LA PSICOLOGÍA DE LAS MASAS… DE FREUD COMO ANTECEDENTE DEL CONCEPTO DE POPULISMO DE LACLAU. UNA LECTURA CRÍTICA

Estudios interdisciplinarios y nuevos desarrollos: LA PSICOLOGÍA DE LAS MASAS… DE FREUD COMO ANTECEDENTE DEL CONCEPTO DE POPULISMO DE LACLAU. UNA LECTURA CRÍTICA

Perelló, Gloria Andrea
Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires – PNI, Universidad Nacional de San Martín. Argentina

RESUMEN
Se presentan avances del Proyecto «En el nombre del pueblo.
El populismo kirchnerista y el retorno del nacionalismo», PNI
(S-05/59) 2005-2006 UNSAM, asociado a UBACyT (S099)
2004-2007. Para la formulación del marco teórico realizamos
una lectura crítica del texto de Laclau (2005), que problematiza
la forma en que incorpora la Psicología de las masas… de
Freud (1921), como antecedente en el que abreva para el desarrollo
de la noción de populismo. Notamos que en la lectura
de Laclau ideal del yo y yo ideal, aparecen mencionados ambos
como yo ideal, con las consiguientes derivaciones teóricas
indeseadas: a) la caída en el funcionalismo que se trata de
eludir, y b) el intento de articular dos lógica mediante un continuum,
que además supone que la pluralidad de alternativas
sociopolíticas podría comprenderse como una diferencia de
grados. Sostenemos que una indiferenciación de operadores
de registros distintos como son el ideal del yo y el yo ideal,
supone un aplastamiento de las dimensiones imaginaria y simbólica,
reduciendo la problemática topológica, a la configuración
euclideana representada por una línea recta. Explorando
por último las ventajas que ofrece una lectura lacaniana del
texto en cuestión para la teorización en torno del populismo.
Palabras clave: Populismo Ideal del yo Yo ideal Hegemonía

En este artículo se presentan avances del Proyecto para
Nuevos Investigadores (2005-2006) «En el nombre del pueblo.
El populismo kirchnerista y el retorno del nacionalismo», PNI
(S-05/59) UNSAM, asociado al proyecto UBACyT (S099)
2004-2007. Sujeto y conflicto: Una alteridad vital para la teoría
moderna y contemporánea.

ASPECTOS METODOLÓGICOS
El presente proyecto está planteado desde la propuesta de
análisis del discurso que presentaron Laclau y Mouffe originalmente
en su texto Hegemonía y estrategia socialista (1987) y
desde las teorizaciones que ha desarrollado recientemente
Laclau acerca del concepto de populismo (2004, 2005). La investigación
implica un estudio de caso en un análisis en proceso
de la constitución y composición de la identidad y hegemonía
kirchnerista que contempla el período determinado por la
campaña electoral para presidente de 2002, hasta las elecciones
legislativas de octubre de 2005. La metodología empleada
es de tipo cualitativa, mediante el análisis del discurso operacionalizado
a partir de la teoría de la hegemonía. La recolección
de los mismos se realizará a partir de dos tipos de fuentes
de datos:
1) Fuentes primarias, con entrevistas semiestructuradas a informantes
clave pertenecientes a los distintos movimientos
sociales identificados con el kirchnerismo (Federación de Tierra,
Vivienda y Hábitat (FTV), Madres de Plaza de Mayo, Madres
de Plaza de Mayo y a la corriente kirchnerista del Movimiento
de Empresas Recuperadas).
Se estudiarán, además, las alocuciones del Presidente Nestor
Kirchner en el período establecido.
2) Fuentes secundarias de datos, los diarios y revistas de análisis
político de mayor circulación del país y que abarcan el arco
ideológico de derecha a izquierda (Diarios: La Nación, Clarín,
Infobae y Página 12; revistas de análisis político: Noticias, Tres
puntos, Veintitrés, La Primera, Debate y Día 8).

ACERCA DEL MARCO TEÓRICO
Una de las herramientas teóricas claves para la comprensión
de nuestro objeto de estudio la constituye el concepto de
populismo de Ernesto Laclau. Para la formulación del marco
teórico de la investigación llevamos a cabo una lectura crítica
de La razón populista (Laclau, 2005), que problematiza la forma
en que incorpora la Psicología de las masas y análisis del
yo de Freud (1921), como antecedente en el que abreva para
el desarrollo de la noción de populismo.
Ernesto Laclau incluye a la obra de Freud en su trabajo sobre
populismo, al dilucidar la lógica de formación de las identidades
colectivas. De esta manera intenta eludir tanto las perspectivas
sociológicas que toman al grupo como su unidad de
análisis, como también las metodologías individualista o las
pretendidas lógicas superadoras de éstas: funcionalistas o
estructuralistas, que no alcanzan a explicar de qué manera se
logra la unidad de elementos heterogéneos que conforman las
identidades sociales. Laclau (2005) encuentra una vía de comprensión
de las identidades colectivas en la centralidad del
afecto para la constitución de lo social, presente en la Psicología
de las masas… de Freud (1921).
En la revisión del estado de la cuestión que presenta Laclau
advierte que el populismo ha sido relegado del campo de las
ciencias sociales, como así también denigrado y condenado
éticamente. Esta posición marginal del populismo la deriva de
una construcción discursiva a partir del debate (aun más amplio)
en ciencias sociales en el siglo XIX: «la psicología de las
masas». En el curso de esta discusión general se habrían
establecido oposiciones que sirvieron de matriz para pensar
estos fenómenos políticos aberrantes (Laclau, 2005: 35).
El estudio de la psicología de las masas desde Taine hasta
Freud, fue construido a partir de una lógica binaria signada por
el par de opuestos racional/irracional, del que se deriva: normal/
patológico, diferenciación social/homogeneidad, individuo/
grupo. Recorremos específicamente los apartados titulados
El avance freudiano y la Conclusión… del capítulo 3 (Laclau,
2005: 75-88).
En esos pasajes Laclau rescata la disolución de cualquier vestigio
de dualismo en la Psicología de las masas… de Freud.
Comienza el apartado señalando el desvanecimiento de la
oposición entre psicología individual y psicología social. Algunas
consideraciones algo confusas (o confundidas) en torno
de una analogía entre el líder del grupo y el padre de la horda
primitiva, que pretende sostener con una trascripción a pié de
página. Luego acompaña a Freud cuando deja de lado la «sugestión»
y coloca en el proscenio al lazo libidinal como clave
para explicar la naturaleza del vínculo social. La ligazón libidinal
en sus dos versiones: identificación entre los miembros del
grupo y enamoramiento (o idealización) en relación al líder del
grupo (de la cual no logra extraer todas las consecuencias que
se esperaría). Y por último toma algunos elementos de su lectura
para articular en su concepción respecto del populismo.

ALGUNAS CONSIDERACIONES CRÍTICAS ACERCA DE LA LECTURA DE LACLAU
Para comenzar, la analogía que establece Laclau entre el conductor
de la masa y el padre de la horda primitiva se sostiene
con una trascripción a pié de página (Laclau, 2005: 75-76).
Dicha cita, si bien establece un paralelismo en el vínculo entre
hermanos de la horda y miembros de la masa, no es así con el
líder: «Los individuos estaban ligados del mismo modo que los
hallamos hoy, pero el padre de la horda primordial era libre…»
(Freud, 1921: 117). Ponemos el acento en la conjunción pero,
respecto del conductor las cosas no serían las mismas en la
horda primitiva y en la masa. Es condición de la instauración
de la sociedad y de la cultura que el padre sea asesinado y
devorado por los hermanos. Para que lo social se constituya,
será siempre uno de los hermanos que esté en el lugar del
padre (lugar simbólico), siempre bajo amenaza de ser muerto
y devorado.
Otro de los aspectos que salta a la vista de aquellos lectores
con formación psicoanalítica, es la falta de diferenciación entre
ideal del yo y yo ideal, ambos aparecen mencionados como yo
ideal. Sin embargo, aunque Freud no hace una clara distinción
entre ambos términos, una lectura de la obra freudiana que no
logre distinguir la dimensión simbólica involucrada en la constitución
del yo ideal presenta derivaciones teóricas indeseadas
que se plasman en el trabajo de Laclau.
a) Una de estas consecuencias se observa en las explicaciones
de orden funcionalistas al dilucidar la especificidad del lazo
afectivo en tanto identificación y en tanto enamoramiento.
La elaboración tortuosa y de alguna manera vacilante de Freud
de la distinción entre identificación y enamoramiento aparentemente
se resuelve en una estricta diferenciación de funciones
en la constitución del vínculo social: identificación entre hermanos,
amor por el padre. (Laclau, 2005: 80)[1]
Así, si los miembros funcionan como hermanos, entonces están
identificados entre sí y si funcionan como padre e hijo, habría
enamoramiento. Este argumento -un tanto tautológicocae
justamente en cuestiones de índole funcionalista que él
mismo pretende superar. Con la lectura atenta del texto de
Freud es cuestionable que la distinción entre enamoramiento e
identificación se trate de una mera diferenciación de funciones
(función de padre, función de hermano).
En palabras de Freud, cuando intenta definir comparativamente
enamoramiento e identificación, ensaya una explicación en
torno de las alteraciones del yo, en términos económicos, en
sendos casos (empobrecimiento para el enamoramiento y enriquecimiento
para la identificación). Sin embargo concluye:
«…vislumbramos que la esencia de este estado de cosas está
contenida en otra alternativa, a saber: que el objeto se ponga
en el lugar del yo o en el del ideal del yo.» (Freud, 1921: 108)
De este párrafo se desprende sin duda que lo esencial en la
distinción entre enamoramiento e identificación es el lugar en
que se ubique el objeto, situando al problema en una dimensión
topológica y no funcional. Se trata entonces del lugar en que
se ponga el objeto, y en todo caso de allí se deriva la función.
b) Otra de las implicaciones de la indiferenciación entre el ideal
del yo y el yo ideal se pondría de manifiesto en el punto en que
Laclau infiere de la lectura de Freud, que en todos los grupos
sociales operan dos lógicas sociales: «…el grupo completamente
organizado y el líder puramente narcisista son… los extremos
de un continuum en el cual las dos lógicas sociales se
articulan de diversas maneras.» (Laclau, 2005: 82). O bien,
como lo acaba de simplificar más adelante: «…el punto de partida
para explicar una pluralidad de alternativas sociopolíticas
debe hallarse en el grado de distancia entre el yo y el yo ideal.»
(Laclau, 2005: 87) El mayor grado de distancia entre yo y yo
ideal estaría representando a organizaciones con líder narcisista
puro. Y el otro absurdo (sic) en que la brecha entre yo y
yo ideal se encontrara completamente cerrada, sería equivalente
a los mitos de la sociedad totalmente reconciliada con
ausencia de liderazgo. (Laclau, 2005: 87)
Saltan a la vista las deficiencias de un argumento que intenta
articular dos lógica mediante un continuum, que además supone
que la pluralidad de alternativas sociopolíticas podría
comprenderse como una diferencia de grados.
He aquí mi hipótesis acerca de tal contrasentido. Una indiferenciación
de operadores de distintos órdenes como son el
ideal del yo y el yo ideal, supone un aplastamiento de las dimensiones
imaginaria y simbólica, reduciendo la problemática
topológica, a la configuración euclideana representada por
una línea recta.

BREVE ANÁLISIS A PARTIR DE LA PERSPECTIVA LACANIANA.
Exploremos rápidamente las ventajas de una lectura lacaniana
del texto en cuestión, en tanto ofrece una vía para la diferenciación
entre estas distintas posiciones. La diferenciación entre
de ideal del yo y yo ideal se establece desde el momento en
que pertenecen a órdenes diferentes, simbólico e imaginario
respectivamente presentes en Observación sobre el informe
de Daniel Lagache…, Lacan (1960: 651) hace uso del modelo
óptico para «hacer funcionar en la estructura las relaciones del
Yo Ideal con el Ideal del Yo» poniendo de manifiesto el clivaje
de lo simbólico y de lo imaginario: Es la constelación de esas
insignias la que constituye para el sujeto el Ideal del Yo. Nuestro
modelo muestra que es tomando como punto de referencia
I como enfocará el espejo A (que esté representando al Otro
como reserva de atributos) para obtener entre otros efectos tal
espejismo del Yo Ideal. (Lacan, 1960: 659). En breve, y a riesgo
de simplificar demasiado la cuestión: ubica al yo ideal, i(a),
como a aquella imagen con la que se identifica el yo del sujeto,
en una relación imaginaria [yo – i(a)]. Sin embargo para que
ese espejismo tenga lugar, esa imagen debe ser ofrecida desde
un lugar simbólico, I(A), que la signe como pasible de ser
amada. Con esto Lacan instaura una diferencia entre el yo
ideal y el ideal del yo. Ubicamos al ideal del yo, I(A), como una
instancia simbólica que sostiene la identificación imaginaria yo
idea,l i(a).
Volviendo al texto de Freud, en esa suerte de teoría de nudos
que plantea en la fórmula de la constitución libidinosa de una
masa, leemos: Una masa primaria de esta índole es una multitud
de individuos que han puesto un objeto, uno y el mismo,
en el lugar de su ideal del yo, a consecuencia de lo cual se han
identificado entre sí en su yo. (Freud, 1921: 109-110).
Comprobamos que tanto en la fórmula de Freud, como en el
modelo de Lacan podemos localizar tres lugares en la relación
con el semejante, el lugar del yo del sujeto, el lugar del yo del
los demás miembros de la masa (el yo ideal i(a), el otro con
quien se establece la identificación imaginaria); y un tercer
lugar, el del ideal del yo, lugar donde se pone el líder, lugar del
I(A), operador simbólico que sostiene la identificación imaginaria.
Según el objeto se ponga en el lugar del ideal o en el lugar del
yo ideal, el lazo será de enamoramiento (idealización) o de
identificación respectivamente. Por lo tanto si el conductor es
ubicado en el lugar del ideal de por cada miembro de la masa
se establece entre los yoes un lazo de identificación. Como
corolario incipiente resulta que desde la perspectiva de Lacan
la construcción teórica en torno de la problemática acerca del
populismo, se vería enriquecida. Por un lado las disquisiciones
de índole funcionalistas podrán ser ubicadas como problemas
topológicos y la cuestionable alusión a tipologías o diferencia
de grados podrá ser leída desplegando ese continuum que
contiene dos posiciones extremas en clave de los tres de Lacan,
simbólico, imaginario y real.

BIBLIOGRAFÍA
Freud, Sigmund, (1921), «Psicología de las masas y análisis del yo», en Obras
Completas vol. XVIII. Buenos Aires: Amorrortu Editores, 1999, 63-137.
Freud, Sigmund (1913),» Tótem y tabú. Algunas concordancias en la vida
anímica de los salvajes y de los neuróticos» (1913), en Obras Completas.
Buenos Aires: Amorrortu Editores, 1998, XIII, 1-163.
Freud, Sigmund (1914) «Introducción del narcisismo» En Obras Completas.
Buenos Aires: Amorrortu Editores, 1998, XIV, 65 – 98.
Freud, Sigmund, (1911-13), «Sobre un caso de paranoia descrito autobiográficamente
y otras obras», en Obras Completas vol. XII. Buenos Aires: Amorrortu
Editores, 1999.
Lacan, Jacques, (1953-1954), El seminario 1: Los escritos técnicos de Freud.
Buenos Aires: Paidós, 1988
Lacan, Jacques, (1955-1956), El seminario 3: Las Psicosis. Buenos Aires:
Paidós, 1990.
Lacan, Jacques, (1956), «El seminario sobre La carta robada», en Escritos,
Tomo I. México: Siglo XXI, 1985, 5 – 58.
Lacan, Jacques, (1956-1957), El seminario 4: La relación de objeto. Buenos
Aires: Paidós, 1996.
Laclau, Ernesto (2004), «Populism: What is in the name?», en F. Panizza
(comp.), Populism and the Shadow of Democracy. Londres: Verso.
Laclau, Ernesto (2005), La razón populista, Buenos Aires, FCE.
Lefort, Claude (1990), La invención democrática. Buenos Aires: Nueva Visión.
Oakeshott, Michael, La política de la fe y la política del escepticismo. México:
FCE, 1996.

NOTA
[1] El subrayado es mío.