Manifestaciones del Síndrome

Manifestaciones del Síndrome

1.2.3 Manifestaciones del Síndrome:

De lo que no parece haber dudas es que el Síndrome de Burnout comprende una serie de alternativas físicas, comportamientos mentales y emocionales que tienen su origen en factores individuales, laborales y sociales.

Freudenberger (1977) afirmaba que el Burnout sería «contagioso», ya que los trabajadores que padecen el síndrome pueden afectar a los demás de su insensibilidad, cinismo y desesperación, con lo que en un corto periodo de tiempo la organización, como ente, puede caer en el desánimo generalizado. Savicki (1979) también admitía esta posibilidad de contagio indicando que » el Burnout es similar al sarampión » en cuanto a sus efectos epidémicos.

En el anexo 2 aparecen datos epidemiológicos aportados por diferentes estudios. Estas cifras son indicativas de que podemos encontrarnos ante un problema de gran magnitud, que conlleva consecuencias personales y laborales negativas y que justifican por sí mismas que el desarrollo de las investigaciones haya crecido de manera considerable en estos pocos más de veinte años.

En cuanto a los síntomas, diversos autores (Maslach y Pines, 1977; Cherniss, 1980 y Maslach, 1982) revelan que se pueden agrupar en cuatro áreas sintomatológicas:

  1. Psicosomáticos: alteraciones cardiovasculares -hipertensión, enfermedad coronaria-, fatiga crónica, cefaleas y migraña, alteraciones gastrointestinales -dolor abdominal, colon irritable, úlcera duodenal-, dolores musculares, alteraciones respiratorias asma-, alteraciones del sueño, alteraciones dermatológicas urticaria-, alteraciones menstruales, disfunciones sexuales, entre otros.
  2. Conductuales: destacan aquellas de la conducta alimentarias, abuso de drogas, fármacos y alcohol, ausentismo laboral, conductas de elevado riesgo, tabaquismo, incapacidad de relajarse,
  3. Emocionales : distanciamiento afectivo que el profesional manifiesta a las personas a las que atiende, la impaciencia, los deseos de abandonar el trabajo y la irritabilidad, la dificultad para concentrarse debido a la ansiedad experimentada, depresión, irritabilidad, baja autoestima, falta de motivación, dificultades de concentración, distanciamiento emocional, sentimientos de frustración profesional y deseos de abandonar el trabajo,
  4. Defensivos: se trata de un mecanismo que utiliza el profesional para poder aceptar sus sentimientos, negando las emociones anteriormente descritas cuyas formas más habituales son: negación de las emociones, ironía, atención selectiva y el desplazamiento de sentimientos hacia otras actuaciones o cosas, la intelectualización (la atención parcial hacia lo que le resulta menos desagradable), desarrollo excesivo de hobbies (que llenan la mente de la persona, incluso en horas de trabajo), dedicación creciente al estudio para liberarse de la rutina con disminución de la atención a los casos «poco interesantes», seudoausentismo laboral con el desarrollo de actividades cuyo objetivo es limitar el número de horas reales en el centro de trabajo (actividades sindicales, formación continua),

En correspondencia con la revisión de la literatura se puede plantear que existe un consenso en cuanto a las fuentes de aparición del Síndrome de Burnout en el campo docente. Según las investigaciones están dadas por:

•  La amplitud de funciones, diversidad de tareas, ámbitos y re querimientos que tiene que atender.

•  La escasa concienciación del profesorado para asumir la respuesta a las necesidades educativas como una tarea propia ordinaria.

•  La inviabilidad para abordar todas las funciones y tareas asignadas en la normativa.

•  La precaria e ineficaz formación permanente que se les ofrece.

•  Los problemas de coordinación entre profesionales.

Si bien no existen estadísticas fiables sobre esta patología, se calcula sobre la base de los estudios realizados que en sectores como la educación, se estima que un 30 % de las bajas se debe a este Síndrome, al igual que un elevado porcentaje de las que se dan en los profesionales de la sanidad.

 

Los factores que influyen en el desgaste profesional en correspondencia con la literatura revisada son:

 

•  Personalidad: eventos vitales, edad y años de ejercicios profesionales, sexo, familia y apoyo social. Una personalidad madura y una situación vital favorable serian factores protectores ante el desgaste profesional.

•  Factores laborales : profesiones de gente que trabajan con gente. Condiciones laborales deficitarias en cuanto a medio físico, entorno humano, organización laboral, sueldos bajos, sobrecarga de trabajo.

•  Factores sociales: la extensión del Síndrome de desgaste profesional hace pensar que el Burnout puede ser un síntoma de problemas sociales más amplios.

Cuadro evolutivo del Síndrome de Burnout . Este posee cuatro niveles de patologías:

  1. Falta de ganas de ir a trabajar, dolor de espalda y cuello. Ante la pregunta ¿que te pasa?, la respuesta es no se, no me siento bien .
  2. Empieza a molestar la relación con otros. Comienza una sensación de persecución ( todos están en contra mía ), se incrementa el ausentismo.
  3. Disminución notable en la capacidad laboral. Pueden comenzar a aparecer enfermedades psicosomáticas (alegrías, soriasis, picos de hipertensión etc.). En esta etapa comienza la automedicación, que al principio tiene efecto placebo, pero luego requiere de mayor dosis. En este nivel se ha verificado el comienzo de la ingesta alcohólica.
  4. Esta etapa se caracteriza por el alcoholismo, drogadicción, intentos de suicidio, suelen aparecer enfermedades graves tales como: cáncer, accidentes cardiovasculares, etc. Durante esta etapa, en los periodos previos se tiende a abandonar el trabajo.

En cualquiera de los niveles anteriores las emociones que se generan son: tensión, ansiedad, miedo, depresión, hostilidad abierta o encubierta. Esto afecta la calidad de las tareas, se deteriora el trabajo institucional, así como el agotamiento y las enfermedades.

En la actualidad, como consecuencia del constante y acelerado desarrollo científico técnico y de los procesos de optimización en la educación en busca de la excelencia educativa se producen acelerados cambios tecnológicos en las formas de organización, los métodos y medios de enseñanza y en los enfoque educativos que pueden afectar consecuentemente a los educadores en su rutina de trabajo, modificando su entorno laboral y propiciando situaciones de desgaste profesional que se suman a otros factores externos a la esfera laboral derivados de las generales y específicas circunstancias familiares o de su vida privada y social. De ahí la enorme importancia de conocer los factores psicosociales generales de desgaste profesional en la educación y el tratamiento adecuado al desgaste educacional.

La literatura especializada permite agrupar en áreas de desempeño algunos de los principales factores psicosociales que con notable frecuencia condicionan la presencia del desgaste profesional:

•  Dirección:

•  Inadecuada delegación de responsabilidades.

•  Motivación deficiente

•  Falta de capacitación y desarrollo del personal

•  Sobrecarga laboral

•  Trabajo burocrático

•  Planeación deficiente

•  Desempeño profesional

•  Actividades de gran responsabilidad

•  Creatividad e iniciativas restringidas

•  Cambios tecnológicos intempestivos

•  Ausencia de plan individual

•  Rivalidad profesional

•  Tareas y actividades

•  Autonomía laboral deficiente

•  Ritmo de trabajo apresurado

•  Exigencias excesivas de desempeño

•  Actividades laborales múltiples

•  Trabajo monótono o rutinario

•  Poca satisfacción laboral

•  Ambiente organizacional

•  Condiciones laborales inadecuadas

•  Ambiente laboral conflictivo

•  Trabajo no solidario

•  Subvaloración del trabajador

•  Cultura organizacional coercitiva

 

Por último, como indican Maslach y Jackson (1984), no todas las variables asociadas al Burnout tienen la misma capacidad predictora del Síndrome, sino que las variables estarán relacionadas, de manera diferente, con cada una de sus dimensiones.

Teniendo en cuenta todos estos aspectos y, a partir de la revisión teórica realizada sobre algunos de los trabajos que se han centrado en esta línea de investigación, describimos a continuación aquellas variables que más se han analizado como descriptores del Burnout. Aparecen divididas en tres categorías, siguiendo los criterios de Nagy y Nagy (1992) y Sandoval (1993), como puede comprobarse en el anexo 3. El que su presentación sea en categorías no implica que unas variables sean independientes de las otras, ya que a veces los autores ofrecen correlaciones de diversas variables pertenecientes a diferentes categorías.