EL PERFIL DEL PSICOPEDAGOGO: La psicopedagogía: disciplina

EL PERFIL DEL PSICOPEDAGOGO

AUTORES:
Laura MIRET.
Ana FUSTER.
Eva PERIS.
Daniel GARCÍA.
Patricia SALDAÑA.

3.1. LA PSICOPEDAGOGÍA: Disciplina

La Psicopedagogía tal y como hoy la conocemos, estudia y trabaja con el proceso de aprendizaje y sus dificultades. Pero, ¿qué es el aprendizaje? Es un proceso de cambio y modificación permanente de la conducta, en un tiempo y en un espacio, en forma gradual, y dado por el interjuego entre el sujeto y el medio. Esto implica al sujeto con su vida familiar y su proceso educacional.
Es por eso que esta disciplina recibe aportes de diversas ciencias:
– De la Psicología en sus diversas ramas: Evolutiva, Social, Clínica.
– Sociología, Antropología, Lingüística, etc.
– De la pedagogía.

Actualmente el marco de intervención de la orientación del psicopedagogo está compuesto, según
Bisquerra y cols., por modelos, áreas y contextos. Trataremos estos apartados por separado en el
siguiente punto.

3.1.1. MODELOS DE INTERVENCIÓN

Una de las funciones del psicopedagogo es la intervención, definida según Bisquerra, como la dimensión práctica de la orientación; es por ello por lo que nos interesa conocer algunos de los modelos principales de intervención.
Los modelos de intervención son estrategias para conseguir unos resultados propuestos. A lo largo de la historia han ido surgiendo diversos modelos que el orientador debe conocer.
Nosotros vamos a centrarnos en tres modelos básicos de intervención:
a) El modelo clínico, centrado en la atención individualizada, donde la entrevista personal es la
técnica característica.
b) El modelo de programas, que se propone anticiparse a los problemas y cuya finalidad es la
prevención de los mismos y el desarrollo integral de la persona.
c) El modelo de consulta, que se propone asesorar a mediadores (profesorado, tutores, familia,
institución, etc.), para que sean ellos los que lleven a término programas de intervención.

3.1.2. ÁREAS

Entendemos por áreas, un conjunto de temáticas de conocimiento, de formación y de intervención,
que son aspectos esenciales a considerar en la formación de los orientadores.
Siguiendo un criterio histórico podemos recordar que la orientación surgió como orientación
vocacional. Su conceptualización se fue ampliando principalmente a partir de la <revolución de la
carrera>, adoptando un enfoque del ciclo vital. Aportaciones posteriores, como la <educación para la carrera>, han propuesto la integración curricular y el desarrollo de la carrera en las organizaciones, entre otras propuestas. Es lógico, por consiguiente, que la orientación para el desarrollo de la carrera sea la primera área de interés temático. Si utilizamos la expresión tradicional europea la denominaríamos orientación profesional.
Los programas de métodos de estudio y temas afines (habilidades de aprendizaje, aprender a
aprender, estrategias de aprendizaje, etc.), constituyen la segunda área de interés de la orientación.
Desde los años treinta la orientación se preocupaba de desarrollar las habilidades de estudio. Esta área incluye uno de los campos de interés actual de la psicología cognitiva: las estrategias de aprendizaje y la comprensión lectora. A todo ello hay que añadir el interés por lo curricular, lo cual reclama un asesoramiento curricular. Parece claro, pues, que la orientación en los procesos de enseñanza y aprendizaje sea una de las áreas fundamentales de la orientación psicopedagógica.
En el contexto actual de institucionalización y profesionalización de la orientación, la atención
a las Necesidades Educativas Especiales (NEE) es una de las demandas que más se solicitan a los
orientadores. Estas necesidades especiales se han ido ampliando en las últimas décadas para incluir una diversidad de casos entre los que se encuentran grupos de riesgo, minorías étnicas, marginados, grupos desfavorecidos, inmigrantes, etc. De esta forma se habla de la atención a la diversidad como una de las áreas temáticas de la orientación.
Consideramos importante hacer un paréntesis para destacar un determinante del nuevo sistema de
la educación (LOGSE) en su concepción de educación. Éste es su carácter integrador, compensador y equilibrado. Esta característica responde al principio de igualdad en el derecho a la educación. Con ella se pretende reforzar la acción del sistema educativo de forma que se eviten las desigualdades derivadas de factores sociales, económicos, culturales, étnicos o de cualquier índole. Para ello proponen una formación común o única (relacionado con su carácter comprensivo), las adaptaciones curriculares, la creación de programas especiales de educación compensatoria para los centros o los individuos que así lo requieran, la donación de becas y ayudas al estudio que compensen las condiciones socioeconómicas desfavorables, la actuación preventiva y compensatoria en el ámbito de educación infantil ante cualquier situación que suponga una desigualdad inicial y que pudiera incidir en niveles posteriores.
Cerrado el paréntesis recordar que en las áreas anteriores se proponen la prevención y el desarrollo, pero hay algunos aspectos que no quedan contemplados en ellas. Por eso hay argumentos para considerar que la orientación para la prevención y el desarrollo humano sea contemplada como una de las áreas que presenta características distintas de las anteriores.
Como consecuencia de todo esto, el marco de intervención de la orientación psicopedagógica
incluye las siguientes áreas de formación de los orientadores:
– Orientación para el desarrollo de la carrera.
– Orientación en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
– Atención a la diversidad
– Orientación para la prevención y el desarrollo.
Dejar claro, que no se trata de áreas separadas, sino que están interrelacionadas. Es precisamente su engarzamiento lo que da unidad a la orientación psicopedagógica. Muchas veces, cuando el orientador interviene, no tiene presente en qué área específica lo hace.

3.1.3. CONTEXTOS DE INTERVENCIÓN

Antes de seguir comentado los distintos contextos para la intervención del psicopedagogo, sería conveniente definir contexto de intervención.. Según Lashwell, un contexto de intervención es todo aquel ambiente donde puede tener lugar la vida de una persona.
La distinción de los contextos de intervención está en función del proceso evolutivo del individuo
a orientar. Se trata de una categorización centrada en el orientado, no en el orientador. El orientado
se encuentra, en primer lugar, en el sistema educativo. La orientación en el sistema escolar atiende al individuo en tanto es alumno o estudiante. A continuación sigue una fase de transición donde recibe la ayuda que necesita de los medios comunitarios. Éstos atienden al individuo en tanto que es un ciudadano.
Puede requerir servicios a lo largo de toda la vida. Al encontrarse en una organización como
empleado podrá recurrir a ella en búsqueda de algún tipo de ayuda para su desarrollo profesional y
personal. La organización le atenderá en tanto que es un empleado. Simultáneamente podrá requerir ayuda de los medios comunitarios o, incluso, del sistema educativo. Es decir, desde el punto de vista evolutivo no son categorías excluyentes.
Dicho esto, podemos simplificar los posibles contextos de intervención en tres grandes categorías:
a) Sistema escolar.
b) Medios comunitarios.
c) Organizaciones.