Bleger, Perspectivas del psicoanálisis y psicohigiene: El psicoanalista en el hospital

El psicoanalista en el hospital.
Este es un tema que por diferentes motivos requiere también una cierta atención, ya que la experiencia nos muestra que cuando el psicoanalista va a trabajar al hospital, lo que no debería hacer es tomar pacientes del hospital en tratamiento psicoanalítico dentro del hospital. Cuando esto ocurre, el psicoanalista se ve inmediatamente abrumado de trabajo y entonces "enseña" a su vez la técnica psicoanalítica a los otros colegas de la sala o del hospital; de tal manera que en poco tiempo toda la sala está constituida o se halla basada en la terapia psicoanalítica, hecha de esta manera un poco improvisada. La consecuencia es que el psicoanalista y los médicos que están trabajando en dicha sala se desmoralizan porque se ven abrumados por una enorme cantidad de trabajo, con la consecuencia de que se desorganiza el trabajo hospitalario y el psicoanalista y los colegas dejan al poco tiempo de trabajar en el hospital. Pienso que cuando el psicoanalista concurre a un hospital debe hacer lo que estuvimos reseñando antes: enseñar a los colegas a pensar psicoanalíticamente, a utilizar los conocimientos dinámicos, de tal manera que ellos los puedan utilizar dentro de otras técnicas terapéuticas o bien dentro de sus propias relaciones grupales, o dentro de toda la propia organización institucional, de la sala o del hospital, tanto como en la comprensión del trabajo de comunidad, y en otras esferas de la actividad del médico, psiquiatra, psicólogo, enfermeras, asistentes sociales. La práctica –aunque muy limitada, todavía– demuestra que el psicoanalista es mucho más útil en el hospital cuando forma grupos operativos o de enseñanza (con colegas, psicólogos, enfermeros, asistentes sociales) que cuando se dispone a una tarea asistencial con el psicoanálisis individual o aun con terapia o grupal con enfermos o familiares de los mismos.