Los textos metapsicológicos

En el año 1915 (1914 – 1914) Freud escribe y publica luego, una serie de trabajos de singular valor para el Psicoanálisis. Les llama Trabajos sobre Metapsicología, puesto que pretenden ir más allá de la Psicología. Todos estos textos se encuentran en el Tomo XIV de la Edición de Amorrortu. No todos los escritos forman parte de la metapsicología, pero debemos llamar la atención sobre el hecho de que el primer trabajo es “Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico” (1914). Es este un primer intento de revisión histórica de su descubrimiento. En este texto la polémica central ya no es con Fliess. El otro aquí es Jung, siempre habrá en Freud un “otro” amigo o enemigo en el transcurso de su obra. Un lugar apropiado para desarrollar esta re-lación será al tratar el tema del Narcisismo, particularmente la cuestión de la libido y él yo. Freud podrá decir, en esa época, que parte de la libido homosexual colocada en Fliess (transferencia) podría tener ahora otros destinos.
Los trabajos de esta época son particularmente notables por su actualidad. Estos son: (me permito incluir entre los mismos al texto previo anterior): Introducción del Narcisismo (1914), en donde “un nuevo acto psíquico” es necesario para que se constituya él Yo humano, una historización del narcisismo de los padres al narcisismo de los hijos, el campo de las pasiones, el amor, el odio. Este texto es el eje de desarrollo de la Unidad VI del Programa de la asignatura.
La Introducción . . . ocupa un lugar muy especial, puesto que se encuentra entre los dos grandes escritos sobre las pulsiones, uno previo: Tres ensayos de una teoría sexual (1905) y el de la metapsicología: Pulsiones y destinos de pulsión (ambos se estudian en la Unidad IV). Es un ejemplo interesante acerca de las lecturas en secuencia cronológica o a posteriori. Me refiero a este punto porque la comprensión del Narcisismo es necesaria para poder comprender el trayecto o circulación pulsional, es decir el movimiento – circulación de las pulsio-nes que suponen la constitución de un yo, más aún, juega un papel importante en la misma.
Pulsiones y destinos de pulsión: trata de la historia del ser humano, construida a partir de las pulsiones parciales que son siempre inconscientes, de la sexualidad infantil, en su empuje de periodicidad constante. Texto central de la unidad V del programa. A este texto se había anticipado ya (Tres ensayos de una teoría sexual, del año 1905) las fases de desarrollo de la libido, a las que llamará la primera serie pulsional (autoerotismo, punto de partida común de ambas series, y fases oral, anal, fálico-castrado, latencias y genitalidad). La segunda serie pulsional (serie de la elección de objeto) la precede y es formulada en ocasión del estudio del Caso Schreber (1910 – 1911), anticipando la importancia de una nueva fase o momento necesario: la constitución del narcisismo (Autoerotismo, Narcisismo, fase de elección homosexual y fase de elección heterosexual). Debemos tomar en consideración que es en el estudio de un texto autobiográfico (la autobiografía de Schreber), indagando en la Psicosis Paranoica, donde encontramos el antecedente más importante en sus formula-ciones sobre la constitución del yo humano.
La Represión (“piedra angular de Psicoanálisis”), es fundante de lo inconsciente, y en su fracaso, el retorno de lo reprimido, se manifiesta en la formación de síntomas. Recordemos que la palabra alemana bildung significa o puede ser traducida tanto como síntoma o formación de síntoma. Conceptualizará la Represión Primaria, que produce la primera escisión del psiquismo y la Represión Secundaria, posrepresión o represión propia-mente dicha, en relación con el retorno de lo reprimido.
La angustia es el motor de la represión. Años después se articulará fundamentalmente con la angustia de castración. La angustia frente a la amenaza de castración en la constelación edípica. Se podrá apreciar que lo reprimido primario corresponde al Edipo y la Castración que “se va a los fundamentos”. Es decir, la represión del incesto (el tabú del incesto) y la prohibición de matar al padre (parricidio) constituirán las leyes a partir de las cuales se funda la Cultura (Íbid.Tótem y tabú.) 1912 – 1913). Volumen 13. Amorrortu), a partir de las cuales el cachorro humano es introducido – se introduce en la cultura.
En este texto, como en otros, podremos apreciar porqué llamamos al proceso de formación de síntomas ex-puesto en el manuscrito K: La fórmula canónica de la formación de síntomas, su nombre completo es: Manus-crito K. Las neurosis de defensa (Un cuento de Navidad). (Tomo I. Fragmentos de la correspondencia con Fliess. Pág. 260). Esto es así, porque en lo esencial, esta postulación se sostendrá en toda su obra.
Así como hasta este momento había considerado como defensas fundamentales el asco, la moral y la ver-güenza, La Angustia devendrá el motor fundamental de La Represión. La angustia será considerada “ la mo-neda de cambio” neurótica, intercambiable por cualquier sentimiento o expresión consciente de cualquier moción pulsional.
Lo Inconsciente, continúa necesariamente en la secuencia al acto psíquico que lo funda (la represión). Nos referiremos luego, con mayores detalles a este escrito central de su obra. Consideraremos entre otras a las hipótesis a partir de las cuales fundamenta el concepto de Inconsciente y a las representaciones cosas y representaciones palabras como registros representacionales de los sistemas psíquicos.
Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños (1915 –1917). Freud retoma algunos conceptos esenciales de la Interpretación de los sueños (1899), fundamentalmente en el sueño como cumplimiento dis-frazado de deseos inconscientes sexuales infantiles reprimidos. Revisa, además, conceptos esenciales como recuerdo, percepción, memoria y regresión. Establece una diferencia importante entre lo alucinatorio del sueño y las psicosis alucinatorias. El sueño es un proceso alucinatorio, pero a diferencia de las psicosis con estas características, en el sueño estamos dormidos. Establece relaciones interesantes, aunque complejas, entre la Percepción y los sistemas consciente e inconsciente. Privilegia la relación de la Percepción con lo Inconscien-te. Con lo cual puede ser perfectamente homologada a un retorno de lo reprimido. Queda claramente explica-do que en ningún caso la Percepción es un reflejo de la realidad exterior. En este sentido, Freud es Kantiano: la percepción no es un “reflejo” de la realidad.
En Duelo y melancolía (1915 – 1917), continúa la línea de Introducción al narcisismo, en lo que hace a la cons-titución íntima del Yo humano. Establece la diferencia entre duelo como fenómeno normal (constitutivo del psiquismo) y patológico, a la vez que abre una vía importante mediante la constitución de una “instancia críti-ca” a la constitución del Superyó – Ideal del yo: “la sombra del objeto cae sobre él yo” (en la melancolía). Utili-za el modelo de la melancolía para comprender el duelo normal.
Respecto a las pérdidas de objeto (tengamos presente que objeto no es nunca algo ya dado, sino algo cons-truido), enfocaremos, en cada temática, la pérdida del objeto del deseo (en el estudio de los sueños), la pérdida del objeto pulsional (en Tres ensayos . .) y la pérdida del objeto de amor (Narcisismo y castración).
Entre otros varios trabajos que nunca llegaron a publicarse, muy recientemente conocimos la “Sinopsis de las neurosis de transferencia” (1915), (Ediciones Ariel, traducida al español en 1989). En este texto especifica que “la represión tiene lugar en las tres (neurosis de transferencia) en la fontera de los sistemas preconsciente e inconsciente; consiste en una retirada u objeción de la investidura preconsciente y es asegurada por un tipo de contrainvestidura. En la neurosis obsesiva ésta se desplaza, en estadios más tardíos, al límite entre precons-ciente y consciente. Nos daremos cuenta de que en el grupo siguiente (las neurosis narcisistas) la represión tiene otra tópica; se amplía entonces el concepto de escisión [Spaltung]. El punto de vista tópico no debe so-brestimares en el sentido de suponer que todo comercio entre ambos sistemas [preconsciente e inconsciente] quedaría interrumpido. Será, por tanto, más esencial todavía [determinar] en qué elementos se introduce esta barrera” (Íbid. Pág.69).
Freud establece en este texto una diferencia interesante entre formación substitutiva y síntoma, que no sostiene de manera consistente en su obra. En la histeria de conversión ambas convergen en el síntoma, en las fobias se establece una separación entre la formación substitutiva y el síntoma, al que precede. Por ejemplo una moción tierna reprimida puede expresarse en un rasgo de conducta (sobreinvestidura) contraria a la moción pulsional reprimida. Posteriormente por desplazamientos y proyecciones se constituirá un objeto, animal, lugar o persona como objeto fobígeno, a los que se teme, porque son desencadenantes de angustia. La mayor separación se establece en la neurosis obsesiva. Estas diferencias se establecen en tanto formación substitu-tiva es contrainsvestidura y se contrapone al retorno de lo reprimido. Cuando se produce el retorno de lo reprimido ya hay síntomas. Esto es un fracaso de la represión.
Daremos un ejemplo, que como hemos dicho, es siempre Psicoanálisis Aplicado: en un hospital se encuentra internado un joven obrero que sufrió lesiones muy graves en sus miembros inferiores (en sus piernas). Estas lesiones implicaban la posibilidad cierta de que se le tuviera que amputar una o las dos piernas. En esta situa-ción la esposa realizaba trámites referidos a la internación y posible acto quirúrgico. En un momento determinado regresa a la habitación de su esposo y lo encuentra en una situación de índole “amorosa” con una en-fermera. Aclaro que se trataba de una pareja que no había tenido problemas significativos en su relación. Existía una muy satisfactoria, relación familiar, para ellos. Esto produce como efecto una conmoción que se difunde y manifiesta en diversos aspectos de la internación del paciente. A partir de la misma, se solicita una interconsulta con el Servicio de Psicopatología. Nos preguntamos que había pasado, puesto que esto provoca mucho revuelo en el ambiente y particularmente, como es comprensible, del paciente con su esposa. ¿Cómo podemos comprender y por lo tanto interpretar?. La “reacción amorosa” era una contrainsvestidura, una for-mación substitutiva en contra de la emergencia de angustia que le provocaba a este joven obrero la posibilidad de perder una o las dos piernas. Llevó a cabo un desplazamiento, ahora el “cortar”, el “corte” se establecía como posibilidad entre él y su esposa. Esta es una forma posible de defensa frente a la angustia. En este caso se manifestó, también o por medio de una “actuación”. Esto posibilitaba mantener reprimidas las representa-ciones de pérdida dolorosa, insoportables, angustiantes: quedar mutilado.
Los trabajos sobre metapsicología versan sobre lo que Freud llama Teoría Psicológica General. A algunos de ellos los leerán en las distintas unidades del programa. Tomaremos algunos aspectos de los mismos para conceptualizar lo que Freud entiende por Psicoanálisis. En general nos referimos a ellos como la Primera Tó-pica Freudiana, en tanto las elaboraciones corresponden a un Aparato Psíquico constituido por Sistemas: Sistema inconsciente // Preconsciente / Consciente. La doble barra corresponde al lugar que ocupará la repre-sión. La barra simple a la censura entre lo Preconsciente y la Conciencia.
La segunda tópica refiere a los trabajos posteriores a 1919, en donde reencuentra – redescubre las pulsiones, en lo que las caracteriza de irreprimibles y las diferencia de cualquier estímulo. Frente a lo pulsional no hay huida, el aparato psíquico trabaja o trabaja. Esto la diferencia de un estímulo, frente al cual es posible la huida: en la compulsión de repetición.
Las nuevas formulaciones acerca del Aparato Psíquico se estudiarán como las Instancias psíquicas: Yo, Ello y Superyó.