Los grandes movimientos psicológicos del siglo XIX

Grandes Movimientos Psicológicos del S. XIX

Los grandes movimientos psicológicos del siglo XIX

A lo largo del siglo XIX se va conformando una Psicología del comportamiento normal y anormal, reconociendo su incapacidad para aprehender un proyecto global del ser humano. En poco tiempo van apareciendo escuelas y corrientes psicológicas que defienden, en ocasiones, objetos de estudio diferentes o restringen en exceso su contenido. Surge la Psicofísica que estudia las relaciones entre las sensaciones y sus magnitudes físicas. El representante más significativo es Ernst Weber (1795- 1878), que realizó investigaciones acerca de las sensaciones, en especial las táctiles y las visuales, desde la Fisiología. A su vez, el filósofo Gustav Fechner (1801-1887), apoyándose en los trabajos de Weber, dedujo una ley más precisa bajo la fórmula siguiente: la sensación crece como el logaritmo de la excitación, que se conoce como ley de Weber-Fechner. Su libro “Elementos de Psicofísica” (1860), supone la creación de la ciencia psicológica, ya que plantea por primera vez que la mente humana puede ser estudiada cuantitativamente. Por último, Herman von Helmholtz (1821-1894), promovió los estudios de la Psicofísica sobre la mente y su relación con la fisiología.
En este relato es necesario dedicar un espacio especial a Wilhelm Wundt (1838–1920), que se considera el auténtico “Padre de la Psicología Científica” (se definió a sí mismo como psicólogo).
Fundó un Laboratorio en Leipzig (Alemania, 1879) que constituye el lugar y el momento del inicio de la Psicología Experimental en el mundo. En “Principios de la psicología fisiológica” (1873/74), establece que la Psicología es una ciencia experimental que utiliza métodos derivados de la fisiología y desarrolla la teoría introspeccionista. Para la divulgación de los trabajos científicos del laboratorio se crea la revista “Philosophische” (1883). Edward B. Tichener (1867-1927), principal discípulo de Wundt, no valoró el factor subjetivo de la voluntad y asumió un sistema conceptual completamente naturalista. Para él, la investigación psicológica debe describir los contenidos -elementales- de la conciencia, así como las leyes en que éstos se suceden y combinan. El único método de indagación de la psicología ticheneriana está representado por la “introspección sistemática” que debe ser realizada por observadores especializados.
En el campo de la Biología, sin duda ninguna, es Charles Darwin (1809–1882), la figura más relevante y un personaje imprescindible para la Psicología. Su atinada exposición sobre los mecanismos de la evolución alteró la distinción radical entre los animales y los seres humanos.
Sostiene, que el hombre viene de una especie menos evolucionada que se ha ido diferenciando, desde tiempos muy remotos, gracias a un pequeño cambio cromosómico.
Sus obras más importantes son:
“El origen de las especies” (1859), “El origen del hombre” (1871) y “Expresión de las Emociones en el Hombre y en los Animales” (1872).
Desde mediados del siglo XIX la Psicología pasa a ser evolucionista, llegando a afirmar Herbert Spencer (1820–1903), que “si es verdadera la doctrina de la evolución, la inferencia inevitable es que la mente sólo puede entenderse observando cómo ha evolucionado”. Pero también el funcionalismo afecta a la naciente Psicología y define el comportamiento humano como adaptación al medio. La Psicología Comparada o psicología animal sostiene que no hay grandes diferencias entre el comportamiento humano y el animal, y la Psicología Diferencial a su vez establece que cada persona se adapta de forma distinta según sean sus características, ante la misma circunstancia, porque somos diferentes. Por último, en Alemania empieza a estudiarse la psicología de los pueblos o Psicología Etnológica, que observa a los distintos pueblos y razas y su sentimiento de nacionalismo.