Los trastornos de la personalidad

Trastorno de la personalidad limítrofe o fronteriza.
Este se reconoció oficialmente como un diagnostico en 1980. Desde ese momento, la categoría limítrofe o fronteriza se ha empleado con tanta frecuencia, que 20% de los pacientes psiquiátricos reciben este diagnóstico y se calcula que ocurre entre tres y cinco por ciento de la población general(francés y Widiger,1986).
Los comportamientos autodetructivos se conocen como la “especialidad conductual” de aquéllos que tienen el trastorno de la personalidad limítrofe o fronteriza.
La autodestrucción es la característica de los individuos con personalidad limítrofe o fronteriza que genera más problemas para aquellas personas que tratan de ayudarles.
Las personas con este tipo de padecimiento reaccionan de maneras excesivas, pueden estallar en cólera al percibir un desaire o una critica.
Cuando se trastornan emocionalmente emocionalmente, sienten desintegrarse y son incapaces de pensar de una manera lógica para solucionar un problema.
Con frecuencia se sienten vacíos y aburridos y “desintegrados” y buscaran sensaciones extremas para sentirse “íntegros” o sentir algo. pueden cometer excesos (ingiriendo comidas, fármacos) por consuelo, lo que con frecuencia resulta en una espiral descendiente de estrés, presiones económicas y fracasos.
Paradójicamente, no soportan estar solas, aunque su conducta hace imposible que mantengan relaciones duraderas con los demás.
Pueden cambiar de un estado de animo normal a la depresión, irritabilidad o ansiedad que dura varias horas y después desaparece.

Trastorno de la personalidad antisocial
Este se relaciona con el crimen, la violencia y la delincuencia.
Las características esenciales de este trastornos incluyen antecedentes de trastorno de la conducta a nivel crónico. Este comportamiento empieza antes de los 15 años y continúa durante la edad adulta.
En algunos de los comportamientos siguientes, se pueden encontrar evidencias de un trastorno de la conducta antes de los 15 años de edad:
• Haraganería;
• Suspensión de la escuela;
• Arresto;
• Huir de casa;
• Decir mentiras;
• Participar en relaciones sexuales;
• Consumir alcohol, tabaco, u otras drogas no prescritas, en una edad muy temprana en comparación con sus compañeros;
• Robo;
• Vandalismo;
• Participación en peleas;
• Y violación de las reglas de la casa y la escuela.
El patrón de comportamiento irresponsable o antisocial después de los 15 años incluye varias de estas características:
• Inestabilidad para conservar un registro de trabajo consciente;
• Actos antisociales repetidos, como robar, destruir una propiedad, y molestar a otras personas;
• Peleas o agresiones repetidas;
• Fracaso para cumplir con las obligaciones económicas;
• Fracaso para planear con anticipación;
• Imprudencia, sobre todo al manejar;
• Malos tratos o descuido de los hijos;
• Promiscuidad sexual;
• Y ausencia total de remordimientos al dañar a otras personas.

Desde el punto de vista de la psicología anormal, las propiedades que definen las personalidades antisociales no son los actos particulares que realizan (por ejemplo, robar un Banco o asaltar una tienda), sino la concepción tan arraigada que tiene de la vida.
Parece que siempre participan en un juego en el cual los demás individuos existen como piezas que se pueden manipular y utilizar y, es la participación en este juego la que lleva a las personas a tener problemas con la ley.
En un aspecto más negativo, los individuos pueden ser crueles, sádicos o violentos. Casi nunca demuestran ansiedad y no se sienten culpables.
Los rasgos que mostramos en el cuadro a continuación sobre la personalidad antisocial, provocan dificultades obvias en las relaciones interpersonales debido a la insensibilidad que presentan los individuos afectados por este tipo de trastorno, la incapacidad de establecer lazos significativos y duraderos con otras personas y la negligencia hacia las normas sociales.

Rasgos clínicos del trastorno de la personalidad antisocial
Una persona que tiene varia de estas características se puede considerar que padece un trastorno de la personalidad antisocial.
1. Desenvoltura, superficialidad.
2. Egocentrismo, aire de grandeza.
3. Falsedad, manipulación.
4. Carencia de remordimientos.
5. Carencia de simpatía.
6. Impulsividad.
7. Irresponsabilidad.
8. Enojo y frustración.
9. Antecedentes de problemas conductuales persistentes, variados y serios como niño y adolescente.
10. Comportamiento antisocial en la edad adulta.