LA PERSONIFICACIÓN EN EL JUEGO DE LOS NIÑOS

LA PERSONIFICACIÓN EN EL JUEGO DE LOS NIÑOS

Amor, culpa y reparación.
LA PERSONIFICACIÓN EN EL JUEGO DE LOS NIÑOS. (Melanie Klein)

En un trabajo anterior “Propios psicológicos del análisis infantil”, mecanismos fundamentales:

 -Contenido específico de los juegos, es idéntico al núcleo de las fantasías masturbatorias.
 -Ppales funciones del juego: proporcionar una descarga de estas fantasías.
 -Analogía entre representaciones del juego y de los sueños.
 -Importancia de la realización de deseos en ambas formas de la actividad mental.
 -Mecanismo de personificación: importante en los juegos en que el Ñ inventa y asigna  diferentes “personajes”.

Diferentes “personificaciones” y los elementos de realización de deseos según la patología.    

1-  Erna, 6 años: Neurosis obsesiva que enmascara una paranoia.
  En las fantasías todos los roles utilizados entraban en una formula: dos partes principales, el superyó perseguidor y el ello o el yo, según el caso, amenazados, pero no menos crueles que el superyó.
 La realización de deseos: esfuerzo por identificarse con la parte más fuerte, para dominar su miedo a la persecución. (Personificación de la madre cruel –niña mala sería el enemigo-, o personificación de niña perseguida y transformada en poderosa –el enemigo estaba representado por padres malvados-). Alianza con el superyó
 A causa del excesivo sadismo del superyó y de ello su yo se derrumbó. Por lo que el yo trataba de asociarse al superyó, castigando al ello, y extraer cierta gratificación, lo que se convertía en un fracaso; representado por intensas reacciones de angustia y remordimiento que mostraban que ninguna de las contradictorias realizaciones de deseos podía mantenerse en pie por mucho tiempo.

2- Jorge, 6 años: rasgos neuróticos y paranoicos.
 En las fantasías, trataba de defenderse con figuras fantásticas de sus perseguidores.
 La realización de deseos: el yo trata de alejar la ansiedad identificándose con el más fuerte, a través de fantasías de ser poderoso. Y convertir al enemigo en “malo” para apaciguar al supereyó. Su realización de deseos predomina sobre el reconocimiento de la R (para Freud un criterio de psicosis). Desafío del ello por el superyó (por medio del aislamiento de la R)
 En este paciente el sadismo no es un factor tan abrumador. Su yo se identifica más íntegramente con el ello y está menos dispuesto a hacer conexiones al superyó. Mantiene alejada la angustia por una marcada exclusión de la R.

3-Rita, 2 años: Grave neurosis obsesiva.
 La realización de deseos: la derrota del ello y del yo por el superyó: el elefante conseguía impedir por un tiempo que la niña (ello) se levantara.
 Este cumplimiento de deseo y la adjudicación de la acción a dos “personajes” es interdependiente, ya que este juego representa la lucha entre el superyó y el ello que en las neurosis graves domina casí íntegramente los procesos mentales.

Las actuaciones de “imagos” con características “buenas y “malas”, es un mecanismo general tanto en adultos como en niños.

Las figuras intermedias representan estadios intermedios entre el superyó terriblemente amenazador que está totalmente separado de la R, y las identificaciones que se aproximan a la R. esas figuras, cuyo gradual evolución hacia los padres protectores (que tb están más cerca de la R) puede ser constantemente observada en el juego analítico, y son instructivas para el conocimiento de la formación del superyó.

En los estadios pregenitales, en el principio del conflicto edípico, el superyó es de carácter tiránico. La evolución ulterior del superyó a la genitalidad depende de si las fijaciones orales tomaron la forma de succionar o de morder.

La primacía de la fase genitales relación tanto a la sexualidad como al superyó requiere una fijación suficientemente fuerte al estadio oral de succión.

Cuanto más progresa el desarrollo del superyó y de la libido de los niveles pregenitales hacia el nivel genital, tanto más se aproxima a las figuras de los pares reales las identificaciones fantásticas de gratificación de deseos (cuyo origen es la imagen de una madre que provee gratificación oral).

Las imagos adoptadas en estas fases tempranas del Dº del yo llevan el sello de los impulsos instintivos pregenitales aunque están estructuradas sobre la base de los objetos edípicos reales. Estas imagos fantásticas que devoran, cortan y dominan en las cuales vemos una mezcla de varios impulsos pregenitales. Siguiendo la evolución de la libido, estas imagos son introyectadas bajo la influencia de puntos de fijación libidinal. Pero el superyó en su totalidad está hecho de varas identificaciones adoptadas en los diferentes niveles  de Dº.

Cuando comienza el periodo de latencia, termina el Dº tanto del superyó como de la libido.

Durante el proceso de construcción, el yo emplea sus tendencias de síntesis tratando de formar una totalidad de estas identificaciones parciales; cuanto más extremas y contrastantes las imagos tanto menos brillante será la síntesis y tanto más difícil será mantenerlas.

La influencia excesivamente fuerte de ejercida por estos tipos de extremos de imagos, la intensidad de la necesidad de figuras bondadosas opuestas a las amenazadoras, la rapidez con la cual los aliados pueden transformarse en enemigos (que es también la razón por la cual la realización de deseos en el juego se quiebra frecuentemente), todo eso indica que el proceso de sintetizar las identificaciones ha fallado.

Este fracaso se manifiesta en la ambivalencia, la tendencia a la ansiedad, la falta de estabilidad con que ésta puede ser derrumbada, y la defectuosa relación hacia la R característica de los Ñ neuróticos. (Cuanto más progresa el análisis tanto menos poderosa es la influencia de las figuras amenazadoras, y tanto más duradera y fuertemente aparecen en el juego figuras de realización de deseos; al mismo tiempo hay un incremento proporcional de deseo de jugar y final satisfactorio. Disminuye el pesimismo).
 
Cuando comienza el periodo de latencia se incrementan las exigencias de la R, el yo hace mayores esfuerzos por obtener una síntesis del superyó, para que así se llegue a un equilibrio entre el superyó, el ello, y la R.

La disociación del superyó en sus identificaciones primarias introyectadas en los diferentes estadios del Dº es un mecanismo análogo a la proyección.

Los mecanismos de disociación y proyección son un factor principal en la tendencia a la personificación en el juego. Por medio de ellos, la síntesis del superyó puede ser abandonada por el momento, y disminuye la tensión de tener que mantener la tregua entre el superyó como un todo y el ello. Así, el conflicto intrapsíquico puede ser desplazado al mundo externo. Y se obtiene placer cuando el mundo exterior le proporciona al yo pruebas de disminución de la ansiedad y la culpa.

El juego revela la actitud del Ñ a la R. y vamos a ver cómo la actitud hacia la R está emparentada con los factores  de realización de deseos y personificación.

Actitud hacia la realidad:

 Erna Paranoia; distorsión de la R, tendencia a reconocer la R sólo en la medida en que se relaciona con las frustraciones que han sufrido y de las que no se ha recuperado.
 
 Jorge: distanciamiento y aislamiento de la R, lo que le proporcionaba libertad en sus fantasías liberadas del sentimiento de culpa, por estar alejadas de la R. El avance del análisis se ve en la progresiva adaptación a la R, lo que implica grandes cantidades de ansiedad, represión de las fantasías y después de liberadas en el juego, se las vincula más con la R.

Neuróticos.
 Actitud hacia la R: existe un “compromiso”, se reconoce una cantidad limitada de la R y se niega el resto. Represión de las fantasías masturbatorias, inhibidas por el sentimiento de culpa. Lo que tiene como resultado la inhibición del juego y del aprendizaje. El sistema obsesivo en el que se refugian, refleja el compromiso entre la intensa inhibición de las fantasías y la defectuosa relación con la R, y sobre esta base permite sólo formas muy limitadas de gratificación. Representan experiencias excesivamente coloreadas por su necesidad de castigo y su miedo a un resultado desgraciado.
 
Normales.
 Actitud hacia la R: mejor equilibrio entre la fantasía y la R. Son capaces de manejar la R de mejor manera, influyen y viven la R en sus juegos de acuerdo con sus fantasías, y cuando no pueden cambiar la situación real, son más capaces de soportarlo porque su fantasía más libre le proporciona mayor refugio y tb porque la mayor descarga que poseen para sus fantasías masturbatorias en forma egosintónica le da mayores oportunidades de gratificación.
 
Parafrenias.
 Actitud hacia la R: gran represión de las fantasías y alejamiento de la R.

Paranoicos.
 Actitud hacia la R: la relacion con la R está subordinada a las vividas relaciones con las fantasía, se inclinan hacia el lado dela irrealidad.  

Personificación y realización de deseos:

Normales.
mayor y más duradera influencia de las identificaciones originadas en el nivel genital. En la medida que las imagos se acercan a los objetos reales, se hace más marcada una buena relación con la R (característico de personas normales)

Psicosis y neurosis obsesivas graves.

Se caracterizan  por una relación desplazada o perturbada hacia la R. la realización dedeseos es negativa y se representan en el juego por personajes sumamente crueles. Predominancia de un superyó que está en las primeras etapas de su formación. La primacia de un superyó terrorifico que ha sido introyectado en los estadios más tempranos del desarrollo del yo, es un factor básico en el trastorno psicótico.

Significado de la personificación en la vida mental del adulto:
 
 Es la base de un fenómeno de universal significado, esencial para el trabajo analítico tanto en niños como en adultos, de la transferencia. Si la fantasía de un Ñ es lo suficientemente libre, adjudicaría al analista los roles más variados y contradictorios durante su juego, podría hacer que  personificara el ello, el yo, y el superyó.
 
 El debilitamiento del conflicto o su desplazamiento al mundo externo, por medio de mecanismos de disociación y proyección, es uno de los principales incentivos para la transferencia y una furza propulsora en el trabajo analítico.
 
 Una mayor actividad de la fantasía y una más abundante y positiva capacidad para la personificación, son prerrequisito para una amyor capacidad de transferencia.
 
 El paranoico, posee una rica vida de fantasías, pero el hecho de que en la estructura de su superyó predominen las identificaciones crueles y ansiógenas, es la causa de que los personajes que inventa sean predominantemente negativos y susceptibles sólo de reducirse a rasgos rígidos de perseguidor y perseguido.

 En la esquizofrenia, falla la capacidad para la personificación y la transferencia, entre otras razones, por el funcionamiento defectuoso de los mecanismos de proyección. Esto interfiere con la capacidad para establecer o mantener la relación con la R y el mundo externo.

 De la conclusión de que la transferencia está basada sobre el mecanismo de representación de personajes. En los juegos en que hay cambios constantes en las personificaciones, que se observan después de la liberación de montos de ansiedad como consecuencia de las interpretaciones. Es necesrio que el analista asuma todos los roles, así se produce un constante progreso en el pasaje de las imagos que inspiran ansiedad hacia las identificaciones más benevolas de mayor aproximación a la R. Es decir, uno de los fines principales del análisis –la modificación gradual de la severidad del superyó- se logra tomando el analista los roles que en la situación analitica le asignan.    

 Es una necesidad en el análisis de adultos, que el analista sea simplemente un medio en relación con el cual se pueden activar las diferentes imagos y revivir las fantasías para poder ser analizadas. Pero sólo en ciertas fases del análisis de niños, y tampoco invariablemente, llegamos a la personificación en esta forma manifiesta. Mucho más frecuentemente, tanto en Ñ como en adultos, tenemos que inferir de la situación analítica y del material, los detalles del rol hostil que nos es atribuido, y que el paciente indica a través de la transferencia negativa.

 Lo que es cierto de la personificación en su forma manifiesta, es tb indispensable en sus formas más encubiertas y oscuras de las personificaciones subyacentes en la transferencia. El analista que desea penetrar hasta las más tempranas y angustiantes imagos, o sea, llegar a las raíces del superyó, no debe tener ninguna preferencia por un rol en particular; debe aceptar lo que surja de la situación analítica.

 Sobre la terapia: la angustia más intensa y apremianbte procede del superyó introyectado en un estadio muy temprano del desarrollo del yo, y la supremacía de este superyó temprano no es un factor fundamental en la genésis de la psicosis. Con la ayuda de la técnica del juego es posible analizar en Ñ pequeños y mayores las fases tempranas de la formación del superyó. El análisis de estos estratos disminuye la angustia más intensa y abrumadora y abre así el camino para el desarrollo de las imagos bondadosas originadas en el estadio oral de succión y de ahí para lograr la primacia genital en la sexualidad y en la formación del superyó. De esta manera, podemos entrever una buena perspectiva para el dgn y curación de psicosis en la infancia.