Las propiedades del sistema Inconsciente: El Comercio entre dos sistemas

Las propiedades del sistema Inconsciente: El Comercio entre dos sistemas

Se refiere a que el Icc no permanece en reposo, ni tampoco todo se reduce a la represión. Es decir, lo inconsciente es más basto que lo reprimido. Posteriormente dará gran importancia a lo que desde siempre fue in-consciente (inconsciente primordial). El Icc es considerado un Sistema que se continúa en sus retoños, que son accesibles a las contingencias de la vida e influyen de continuo sobre el Prcc y a su vez está sometido a la influencia de parte de este. Es permanentemente influido por las vicisitudes de la vida.
No es posible establecer una separación límpida, nítida de los dos sistemas psíquicos. En este punto, resalto nuevamente la importancia de los “Aparatos” que construye Freud como posibilidad de posibilitar una representación (de lo no representable) de estos procesos.
Freud introduce en este punto las formaciones de la fantasía, como mestizas, constituidas por elementos de los dos sistemas. Considera que constituyen la etapa previa a la formación de síntoma o sueños. Tanto en los normales como en los neuróticos. A pesar de tener una alta organización, permanecen reprimidas y no pueden devenir conscientes. Además de esta modalidad de retoño de lo inconsciente (la fantasía), otros tantos retoños son también de alta organización, son las formaciones sustitutivas, que a pesar de tener también una alta organización, si logran establecer una relación favorable con una contrainvestidura Prcc, logran irrumpir en la conciencia. En este sentido, en “La sinopsis de las neurosis de transferencia – ensayo de metapsicología” (Ibid.. Pág. 70) establece, como lo hemos mencionado anteriormente, algunas relaciones y diferencias entre síntomas y formaciones sustitutivas. En el punto c) dice que ambas corresponden al retorno de lo reprimido, al fracaso de la represión. Considera de deben tomarse por separado y más tarde confluirán. “Esta confluencia se da, en su forma más completa, en la histeria de conversión, donde la substitución es igual al síntoma; no hay nada más que separar”. (Ibid.. Pág. 71). Considera que en la histeria de angustia (fobia), la formación substitutiva posibilita a lo reprimido el primer retorno. En el caso de las neurosis obsesivas la formación substitutivas y la formación de síntoma se separan nítidamente. La primera formación substitutiva (de lo reprimido) es suministrada mediante la contrainvestidura, no es un síntoma. “En cambio los posteriores síntomas de la neurosis obsesiva suelen ser de manera preponderante un retorno de lo reprimido, a la vez que la participación en ellos de lo reprimente es menor. La formación de síntomas, de la cual parte nuestro estudio, coincide siempre con el retorno de lo reprimido y acontece con ayuda de la regresión y de las fijaciones predisponentes. Una ley general dice que la regresión retrocede hasta la fijación y que desde allí se impone en retorno de lo reprimido” (Ibid.. Págs. 71 – 72). En este trabajo se refiere a la regresión, que considerará como: tópica, formal y temporal. La considera el factor y el destino pulsional más interesante. Considera que en la histeria de angustia no entra en consideración, porque regresa claramente a la histeria de una angustia infantil. En las otras dos es muy diferente: en la histeria de conversión hay una fuerte regresión del yo, de un retorno a la fase en la que no hay división entre preconsciente e inconsciente, es decir, no hay lenguaje no hay censura. Sirve, no obstante la regresión para la formación de síntomas y para el retorno de lo reprimido. En la neurosis obsesiva la moción pulsional se expresa en modo distinto. La regresión es una regresión de libido, no sirve al retorno (de lo reprimido) sino a la represión. Primero como defensa se lleva a cabo una organización regresiva, que no es una inhibición del desarrollo, sólo entonces la organización regresiva y libidinal sufren una típica represión, que, no obstante, permanece sin éxito.
Freud desarrolla el concepto de fijación en su trabajo sobre La Represión. La fijación consiste en la imposibilidad de acceso a la conciencia de un representante de la representación, es decir, de un representante que es el modo de inscripción psíquica de la pulsión. Le llama también agencia representante o representativa de la pulsión. Esto reprimido primario queda excluido de la conciencia y no tiene posibilidades de retorno. En esta represión primaria solamente actúa una fuerza, la contrainsvestidura que desaloja a la representación de la conciencia. Esto permanecerá para siempre inconsciente. Los “retoños”, lo que retorna, son como los brotes de eso reprimido primordialmente. Estos retoños que se expresan en retorno de lo reprimido podrán tener éxito si logran una cierta desfiguración y logran burlar a la censura. La represión es altamente individual y móvil, de manera que un mínimo cambio en las representaciones puede lograr que algunas de estas accedan a la conciencia.

La represión secundaria o posrepresión o represión propiamente dicha será la resultante, a diferencia de la primaria, de dos fuerzas: una de la Cc que desaloja y una Icc que atrae hacía sí.
Retomando nuestro desarrollo del comienzo del capítulo, Freud advierte sobre la complejidad de este proceso de devenir consciente, puesto que no se trata de vínculos simples. Considera importante el poder emancipar-nos de la significatividad del síntoma (los sentidos del síntoma), puesto que esta es una “condición de consciente” (Lo inconsciente. Pág.189).
Acerca de un tema de particular interés, la percepción, considera que todos los caminos que van desde la percepción hasta el Icc permanecen expeditos, y sólo los que regresan de él son sometidos a bloqueo de represión. Recordemos que la percepción no “refleja” el objeto ni la realidad.
Finalizando este capítulo hace una consideración de interés: “Una división tajante y definitiva del contenido de los dos sistemas no se establece, por regla general, hasta la pubertad” (Ibid.. Pág. 192).