Los trastornos de la personalidad

4. Conducta ansiosas o temerosas
Los trastornos que pertenecen a este grupo comparten muchas características con los trastornos de la personalidad que ya describimos. Los que los hace diferente es que cada uno de estos trastornos tienen un componente importante de ansiedad o temor.

Trastorno de la personalidad evitativa
Este se caracteriza por baja autoestima, temor a la evaluación negativa y una abstinencia conductual, emocional y cognoscitiva de la interacción social. En la terapia, las personalidades evitativa expresan poco afecto, aceptación y amistad.
El temor al rechazo desempeña un papel clave para que estas personas se alejen de las relaciones personales. No establecen una relación a menos que la otra persona les ofrezca una garantía poco común de aceptación sin critica.
El conflicto que experimentan es por desear afecto y, al mismo tiempo, dudar de la aceptación que tendrán por parte de los demás. No parecen ser capaces de liberarse de la creencia de que cualquier intento de amistad terminara en dolor y desilusión.
Están atrapados entre el deseo del contacto humano y el temor que éste le provoca.
Los individuos que padecen este tipo de trastorno parecen tímidos y aislados, y quizás también fríos y extraños, para aquellas personas que tienen un contacto superficial con ellos.
Un mecanismo de control que los individuos con trastorno de la personalidad evitativa, son propensos a utilizar la hipervigilancia.
Evalúan en forma continua todos sus contactos con los seres humanos para encontrar señales de decepción, humillación o reacciones negativas. Como resultado de ello son capaces de detectar el más mínimo rastro de indiferencia o molestia, hacen tormentas en un vaso de agua.
Sin embargo está técnica de revisar continuamente el entorno, es autodestructiva porque aumenta la probabilidad de que encuentren la clase de respuesta negativa que esperan.
Las personas con este tipo de trastorno, tienden a exagerar los peligros potenciales de ciertas situaciones; por ejemplo, suelen negarse a utilizar autobuses o cualquier otro tipo de transporte público aunque otros individuos no duden de su seguridad.
La vida de las personas que sufren este tipo de trastorno, esta controlada por el temor a parecer absurdo o sentirse avergonzado.
Una consecuencia desafortunada de este retraimiento para el contacto con los demás y las experiencias nuevas, es que les queda más tiempo para preocuparse por sus propios pensamientos y para recordar experiencias dolorosas anteriores.

Rasgos clínicos del trastorno de la personalidad evitativa
Una persona que tiene varias de estas características se puede considerar que padece un trastorno de la personalidad evitativa
1. Se anticipa y preocupa por lo que lo rechacen o critiquen en situaciones sociales.
2. Tiene pocos amigos, a pesar que desea tenerlos.
3. No está dispuesto a involucrarse con la gente a menos que esté seguro de que va a agradar.
4. Evita las actividades sociales o de trabajo que comprenden un contacto interpersonal significativo.
5. Inhibe el desarrollo de las relaciones intimas (a pesar de que las desea) por el temor a parecer absurdo, al ridículo y a sentirse avergonzado.
6. Posee poco valor personal porque percibe en si mismo falta de aptitudes sociales y de cualidades de atractivo personal.
7. Por lo general, se niega a participar en situaciones o actividades nuevas por el temor a sentirse avergonzado.