Psicología Dr. Guido Longoni, esposo de Haydée Frizzi, una historiadora amiga de Eva Duarte de Perón, elevó al Rector Normalizador dela Universidadde Buenos Aires un proyecto de resolución para la creación dela Facultad de Psicología.

 

Longoni inició los considerandos con una breve historia dela Psicología en Argentina ponderando ciertos hitos como las creaciones del Laboratorio de Psicología Experimental y del Instituto de Psicología en la Facultad de Filosofía y Letras, la creación de la carrera en 1957 y la separación de la misma de dicha Facultad en 1974. Asimismo  la propuesta subrayaba las necesidades de una Facultad de Psicología en tanto requeriría de “Laboratorios y Gabinetes de Tests Mentales, de Psicodiagnóstico, de Orientación Vocacional y Profesional, de Psicopedagogía, de Selección Profesional, de Prevención, de Orientación Psicológica, de Psicología Clínica, de Orientación Penal y Correccional, de Acción Psicológica, de Psicología Experimental y Psicoestadística” (Expediente Nº 250.016). Longoni aducía que además de la carencia de estructura Académica y Administrativa de la Carrera, la falta de Laboratorios y Gabinetes y que la Facultad de Filosofía y Letras “no cuenta, ni puede contar con los elementos necesarios para realizar dichos estudios”, la Universidad de Buenos Aires no disponía de “una Facultad o Unidad Académica adecuada para la implementación de los mismos” (Expediente Nº 250.016/76). A su vez, en los extensos considerandos Longoni expresaba que el Poder Ejecutivo Nacional había autorizado la creación de Facultades o Escuelas Superiores de Psicología en otras Universidades del país y que, sin embargo, en los últimos años la Universidad de Buenos Aires careció de prácticas en la formación de Psicólogos produciendo “graves daños a la población” al realizar sus primeras experiencias sin “el control, la formación y la conducción de docentes experimentados” (Expediente Nº 250.016). A su vez proponía “la departamentalización de las asignaturas a fin de poder implementar la enseñanza teórica y práctica básica anteriormente referida” (Expediente Nº 250.016).

 

Es importante aclarar que para 1974 y según la resolución que separó la Carrera de Psicología de la Facultad de Filosofía y Letras la cantidad de alumnos de dicha Facultad era de 54.411 de los cuales el 70% pertenecían a las Carreras de Psicología, Sociología y Ciencias dela Educación (Res. Nº 260/74). Longoni actualizaría estos números indicando que “luego de un año de interrupción” de la carrera en 1975 el número de estudiantes había descendido a 9.000 elevándose nuevamente en 1976 a 15.000. Para Longoni este caudal de alumnos ponía a la Carrera de Psicología al mismo nivel, en cantidad de estudiantes, que las Facultades de Filosofía y Letras, Ingeniería, Arquitectura y Urbanismo, Derecho y Ciencias Exactas y Naturales y por encima  de las Facultades de Farmacia y Bioquímica, Agronomía, Veterinaria y Odontología.

 

En resumen, no eran solamente éstos los motivos por los que Longoni creyó necesaria la creación de la Facultad de Psicología. Según adujo, la carrera se encontraba en esa época en una situación inusual al depender directamente del Rectorado, careciendo de un “ordenamiento legal” para su buen funcionamiento académico y administrativo e incumpliendo la Ley 20.654 (Ley Orgánica de las Universidades Nacionales sancionada el 14 de marzo de 1974) que requería el llamado al concurso de cátedras.

 

Por último entendemos  importante destacar un elemento que hasta el momento parecía olvidado en las regulaciones de la carrera: el doctorado. Según Longoni para emitir el título de Doctor era necesario contar con la estructura de una Facultad y más teniendo en cuenta que era “elevado el número de alumnos inscriptos en el doctorado de Psicología (…) algunos de los cuales ya han presentado sus tesis y reclaman la regularización de su situación” (Expediente Nº 250.016/76).

 

Encontramos que este expediente fue el primer intento de creación de la Facultad de Psicología pero no el último. Pocos meses después, el 24 de marzo de 1976 se iniciará una de las páginas más oscuras de nuestra historia, sin embargo, aunque parezca mentira el impulso de Longoni no se extinguió sino que resurgió de manos, nada menos, que de un Capitán de Corbeta.

 

El presidente de facto, el teniente general Jorge R. Videla dispuso que las universidades quedaran bajo el control del Poder Ejecutivo Nacional y se dictaminó la potestad del presidente para la designación de rectores y decanos (Rodriguez, 2014).

 

A cinco días del golpe, el 29 de marzo de 1976 “se publicó una resolución que ordenaba el cese en sus funciones de los rectores, Consejos y demás cuerpos colegiados directivos. Se designaron “delegados militares” o “interventores” al frente de las 26 Universidades Nacionales” (Rodríguez, 2014, p.140). Ese mismo día asumiría como Ministro de Educación Ricardo Pedro Bruera, un profesor de la Universidad Nacional del Litoral con una clara tendencia conservadora.

 

Estos delegados militares cumplieron funciones en casi la totalidad de los estratos directivos de la Universidad de Buenos Aires. Según Laura Rodriguez (2014) la Universidad de Buenos Aires fue la que más rectores tuvo durante el gobierno de facto, comenzando por el Capitán de Navío Edmundo E. Said (de marzo a agosto de 1976).

 

“A poco de asumir, el ministro Bruera hizo circular el documento “Sistema Nacional de Enseñanza Superior” donde explicaba cuáles serían los principales lineamientos de la política universitaria. Allí se proponía la desaparición de tres carreras (Sociología, Psicología y Antropología) para convertirlas en carreras de posgrado” (Rodriguez, 2014, p.148)

 

La propuesta de Bruera de convertir en posgrado a la carrera de Psicología no fue aceptada por los delegados de la misma por lo que en junio de 1976 el Capitán de Corbeta Ricardo H. Aumann en su función de Delegado Militar, eleva al delegado Said una Nota en la cual solicita la creación de la Facultad de Psicología.

 

En esta nota, Aumann realizaría un breve recorrido, claramente inspirado en el texto de Longoni,  comenzando con la enseñanza pionera de la Psicología en la Universidad de Buenos Aires, la creación de la Carrera en 1957 y su separación de la Facultad de Filosofía y Letras en 1974 y reconocía que “no se puede negar que de sus aulas han egresado profesionales y docentes capaces y útiles a la sociedad”.

 

Luego de apelar a que la supuesta deficiencia de la enseñanza en la UBA se debió “a la creación de dieciocho Facultades de Psicología tanto privadas como nacionales” (Nota Aumann), enunciaría que fueron “la infiltración”, las “desviaciones de algunos de sus egresados”, el “desorden” y la “captación” los responsables de las críticas dirigidas a la Carrera. Aumann expresaba que estos “peligros” no se solucionarían sin una estructura orgánica, personal de planta, presupuesto  y material de enseñanza. Lo contrario sería “negar una realidad mundial” y dotarla con “buenos planes de estudios, aulas adecuadas en número y capacidad, gabinetes de investigación, etc.” sería el “mejor remedio contra la subversión”.

 

En este punto de la nota vemos como Aumann se refiere en forma expresa a la propuesta de Bruera de llevar al posgrado a la Carrera de Psicología oponiéndose bajo el pretexto de que la UBA, de esta forma “quedará descolocada y el alumnado optará por emigrar a otras Casas donde obtenga lo que aquí se niega” y a su vez si así fuera el caso “esa debería ser una medida de orden nacional que abarque también a las Universidades privadas”, para no dejar vulnerable a la Universidad de Buenos Aires frente a las propuestas privadas.

 

El proyecto de Aumann que incluía un cambio curricular, mayores recursos humanos y materiales se inspiraba, aunque con distanciamientos, de la propuesta de Longoni. Aumann aclararía que no compartía la totalidad de los considerandos de Longoni, inclusive agregaría que “todo ello, en su caso será materia de necesarios ajustes” sin embargo, en lo esencial, “la idea” era convertir la Carrera de Psicología en Facultad de Psicología y en ese punto su opinión era coincidente “con la solución propugnada por el ex Delegado Normalizador Dr. Guido A. Longoni”.

 

Ricardo Aumann se retiraría de la fuerza en 1990 con el grado de Capitán de Navío.

 

Reflexiones Finales

 

Los 100 días de gestión de Ottalagano fueron funestos para la Universidad en general y para la Carrera de Psicología en particular. En este artículo nos hemos limitado a señalar algunas de las consecuencias de la separación de la Facultad sin extendernos a los actos más aberrantes del período. Las consecuencias de la medida de Ottalagano fue polémica a tal punto que, durante el año 1976 y en el transcurso de pocos meses de distancia, dos representantes de la derecha conservadora, uno perteneciente a la derecha peronista durante el acceso al poder de la Triple A y el otro, un ignoto Capitán de Corbeta y delegado militar del gobierno de facto entienden necesaria la creación de la Facultad de Psicología como una exigencia imperiosa, una realidad que, a estos personajes les resultaba evidente y que solo podrá verse implementada con una intención completamente diferente en el regreso de la democracia. Ya sea en el intento de Ottalagano como en la propuesta de Bruera observamos la intención de disolver o suprimir la Carrera de Psicología de la UBA y sólo con el advenimiento de la democracia podrá constituirse como Facultad, una Unidad Académica referente en Latinoamérica.

 

Bibliografía

 

Falcone, R. (1997). Historia de una Ley: El ejercicio profesional de la psicología  (23.277) y sus antecedentes. En Rossi, Lucía A. y colaboradores (1997) La Psicología antes de la profesión. El desafío de ayer: instituir las prácticas, Bs. As. Edit. Eudeba, Cap. II, p.65-78

Izaguirre, I. (Junio de 2011). La Universidad y el Estado terrorista. La Misión Ivanissevich. Conflicto Social (4), 287 – 303.

Rodriguez, L. (18 de agosto de 2014). La Universidad Argentina durante la última dictadura: actitudes y trayectorias de los rectores civiles (1976-1983). Revista Binacional Brasil Argentina: DiáLogo Entre As Ciências. Obtenido de Revista Binacional Brasil Argentina: DiáLogo Entre As Ciências: http://periodicos.uesb.br/index.php/rbba/article/view/2763/2687

Romero, J. L. (1965). Breve historia de la Argentina. Buenos Aires; Eudeba.

Urrutia, J. & Tejera, M. (2012). El profesorado de Psicología en la UBA. Un análisis de sus planes de estudios entre 1957 y 1976. V Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XIX Jornadas de Investigación VIII Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR (págs. 287 – 291). Buenos Aires: Facultad de Psicología – Universidad de Buenos Aires.

Expedientes y Notas citadas

 

Expediente Nº 34.756/74. Resolución (C.S.) Nº 260/74

Expediente Nº 250.016/76

Nota del Delegado Militar Capitán de Corbeta Ricardo Aumann al Sr. Delegado Militar en la Universidad de Buenos Aires Capitán de Navío Edmundo Said.

FUENTE: Revista Electrónica de la Facultad de Psicología – UBA (AÑO 5 – NÚMERO 16 – SEPTIEMBRE 2015)