MASCULINIDADES Y FEMINISMOS: Violencia en doble vía y sus relatos

MASCULINIDADES Y FEMINISMOS
Violencia intrafamiliar en doble vía: negociando identidades masculinas

Javier Pineda Duque Abril 14 de 2008

Violencia en doble vía y sus relatos

La evidencia empírica sobre violencia intrafamiliar en señala que, en su gran mayoría, los casos con violencia intrafamiliar son de tipo crónico. Es decir, que las partes en conflicto presentan hechos de violencia que no son esporádicos, aislados, ni puntuales. El análisis de una amplia muestra de expedientes de casos de medidas de protección6, muestra que en el 80% de los casos la violencia no sólo se había experimentado en el pasado reciente y en los hechos que suscitaron la denuncia, sino que estos hechos de violencia física y psíquica, se habían presentado en el pasado y habían permanecido en el tiempo de manera frecuente Sólo un 5.4% de los casos señalan que los hechos de violencia se presentan por primera vez, mientras el 14.8% señala que la VIF se había presentado en el pasado, pero de manera esporádica. Por su parte, del total de casos de violencia intrafamiliar, el 78% se trataba de violencia conyugal en parejas heterosexuales (Estrada y Pineda 2004: 158-161).
De los casos atendidos se encuentra que los expedientes reportan que el 95% de los demandados presentan violencia verbal, 85% violencia física, 77% violencia psicológica y 7.4% violencia sexual. Teniendo en cuenta el carácter dinámico de la violencia, de la lectura de los expedientes también se capturó el ejercicio de la violencia por parte de las demandantes, aunque como es de esperarse, sus niveles son mucho más bajos. Así, se reporta que el 36% de los denunciantes presentan violencia verbal, 27% psicológica y cerca de 15% física. Es decir, en este mismo porcentaje de casos se presenta violencia de doble vía.
Muchas mujeres víctimas de la violencia varonil se reconocen en los procesos como agenciadoras igualmente de violencia. En muchas ocasiones esta violencia ha sido reconocida como contra-violencia, es decir, como violencia ejercida en respuesta a la agresión de la contraparte. No obstante, como veremos más adelante, los relatos de las partes muestran una dinámica más compleja donde muchas mujeres ejercen una activa violencia, especialmente verbal, como parte de los repertorios culturales disponibles que son usados en una u otra dirección, en un juego de significaciones y representaciones de género. En tal sentido, para aproximarse a las características y dinámicas de esta violencia en doble vía, es necesario explorar los relatos cruzados de mujeres y hombres, los cuales expresan las prácticas cotidianas que implican el uso del lenguaje ordinario y de las representaciones culturales contenidas en él. Estas representaciones o “imágenes” son tomadas por hombres y mujeres de lo disponibles en su contexto cultural, pero son actualizadas y apropiadas a través de su uso (De Certeau, 1997).
Los relatos que surgen de las entrevistas a los participantes en eventos de violencia conyugal llevados a la mediación pública, se constituyen como práctica que presenta un carácter táctico de acuerdo al interlocutor y al contexto de enunciación. En ellos se expresan motivaciones personales, cargas afectivas y la representación de sí mismos. Este carácter táctico se constituye en un elemento central de agencia del individuo y, por tanto, de negociación de relaciones sociales y de género (Pineda 2003). Igualmente, en la medida en que utiliza significados y representaciones tomadas del contexto cultural, configuran y permiten vincular lo individual y subjetivo, con los patrones sociales y culturales, reforzándolos o contestándoles cotidianamente, en una dinámica intersubjetiva de significación. La decantación de dichos significados permite que los elementos subjetivos se refuercen o debiliten en las identidades que se transforman a la luz de las experiencias y posibilidades de las personas. Finalmente, el análisis de los relatos de distintos grupos de individuos permiten configurar en un momento dado, expresiones codificadas de construcciones culturales de género que explican y recrean la relación entre violencia conyugal e identidades masculinas y femeninas. Así, los discursos de los distintos actores del conflicto conyugal constituyen un elemento central para entender la dinámica cultural de la violencia, esto es los valores y prácticas que la sustentan y que se encuentran codificados en el lenguaje. Esto permite mostrar cómo la violencia se relaciona directamente con las representaciones de género y cómo a su vez dichas representaciones son generadoras de violencia. Estas representaciones no son exclusivas de los hombres, juegan también en ellas, desplazando el análisis de la violencia de lo personal a lo cultural, de los hombres a lo relacional y, de los hombres y mujeres, a las masculinidades y feminidades. La responsabilidad se personaliza como expresión de lo cultural y el cuestionamiento cae sobre los individuos como portadores de una “relación de sentido” (utilizando el término de Bourdieu 1980).

Notas:
6 La Medida de Protección constituye una figura jurídica en la Ley 575 de 2000 en Colombia a través de la cual una autoridad judicial o administrativa toma medias para evitar la continuidad de la violencia en la familia y proteger a las víctimas.

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