La Gestalt, Friedrich Salomon Perls

La gestalt, Friedrich Salomon Perls

Friedrich Salomon Perls (1893-1970). Fundador de la Terapia Gestalt.
Nació el 8 de julio de 1893 en un gueto judío de los alrededores de Berlín. Fue el tercero y último hijo, después de dos niñas, Else y Grete. Su padre, Nathan, era fraccionador de vinos, viajante de comercio y masón, pasaba mucho tiempo fuera de su casa y siempre tuvo muy mala relación con su único hijo varón. Su madre, Amalia, judía practicante, proveniente de la pequeña burguesía, influenció decisivamente a su hijo transmitiéndole su pasión por la ópera y el teatro. En relación a sus padres, Fritz anotará en su autobiografía: » Mis padres eran judíos «asimilados», en especial mi papá. Esto significa que, por un lado vivía avergonzado de su pasado y que por otro, mantenía algunas de sus costumbres tradicionales; iba al templo los días festivos, por si acaso dios estaba en alguna parte. Yo no podía soportar esta hipocresía y tempranamente me declaré ateo… mi padre odiaba a mi madre y amaba a otras mujeres jugando al maestro francmasón. En público, ambos aparecían como amistosos.»
Fue un alumno brillante pero poco trabajador en la escuela. Lo expulsaron por su mala conducta a los 13 años. Su padre lo obligó a trabajar entonces en una tienda como aprendiz. Sus relaciones se resintieron cada vez más. A la muerte de su padre, no asistió a su funeral.
Retomó sus estudios pero en una escuela liberal, el Askanischer Gymnasium, con un profesorado humanista, donde comenzó a tomar contacto con el mundo del teatro más directamente, vocación que más tarde iría incrementando. Uno de los encuentros significativos de su adolescencia se produjo con el director teatral Max Reinhardt, director del Deutsches Theater, con el cual tomó clases.
Comenzó sus estudios de medicina y cuando se declaró la guerra del 14, una afección cardíaca lo eximió del servicio militar. A pesar de ello, se alistó como voluntario en la Cruz Roja sirviendo en el frente belga, en 1915 y con veintidós años. Al año siguiente estuvo en el mismo frente, como médico en un batallón de zapadores. La experiencia de la guerra quedará registrada en él como una de las peores de su vida: «La vida en la agonía de los fosos: horror de vivir y horror de morir.» Muere entonces su mejor amigo, Ferdinand Knopf.
En 1920 obtuvo el doctorado en medicina de la Universidad Frederick Wilheim de Berlín. Su vida se desplegó entonces entre su nueva profesión, como neuropsiquiatra y la estrecha conexión que mantuvo con círculos de la izquierda política y la bohemia artística, principalmente teatral. (Brücke, Bauhaus) Se sintió también profundamente influenciado y fascinado por el filósofo Friedlander: «La filosofía era para mí una palabra mágica, algo que uno tenía que comprender, para entenderse a sí mismo y al mundo, un antídoto para la confusión existencial y el desconcierto».
A partir de 1923 empezó la saga de sus viajes. Perls será, entre muchas otras cosas, un trotamundos. Viajó por primera vez a Estados Unidos con el fin de expandir sus conocimientos y profesión, pero retornó rápido y decepcionado con ese país.
En 1925, con treinta y dos años aún vivía en casa de su madre. Época de inseguridad y penalidades. Conoció a Lucy, su primer relación sentimental importante. En 1926 comenzó su primer análisis con Karen Horney, con quien establece un vínculo que sostendrá a lo largo de su vida. Fascinado por el psicoanálisis se planteó la posibilidad de convertirse en analista.
Se trasladó a Frankfurt, un año después, donde trabajó un año como ayudante de Kurt Goldstein, médico gestaltista, investigador de problemas perceptivos en lesionados cerebrales. Allí conoció a su futura esposa y estrecha colaboradora, Lore Posner (Laura) con quien entablará una larga e interrumpida relación profesional y sentimental. Continuó su análisis con una segunda psicoanalista: Clara Happel y se instaló en Viena para recibir a sus primeros pacientes, supervisado por Helen Deutsch y Hirschman. También tomó una ayudantía en un hospital junto a Wagner-Jauregg y Paul Schilder.
De vuelta a Berlín, en 1928, se estableció como psicoanalista, continuando su análisis con Eugen Harnik, psicoanalista húngaro ortodoxo. El 23 de agosto del año siguiente se casó con Laura (Lore), teniendo él 36 y ella 24 años. Por consejo de K. Horney, inició su cuarto análisis, esta vez con Wilhelm Reich, por quien se sentirá entendido y con el que mantendrá admiración y amistad toda su vida. Dirá: «De Reich recibí desfachatez, de Horney, compromiso humano sin terminología complicada.» La década del 30 marca el ascenso de Hitler al poder. Las ideas de Fritz lo impulsaron primero a militar en filas antifascistas, luego a huir. Al año siguiente nació su primer hija, Renate. Continuó trabajando, bajo la supervisión de Otto Fenichel.
En 1933 y para evitar ser detenido por los nazis, cruza la frontera hacia Holanda, dejando a su familia al sur de Alemania, en la casa de sus suegros durante un tiempo. Ya reunidos en Amsterdam, vivirán tiempos de innumerables penurias económicas. Allí supervisa con Karl Landanner, otro refugiado, a quien recuerda como un hombre «…de gran calidez que hizo todo lo posible por hacer más comprensible el sistema freudiano.». A Ernest Jones lo recordaba como quien hizo mucho en esa época a favor de los psicoanalistas judíos que eran perseguidos. Jones, le aconsejó ir a Sudáfrica, en 1934 y le consiguió un cargo como psiquiatra en Johannesburgo, adonde, según cuenta en su autobiografía fueron muy bien acogidos. Junto con Laura fundan el Instituto Sudafricano de Psicoanálisis. Vienen tiempos de prosperidad económica y reconocimiento profesional, lejos del fragor de la guerra.
En 1935 nace su segundo hijo Steve.
El año 1936 es crucial en cuanto a su decepción, más que ante el psicoanáilisis, ante los psicoanalistas de la época, dirá después «Durante años fui un tanto exagerado en mi oposición. Me hacía falta la apreciación por Freud y sus descubrimientos». Acude a Checoslovaquia al Congreso Internacional de Psicoanálisis, en Marienbad. Lleva un trabajo sobre «Resistencias orales» que no será bien recibido. Se suma un encuentro breve y personal con Freud, que después de haber suscitado muchas expectativas en él, resultó frío y distante. Regresó decepcionado.
En 1942, publicó su primera obra: «Ego, hambre y agresión» en Durban, en la cual Laura tuvo una participación activa, a pesar de que no intervino como coautora.
Al iniciarse la Segunda Guerra Mundial, se alistó como médico en la Armada. Será psiquiatra del ejército durante cuatro años. Esto le llevó a un progresivo alejamiento de Laura y de sus hijos.
Con cincuenta y tres años, aburrido de su vida burguesa, en 1946, decidió dejarlo todo y establecerse en Estados Unidos. Karen Horney le ayuda a instalarse en Nueva York; Erich Fromn y Clara Thompson le introducen en el Instituto William Allanson White.
No fue bien acogido por los psicoanalistas norteamericanos. Frecuentó los ambientes contraculturales donde conoció a Paul Goodman, Merce Cunningham, John Cage y los fundadores de Living Theatre: Julian Beck y Judith Malina. Al año siguiente Laura y su hijos, llegaron a vivir con él.
En 1950 se constituyó el conocido como «Grupo de los Siete»: Fritz Perls, Laura Perls; Paul Goodman, Paul Weisz, Elliot Shapiro, Sylvester Eastman e Isadore From. Más tarde se incluirían Ralph Hefferline y Jim Simkin.
En 1951, se publicó «Gestalt Therapy» (Terapia Gestalt), escrito por Paul Goodman (Parte II) y Hefferline (Parte I) sobre notas manuscritas de Fritz y como producto de las conversaciones y encuentros en la casa de los Perls.
Un año después los Perls fundan el Gestalt Institute of New York y al año siguiente otro en Cleveland. Fritz delegó la dirección de ambos en Laura y sus colaboradores, mientras tanto viaja por todo el país haciendo grupos y demostraciones de terapia gestalt. Comienzan los desacuerdos con Laura y sus discípulos acerca de la ortodoxia de la terapia gestalt. De Cleveland saldrá la segunda generación de gestaltistas: Joseph Zinker, Erving y Miriam Polster…
En 1956 deja a Laura (aunque sin separarse nunca legalmente de ella) y se retira a Miami. Tiene sesenta y tres años, dolencias cardíacas y un profundo desaliento. Al año siguiente conoce a Marty Fromm, la tercera mujer más importante de su vida y esta relación lo reanima. Durará dos años, entre medio de viajes para difundir la gestalt.
Al separarse de Marty en 1958 se traslada a California. Colabora con Van Dusen en San Francisco y con Jim Simkin en Los Ángeles.
En 1962 pasa un año viajando alrededor del mundo. Estuvo en Israel (Ein Hod, en una comuna de artistas) y en Japón (recibiendo dos meses de enseñanza zen en el monasterio Daitokuji de Kioto). La estancia en Israel significó una profunda transformación a través del trabajo sistemático sobre sí mismo bajo los efectos del LSD.
En 1964 se instala en Esalen. Ha conocido meses antes a Michael Murphy, heredero de la fincabalneario, y a Dick Price, ambos discípulos de Alan Watts, que tenían como proyecto crear un Centro de Desarrollo del Potencial Humano. Pese a que en su primera visita no le gustó el lugar, acepta ser residente y hacer demostraciones de terapia gestalt.
En 1965 Fritz tiene setenta y dos años y se encuentra muy afectado en su salud. Ida Rolf le ayudará a mejorarla mediante sus ejercicios. Le va llegando el reconocimiento y la fama, se filman sus talleres. En 1966 se construye su propio hogar: la casa de la media luna.
En 1968 los celos por el éxito paralelo de sus colegas de Esalen (W Schutz, Virginia Satir…) así como la politíca reaccionaria de Nixon le deciden a abandonar Esalen y trasladarse a Canadá. En 1969 se publica Gestalt Therapy Verbatim (Sueños y existencia) y poco después su autobiografía «Dentro y fuera del tarro de la basura». En Esalen ha dejado la terapia gestalt en manos de cuatro de sus discípulos: Dick Price, Claudio Naranjo, Bob Hall y Jack Downing.
En 1969 crea el Instituto Gestáltico de Lago Cowichan (Isla de Vancouver). Lo denomina «Kibbutz gestáltico» y a él vendrán una treintena de discípulos de Esalen (Teddy Lyon, Barry Stevens, Janet Lederman entre otros). En diciembre viaja a Europa estando ya muy enfermo.
Regresa a América en febrero del año siguiente ya con la salud muy quebrantada. Ingresa en el Weiss Memorial Hospital de Chicago. Laura viene a visitarle. Tras ser operado, muere de un ataque cardíaco el 14 de marzo. La autopsia revelará cáncer de páncreas.
La contracultura hippie de la época le despide como a uno de sus gurús.