Bleger, Perspectivas del psicoanálisis y psicohigiene: Otros problemas relacionados (problema de la salud y la enfermedad)

Otros problemas relacionados.
En lo que llevo expuesto, creo, se responde a algunos de los interrogantes fundamentales que plantea la necesidad de atender en una escala social amplia y extensa los problemas de la salud y la enfermedad mental, aunque observamos que –por cierto– no abundamos en detalles específicos que aclararían aún más esta perspectiva, pero que se podrán hallar en la bibliografía que se acompaña. Lo que interesa en este aporte es el señalamiento de la dirección general (la estrategia) que debemos imprimir al psicoanálisis en relación con el problema social de la salud y la enfermedad mental.
Es seguro, además, que a poco andar nos veamos requeridos por otros profesionales que sienten también la necesidad de conocer y operar con los factores psicológicos en su propio campo de trabajo, y tendremos que ampliar los grupos de enseñanza a educadores, arquitectos, sanitaristas, contadores, empresarios, dirigentes sindicales, etcétera. Sin embargo, creo prudente, por lo menos en un período de prueba, atenernos a una experiencia solamente con psicólogos y médicos, sean o no sean psiquiatras.
Más adelante debemos contar con la posibilidad no sólo de extender los grupos de enseñanza a otros profesionales o líderes en distintas actividades, sino de crear también un Centro de Consulta en el cual los psicoanalistas podamos intervenir asesorando sobre los problemas psicológicos a distintas instituciones o lo que se denomina personas "claves" de la comunidad.
En cuanto a la técnica a seguir en los grupos de enseñanza del psicoanálisis a médicos y psicólogos, habrá que sistematizar distintos instrumentos didácticos, pero ya tenemos entre nosotros psicoanalistas con experiencia en grupos de enseñanza con técnicas operativas, con "rol playing" y otros procedimientos. En la literatura existente, contamos con experiencia ya comunicadas –especialmente por Balint–, y que avala que esta enseñanza en grupos con los objetivos expuestos es muy promisoria y exitosa, tanto como la experiencia que se lleva a cabo desde hace varios años en la Escuela Privada de Psiquiatría que dirige el Dr. Enrique Pichon Rivière, y cuya técnica hemos empleado con los Dres. Liberman y Rolla también en otros organismos de enseñanza universitaria.
A todo ello debemos agregar la consideración del problema de los controles o de la supervisión del trabajo de psicólogos, psiquiatras y médicos de otras especialidades. En este sentido pienso que los candidatos que se hallan cursando los seminarios del Instituto de Psicoanálisis no deben tomar a su cargo ninguna tarea de este carácter, y que sólo deben hacerlo a partir de la condición de egresados del Instituto de Psicoanálisis. Pero, de todas maneras, no me refiero a que se deba fomentar la práctica de controles de tratamientos psicoanalíticos silvestres a cargo de psicólogos o médicos no psicoanalistas. El control debe centrarse sobre la comprensión psicoanalítica de la tarea, de la situación, del paciente y del propio terapeuta, tratando de que se mantenga el carácter del tratamiento instituido por el propio psicólogo o médico y por sobre todo, lo óptimo sería la ayuda que pueda prestar el psicoanalista a la comprensión y actuación en situaciones que no estén configuradas como situaciones terapéuticas dentro de la técnica del psicoanálisis clínico. En síntesis, lo que se debería enseñar en el control o supervisión es el psicoanálisis operativo y no el psicoanálisis clínico; con los psicólogos, alentando a que se ocupen e intervengan más sobre la psicoprofilaxis que sobre la terapia, y más de grupos, instituciones y de la comunidad que de individuos; en el caso de los médicos a que comprendan y manejen las situaciones terapéuticas y la relación médico-paciente con la asimilación de conocimientos psicoanalíticos, pero con o dentro de las técnicas que ellos utilizan en cada caso.