Lacan, Seminario 18: Clase 3, del 10 de Febrero de 1971

Me preguntaban si hoy a causa de la huelga haría mi seminario. Hay dos personas que me preguntaron mi opinión sobre la huelga. Y bien ¿yo se los pido a ustedes?, ¿nadie tiene nada que hacer valer en favor de la huelga?. Yo la tengo en cuenta porque no voy a faltar a la presencia de ustedes. Sin embargo, esta mañana, estaba bastante dispuesto a hacer la huelga. Y estaba dispuesto porque mi secretaria me mostró una pequeña rúbrica en el diario que aludía a la huelga, la consigna de la llamada huelga, y a la que se adjuntaba, dado el diario del que se trataba, un comunicado del Ministerio De Educacion Nacional que decía todo lo que se había hecho por la Universidad (números de docentes por estudiantes, etc… ). No voy a disentir esas estadísticas, sin embargo, la conclusión que sacaron de ellas, -que este esfuerzo tan grande debería en todo caso satisfacer-, diré que no está de acuerdo con mis informaciones, que no obstante son de buena fuente. De modo que en razón de esto estaba bastante dispuesto a hacer huelga.

Vuestra presencia me forzará, digamos, por lo que se llama en nuestro lenguaje la cortesía y en otro, que yo anuncié por una suerte de vuelvan a lo de siempre al que me referiré, es a saber la lengua china de la cual, llegué a confiarles que hubo un tiempo en el que había aprendido un pequeño fragmento que se llama el Hi. El Hi, es fin, en la gran tradición, es una de las cuatro virtudes fundamentales, ¿de quién, de qué?. En fin de un hombre de cierta época. Y si hablo de esto en mi seminario, ya que pensaba mantener con ustedes alguna conversación familiar, es por otra parte con este propósito que yo pienso retenerlos. No será propiamente hablando de lo que había preparado. No obstante tendré en cuenta esta huelga, a mi manera y es de una forma -ustedes van a verlo, en que nivel ubicaré las cosas- es de una forma más familiar como para responder de una manera más equitativa a esta presencia, -es casi el mejor sentido que pueden darles a este Hi- ustedes verán que la aprovecharé para abordar un cierto número de puntos que desde hace algún tiempo son equívocos, es decir que ya que también algo esta puesto en tela de juicio al nivel de la Universidad, es también al nivel de la Universidad que en muchos casos desdeño tomar en cuenta movimientos que me llegan, a lo que pienso responder hoy.

Como ustedes lo saben -[¿]vuestra presencia da o no testimonio de esto[?], [¿]cómo saberlo[?]- en mi relación con la llamada Universidad estoy en una posición que podemos llamar marginal. Ella cree que me puede dar abrigo, razón por la cual le rindo homenaje. Aún se manifiesta desde hace algún tiempo algo que no puedo tomar en cuenta, dado el campo en el cual enseño. Del lado definido de manera universitaria y que se llama la lingüística me llega un cierto numero de ecos, de efectos sonoros, de murmullos. Cuando hablo, por ejemplo del desdén, no se trata del sentimiento, se trata de la conducta. En un tiempo que ya se remonta si recuerdo bien a algo acá como, más o menos dos años, lo que no es mucho apareció en una revista que ya nadie lee y cuyo nombre incluso es anticuado… La Nouvelle Revue Française, apareció un cierto artículo que se llamaba: Ejercicio[S] de Estilo De Jaques Lacan. Era un artículo que yo mismo señalé. En ese momento estaba allí, bajo el techo de la Escuela Normal,- ¡en fin bajo el techo, bajo el alero, en la puerta!-; dije entonces: ¡lean eso es divertido!. Se reveló como lo vieron después, que era menos divertido de lo que parecía ya que de alguna manera era la campanita en la que más bien, aunque soy sordo, tenía que oír la confirmación de lo que se me había anunciado, que mi lugar ya no estaba bajo este alero. Es una confirmación que hubiese podido oír porque estaba escrito, en fin estaba en el artículo. En fin estaba escrito para abreviar algo, -debo decir fuerte- que se podía esperar el momento en que no estaría más bajo el alero de la ESCUELA NORMAL, la introducción, en la llamada ESCUELA, de la lingüística- no sé si cito exactamente los términos, ustedes piensan que esta mañana no me preparé, ya que todo es improvisado- de la lingüística de alta calidad, o de alta tensión o de cualquier cosa de esta especie, en fin algo que se designaba en efecto que la lingüística tenía algo, Dios mío de hecho a la ligera en el seno de esta Escuela normal, en nombre de qué, ¿grandes Dioses?. Nunca me encargaron en esta ESCUELA NORMAL una enseñanza, y si la ESCUELA NORMAL se encontraba, según este autor, tan poco iniciado en la lingüística, no había que agarrárselas conmigo por cierto.

Esto les indica el punto sobre el cual creo no obstante precisar algo esta mañana. Y es esto, esto que se plantea y desde hace mucho tiempo con una suerte de insistencia, ese tema que se retoma de una manera más o menos ligera en algunas entrevistas: hay una cuestión que se plantea alrededor de algo: cuando se es lingüista, ¿se es o no estructuralista?. Y uno tiende a distinguirse: soy funcionalista. Soy funcionalista, ¿por qué?. Porque el estructuralismo -algo que por otra parte es una pura invención periodística, se los digo yo- es de todas maneras algo que sirve de etiqueta y que desde luego, por lo que incluye, alguna seriedad, no deja de inquietar, por lo cual naturalmente se quiere marcar que él se reserva.

La cuestión de la relación de la lingüística, y de lo que enseño, dicho de otra manera es lo que quiero resaltar para disipar, definitivamente un cierto equívoco. Los lingüistas, y los lingüistas universitarios, creían en suma guardarse el privilegio de hablar del lenguaje. Y, el hecho de que el eje de mi enseñanza se juegue y se sostenga alrededor del desarrollo de la lingüística, tendría algo de abusivo que se denuncia según diversas fórmulas entre las cuales ésta es la principal: (que me parece la más consistente) que se hace de la lingüística, en el campo que se encuentra aquel de quien me sirvo, en aquel también en el que alguien que por cierto eventualmente merecería que se lo mire desde más cerca, mucho más que a mí, porque sólo se tiene una idea bastante vaga, al menos me parece, ese alguien en Levi-Strauss, y entonces Levi-Strauss, por ejemplo, y aún otro, Roland Barthes, haríamos un uso de la lingüística -yo cito- un uso metafórico. Y bien precisamente quería marcar algunos puntos al respecto. En principio hay algo que sería necesario decir porque esta inscrito en algo que importa: el hecho de que yo esté aún aquí para sostener este discurso, el hecho de que ustedes estén también aquí para oírlo me lo asegura. Pero es necesario creer que una fórmula no esta desplazada totalmente en lo que concierne a este discurso en tanto que yo lo sostengo, es que de una cierta manera en fin, digamos que yo lo sé ¿qué sé?.

Trataremos de ser exactos, parece probado que sé a que atenerme. El sostén [tenue] de un cierto lugar -subrayo esto- este lugar no es otro, lo subrayo porque no se va a enunciar por primera vez, me paso todo el tiempo repitiendo que me sostengo de allí, en el lugar que yo identifico como el de un psicoanalista; después de toda la cuestión se puede discutir ya que muchos psicoanalistas la discutirían, pero en fin me atengo a esto. No es lo mismo que si enunciara: yo sé donde yo me sostengo, no porque el je se repetiría en la segunda parte de la frase, pero es allí donde el lenguaje muestra siempre sus recursos, es decir, sé dónde me sostengo, es sobre el dónde que se pondría el acento de aquello que, me jactaría de saber. Si puedo decirlo, tendría el mapa, el mapping del asunto. Y después de todo ¿por qué no habría de tenerlo?. Y bien hay una razón muy importante por la cual ni siquiera podría sostener que yo sé donde me sostengo, eso esta verdaderamente en el eje de aquello que tengo que decirles este año, es que el principio de la ciencia, tal como el proceso ocurre para comprometernos, hablo de eso a lo que me refiero cuando le otorgo como sentido la ciencia newtoniana, la introducción del campo newtoniano, es que en ningún dominio de la ciencia, se tiene este mapping, este mapa para decirnos donde se está y que, además, todo el mundo está de acuerdo al respecto que, para hacer valer la vara de la objeción, que se puede aplicar desde que se comienza a hablar precisamente del mapa, de su azar y de su necesidad y bien cualquiera está en condiciones de objetarles que no hacen ciencia sino filosofía. Esto no quiere decir que todos saben lo que dicen al decirlo, pero en fin se obstinan en esta posición. El discurso de la ciencia reduce ese donde estamos, en eso. Pero no opera con eso.

La hipótesis -recuerden a Newton, que afirmaba que no fingía ninguna- la hipótesis empleada, sin embargo, jamás llega al fondo de las cosas. La hipótesis en el campo científico, a pesar de lo que cualquiera pueda pensar, la hipótesis participa ante todo de la lógica. Hay un si el condicional de una verdad que sólo se articula lógicamente. Entonces lo inconsecuente debe probarse (nota del traductor). Es comprobable a su nivel, tal como se articula. Esto no prueba para nada la verdad de la hipótesis. No estoy diciendo en absoluto que la ciencia este allí, que nada como construcción; que no muerda sobre lo real. Decir que eso no prueba la verdad de la hipótesis, es simplemente recordar lo que acabo de decir, a saber: que la implicación en lógica no implica de ningún modo que una conclusión verdadera no pueda inspirarse a partir de una premisa falsa. Es menos cierto que la verdad de la hipótesis, en un campo científica establecido, se reconoce por el orden que ella da al conjunto, del campo en tanto que él tiene su estatuto y su estatuto no puede definirse sino por el consentimiento de todas aquellos que están autorizados en este campo; dicho de otro modo: en el campo científico el estatuto es universitario.

Son cosas que pueden parecer excesivas. No es menos cierto, es lo que motiva, que se dé el nivel de la articulación del discurso universitario, tal como traté de hacerlo el año pasado. Ahora bien, es claro la manera en que lo articulé es la única que permite ver por qué no es accidental, caduco, ligado a no se qué accidente, que el estatuto del desarrollo de la ciencia comporta su presencia, la subvención de otras entidades sociales que se conocen bien, del ejército por ejemplo, de la marina, como aún se dice y de alguna otra cosa como esas, elementos de un cierto mobiliario. Es completamente legítimo si vemos que radicalmente el discurso universitario, sólo podría articulase a partir del discurso del Amo. El reparto de los dominios en un campo cuyo estatuto es universitario, he aquí desde donde solamente puede plantearse la cuestión de lo que ocurre, pero en principio ver si es posible que un discurso se titule de otra manera. Allí se introduce en su masividad, me excuso por volver a partir de un punto verdaderamente tan original, pero después de todo ya que pueden llegarme, y de personas autorizadas como lingüistas, objeciones como ésta, de que yo hago de la lingüística un uso sólo metafórico, yo debo recordar, yo debo una respuesta, cualquiera sea la ocasión en que lo haga. Y lo hago esta mañana debido a que esperaba una atmósfera más combativa. Y bien debo recordar esto: es que si yo puedo decir, [debo recordar, porque después de todo quizás me califique en algún lado] que yo sé ¿qué sé?.

Porque después que el llamado Mencius cuyo nombre les introduje última vez, quizás el llamado Mencius puede servirnos para definir. Basta.

Lo cierto es que -que Mencius me proteja-, si yo no sé a que atenerme, es necesario decir al mismo tiempo que yo no sé lo que digo. Sé lo que digo, dicho de otra manera, es lo que no quiero decir. Esa es la fecha que marca esto: que está Freud y que ha introducido el inconsciente. El inconsciente no quiere decir nada, si no quiere decir esto, que no importa lo que diga y desde donde lo sostenga, incluso si me sostengo bien, yo no sé lo que digo, y ninguno de los discursos tal como los he definido el año pasado deja esperanza, ni permite a nadie proferir algo, o pretender esperar incluso de alguna manera saber lo que dice.

Yo digo, incluso si yo no sé lo que digo -solamente sé que no lo sé y que no soy el primero en decir algo en esas condiciones, esto ya está entendido – yo digo que la causa de esto sólo debe buscarse en el lenguaje mismo. Es lo que agrego de nuevo, lo que agrego a Freud, incluso si en Freud ya esta allí patente, porque sea lo que sea lo que él demuestre del inconsciente, jamás es otra cosa que materia del lenguaje. ¿Cuál?, y bien búsquenlo, les hablaré del francés, del chino, del hebreo. Al menos querré hacerlo. Esta claro que en un cierto nivel yo causo aspereza (nota del traductor), y muy especialmente del lado de los lingüistas. Más bien es para pensar que el estatuto universitario -esto es muy evidente en los desarrollos, impone a la lingüística girar hacia una cosa extraña. De acuerdo con lo que se ve, no es dudoso. Que en esta ocasión me denuncien, Dios mío, no es muy sorprendente, ya que no es desde una definición en el campo universitario que yo me sostengo, que puedo sostenerme.

Lo divertido, es que es evidente que para algo estamos, que un cierto numero de personas entre los cuales me incluí hace un rato, agregando otros dos nombres, es claro como la lingüística ve como se acrecienta el número de sus puestos a partir de nosotros; aquello que el Ministerio De Educacion Nacional detallaba en el diario esta mañana y, además, numerosos estudiantes.

En fin, el interés, la ola de interés que contribuí a aportar a la lingüística parece que es un interés que viene de la ignorancia. Y bien, no esta tan mal. ¡Antes ignoraban, pero ahora se interesan!. Además, logré interesar a los ignorantes en algo que no era mi objetivo, porque la lingüística, voy a decírselos, me importa un comino. Lo que me interesa directamente es el lenguaje, porque pienso que es lo que tengo que hacer, pienso que tengo que vérmelas con eso cuando debo hacer un psicoanálisis. El objeto lingüístico lo tiene que definir los lingüistas. En el campo de la ciencia cada dominio progresa cuando define su objeto. Ellos lo definen como lo entienden y agregan que yo hago de él un uso metafísico. De toda maneras es curioso que los lingüistas no vean que todo uso del lenguaje, cualquiera sea, se desplaza a la metáfora, que sólo hay lenguaje metafórico, como lo demuestra toda tentativa de metalenguajear, si puedo expresarme así, que no se puede hace otra cosa que tratar de partir de lo que se define siempre cada vez, que se avanza en un esfuerzo de lógico, en definir en principio un lenguaje objeto del cual está claro, del cual se palpa en los enunciados de cualquiera de esos ensayos lógicos que es inaprehensible, el lenguaje objeto. Pertenece a la naturaleza del lenguaje -no digo de la palabra- del lenguaje mismo, que en cuanto abrochar cualquier cosa que allí signifique, el referente nunca es bueno; y es esto lo que hace un lenguaje.

Toda designación es metafórica. Sólo puede hacerse por intermedio de otra cosa. Incluso si digo eso: eso designándolo, y bien, ya implico por haberlo llamado eso que elijo no hacer otra cosa que eso. Mientras que eso no es eso, la prueba es que cuando enciendo un cigarrillo es otra cosa. Incluso al nivel del eso, de ese famoso eso que sería el reducto de lo particular, de lo individual, no podemos omitir que es un hecho de lenguaje decir eso y que al designarlo como eso no es mi cigarrillo. Lo es cuando lo fumo y cuando lo fumo no hablo de él.

El significante al cual el discurso se refiere, dado el caso, cuando hay discurso, aparece de tal forma que casi no podemos escapar de él, cuando él discurre -a eso se refiere el discurso a propósito de algo del cual, bien puede, este significante, ser el único soporte. Por su naturaleza evoca un referente. Sólo que no puede ser el bueno y es por eso que el referente siempre es real porque es imposible de designar, mediante lo cual, no podemos más que construirlo. Y se lo construye si se puede. No hay ninguna razón para que yo me prive, en fin no voy a recordárselos lo que todos ustedes saben, porque lo han leído en este montón de basura ocultista en el que [ustedes abrevan], como cada uno sabe, no hablé del Ying y del Yang, como todos ustedes saben eso: el macho y la hembra. Es algo así. He aquí el Yang y en cuanto al Ying lo haré otra vez porque no veo por qué esos carácteres chinos que sólo para algunos de ustedes representan algo, yo abusaré de ellos. Voy a servirme de ellos a pesar de todos. No estamos aquí para hacer jugarretas. Si les hablo de esto, es porque es evidente que allí esta el ejemplo de referentes inhallables. Esto no quiere decir, ¡carajo!, que no sean reales. La prueba es que estamos llenos de ellos. Si hago un uso metafórico de la lingüística, es a partir de esto, que el inconsciente no puede conformarse con una búsqueda -digo la lingüística- insostenible. Esto no impide continuarla, naturalmente, es una apuesta. Pero hice bastante uso de la apuesta para saber, para que ustedes sepan más bien, para que ustedes sospechen que eso puede servir para algo. Es tan importante perder como ganar.

La lingüística no puede ser más que una metáfora, que se fabrica para no marchar. Pero al fin de cuentas eso nos interesa mucho porque ustedes van a verlo -van a verlo: se los anuncio, es lo que les tengo que decir este año -es que el psicoanálisis, él, se desplaza a toda vela en esta misma metáfora. Aquí está lo que me sugirió este retorno, después de todo se sabe lo que es este retorno; a mi viejo y pequeño conocimiento de chino. Después de todo, ¿Por qué no entendí mal, cuando aprendí eso con mi querido maestro Dennieville?, ¡Ya era psicoanalista!

Mientras haya una lengua en la cual se lee » Wei»] se diga Wei, pero eso a la vez funciona en la fórmula Ou Wei que quiere decir no obrar, por consiguiente, eso quiere decir obrar, pero por un poquito ustedes ven Wei empleado como como, eso quiere decir como, es decir, que sirve de conjunción par hacer metáfora. O más aún eso quiere decir: en tanto que eso se refiere a tal cosa -allí se esta más aún en la metáfora-, es decir justamente que esto no es una metáfora, ya que es muy forzado referirse a eso, en fin una cosa se refiere a otra. La amplitud mayor, la flexibilidad mayor se da en el uso eventual de este término Wei que, sin embargo, quiere decir obrar. ¡Una lengua así es maravillosa!. Una lengua donde los verbos -en fin los verbos, los más verbos: obrar hay algún verbo más verbo, hay algún verbo más activo- se transforman en menudas conjunciones. Es corriente. Eso me ayudó mucho no obstante, a generalizar la función significante, incluso si eso disgustaba a algunos lingüistas que no saben el chino.

 Yo querría preguntarle a alguno, por ejemplo, como él, la doble articulación de la cual hace -en fin no obstante la doble circulación, uno se cansa -la doble articulación, ¿cómo se las arregla con ella en chino?.

¡Eh!. En chino, vean ustedes, es la primera, y sola, ya, además, sucede así, se produce un sentido que de tanto en tanto hace que como toda palabra monosilábica, no vamos a decir que está el fonema que no quiere decir nada y, además, las palabras que quieren decir algo: dos articulaciones en dos niveles. ¡Incluso el fonema, a nivel del fonema eso quiere decir algo, eso no impide que a pesar de todo cuando ustedes ponen muchos fonemas que ya juntos quieren decir algo, eso hace una gran palabra de muchas sílabas, como entre nosotros, y que tiene un sentido que no tiene relación con lo que quiere decir cada uno de los fonemas. Entonces la doble articulación, aquí hace reír. Es extraño que no se recuerde que hay una lengua así, cuando se enuncia como general una función de la doble articulación como carácterística del lenguaje.

No veo ningún incosnciente en que se piense que todo lo que digo es una idiotez, ¡Pero que se me explique!, que un lingüista venga aquí a decirme en que la doble articulación quiere…(inaudible).

Entonces este Wei, para habituarlos, se los introduzco, como se dice, muy suavemente. Les aportaré un mínimo de otros, pero que puedan servir para algo. Esto aligera las cosas, que ese verbo sea por otra parte y a la vez obrar y, además, la conjunción de la metáfora. Quizá el Im amfang war die tal como dice el otro, que el obrar estaba bien al comienzo, es quizá exactamente la misma cosa que decir: en el comienzo era el verbo. Quizá no hay otro obrar que ese. Lo que hay de terrible, es que no puedo llevarlos así como así durante mucho tiempo con la metáfora y que iré más lejos, porque si voy más lejos se extraviarán, porque precisamente lo propio de la metáfora, es no estar sola, también está la metonimia que funciona durante ese tiempo -incluso mientras les hablo-, porque no obstante está la metáfora como dicen las personas competentes, tan simpáticas que son y se llaman lingüistas. Son incluso tan competentes que se vieron forzados a inventar la noción de competencia. La lengua es la competencia en sí misma. Y, además, es verdad: uno sólo es competente en eso. Sólo que, también ellos se dieron cuenta de que hay una sola manera de probarlo: y es la perfomance. Ellos lo llaman así. Yo no tengo necesidad; yo estoy haciendo perfomance y haciéndola cuando les hablo de la metáfora, naturalmente yo los engaño, porque la única cosa interesante, es lo que pasa en la perfomance, es la producción del plus-de-gozar, del vuestro y de aquel que ustedes se imputan cuando reflexionan. Eso les pasa sobre todo cuando ustedes se preguntan que me burlo acá. Es necesario creer que eso debe darme placer. A nivel del plus-de-de gozar donde piensa, como ya lo expliqué, es a ese nivel que se hace la operación de la metonimia, gracias a lo cual pueden ser llevados aproximadamente a cualquier lado, pueden ser llevados por la nariz. No simplemente desplazados por el corredor, pero lo interesante no es llevarlos por el corredor, ni siquiera pegarles en la plaza pública; lo interesante es retenerlos acá, bien ubicados, muy juntos, muy apretados, uno contra otros. ¡Mientras estén acá, no perjudicaran a nadie!.

Esta bromita nos llevará bastante lejos porque de todas maneras a partir de acá trataremos de articular la función del Hi. Ustedes comprenden, les recuerdo esta historia del plus-de-gozar, se las recuerdo como puedo. Es cierto que sólo fue definido por mí a partir ¿de qué?. De una edificación seria, la de la relación de objeto tal como ella se desprende de la experiencia freudiana, esto no basta, ha sido necesario que yo colocara esta relación, que la plegara con la plus-valía de Marx, algo que nadie había pensado para este uso.

La plus-valía de Marx, no es fácil imaginarla. Si se inventa es en el sentido en que la palabra invención quiere decir que se encuentra una buena cosa ya bien instalada en un rinconcito, dicho de otra manera se hace un hallazgo. Para hacer un hallazgo, era necesario que eso estuviera bien pulido, esmerillado ¿por qué cosa?. Por un discurso. Entonces el plus-de-gozar, como la plus-valía, sólo se pueden detectar en un discurso desarrollado del cual no es cuestión de discutir que se pueda definirlo como el discurso del capitalista. Ustedes no son curiosos y, además, intervienen poco, de manera que el año pasado cuando les hable del discurso del Amo, nadie vino a molestarme para preguntarme cómo se situaba allí el discurso capitalista. Lo esperaba. No pido más que explicárselos, sobre todo porque es simple: apenas una cosita que gira y en vuestro discurso del Amo se muestra todo lo que hay de transformable en el discurso capitalista. Eso no es importante, la referencia a Marx, era suficiente para mostrar que eso tenía una relación profunda con el discurso del Amo. Quiero llegar a lo siguiente; para atrapar algo tan esencial como lo que esta aquí, digamos soporte -soportes: cada uno sabe que no los abrumo con eso, es la cosa de la que más desconfió, porque es con eso, naturalmente que se hacen las peores extrapolaciones, es con eso que se hace para decirlo de una vez la psicología. La psicología, nos es bien necesaria para poder llegar a pensar la función del lenguaje.

Entonces cuando me doy cuenta de que la metonimia es el soporte del plus-de-gozar es esencialmente un objeto que se desliza es imposible detener este deslizamiento en algún punto de la frase.

Sin embargo, por qué negarnos a ver que él puede ubicarse en un discurso -lingüístico o no- en un discurso que es el mío; y que lo sea sólo cuando lo tomo prestado, no al discurso, sino a la lógica del capitalista, es algo que nos introduce, o más bien nos lleva a aquello que adelanté la última vez y que dejó perplejos a algunos. Todos saben que siempre termino lo que tengo que contarles un poco al galope, porque quizás vagabundee mucho, antes perdí el tiempo, me lo dicen algunos. Que quieren cada uno tiene su ritmo. Así hago el amor. Ya les hable de una lógica subdesarrollada. A algunos eso los dejó rascándose la cabeza: ¿Que será esa lógica subdesarrollada?. Les pido perdón por esto: antes había marcado bien que aquello que vehiculiza la extensión del capitalismo, es el subdesarrollo. En fin voy a decírselos ahora porque alguien que encontré a la salida y a quien hice una confidencia: hubiere querido ilustrar la cosa diciendo que W. Nixon, es en suma Houphout-Boigny  en persona… -Usted tendría que haberlo dicho – me respondió. Y bien se los digo. La única diferencia entre los dos es que W. Nixon fue psicoanalizado de alguna manera, se dice. Y bien, ustedes ven el resultado. Cuando alguien fue psicoanalizado de una manera y esto siempre es verdad, en todos los casos, en un cierto campo, en una cierta escuela, por gente que se puede nombrar y bien: es incurable. No obstante es necesario decir las cosas como son. Es incurable e incluso va más lejos. Por ejemplo es manifiesto que alguien que ha sido psicoanalizado en algún lado en un cierto lugar, por ciertas personas y no por cualquiera, y bien ese alguien no puede comprender lo que yo digo. Eso se vió y hay pruebas. Todos los días salen libros que lo prueban. Que yo esté solo, no obstante, eso plantea cuestiones relativas a las posibilidades de la perfomance, es decir, de funcionar en un cierto discurso.

Por consiguiente, si el discurso se desarrolla de manera suficiente, hay algo -no digamos nada más- y sucede que ese algo son ustedes, pero es puro accidente; nadie sabe vuestra relación con ese algo que les interesa a pesar de todo. Y bien eso se escribe así: eso se lee en una clásica transcripción francesa: Sin. Ustedes ponen una H adelante, es la transposición inglesa, es la más reciente transposición china si no me equivoco, después de todo es puramente convencional. Esta escrito así. Se escribe Tsiw, se pronuncia Siw, [y la más reciente transcripción china, si no me equivoco, es Xing] es la naturaleza, es esta naturaleza no obstante que como ustedes han podido ver estoy lejos de excluirla del asunto. Si ustedes no están completamente sordos, pudieron observar que lo más importante que valía la pena retener en lo que les he dicho en la primera charla, es que el significante -insistí mucho-, huye por todas partes en la naturaleza. Les hablé de las estrellas de las constelaciones, más exactamente hay estrellas y estrellas … -No obstante desde hace siglos… el cielo es eso:, es el primer rasgo, aquel que está arriba y que es importante: es un plateau, un pizarrón negro ya que se me reprocha que me sirvo del pizarrón negro. ¡Es todo lo que nos queda como cielo!, mis buenos amigos, es por eso que me sirvo de él, para poner arriba lo que deben ser vuestras constelaciones.

Entonces el discurso desarrollado de manera suficiente, de este discurso resulta que todos en tanto que están y que siguen acá o en los Estados Unidos, es lo mismo e igualmente por otra parte, ustedes son subdesarrollados en relación con este discurso. Hablo de ese algo en lo cual se trata de interesarse, y que es exactamente eso  de lo cual se habla cuando de habla de vuestro subdesarrollo.

¿Dónde situarlo exactamente?, ¿qué decir de eso?. No es hacer filosofía preguntar lo que pasa cuando ella es la substancia. Hay cosas en este querido Weng Tsen. Y como después de todo no tengo razones parta hacer que se droguen, verdaderamente no tengo ninguna esperanza de que hagan el esfuerzo de meter la nariz allí, además, voy a ir, ¿por qué no?, a eso que deberé facilitar con tres pisos de peldaños, sobre todo porque allí él nos dice cosas muy interesante. Hay una cosa, por otra parte no se sabe como surge eso, sólo Dios sabe como está hecho, es un collage, las cosas suceden, como se dice, y no se juntan.  [En resumen:     {irreconocible} al lado de esta noción de sing] En fin, de la naturaleza, surge, de repente, aquella del Wing, decreto del cielo. Evidentemente podré atenerme al Wing, decreto del cielo, es decir, continuar mi discurso, lo que en suma quiere decir: es así porque es así, un día la ciencia brotó en nuestro terreno. Al mismo tiempo el capitalismo hacia de la suyas, y, además, Dios mío, ¿hay algo así como un -no sé por qué- decreto del cielo -está Marx que en suma aseguró al capitalismo una supervivencia bastante larga? Y, además, esta Freud que se repente se inquietó por algo que manifiestamente se volvía el único elemento de interés que tuvo todavía alguna relación con esta cosa que antaño se había soñado y que se llama el conocimiento. En fin en una época en donde no había la menor huella de algo que tuviese un sentido parecido, el se dio cuenta que estaba el síntoma. Nosotros estamos en este punto. El síntoma, ustedes se orientan con esto, todos, en tanto son. La única cosa que les interesa, que no es un fracaso total, que no es simplemente inepta como información, son las cosas que tienen apariencia de síntoma, es decir, en principio cosas que les hacen signo, pero de las cuales no se comprende nada. Es la única cosa segura. Les diré como…El hombre, es intraducible -es así, es precisamente el tipo- hecho muy curioso, estos juegos malabares y de intercambio entre el Sin y el Wing. Evidente es muy difícil como para hoy les hable de esto, pero lo pongo en el horizonte, en la punta, para decirles que es necesario llegar acá, ya que de todas maneras el Sin[g], ese algo que no va, que está subdesarrollado, es precisamente saber donde ubicarlo. Que quiere decir la naturaleza, no es muy satisfactorio, dado el estado en que están las cosas en cuanto a la historia natural. Este Sin[g] no hay ninguna posibilidad para que lo encontremos en esas cosas terriblemente difícil de obtener, de cercar que se llama el plus- de-gozar. Si es tan escurridizo, no es tan fácil ponerle las manos encima. De todos modos cuando hablamos de subdesarrollo no nos referimos por  cierto a eso.

Sé bien que es necesario terminar porque, ¡oh Dios!, la hora avanza, voy a dejarlos quizás sin aliento. De todas maneras voy a volver hacia atrás en el plano del obrar metafórico, y para decirles en que, ya que hoy eso fue mi pivote, la lingüística convenientemente filtrada, criticada, focalizada, en fin para decirlo de una vez, con la condición de que hagamos exactamente lo que queremos; y de lo que hacen los lingüistas, ¿por qué no sacar provecho? Puede suceder que hagan algo útil. Si la lingüística es lo que decía hace un rato: una metáfora que se fabrica a propósito para no marchar, quizás eso podría dar ideas para lo podría ser, para nosotros, nuestro objetivo. De donde nosotros, nosotros tenemos a Weng Tsen y a algunos otros: en su época, ellos sabían lo que seguían; porque sería preciso no confundir el subdesarrollo con el retorno a un estado arcaico. No es porque Weng Tsen vivía en el siglo III antes de J.C: que se los presento como una mentalidad primitiva. Se los presentó como alguien que en

lo decía, sabía probablemente una parte de las cosas que no sabemos cuando decíamos la misma cosa. Entonces eso es quizá lo que puede servirnos. Aprender con él a sostener una metáfora, no fabricada para no marchar, sino de la cual se pueda suspender la acción: quizá esta es la vía necesaria – hoy me quedaré acá- para un discurso que no sería de la apariencia.