Comunicaciones: LA “IMAGEN VIRTUAL”. NUEVAS FORMAS DE SOCIABILIDAD DE LOS JÓVENES DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES EN FACEBOOK.

COMUNICACIONES.

LA “IMAGEN VIRTUAL”. NUEVAS FORMAS DE SOCIABILIDAD DE LOS JÓVENES DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES EN FACEBOOK.
Magdalena Felice
María Valeria García Delgado

Introducción
La cada vez más fácil accesibilidad por parte de los jóvenes de los sectores medios a Internet y su creciente participación en las redes sociales, en donde cada uno puede realizar a medida la “imagen virtual” con la que quiere presentarse, abre un nuevo panorama de sociabilidad. En esta ponencia nos interesa indagar la importancia que estos jóvenes otorgan a las redes sociales en su vida cotidiana, la significación que conforma su participación en las mismas y las innovaciones en términos de sociabilidad, considerando tanto las fotografías como los comentarios y el Chat en Facebook.
Empleamos un diseño de investigación cualitativo de tipo exploratorio y descriptivo, haciendo uso de la entrevista semi-estructurada como técnica de relevamiento. Esta primera etapa del trabajo de campo consistió en la realización de entrevistas a jóvenes de 21 a 29 años pertenecientes a sectores medios y residentes en la Ciudad de Buenos Aires, según la técnica de bola de nieve.
A lo largo del trabajo de campo y consonancia con los hallazgos de Igarza (2009), hemos notado que Facebook se abre con el objetivo simultáneo de desconectarse del mundo real (el trabajo, el estudio, las obligaciones) y conectarse con el espacio virtual que ofrece diversión. Al igual que la televisión, e incluso compartiendo cada vez más su rol, se torna un elemento de recreación y dispersión en el medio de las tareas que se realizan cotidianamente. Ese entretenimiento está a su vez ligado al interés que tienen los jóvenes en sumar adeptos ya que el entretenimiento será mayor o menor en función de los contactos que se tenga y de la posibilidad misma de estar “en contacto con los contactos”. Entonces, tanto con fines lúdicos como con fines utilitarios, Facebook, como toda red social, funciona básicamente para relacionarse, y estar en contacto con las personas conocidas o conocidas de conocidos. Así también, brinda la oportunidad de conocer personas nuevas, particularmente con intenciones de conquista y seducción, como también de reencontrarse con personas con las que no se ven hace tiempo. No obstante, estos “nuevos contactos” tienden siempre a formar parte de un círculo de desconocidos- conocidos por lo que nunca llegan a ser completos extraños.
Asimismo, Facebook ocupa un lugar importante en la rutina del usuario cuando prende su computadora; siguiendo una especie de ritual, se lo abre junto con el mail para “revisar”, “chequear”, “echar un vistazo” a lo que pasa por allí. Facebook se recorre y se lee como si se tratase de un diario, buscando actualizaciones y notificaciones recientes pero esta vez de gente que se encuentra dentro de un círculo de conocidos. Del mismo modo que con el diario, en lugar de leer todas las notas (es decir, de entrar a todos los perfiles), se concentran en aquellas notificaciones que han salido en la primera plana (es decir, en la página de inicio); generalmente, no se entra a perfiles prefijados de ante mano.
A continuación, abordaremos entonces los usos de Facebook a partir de la íntima relación que se establece entre la posibilidad que ofrece este espacio virtual de diseñar la propia imagen y la generación, reafirmación y/o continuación de los vínculos sociales.

Sociabilidad virtual
La pregunta que nos surge entonces es: ¿Por qué se construyen las relaciones a través de un medio virtual? Creemos que uno de los factores principales es el brindar la posibilidad de estar en contacto, en un contexto caracterizado por la aceleración de los tiempos en donde se necesita que todo sea inmediato, instantáneo y veloz. En el caso de los jóvenes entrevistados notamos que suelen trabajar y estudiar, teniendo varias obligaciones a la vez que los interpelan a dedicarle a las relaciones afectivas un tiempo también veloz. La presión temporal de las personas en la vida moderna es cada vez más intensa por la cantidad de actividades a realizar, como Giddens (1994) entiende, una de las consecuencias de la modernidad es la presión del tiempo y las herramientas virtuales aumentan la presión temporal.
La utilización del muro en Facebook cumple una función clave ya que es el lugar donde los usuarios pueden postear sus comentarios a cada uno de sus contactos a la vez que pueden ser vistos por todos los demás. Funciona como una vidriera en donde se pueden subir desde saludos de cumpleaños, links, videos o música para compartir y que luego sean comentados. En este juego de intercambio existen diferentes intensidades en la participación; están los usuarios más activos, que son los que más generan este tipo de acciones; aquellos que simplemente se limiten a responder comentarios de otros; y quienes tienen un rol más pasivo. El interés de estos últimos no reside tanto en la propia presentación, en el diseño de su propia “imagen virtual” sino más bien, en la observación de las vidas ajenas en un juego de espionaje “detrás de la cerradura”, en la oscuridad y la invisibilidad.
La forma de sociabilidad que encontramos en Facebook se genera al compartir un comentario y tener una respuesta positiva del otro lado, dado que a esa otra persona también “le gusta” o le pasa lo mismo, generando temas de conversación, y de interés en común, al compartir una afinidad momentánea. Facebook posibilita abreviar un comentario con solo clikear un «me gusta», siendo un código que se ha hecho convencional entre los usuarios, permitiendo marcar una presencia, una aprobación sin escribir nada en particular. Se generan códigos compartidos por parte del grupo al que se pertenece; al mostrar sus gustos e intereses en la red, los entrevistados muestran sus elecciones públicamente, construyendo una identificación en común.
Cuando se publica un comentario se esta esperando una respuesta de los otros contactos implícitamente. Podemos suponer que es el juego mismo de la interacción el que se busca, la sociabilidad como un fin en sí mismo, en términos de Simmel (2002). Se busca ser reconocido y tener un interlocutor al escribir. Sin embargo no todo es simple sociabilidad en sí misma, encontramos también que se generan contactos para conseguir fines específicos; por ejemplo, la publicación de servicios que se ofrecen, ventas de productos, difundir causas sociales o políticas y contactarse por cuestiones laborales, es decir, sirve para generar contactos en sentido de capital social.
El estar conectado en Facebook implica estar disponible en caso de que surja algún evento como también sirve para estar informado de la vida del otro, generando una sensación de cercanía virtual, incluso con aquellos contactos que no se ven por años. Los contactos de cada usuario son de una amplitud tal, de manera que podemos encontrarnos desde personas muy cercanas a “desconocidos” que provienen del círculo de contactos al que se pertenece. Podemos ver diferentes tipos de relación según quien sea el contacto. Por un lado, el contacto puede ser un “vínculo cercano” (amigos, compañeros de la universidad, trabajo o familiares) en donde se da en general una comunicación más intensa, es decir, son las relaciones con quienes se postean más frecuentemente; por otro lado, se dan las relaciones con vínculos lejanos que cumplen la función de “conservar un contacto”; por lo general son personas que no se ven hace tiempo pero con las que en algún momento se compartió alguna actividad (por ejemplo, amigos de viaje, ex-compañeros de colegio, entre otros). La red facilita entonces poder seguir en contacto a pesar de las distancias producidos por el tiempo o por el espacio; así, no solo se mantienen relaciones, o se crean nuevas, sino que también logra que muchos vínculos del pasado se retomen. Otros tipos de relaciones son las que se generan al agregar contactos porque son “amigos de amigos”, incluso el mismo sitio sugiere las posibles personas que se pueden llegar a conocer en función de los contactos que se tienen en común. Estos contactos que surgen en el espacio virtual tienen muchas veces como principal finalidad la conquista y la seducción. En este sentido, Facebook parece cumplir un rol central a la hora de conectar a quienes se están conociendo.
En la sociabilidad virtual de Facebook encontramos no solo diferentes tipos de relación sino también diferentes tipos de intensidades en el uso. Van a estar los usos más activos que son cuando más posteos se generan; los usos moderados cuando simplemente se limitan a responder los comentarios de otros; y los usos pasivos en donde el interés de estos últimos no reside tanto en la propia presentación, sino más bien en la observación de las vidas ajenas manteniéndose en la invisibilidad.
Es importante resaltar que los vínculos cercanos de Facebook, aquellos con los cuales se relacionan más frecuentemente, son también cercanos en la vida real, existiendo una correlación entre la vida offline y la vida online. Mientras que con los contactos más lejanos se realiza por lo general la práctica de espionaje: se observan los perfiles y muros sin dejar rastros. Pero las diferentes intensidades en el uso y los tipos de relaciones se entremezclan por lo que podríamos encontrar a un usuario que tenga un uso pasivo de Facebook en general, mirando la vida de otros sin comentar nada, o que únicamente tenga un uso más activo con los vínculos cercanos exclusivamente; o podríamos encontrar otro usuario que sea un generador de contenidos asiduo para todos sus contactos.
Encontramos en este medio, diferencias de género en la utilidad que los entrevistados le asignan. Desde la perspectiva femenina, la vida personal más íntima no se incrementa en el espacio virtual. Según ellas, Facebook no facilita esas relaciones porque se comunican igualmente por otros medios. Notamos que la diferencia de género se encuentra en que los varones se comunican más por el chat y los mensajes internos con sus propios amigos para generar salidas, dado que permite mayor distancia que el teléfono que pareciera ser más utilizado por las mujeres para contactarse con sus relaciones afectivas. De todas las formas, en la medida que Facebook ofrece el beneficio de comunicarse sin un gasto extra tiende muchas veces a suplantar la conversación telefónica. Al mismo tiempo, al posibilitar una mayor cantidad de contactos y más instrumentos de comunicación suele remplazar al MSN.
Si bien tanto mujeres como varones encuentran un espacio de seducción, son más los varones quienes agregan mujeres en pos de una salida; tal vez porque en cuanto a la cuestión de agregarse en Facebook, aún imperan algunos roles de género más tradicionales que tornan legítimo este comportamiento en los varones pero no en las mujeres. Es decir, todavía quedan resabios de prejuicios en la búsqueda de pareja mediante Internet realizada por las mujeres.
Como consecuencia de la mayor cantidad de contactos y la desinhibición a través del chat, Facebook aumenta las posibilidades de seducción y conquista, es un espacio informal en donde se realizan conversaciones con quienes probablemente en la vida real no se expondrían. Asimismo, por este medio se pueden conocer nuevas personas sin la necesidad de tener un encuentro cara a cara; incluso, algunos entrevistados manifestaron que permite saber de antemano si se quiere continuar la relación y pasar al ámbito en encuentros presenciales.
En otros casos funciona como mediador de personas que si bien se conocieron casualmente en la vida cotidiana, no se volverían a relacionar de otro modo si no se admitieran como contactos virtuales. De esta manera las personas pueden acercarse sin poner el cuerpo, sin exponerse, multiplicando las posibilidades de generar una afinidad para encontrar pareja, quitando de esta forma las inhibiciones de acercarse al otro desconocido. Siguiendo a Bauman (2009), se intentan establecer “relaciones de bolsillo”, es decir, relaciones que se pueden sacar en caso de necesidad pero que también pueden volver a sepultarse en las profundidades del bolsillo cuando ya no son necesarias. En este sentido, se tornan relaciones de fácil acceso y salida, que no involucran grandes compromisos, según este autor, estas relaciones son la encarnación de lo instantáneo y descartable.
Ahora bien, no todos son beneficios en Facebook para los usuarios ya que también notamos que se pueden generar malos entendidos. Al ser un medio escrito y público a la vez, se suben o postean cosas que comprometen al otro y que no siempre fueron autorizadas.
Como explicamos, esta red nos permite saber los gustos del otro, sus preferencias, los lazos cercanos, facilitando y agilizando la seducción, pero la imagen virtual con la que se presentan hombres y mujeres puede ser prefabricada; esa construcción y edición de la imagen es vista por los entrevistados como una desventaja a la hora de conocer a alguien realmente ya que muchas veces las fotos diseñadas pueden llevar a confusiones y engaños en tanto las imágenes no siempre son expresiones fieles de la persona y estos artilugios o modos de presentar la imagen virtual, pueden decaer en cuanto se conoce a la otra persona en la vida real.

Imagen virtual
Teniendo presente el concepto de “presentación de la persona en la vida cotidiana” de Goffman (1981), consideramos que el perfil de Facebook es para los usuarios su carta de presentación, una portada de la persona que se diseña, se edita y se construye según lo que se quiere mostrar. En términos de Goffman (1981), se trata de un control del “front”, de un trabajo sobre la fachada.
En este sentido, Facebook funciona como una mascara social que brinda información sobre su dueño. El perfil, en tanto imagen visible de lo que uno es, asume un valor fundamental en la formación del yo y adquiere el carácter de “objeto de diseño” plausible de ser moldeado. El yo se torna así visible ante las miradas ajenas, siendo esa misma visibilidad lo que lo constituye como tal.
Observando el perfil se puede conocer uno de los mejores aspectos elegidos por la persona, es decir, se conoce parte de lo que esa persona hace en el mundo offline ya que en la practica existe un costado que no se quiere mostrar a los otros. En este sentido, lo que aparece en el mundo virtual es el “mundo socialmente mostrable”, que para algunos será mas amplio que para otros.
“Lo mostrable” es aquello sobre lo cual uno siente la legitimidad de hacerlo positivo: los rasgos negativos no se muestran. El mandato que parece imperar en Facebook es tener fotos en las que “se salió bien”, generalmente definido como “salir lindo/linda”. Las fotos que son “verdaderas”, “cotidianas” y no se ven lindos/lindas se prefiere no exponer.
Entonces, ¿qué conocemos del otro? El yo visible, nice, polite, afable, sociable. El “otro yo” no entra aquí. La pregunta que surge y que se encuentra ligada con el factor edad es: ¿Cuales son los niveles de “mostrabiliad” que cada persona tiene?
A través de las fotos que se suben, el modo de escribir, el contenido de los posteos, aquello que “le gusta”, los grupos a los que se une, cómo firma y dónde firma, se construye la “imagen virtual” que se quiere mostrar y se brinda información rápida y fácil sobre sí mismo. El postear una nota de un diario implica al mismo tiempo compartir un interés y asumir una postura seleccionada, diseñándose así la propia exposición.
No obstante, tal como dijimos previamente, aquello que uno ve es más bien la intención comunicativa del otro; no sólo accedemos a la información del otro sino también a aquello que quiere mostrar y comunicar. Tal como lo postula Goffman (1981), existe una intención cuando la persona construye su front, hay un control de ese “front” (frente) y en el mismo movimiento, del back (atrás), es decir, de aquello que queda por detrás, que no se quiere mostrar. El control de la fachada incluye entonces esos dos momentos: lo presente y lo ausente.
Asimismo, la conocida y generalizada tendencia voyeurista puede llevar a que los usuarios restrinjan las fotos que suben y los “amigos” que se hacen ya que pueden ser motivos de discusión y conflictos en la pareja.
Las fotos expresan así no solo la apariencia física sino también el habitus de la persona: sus gustos, sus practicas, su circulo de pares, el ambiente por el que se mueve; permite ver a la personas en otros contextos diferentes al que se comparte en la vida real De este modo, se obtiene información sin necesidad de preguntarle directamente a la persona. Por lo tanto, a través de Facebook se penetra en las vidas ajenas y se hacen supuestos sobre la persona contribuyendo al proceso de “etiquetamiento”. En este sentido, la mirada en Facebook no es inocente pues se trata más bien de una mirada crítica y evaluativa sobre la imagen de los otros. Desde este punto de vista, podemos decir que quien se expone sabe que implícitamente será juzgado impersonalmente, es decir, por cualquiera que tenga acceso a su perfil.
Según Sibilia (2008), la expansión de las pantallas, ya sea de la computadora, del televisor, del celular o de la cámara de fotos, expanden el campo de la visibilidad, contribuyendo al proceso de construcción de cada uno como una subjetividad alterdirigida. “La profusión de pantallas multiplica al infinito las posibilidades de exhibirse ante las miradas ajenas para, de ese modo, volverse un yo visible”. (Sibilia, 2008: 130). El signo característico de Facebook reside justamente en ofrecer un espacio para hacerse visible ante los otros, una especie de galería o vidriera en la que cada uno se expone y se constituye en esa misma exposición. En este sentido, en Facebook se desarrolla un juego de atracción pero no destinada tanto a alguien en particular sino más bien a todos en general. Un imperativo categórico parecería recorrer a este medio virtual: la compulsiva búsqueda de la impersonal atracción.
De este modo, controlar la propia imagen, diseñarla y editarla se torna central; como consecuencia, la posibilidad que tienen los contactos de “etiquetar” en fotos se percibe como una desventaja en tanto otorga a otros la posibilidad de participar del diseño de la propia imagen, quitándoles el control de aquello que se expone y aparece. Vale decir, como consecuencia del etiquetamiento, la exposición está muchas veces fuera del control del usuario y su perfil, en tanto carta de presentación frente a los otros, es también diseñado por otros.

Facebook: entre la sociabilidad y la imagen virtual
Creemos que el uso intensivo que realizan los jóvenes de Facebook debe ser entendido en el marco de una sociedad caracterizada por la fragilidad de los vínculos y la aceleración de los tiempos. Los individuos buscan la maximización de beneficios y la satisfacción de necesidades en el menor tiempo posible; Facebook parece responder eficazmente a estos deseos en tanto ofrece la posibilidad de mantener el contacto más allá del espacio físico y los tiempos.
Al estar las relaciones mediadas por una imagen editada, a diferencia de los encuentros presenciales, en Facebook la exposición está controlada por el propio individuo favoreciendo de ese modo la desinhibición y contribuyendo a la ampliación de las relaciones. Esto se produce principalmente en el plano de la conquista.
Los perfiles, el compartir imágenes, notas y eventos, van definiendo la “imagen virtual” del usuario y constituyen medios para generar el lazo con el otro; en este sentido, esa “imagen virtual” es muchas veces el puntapié inicial para la sociabilidad virtual.
Para aparecer y ser visto en Facebook se requiere llamar la atención y para ello “hacer algo” es imprescindible ya que sólo aparecen en la página de inicio aquellos que comentaron una foto, subieron un álbum, un video y/o link, escribieron un pensamiento, firmaron en un muro o se hicieron “amigos” nuevos. Quienes realizan alguna de estas actividades tienen un rol activo y son aquellos que “figuran” y “aparecen”. Pero no es el único modo de usar Facebook ya que están también aquellos usuarios pasivos que prefieren observar más que aparecer. Por lo tanto, no necesariamente quien tiene Facebook se expone o debe hacerlo ya que no realizando actividades y manteniendo un rol pasivo, se puede pasar desapercibido.
Facebook puede estar orientado a dos grandes usos que hemos denominado: “uso lúdico” y “uso utilitarista”; vale remarcar que esta separación es analítica dado que en la práctica se confunden y se combinan. El primero, refiere al Facebook en tanto fuente de dispersión y entretenimiento por sí mismo; siguiendo a Simmel (2002), decimos que en tanto especie de juego, Facebook tiene sus propias reglas, sus códigos y es un fin en sí mismo pues el interés en participar reside en su propia dinámica. Por el contrario, el segundo uso, da cuenta del Facebook como un “medio para” conseguir trabajo, promocionar actividades sociales, políticas y/o productos que se venden, buscar pareja, entre otros.
Las relaciones que se van constituyendo en Facebook no son azarosas dado que tienden a responder a las afinidades en común respecto a gustos intereses, actividades que están, a su vez, enmarcadas en determinado grupo social. De esta manera la lista de contactos tiende a responden a circulo de pertenencia de la vida offline aún cuando se amplía el mismo ya que siempre se hace bajo ciertos límites. Facebook funciona así como un “pequeño pueblo” en el que están todos los “conocidos” aunque ampliando las posibilidades de encontrarlos y conversar sin necesidad de exponer el cuerpo.

Bibliografía
Bauman, Z. (2009) Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. Buenos Aires: Fondo de la Cultura Económica.
Giddens, A. (1994) Consecuencias de la Modernidad. Madrid: Alianza Editorial.
Goffman, E. (1981) La presentación de la persona en la vida cotidiana. Buenos Aires: Amorrortu.
Igarza, R. (2009) Burbujas de Ocio. Buenos Aires: La Crujía
Sibilia, P. (2008) La intimidad como espectáculo. Buenos Aires, Fondo de la Cultura Económica.
Simmel, G. (2002) Cuestiones fundamentales de sociología. Barcelona: Gedisa.
Urresti, M. y otros (2008) Ciberculturas juveniles. Los jóvenes, sus prácticas y sus representaciones en la era de Internet. Buenos Aires: La Crujía.

Fuente: Sujetos, miradas, prácticas y discursos. Segundo Encuentro sobre Juventud, Medios e Industrias Culturales
coordinado por María Gabriela Palazzo y Pedro Arturo Gómez. – 1a ed. – Tucumán : Universidad Nacional de Tucumán. Facultad de Filosofía y Letras. Inst. de Investigaciones Lingüísticas y Literarias. , 2013. E-Book.