INVESTIGACIONES: Memoria y emociones en los niños

Memoria y emociones en los niños

ELIANA RUETTI, IVANA SOLEDAD ORTEGA, MERY HERNÁNDEZ Y JUAN MARTÍN GONZÁLEZ

La vida de las personas está influenciada por las experiencias que atraviesan. La memoria codifica esa información, la almacena y permite evocarla para que pueda ser utilizada en el futuro. De esta forma, las experiencias de un momento determinado pueden afectar la conducta en una situación posterior, y eso es posible gracias a la integración de las memorias. Específicamente, la memoria emocional puede definirse como el resultado del almacenamiento de la información que estuvo acompañada por factores muy estresantes o activantes, a través de los cuales pudo haberse fijado con más facilidad (Bermúdez-Rattoni & Prado-Alcalá, 2001). Se trata de una memoria de largo término sobre información con contenido emocional, positivo o negativo. Hay evidencia de que las memorias emocionales pueden mantenerse consistentemente, inclusive después de muchos años (Kvavilashvili, Mirani, Schlagman, Foley & Kornbrot, 2009). De manera que las emociones con las que se procesan los eventos funcionarían como un sistema de filtro, seleccionando los hechos que van a ser guardados en la memoria de forma más duradera (Rodríguez, Schafé & LeDoux, 2004).

Diferencias individuales: emociones, temperamento y ambiente

Múltiples investigaciones señalan que la cognición y la emoción representan componentes inseparables del proceso de desarrollo (Bell & Wolfe, 2004). Al examinar la memoria de los niños en relación con una amplia gama de experiencias se puede comprender la forma en que las diferencias individuales y sociales interactúan con determinados recuerdos de experiencias tanto emocionales (positivas o negativas) como triviales o neutras (Cordon et al., 2013). Más específicamente, existe una robusta interacción entre la memoria y las emociones con las cuales se procesan los eventos. Los eventos emocionales se recuerdan mejor que los más triviales (Christianson, 1992). Por ejemplo, se recuerda con precisión un accidente de la infancia, pero es poco probable que se recuerde la cena de hace una semana. Sin embargo, no siempre es clara la dirección en la cual se produce este efecto diferencial.

Diversos factores tanto individuales como ambientales modulan la memoria de sucesos emocionales. Por ejemplo, la edad es uno de los factores que regulan la memoria en los niños, ya que existen marcadas diferencias con respecto a la cantidad de información que los niños de distintas edades recuerdan, y a la exactitud con que lo hacen (Goodman et al., 1994; Merritt et al., 1994; Salmon, Precio & Pereira, 2002).

Blair (2002) sugirió que probablemente la cognición y la emoción se integran durante la etapa escolar. Más específicamente, la edad preescolar es una etapa del desarrollo que se relaciona con un cambio fundamental que atraviesan la mayoría de los niños en su escolarización, que es el pasaje del jardín de infantes a la escuela primaria. Esta transición constituye un momento importante en el desarrollo, ya que viene acompañada por cambios y demandas tanto internas (individuales) —exigencias emocionales, físicas e intelectuales relacionadas con la adquisición de las diversas habilidades académicas (Graziano et al., 2007)— como externas (socioambientales), a las que los niños deben adaptarse.

Otro factor que regula la memoria en niños preescolares se relaciona con las emociones que acompañan a los sucesos. Las experiencias emocionalmente significativas que ocurren durante la infancia pueden retenerse y recordarse por períodos de tiempo significativos (Cordon et al., 2003). Channell y Barth (2013) demostraron que la relación entre el conocimiento emocional y la memoria no se puede explicar simplemente a través de factores madurativos, sino que las diferencias individuales también desempeñan un papel importante sobre la modulación de la memoria. Estos autores encontraron que la exactitud de los recuerdos sobre la información emocional estaba significativamente relacionada con el conocimiento emocional que los niños poseían (Channell & Barth, 2013).

Por otro lado, las condiciones ambientales y, en particular, los factores sociodemográficos también afectan el desempeño de los niños durante tareas de aprendizaje y memoria. Sin embargo, son escasos los trabajos que plantean la relación entre los factores socioambientales y el desarrollo de la memoria emocional en los niños.

En resumen, se necesita un abordaje que incluya diferentes niveles de análisis (cognitivo, emocional y ambiental) para comprender los procesos involucrados en el desarrollo de la memoria y el aprendizaje en los niños.

Comentarios finales y futuras perspectivas

La infancia es un momento evolutivo en el cual suceden los cambios más importantes a nivel de desarrollo neurocognitivo y socioemocional, de manera que puede considerarse un período clave para el establecimiento de funciones y comportamientos. Uno de los puntos claves de este desarrollo durante la infancia es la relación entre los factores emocionales y cognitivos de los niños. En la memoria emocional estos dos aspectos (cognición y emoción) se encuentran interrelacionados, ya que permite el estudio de ambas variables en forma conjunta. La infancia es un período en el cual esta relación se halla presente (Wolfe & Bell, 2007), sobre todo por el papel que las emociones ejercen sobre el aprendizaje y la memoria en los contextos educativos (Channell & Barth, 2013).

Algunas preguntas que aún quedan sin resolver y hacia donde está orientado nuestro trabajo de investigación son: ¿Cómo se desarrolla en los niños la memoria de la información con contenido emocional? ¿Los niños recuerdan en forma diferencial los sucesos emocionales y los neutros? ¿Cómo es la evolución de estos procesos de memoria a lo largo del tiempo? ¿Los recuerdos dependen del tipo de emoción que provoquen los sucesos? ¿Existe algún sesgo en función de las emociones positivas o negativas que esos eventos producen? El análisis de estas preguntas va a permitir delimitar los efectos de factores individuales y socioambientales sobre la memoria en los niños en edad preescolar. De esta manera, estudiaremos los mecanismos que modulan el desarrollo de la memoria emocional en la temprana infancia, para poder identificar distintos factores de vulnerabilidad tanto en el contexto familiar y social, como en el área de la salud y la educación. El desafío está planteado.

Referencias bibliográficas

BERMÚDEZ-RATTONI, F. & Prado-Alcalá, R.A. (2001). Memoria. ¿En dónde está y cómo se forma? México: Editorial Trillas.

BLAIR, I.V. (2002). The malleability of automatic stereotypes and prejudice. Personality and Social Psychology Review, 6(3), 242-261.

CHANNELL, M.M. & BARTH, J.M. (2013). Individual differences in preschoolers’ emotion content memory: The role of emotion knowledge. Journal of Experimental Child Psychology, 115, 552–561.

CORDON, I.M., MELINDER, A.M.D., GOODMAN, G.S. & EDELSTEIN, R.S. (2013). Children’s and adults’ memory for emotional pictures: Examining age-related patterns using the Developmental Affective Photo System. Journal of Experimental Child Psychology, 114, 339–356.

GRAZIANO, M.S.A. & AFLALO, T.N. (2007). Mapping behavioral repertoire onto the cortex. Neuron, 56(2), 239 –251.

KVAVILASHVILI, L., MESSER, D. J., & EBDON, P. (2001). Prospective memory in children: The effects of age and task interruption. Developmental Psychology, 37, 418–430.

MERRITT, K. A., ORNSTEIN, P. A., & SPICKER, B. (1994). Children’s memory for a salient medical procedure: Implications for testimony. Pediatrics, 94, 17−23.

SALMON, K., PRICE, M. & PEREIRA, J.K. (2002). Factors associated with young children’s long-term recall of an invasive medical procedure: A preliminary investigation. Journal of Developmental and Behavioral Pediatrics, 23, 347−352.

WOLFE, C.D. & BELL, M.A. (2007). The integration of cognition and emotion during infancy and early childhood: Regulatory processes associated with the development of working memory. Brain and Cognition, 65, 3–13.

Eliana Ruetti. Doctora en Psicología (Universidad Nacional de Córdoba). Investigadora Adjunta de CONICET. Auxiliar de Trabajos Prácticos Regular por Concurso de Metodología de la Investigación Psicológica, Fac. de Psicología, UBA. Directora del proyecto Ubacyt: Memoria Emocional. Papel de las Emociones sobre los Recuerdos en Niños y Adultos.

Ivana Ortega. Estudiante de grado de Psicología, Fac. de Psicología, UBA. Becaria Ubacyt en el tema: Emoción y Cognición: Factores moduladores del aprendizaje y la memoria.

Mery Hernández. Lic. en Ciencias de la Educación, Universidad de los Andes (ULA), Venezuela. Tesista de la Maestría en Psicología Cognitiva y Aprendizaje, FLACSO, Argentina. Tema: Memoria emocional en niños preescolares.

Juan Martín González. Estudiante de grado de Psicología, Fac. de Psicología, UBA. Beca Ubacyt en el tema: Memoria y emociones en niños: Importancia de las diferencias individuales y socio-ambientales (pendiente de evaluación).

Fuente: Revista Electrónica de la Facultad de Psicología – UBA (02 de Julio de 2015)