La problemática de la consulta del adolescente (Teórico de Ricardo Rodulfo)

Es mejor que el adolescente se sienta en una situación abierta. Incluso decirle, ¿Querés venir? O en 2 semanas…Cuando se puede, por los horarios, es útil no caer siempre en los mismos horarios, estilo escolar, o psicoanalítico tradicional,”· veces por semana, los martes…”A veces es inevitable, por la doble jornada escolar y los horarios de trabajo del terapeuta…Pero, cuando se puede, introducir algo mas discontinuo, irregular, fluctuante. 

Sobre todo, cuando no esta claro si hay algo de cuidado que merezca un tratamiento.

Segundo, no esta claro si hay actitud colaborativa por parte del presunto paciente.

Tercero, si no está clara la actitud de la familia.

Hay varias ambigüedades. Por eso no hay que poner número a las consultas, cuantas veces lo va a ver. Si uno pone una fecha, es como decir”dijo truco”.Cuando uno no sabe es mucho mejor decir no sé. Es una regla sencilla, pero que evita problemas engorrosos.

Entonces, uno abre una serie de entrevistas, y  se pregunta ¿Qué tipo de dificultades hay, que parecen no poder resolverse espontáneamente?, simplemente por experiencias de la vida.

Otra buena pregunta diagnóstica,¿Qué capacidad tiene este chico/chica, para salir por sus propios medios, por sus propios recursos? Con un poco de ayuda…, pero sin la necesidad de una intervención profesional estabilizada. Es una pregunta que a veces, lleva mucho tiempo contestarla.

Después, si uno se libero del esquema”diagnostico-tratamiento”, queda liberado del “todo o nada”, también. Que no se justifique un tratamiento, no quiere decir que no haya nada que hacer. A veces puede ser aconsejable acompañar un trecho, para ayudar a activar ciertos procesos autocurativos. Y eso no es un tratamiento, pero es un trabajo en consulta, un trabajo psicoanalítico, y que muchas veces da resultados muy importantes, uno de los cuales puede ser que después de muchos años, alguien nos vuelva a consultar, entre otras cosas, porque queda con un buen recuerdo, que no fue forzado, y ahora se siente en condiciones psíquicas, o tiene ganas, de empezar algo mas formal. 

Hasta en pequeños detalles es bueno prescindir de esquemas pre-establecidos.

Parece sensato que habría  que tener primero entrevista con los padres y luego con el adolescente, porque son los que pagan, porque pueden dar información de cosas que ocurrieron de las que el podría no tener memoria…Pero si uno quisiera acogerse a este esquema invariablemente, puede cometer un error decisivo. Voy a tomar un caso sencillo.

Viene un chico de 18 años solo. En realidad, la entrevista la pide la madre por teléfono. Le doy un horario. Viene el chico solo y viene con la actitud de vengo, y después vienen mis viejos. Tenemos la entrevista, y después tenemos otra y otra, así, sin citar a los padres, que no parecen oponerse. Y así, de a poco, empieza el tratamiento, va quedando constituido, sin poner una frontera entre el diagnostico y el tratamiento. Este chico, que oscila entre una posición adolescente y otra más infantil, depende de los veredictos, opiniones, ideales, hasta del rostro que ponga su madre. Siempre aparece la cuestión de qué va a decir mi mama. No toma nunca ninguna iniciativa, sin que la mama la apruebe .De esto va tomando conciencia, a lo largo de esta primera fase de trabajar juntos. En un momento dado, llegamos a esta conclusión, que la primera cosa que él ha hecho sin pedir la aprobación de la madre, es este tratamiento. Porque la madre no me conoce, los padres me han dado un cheque en blanco. Pagan el tratamiento, aceptan no venir, no presionan, se adaptan a la situación, aunque le han preguntado varias veces si tienen que venir. Pero él los ha ido dejando afuera.

Entonces, la primera cosa que él ha hecho con autonomía en relación a su familia  y a su madre en particular, es constituir esta situación bajo su sola responsabilidad. Fíjense qué inadecuado hubiera sido que hubiera llamado a los padres por un prerrequisito técnico. Hubiera frustrado una posibilidad importante, lo hubiera reenviado a un lugar de niño si tenían que venir los papas, precisamente en el momento que el esta haciendo por primera vez una movida que no es de niño. Hubiera sido una acción negativa, que a largo plazo podía generar efectos .El estaba muy orgulloso de que yo lo trate como un hombre potencial. Ni siquiera por teléfono hable con la mama y ahora, por supuesto, me negaría con fundamento a tener una entrevista si los padres me la pidieran. Les explicaría por qué, pero por teléfono o a través de el, porque sería reinstalarlo en un esquema donde el ha estado largamente refugiado, justamente en un momento en que empieza a abrir cosas exploratorias, por ejemplo, empezar una carrera y dejarla, empezar un noviazgo y dejarlo, cosas que no hacia antes, desacordar con ciertas cosas, tener actitudes en su casa que no tenía… Los beneficios que obtendría por lo que me pudieran informar los padres, no compensa los costos que tendría sobre el tratamiento y el psiquismo de él.