Lo real sin ley y el cuerpo: “Hablar con el cuerpo. La crisis de las normas y la agitación de lo real”

Lo real sin ley y el cuerpo

“Hablar con el cuerpo. La crisis de las normas y la agitación de lo real”

Fuente: Virtualia – Revista Digital de Escuela de Orientación Lacaniana – #26 – Editorial 26: “Límite”

Por Claudio Godoy

Lo real sin ley y el cuerpo

María Teresa Pérez

1 – Lo real sin ley

Lo real sin ley es la fórmula que da testimonio de una ruptura total entre la naturaleza y lo real. Afirma que la naturaleza ya no

regula lo real como lo hacía en épocas anteriores. Como consecuencia del desorden simbólico del siglo XXI se develó el agujero de

saber en lo real; esto es, para el psicoanálisis, la inexistencia de la proporción sexual en la especie humana. Como agentes de dicho

develamiento mencionamos la combinación del avance científico y del capitalismo [1].

Ese agujero de saber en lo real es lo que comparten todos los seres humanos, y también todas las estructuras clínicas freudianas,

neurosis, psicosis y perversión.

Eso común a la especie humana, la experiencia originaria del inquietante, traumatizante, encuentro con el lenguaje hace a “todo

el mundo loco”, aunque no de la misma manera, ni en forma, ni en magnitud.

“El psicótico es un sujeto que verifica en su sufrimiento el estatuto de ser hablado, que el neurótico olvida al identificarse con el sujeto

que habla, el neurótico piensa que él es el que habla y olvida que es hablado, mientras que el psicótico lo dice abiertamente, tiene el

padecimiento de ser hablado por el Otro” [2].

¿El traumatismo de la lengua cómo incide en la construcción de los cuerpos, en la época de la orfandad del padre?

Del mismo modo que incide en los orígenes mismos del sujeto, y en el atravesamiento del organismo, es decir en la construcción

del parlêtre.

El psicoanálisis verifica los efectos que las transformaciones sociales -ciencia y capitalismo- provocan en la subjetividad de los

seres humanos y, consecuentemente en las construcciones de los cuerpos, aquello que a partir de la práctica clínica se evidencia

como un incremento de síntomas con marcado compromiso corporal: anorexia, bulimia, adicciones, hiperactividad en los niños,

casos raros en relación a las categorías clásicas de Neurosis y de Psicosis.

Ese ser hablado por el Otro es determinante de la conceptualización universal sobre la constitución subjetiva a la que llegó

Lacan, después de 20 años de práctica clínica con la psicosis. Por eso en los años 50 había escrito en el frontispicio de la sala

de guardia de Sainte Anne “No es loco quien quiere, sino quien puede”, y en los años 70 sostiene: “todo el mundo es loco”. Si

bien son afirmaciones contrarias, queremos destacar lo que en ambas se mantiene como constante en su enseñanza, más allá

del reordenamiento que produjo con la llamada primera clínica -la discontinuista- y de la deconstrucción de fronteras de la

segunda, la llamada clínica de los nudos o continuista. De lo que se trata en la práctica clínica de la orientación lacaniana es de la

restauración de la consistencia clínica del síntoma freudiano.

2 – Del Cuerpo hablante al cuerpo silencioso.

Lacan recoge de Heidegger la tesis de que lo que especifica al ser humano es habitar el lenguaje, y toma cierta distancia de la tesis

de Chomsky que considera el “lenguaje como órgano” del ser humano pero deja sin resolver la cuestión en la que Lacan pone

énfasis: ¿Cómo hace cada cual para hacer de él un instrumento? [3], [4].

Habitar el lenguaje no es más que una envoltura; el sujeto está efectivamente en la palabra antes de tener un cuerpo, antes de

nacer, y permanece ahí aun después de la muerte. La duración del sujeto excede la temporalidad del cuerpo en la memoria que

de él se guarda en la sepultura.

El lenguaje permite un margen temporal más allá de la vida del cuerpo viviente, y en la anticipación del sujeto antes que nazca su

cuerpo, pero si bien la vida en ese sentido puede ir más allá del cuerpo, sólo del cuerpo viviente se puede gozar; “el cuerpo viviente

es el cuerpo afectado de goce”[5].

Del encuentro azaroso, contingente, entre el cuerpo y el significante, el goce es el producto.

Hablamos con el cuerpo, a partir de un goce que ha quedado fijado alguna vez y para siempre, un cuerpo que habla sin palabras

es un cuerpo que goza.

¿Cómo reducir ese goce, que es irreductible al desciframiento en tanto agujero del saber en lo real, escritura de lo real, inscripción

corporal, cuando el desorden, y/o la devastación de lo simbólico, debilitan el amor al padre, o la búsqueda de la identificación del

lado de la Metáfora Paterna?

3- Fenómenos del cuerpo. Disyunción entre el cuerpo y la función.

Con el concepto de pulsión Freud dio cuenta de que el ser humano no cuenta con un saber sobre cómo vivir la sexualidad, cómo

autoconservarse. A diferencia del animal donde hay un saber que no es disyunto con los fenómenos vitales tal como si en ellos

hubiera una identificación inmediata con el cuerpo.

No es el caso del hombre. Mencionamos algunos ejemplos de dichos fenómenos de separación del cuerpo:

Juanito, el caso freudiano, es un ejemplo de la posición de ex-sistencia. Tiene sus órganos sexuales, pero no sabe qué función

cumplen más allá de las evidentes funciones del organismo.

En los fenómenos histéricos es frecuente la marcada indiferencia del sujeto con su cuerpo, al mismo tiempo que se fascina por el

cuerpo ideal, de la Otra.

En una presentación de enfermos realizada por Jacques Lacan, dice de una paciente que “es una enferma de la mentalidad”, que

“no tiene cuerpo”, que “es un vestido vacío” [6].

En la esquizofrenia se manifiesta una separación más aguda entre sus órganos y sus funciones, problema que lleva al enfermo a

inventar recursos varios para poder hacer uso de su cuerpo y de sus órganos.

Joyce da testimonio de la relación separada de su cuerpo, en Stephen el héroe, con un “dejar caer” el cuerpo, luego de haber recibido

una paliza [7].

La protagonista de la novela El arrebato de Lol V. Stein, de Marguerite Duras es alguien que está en la búsqueda de un cuerpo. Que

nunca tuvo cuerpo le es revelado en el momento en que aparece el cuerpo sublime de la otra mujer [8].

4 – Del cuerpo silencioso a tener un cuerpo.

En los textos freudianos “Estudios sobre la histeria”, “Tres Ensayos para una teoría sexual”, la “Carta 52” de su correspondencia

con Fliess, ubicamos antecedentes del síntoma como escritura. En forma resumida: Freud afirma allí que lo que se produce como

síntoma -la defensa patológica- es a raíz de algo que carece de traducción. Ese algo, como raíz del síntoma, que debiera de haberse

traducido y no se hizo es lo que queda fijado y constituye la base del síntoma. Esa inscripción fundante del síntoma, Lacan la

cataloga, como la insistencia de la escritura del síntoma en el sentido de goce -que es siempre pulsional-, ese algo que está allí sin

ningún sentido, y se repite.

Nos referimos así a lo real del síntoma, al síntoma como acontecimiento del cuerpo, modo en que traduce Miller a la presencia de

la pulsión de muerte en el síntoma, que va más allá de la homeostasis y del placer, esto es a la presencia de aquella inscripción

freudiana, más allá del ser hablado, esto es al parlêtre.

Ante lo universal de lo Real sin ley, cada parlêtre construye el singular acontecimiento de cuerpo, el cuerpo silencioso afectado de

goce que motiva a armar ficciones y crear sentidos. Es este cuerpo que habla, el que está en la perspectiva de toda interpretación

a fin de separarlo del saber ficcional y por lo tanto desnudar lo Real, al modo de goce que da consistencia al síntoma de cada uno.

Resumimos así distintos tiempos de un análisis cuyo horizonte es la identificación al síntoma, identificación a un cuerpo.

Destacamos este uso original que el psicoanálisis hace del síntoma en tanto singular, ya que es eso lo que lo diferencia de todas las

disciplinas que tratan al cuerpo, y además, va más allá de toda clasificación.

Notas

1. Miller, J.-A., “Lo real en el siglo XXI”, Revista Lacaniana de psicoanálisis Nª13, E.O.L. 2012.

2. Miller, J.-A., Discurso de apertura del Servicio de Jacques Lacan, 1983.

3. Lacan, J., “El Atolondradicho”, Escansión N1, Paidós, Fundación del Campo Freudiano, Bs. As., 1984, P 65.

4. Lacan, J., El Seminario, Libro 23, El Sinthome, Paidós, Buenos Aires, 2006.

5. Miller, J.-A., Biología Lacaniana y Acontecimiento del Cuerpo, Colección Diva, Bs. As, 2002, pág. 26, (las itálicas son nuestras).

6. Miller, J.-A., “Enseñanzas de la presentación de enfermos”. Matemas I, Manantial, Bs. As., 1987, pág. 155.

7. Lacan, J., “Joyce el Síntoma”, Otros Escritos, Paidós, pág. 591.

8. Lacan, J., “Homenaje a Marguerite Duras, por el arrobamiento de Lol V. Stein”. Otros Escritos, Paidós, 2012, pág. 209.

Bibliografía

• Brodsky Graciela, “La Locura nuestra de cada día”. Colección Mundo Psicoanalítico Nº I8, Ed. Pomaire, 2012.

• Laurent Eric, Blog-Note del síntoma, Tres Haches, 2006.

• Miller Jacques-Alain, Biología Lacaniana y Acontecimiento del Cuerpo, Colección Diva .Bs. As, 2002.

• Fruchtnicht Viviana, La Orientación es el síntoma, Grama, 2009, Bs As.

• Laurent Eric, Usos actuales de la clínica.

• Miller Jacques-Alain, “Ironia”, Uno por Uno. Nº 34, España, 1993.

• Miller Jacques-Alain, El lugar y el lazo, Paidós, 2013.