La problemática de la consulta del adolescente (Teórico de Ricardo Rodulfo)

La mejor técnica es no tener ninguna prearmada. Sacarse de la cabeza, secuencias preestablecidas. Por ejemplo, Primero diagnóstico y después tratamiento. Por ejemplo, cuatro entrevistas para diagnóstico. Después, devolución a la familia y después, el tratamiento.

Detrás de esta postura, hay una presuposición peligrosa, que es que si se consulta, por algo será…, y que el tratamiento es siempre necesario. Ese “por algo será”, que tiene mala reputación en otros terrenos, goza de una merecida mala reputación, y en este caso también. Que alguien consulte, no quiere decir que haya una enfermedad. A veces, lo más terapéutico puede ser decir “aquí no hace falta una intervención profesional”.No psicopatologizar toda la vida. Uno le puede encontrar la vuelta a todo el mundo para poner a todo el mundo en terapia, lo cual es absurdo. Y además, no sirve. 

Hay que sospechar

Yo uso el termino consulta, tomado de Winnicott, que es una palabra mas neutra, un termino mas ambiguo.

Un buen consejo, si se pudiera dar alguno, seria que uno estudie todo, nunca es suficiente, a cualquier edad profesional, uno siempre está en deuda, con cosas que hay por leer, por trabajar, por más experiencia acumulada…siempre hay mucho por estudiar.

Pero después de haberse leído todo lo posible, en el momento de la consulta, hay que” olvidarse de esto”. Porque sino, en vez de ayudar, interfiere.

Si uno estudio sicopatología, que suele ser muy estructurada, sea siquiátrica, regulada por el DSM 4, la clasificación internacional, sea una psicopatología psicoanalítica, hay muchas, pero la que ustedes más  han podido frecuentar es una psicopatología muy esquemática, reducida a tres estructuras psicopatologicas,en las cuales entraría todo el mundo,

Si uno se maneja con esos esquemas, corre el riesgo de estar en una situación de consulta, obsesivamente condicionado a pensar si el paciente es una neurosis, una psicosis… Esto es muy contraproducente. Funciona, en realidad, como una resistencia a conectarse con la situación. Es algo a poner muy entre paréntesis, sin contar las objeciones que se le pueden formular a cualquier psicopatología. Y mucho mas cuando se trata de niños y ad, esto es mucho mas valido y mas urgente.

Esto funciona, en el caso del PSA de una manera muy contradictoria. Cuando decimos que alguien ES neurótico, estamos asignándole una identidad univoca. Por lo tanto, estamos dentro del principio de identidad aristotélico. A= A. Alguien es idéntico a si mismo. Alguien es neurótico, y la palabra neurótico, daría cuenta de todo el funcionamiento psíquico de esa persona. Lo cual es realmente una barbaridad, pero además es una contradicción, porque en verdad el PSA tiene como uno de sus puntos más innegociables, más específicos, poner en duda el principio de identidad. A no es A. En los textos del mismo Freud, esta bien aclarado, que no funciona el principio de no contradicción, o principio de identidad. La palabra Inconsciente, entre otras cosas quiere decir eso. Decir que alguien es neurótico, incurre en el peor de los esquematismos. Y no es nada mejor que esos profesionales organicistas, de la psiquiatría biológica que reducen todo lo que le pasa a una persona a una cuestión genética, a tal cromosoma, o a tal particularidad metabólica. Es exactamente lo mismo.

En algunas ocasiones sirve un diagnostico rápido, de esas características. Por eso uno no se puede mover por un libro que diga un catecismo. Porque después de decir todo esto, digo, a veces es útil formular rápidamente un diagnóstico. Existe en esta persona una preponderancia de funcionamiento de tipo autista. Porque cuando yo digo es autista, me pongo anteojeras, me predispongo a ver más de lo que dije antes. Si un chico en la familia es definido como” vago”, todo lo que haga y no haga va a ser remitido a que es vago. De esta manera estamos replicando de una manera pseudo científica una manera prejuiciosa de relacionarnos con los demás. Justamente la actitud mas psicoanalítica, sea cual sea la posición teórica que uno tenga, tiene que estar siempre muy abierta a lo impredecible, a lo nuevo que puede estar allí algo que no cierre, para ubicar a alguien en un cuadro, a lo inclasificable, a lo que no tiene un nombre fácil de poner.