Investigaciones. Partidos al medio: el lugar de los hijos en las separaciones controvertidas

Partidos al medio: el lugar de los hijos en las separaciones controvertidas

Natalia Vega   

La particular violencia característica de las separaciones y divorcios controvertidos infiltra el espacio íntimo familiar y lo excede para desplegarse en los ámbitos escolar, judicial y hasta mediático, exponiendo de manera obscena las consecuencias de una progresiva degradación de un vínculo en el que el amor ha mutado al odio.

Medea, célebre tragedia de Eurípides, ha trascendido la cultura Griega antigua para arribar a esta nueva era y transmitirnos, de un modo aleccionador, una problemática universal que atraviesa los tiempos: las estremecedoras consecuencias que tienen en los hijos las separaciones controvertidas de los padres. El desencadenamiento del odio, expresión de la pulsión de muerte desligada de Eros, convoca a Até, el error fatal para los griegos, que sobrevuela a la pareja y sus descendientes para dar paso al desenlace irreversible de la tragedia.

Los divorcios controvertidos adquieren una dimensión trágica por las graves consecuencias subjetivas y psicosomáticas: traumas y secuelas que suelen recaer sobre los hijos y transmitirse a las siguientes generaciones como un estigma que da cuenta de lo eterno del odio más allá del amor.

En la clínica con niños, adolescentes y familias hemos podido comprobar que la violencia desplegada por los padres, retorna en los hijos y su descendencia para ponerse de manifiesto bajo diversas modalidades de sufrimiento, síntomas gravosos que dan cuenta de la repetición del fracaso de los padres, de su carencia de recursos para afrontar de un modo saludablemente adulto los conflictos de pareja y la imposibilidad de elaborar duelos ante las pérdidas amorosas y separaciones.

Cuando el amor deja de ser la argamasa que une a la pareja, el odio se postula como garante de la unión indisoluble de los partenaires, “hasta que la muerte los separe.” Esa muerte puede ser precisamente en lo real la muerte de los hijos, muerte por asesinato o accidentes fatales. También la muerte simbólica, en tanto en los divorcios controvertidos, un considerable número de progenitores deja de vincularse con sus hijos, no siempre por impedimento del partenaire. La autora y psicoanalista Piera Aulagnier afirmaba que la relación de odio que une a una pareja porta escenas que son mortíferas para la constitución del psiquismo del hijo, testigo de un deseo inconciente de asesinato que no se concreta pero que sí se vuelve contra su subjetividad.

El licenciado Néstor Córdova sostiene que la locura de una confrontación que no cesa, la ausencia afectiva o el alejamiento real, posiciona a los niños, niñas y adolescentes, en los casos más graves, en el lugar de objeto sacrificial de sus progenitores. Los hijos e hijas sometidos a estos conflictos de la pareja sufren las consecuencias de un “proceso de desparentalización”, es decir, la pérdida parcial o definitiva y total de las necesarias funciones parentales de sostén, contención y acompañamiento, entre otras.

Una encuesta entre adolescentes y jóvenes

El equipo del Observatorio para la Adolescencia, Programa de Extensión de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires dirigido por el Lic. Néstor Carlos Córdova, trabaja para investigar, identificar y conceptualizar las características saludables y problemáticas actuales de los procesos de constitución psíquica y subjetivación en adolescentes, enlazados con  los procesos y funciones parentales y neoparentales, en el contexto social y cultural epocal.

Este equipo, conformado por docentes y estudiantes de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, ha creado, aplicado y evaluado una encuesta sobre  “Adolescencia, Familia, Vínculos y Sexualidad” en la que explora estos temas entre 400 adolescentes y jóvenes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la zona sur del Gran Buenos Aires.

En uno de los ejes de esta encuesta se indaga sobre la cantidad de adolescentes y jóvenes cuyos padres están separados. Dentro de esta muestra se exploran las siguientes cuestiones: el modo subjetivo en que vivieron esas separaciones; el porcentaje de separaciones conflictivas sin lograr acuerdos; el número de adolescentes que luego de estas separaciones han perdido el  vínculo con alguno de sus progenitores y finalmente si alguno de sus progenitores lo obstaculizó.

De la muestra encuestada con padres separados, las mujeres dicen haber sentido en mayor medida las repercusiones  de estas separaciones y el efecto de abandono. El 63% de ellas confiesa que la separación de sus padres le ha causado daño y sufrimiento, mientras que sólo el 44% de los varones lo expresa de esa manera. Posiblemente esta diferencia se deba a la existencia de una mayor habilitación social a la mujer a expresar sus emociones y sentimientos que a los varones.

Centrándose en el eje “pareja parental”, se observa que un 30% de adolescentes y jóvenes contesta que sus padres se encuentran separados. Del total general de 30% de chicos y chicas con padres separados, un 45% siente que esta separación le hizo daño y le causó sufrimiento e inconvenientes. En cuanto al modo de separación, del total de chicos y chicas con padres separados, cuatro de cada diez (39%) contestan que sus padres se han separado de manera conflictiva sin lograr ponerse de acuerdo. De este porcentaje se desprende luego una cuestión problemática: un número considerable de chicos y chicas  (29%) afirma que tras de la separación de sus padres se dejó de ver o tratar con alguno de ellos.

Este dato es muy significativo: en tres de cada diez casos de separación de la pareja parental se produjo la pérdida del vínculo con uno de los progenitores. Se comprueba, sin embargo, que sólo un 5% de los encuestados  responde que alguno de los padres le recrimina o impide que vea al otro.

Estos resultados demuestran que si bien un gran porcentaje de chicos y chicas siente que ha sufrido a causa de la separación de sus padres, una problemática relacionada con las separaciones controvertidas es la pérdida del vínculo con alguno de los progenitores luego de la separación.   

Analizando los resultados de este grupo en el eje “sexualidad” se percibe que entre los hijos cuyos padres se han separado de un modo controvertido, los varones tienen una tendencia algo mayor que la media a no protegerse con preservativos durante sus relaciones sexuales, y las mujeres una tendencia levemente mayor que la media a tener relaciones estando alcoholizadas y habiendo perdido el control de sus actos.

Ambos resultados permiten al equipo del Observatorio, arriesgar una primera hipótesis provisional en camino de ser investigada: los hijos e hijas de padres separados de un modo controvertido posiblemente tienen más tendencia a descuidos y riesgos o conductas autoagresivas en su vida sexual.  

Otro dato significativo que arrojó la encuesta tiene que ver con que un porcentaje mayor de chicos con padres separados de manera conflictiva refiere haber sufrido burlas y agresiones por parte de sus compañeros y también haber tenido mayores reacciones agresivas.

La pareja estallada

¿Qué lugar ocupa la pareja en la estructura psíquica de cada uno de los cónyuges? ¿Qué se pierde junto con la pareja en una separación? ¿Por qué algunas separaciones desatan lo  peor,  bordean la tragedia y ponen en escena ese viraje siempre inesperado hacia lo siniestro? ¿Cuál es el lugar de los hijos en estas separaciones?                  

Lacan advertía que la pareja se constituye a partir de un pacto simbólico, de una palabra empeñada, una promesa entre ambos partenaires. La pareja es una forma de enlace o anudamiento intersubjetivo propiciado por las diferentes figuras del amor: un amor que en ciertas elecciones tiene características narcisistas y en otras se desliza, como lo puntualizara Freud, hacia una vertiente donde predomina la necesidad de un sujeto de sostenerse o apuntalarse en el otro.          

A la luz de nuevas teorizaciones, el docente e investigador de la Facultad de Psicología de la UBA, Lic. Adrián Grassi, aporta un agregado a estas puntualizaciones freudianas, una mixtura entre estas características narcisistas y las de sostén, otra forma de encuentro, en la que la consideración por la alteridad tiene protagonismo. Encontrarse con un otro considerando su alteridad, su ajenidad, extrañeza, extraño por lo que conlleve de no conocido. Las múltiples figuras del  amor son entramados  resultantes de tres hilos diferentes: el amor pasión, el amor don y el amor creación.

Una adecuada combinación de los tres permite dar consistencia al lazo, para tolerar la falta y la caída inevitable de la ilusión narcisista de reencontrar en el otro la mítica unidad originaria.

En ciertos casos, la separación se convierte en un desenlace de dimensiones dramáticas  para el sujeto y la familia. Desde Lacan, podemos suponer que la pareja, en ciertos sujetos, cumple la función de lo que él denominaba sinthome, de un nudo que repara una falla en la estructura psíquica. En estos casos la separación provoca un des-anudamiento de graves consecuencias dado que, con la pareja, se pierde al otro en su función de sostén que impide el desmoronamiento.

El lugar de los hijos en los procesos de la pareja parental

Ahora bien, es necesario pensar qué lugar ocupa la pareja en el psiquismo de cada integrante, o que tipo de anudamiento han armado, para que, luego de planteada una separación, se desencadene un escenario bélico. Asimismo considerar en este anudamiento el lugar de los hijos.

Solemos observar en el trabajo clínico que tanto el acontecimiento de la concepción de un hijo, el nacimiento, o la entrada en la adolescencia, pueden desestructurar a uno o ambos integrantes de la pareja o afectar al vínculo. La experiencia de la paternidad o maternidad puede resultar amenazante cuando moviliza conflictos infantiles inconscientes que desligan la pulsión de muerte, sembrando un monto de odio inconsciente, que se visibiliza cuando la pareja se separa y estallan con el tejido vincular las funciones y acuerdos parentales esenciales para una saludable estructuración psíquica de los hijos.

Es el caso de mujeres “madres” de sus maridos, o maridos “padres” de sus mujeres que al convertirse fácticamente en madres o padres de una otra vida, sus parejas, ahora desplazadas, no pueden dejar de reclamar por sus propias necesidades desde posiciones de hijos.

El nacimiento de un hijo pone de manifiesto el pacto inconsciente de la pareja parental. Cuando el anudamiento de una pareja está dado por la complementariedad de los parteners, el hijo viene a romper esta lógica dual sin posibilidad, muchas veces, de construir un nuevo vínculo que dé lugar a la terceridad. El anudamiento marital se rompe para dar lugar a un desenlace en que el odio por el otro toma el centro de la escena.

Este odio puede manifestarse de varias formas, pero lo convencional dentro de los divorcios o separaciones controvertidas se inscribe bajo la fórmula que el profesor Grassi llama disyunción escindente: “el uno excluye al otro” “uno o el otro” “con papá o con mamá”.

Padres activamente ausentes, hijos que se vuelven “tapa ausencia” paterna. Si bien podemos ubicar en la madre el trabajo activo de destitución del padre en su función, ésto no se lograría sin la complicidad de este último, que al abdicar su función, entrega su hijo a una madre patológicamente voraz.

Conclusiones  

En los divorcios controvertidos el hijo es objetalizado y utilizado sacrificialmente como  intermediario, receptor y mensajero de las misivas mortíferas destinadas al partenaire. El niño/niña, adolescente, queda enlazado en el psiquismo parental identificado con la figura del otro odiado. “Sos igual a tu mamá o a tu papá” constituyen reproches frecuentes cuya violencia expresa el rechazo en el hijo de los rasgos del otro, rechazo que lo somete a un esfuerzo extremo de desubjetivación, de mutilación de todo rasgo que lo torne identificable con el objeto parental odiado.

El Prof. Néstor Córdova sostiene además, que el hijo, otrora depositario del narcisismo de los padres, sufre una violenta desinvestidura de dicha carga narcisista. Por esta razón, los divorcios controvertidos «desamparan a los hijos» y los someten a un sufrimiento psíquico de graves consecuencias, por el maltrato de los padres, y por los intensos sentimientos de culpa generados por la concreción en lo real de sus deseos edípicos de separación de la pareja parental, ruptura que entonces atribuyen a la omnipotencia de su deseo.

Los hijos cuyos padres viven en una disputa incesante, crecen en un clima de sufrimiento permanente por las tensiones provocadas por el odio que tensa la relación entre las dos personas afectivamente más significativas de su vida. Los hijos llegan al punto de confundir el intercambio amoroso con la violencia y el sometimiento.

Finalmente, como lo teoriza Grassi, la violencia fundamental instalada en estas separaciones, conduce a esa inflexible lógica disyuntiva de un padre u otro, esa «disyunción escindente» que rige los procesos de divorcio controvertido. Esta lógica que preside la violencia parental, impide a los hijos un saludable trabajo psíquico de integración y los fuerza a movimientos defensivos extremos como la escisión del Yo, la denegación, las forclusiones locales y otras operaciones de mutilación de un sector de la psique.

Para concluir, el Lic.Córdova advierte que, con el estallido irreversible del odio y resentimiento parental, son múltiples las secuelas y modalidades de expresión del sufrimiento en la infancia y adolescencia, y aún más allá, cuando llegada la edad adulta de los hijos esta confrontación, que no cesa, tiende frecuentemente a retornar del pasado para estallar en sus propias escenas familiares y las de sus descendientes; demostrando que los traumas generados por las separaciones controvertidas se transmiten inexorablemente a través de las sucesivas generaciones.

Programa de Extensión Observatorio para la Adolescencia, Facultad de Psicología UBA.

Director:  Lic. Néstor Carlos Córdova. Coordinadora: Lic. Natalia Vega.