La problemática de la consulta del adolescente (Teórico de Ricardo Rodulfo)

Además, como lo marcaban F y W de manera distinta, el diagnóstico solo se puede culminar después o a lo largo de un tratamiento .Es una secuencia errónea diagnostico y después tratamiento. La perspectiva de F era mucho mas abierta. F aconsejaba escribir sobre un caso solo cuando había terminado ese tratamiento. Recién allí buscar conclusiones teóricas generales, formulaciones diagnosticas o psicopatológicas. F decía, para no perjudicar la atención flotante, estar abierto. La síntesis prematura puede inducir a error. Es una posición mas siquiátrica, tener primero un diagnostico claro.

Seria deseable, cuando uno llega a un lugar tener un mapa. Seria deseable tener un mapa, pero no lo hay  en muchos casos. Y es inútil querer forzarlo. Y esto no depende de que el caso sea grave o no.

El otro pecado de la Sicopatología, es que en general prescinde de una teoría de la salud. Sin un criterio de salud, yo puedo confundir una crisis propia de la vida, con una patología. Es como si un odontólogo se alarmara porque se le están cayendo a los chicos los dientes de leche y pensara que hay que ponerle una dentadura postiza…O confundir algo propio de la edad que trae fiebre y molestias, con una enfermedad. Y esto pasa mucho. Si alguien tiene en el disco rígido que toda la gente padece de algo, siempre va a poder encontrar algo. Es como la policía. Cuando no encuentra, se la pone en el bolsillo a la marihuana le pone la marihuana. Un psicólogo puede hacer exactamente lo mismo.

Aunque nuestra disciplina tiene algunos preceptos cuidadosos que podrían hacernos mas prudentes, pero después en la mecánica del trabajo, uno esta en una institución, le exigen un diagnostico, y uno tiene que poner algo…

La otra confusión que puede haber es priorizar mal lo que hay que diagnosticar.

A veces lo que tengo que evaluar primero es una situación, no un rotulo que le cuelgue a alguien. Supongamos que estoy frente a una situación donde no hay condiciones de apoyo., aunque seria aconsejable un tratamiento. Eso va desde lo económico del apoyo hasta otros aspectos que no tienen que ver con lo economía

Supongamos una situación tipo. Ciertas cosas que le están pasando a ese paciente adolescente son funcionales a ciertos equilibrios familiares. Entonces, de una manera inconsciente, nadie quiere que el adolescente se corra de ese lugar, porque generaría un desequilibrio general. En ese caso, lo que tengo que diagnosticar primero es esa situación. No importa tanto en ese momento el diagnóstico psicopatológico. Porque si no me doy cuenta a tiempo de trabajar esa situación en entrevistas con los padres, por ejemplo, en entrevistas familiares, no se va a constituir ninguna situación de tratamiento, por mas que se justificara desde un punto de vista académico.

Yo tengo que tener en primer plano cuestiones de orden práctico, que es lo prioritario de hacer allí. Y si se trata de lograr que alguien este en tratamiento, que pasos hay que dar para que eso sea posible. Esos pasos no dependen de un diagnostico formal, sino de otro tipo de intervenciones.

Como corresponde a una edad tan ambigua… Uno podría decir que el adolescente no sabe la edad que tiene. Tiene una relación de incertidumbre con su edad. Se suele decir que oscila entre actitudes muy infantiles y actitudes muy maduras, de una manera desconcertante y coexistente.

Nunca sabemos que edad tenemos, ni estamos seguros de qué es tener tal edad desde el punto de vista psicoanalítico. Nunca tenemos una sola edad. Pero a esta edad, mucho mas.

Como corresponde a una edad tan ambigua Cualquier frontera segura entre diagnostico y tratamiento se esfuma. Estamos en una situación que no es ni un tratamiento ni un diagnostico, y esa situación a veces, se prolonga mucho. Estamos en una serie de entrevistas que se van acordando vez por vez… A lo mejor eso se detiene después de un tiempo y no es necesario nada más. A lo mejor uno aconsejaría, si hay quien escuche, que vuelvan a vernos después de seis meses o un año.