ALFREDO L. PALACIOS: CUESTIÓN SOCIAL y COMPROMISO INTELECTUAL – OBRA LEGISLATIVA

ALFREDO L. PALACIOS: MAESTRO DE NUESTRA AMERICA 

2. LA CUESTION SOCIAL y COMPROMISO INTELECTUAL

Se graduó de abogado en 1901; un

año antes la Facultad de Derecho de la

Universidad de Buenos Aires le rechazó

su tesis: La miseria en la República Argentina:

situación de las clases trabajadoras.

El incidente ilustra bien acerca

de la vocación social del joven jurista y

del desencuentro de la vida académica

con el país real.

Desde entonces, el jurista y más

tarde el legislador, se convirtió en un

verdadero cruzado por los derechos de

los trabajadores.

3. OBRA LEGISLATIVA

El 13 de marzo de 1904, fue elegido

diputado por el barrio de la Boca de

Buenos Aires, siendo el primer diputado

socialista elegido en América Latina.

Durante tres períodos ocupó un sillón

en la Cámara de Diputados: 1904-1908,

1912-1916, 1963-1965 Y durante tres

períodos en el Senado: 1932-1935,

1935-1944, 1961-1965.

Esto significa que fue legislador 31

años, tiempo en que dignificó como pocos

el oficio parlamentario en el país.

Resulta difícil condensar, aun en una breve enumeración, lo esencial de

su obra legislativa: derogación de la ley

en virtud de la cual se podría expulsar

del país a los obreros extranjeros comprometidos

en conflictos laborales, descanso

dominical, supresión de los medidores

de agua en los conventillos, régimen

laboral de mujeres y niños, impuesto

a las herencias, donaciones y legados,

supresión de la pena de muerte,

indemnización por accidentes del trabajo,

derechos civiles de la mujer, supresión

de la trata de blancas y de la prostitución,

protección de la maternidad,

creación del Instituto de la Tuberculosis,

protección de la infancia en edad escolar,

creación de la Caja de Maternidad,

sufragio femenino, creación del

Instituto Nacional de la Vivienda, etcétera.

En este terreno dejó libros que

bien podríamos calificar de clásicos en

la cuestión social en América Latina:

En defensa de los trabajadores, Prometeo,

Valencia, … 467 pp.; La fatiga y

sus proyecciones sociales, La Vanguardia,

Buenos Aires, 1937, 320 pp.; El

dolor argentino, Claridad, Buenos Aires,

1939, 537 pp.: Pueblos desamparados.

Solución a los problemas del noreste

argentino, La Vanguardia, Buenos

Aires, 1943,400 pp.

Entre estas obras, es ilustrativo detenerse

un instante en La fatiga y sus

proyecciones sociales, orientado a superar

la denuncia moral de las condiciones

de vida de los trabajadores para pasar al

estudio científico de esa problemática.

«La salud y la vida de los trabajadores,

dice, fue mi preocupación primordial.

Mi prédica constante de legislador

y docente ha sido la de construir

una patria integrada con hombres fuertes

y sanos, dueños del porvenir, capaces

de encarnar la voluntad de una nación

poderosa sobre la que gravitan

grandes responsabilidades.

«Si el motor metálico se descompone

a pesar de que el empresario sigue

con mirada de zahorí el funcionamiento

de la fábrica, ah í está el técnico para

componerlo, después de observar cuidadosamente

todos los engranajes de la

máquina. Pero cuando se altera la atención

del obrero que forma parte del

sutil y complicado ordenamiento psicofisiológico,

cuando el organismo de la

mujer grávida o puérpera, se aniquila,

poniendo en peligro a la nación; cuando

flaquea el corazón de los trabajadores y

el ritmo se hace lento, ¿quién defiende

a la víctima agostada de un régimen de

estructura utilitaria, que ha creado la

trágica situación de que las cosas dispongan

de los hombres, siendo prácticamente

dueñas de sus vidas?

«En el sistema de racionalización,

correspondiente al método Taylor, que

estudio en este libro, todo está coordinado,

pero la coordinación sistemática de

resortes para obtener una productividad

mayor, acelerando, brutalmente, el ritmo

del trabajo, arruina la salud del

obrero cuyo organismo no está vigilado

por ningún ‘jefe de conservación’.

«Por eso, vengo propugnando, desde hace más de dos décadas, el establecimiento

en las fábricas, de laboratorios

de psicofisiología donde se examinen,

periódicamente a los trabajadores, registrando

las gráficas que permitirán, en

cualquier momento, conocer sus verdaderas

aptitudes, protegiéndolos de enfermedades

y accidentes.

«Los nuevos ‘jefes de conservación’

serán higienistas que buscarán el

mayor rendimiento determinado por el

mejor estado de salud.

«Todos los esfuerzos han de tender

a subordinar la máquina al hombre,

para que realice su tarea en beneficio

colectivo.

«Sería absurdo y criminal que

continuáramos alimentando a la máquina

con carne humana».

La obra analiza el proceso histórico

del trabajo industrial y pone el acento

en el costo humano de ese proceso,

en la experiencia metropolitana y luego

en la experiencia argentina. Las estadísticas

y las gráficas cuantifican y objetivan

una información contundente.

En Pueblos desamparados. Solución

a los problemas del noreste argentino,

rompe con la tradicional displicencia

porteña ante el interior del país bajo

el deslumbramiento europeo: «Después

de recorrer el norte argentino, escribe,

especialmente las provincias de La Rioja

y Catamarca, he llegado a Buenos Aires,

con el corazón angustiado y con la

convicción de que no hemos cumplido

con nuestro deber.

«Soy representante de la capital

de la República. He nacido en esta urbe

fastuosa y cosmopolita, que ignora el

dolor argentino, la desolación de la tierra

yerma y la tragedia de los hombres

en los eriales desiertos y silenciosos.

«Buenos Aires vive mirando a Europa

y teniéndola por guía, sin advertir

que no nos sirven ya sus caminos, ni sus

viejas culturas. Se jacta de sangre europea.

Sus hijos conocen las llanuras inmensas

de la pampa, la tierra cultivada

y espléndida, pero ignoran el alma profunda

de la patria».

Con ojos penetrantes desentrañó

desde sus raíces los problemas de una

región con tierras incultas y gente abandonada,

sin trabajo, con salarios miserables,

sin hospitales ni escuelas; todo fue

estudiado y ofrecido en un libro elocuente

por sus cifras, fotografías y razonamientos.

El quehacer legislativo fue recogido

en varios libros: Actuación parlamentaria,

1904-1908, Partido Socialista,

Buenos Aires, 1909, 733 pp.; Discursos

parlamentarios, Semper, Valencia,

1910, 233 pp.; Dos años de acción

socialista, Prometeo, Valencia, 1914,

448 pp.

La legislación relativa a las instituciones

armadas, donde imperaban concepciones

bárbaras bajo la cobertura de

la disciplina profesional, constituyó una

especial preocupación. Así surgieron:

La justicia en el Ejército, Revista Militar,

Buenos Aires, 1918, 237 pp.; Códi90 de Justicia Militar (en colaboración

con Manuel B. Gonnet y Vicente C. Ga-

110),Buenos Aires, 1913.

En el parlamento libró ardorosas

batallas por las libertades públicas y el

perfeccionamiento de la democracia; de

esos materiales se fraguaron varios libros:

El socialismo argentino y las reformas

penales, Claridad, 1934, 177

pp.; La libertad de prensa, Claridad,

Buenos Aires, 1935,224 pp.; En defensa

de las instituciones libres, Ercilla,

Santiago, 1936, 330 pp.; La represión

del fraude electoral, Claridad, Buenos

Aires, 1936, 110 pp.; El delito de opinión

de la tradición argentina, Anaconda,

Buenos Aires, 1937,216 pp.; La democracia

argentina, Congreso de la Nación,

Buenos Aires, 1940.

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