Las mujeres en el movimiento psicoanalítico: Inclinación al psicoanálisis, experiencias psicoanalíticas propias

Las mujeres en el movimiento psicoanalítico. El caso de la Asociación Psicoanalítica vienesa 1902-1938

Inclinación al psicoanalisis, experiencias psicoanalíticas propias

En el correr de la primera guerra mundial se ampliaron las posibilidades de llevar una vida fuera de casa y familia, las mujeres querían tomar parte activa en la vida profesional y se esforzaban por obtener una ampliación de sus roles sociales. La Psicología y el Psicoanálisis obtenían una posición fundamental en la cultura de la cambiante sociedad de la «Viena Roja» (1918-1934). La incrementada experiencia profesional, el influjo del movimiento juvenil pero también los logros políticos como la obtención del derecho (pasivo) al voto, jugaban en ello un rol determinante. La represión nuevamente instalada de los oficios tradicionalmente «masculinos» luego de los años de guerra, motivó que se orientaran a ciencias mas libres e innovadoras (Comp. Anderson y Zinsser 1995).

La joven, todavía poco respetada, pero en general comprometida y creciente ciencia del Psicoanálisis ofrecía a las mujeres perspectivas de oficio y posibilidades de carrera.

Sigmund Freud era para hombres y mujeres por igual una figura carismática que enaltecía el interés en la «Ciencia de lo Inconciente» en Viena. Freud impresionaba menos a las mujeres como profesor universitario que como analista practico. De los 258 oyentes en total (48 mujeres) en sus conferencias en la Universidad de Viena (1886/7-1918/19) fueron admitidos 28 como miembros en la Asociación Psicoanalítica Vienesa, entre ellos Margarethe Hilferding, Hermine Hugh-Hellmuth, Helene Deutsch (Comp. Gicklhorn 1960). En contraposición 10 de las 43 miembros femeninos de la APV hacían experiencias psicoanalíticas personales con Sigmund Freud, es decir Dorothy Burlingham, Helene Deutsch, Edith Jackson, Jeanne Lampl-de Groot, Ruth Mack-Brunswick, Caroline Newton, Erzebet Révész, Eugenie Sokolnicka, Sabina Spielrein. Cuatro de ellas eligieron a Ana Freud como analista pero Helene Deutsch sorprendentemente no fue una elección para las «vienesas». Menos cinco mujeres de las que no se pudo encontrar testimonios mas exactos, todas las psicoanalistas habían realizado un análisis propio.

A diferencia de sus colegas hombres casi todas las mujeres después de su formación psicoanalítica fueron activas en sus propias practicas. El hecho de que las mujeres se sometían mas que los hombres a un análisis propio podría ser co-determinante de la posterior actividad práctica y con ello de las imágenes profesionales vinculadas. La mayoría de los socios hombres no habían hecho una experiencia analítica y tampoco eran activos en la practica analítica propia, mas bien introdujeron al psicoanálisis en su actividad profesional o la aplicaron en otros campos.

El hecho de que la mayoría de las mujeres fuera admitida luego de la apertura del Instituto de Enseñanza, que el propio análisis por lo tanto fuera obligatorio en la formación, determinó su siguiente posibilidad y elección profesional.

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