EL PSICOANALISIS: SIGMUND FREUD, PRINCIPALES DISIDENTES. Métodos y técnicas

EL PSICOANALISIS: SIGMUND FREUD, PRINCIPALES DISIDENTES

IV. EL PSICOANÁLISIS: MÉTODOS Y TÉCNICAS

A. Los comienzos: el método catártico
Joseph Breuer, uno de los más famosos médicos de Viena, trato entre 1880 y 1882 el caso de una paciente histérica, conocido en la historia de la psiquiatría como el caso de Ana O (el verdadero nombre de esta paciente era Bertha Pappenheim). Breuer hipnotizaba a la paciente sugiriéndole que poco a poco le iría desapareciendo determinado síntoma. Lo más interesante del caso fue el hallazgo casual que apareció en una de las sesiones, cuando la enferma comenzó a relatar a Breuer unos acontecimientos pasados de naturaleza escabrosa o no deseable, acontecimientos que la paciente en estados de vigilia no podía recordar y ante cuyo recuerdo desaparecería automáticamente un síntoma histérico de la paciente. J. Breuer explicaba que los síntomas tenían su origen en experiencias desagradables pasadas y reviviéndolas se producía la desaparición del síntoma, o el efecto actual de tales experiencias.
Freud era amigo y colaborador de Breuer. Juntos discutieron el 18 de noviembre de 1882 el caso de Ana O. En octubre de 1885 y hasta febrero de 1886, Freud trabajaba en París con Charcot, interesándose en casos de histeria y en el método de hipnosis. A su vuelta a Viena da una conferencia en la Sociedad Vienesa de Médicos en la que defiende la posibilidad de la histeria masculina, siendo objeto de burla por la mayor parte de sus colegas. En diciembre de 1887, Freud comienza a utilizar la hipnosis en el tratamiento de pacientes neuróticos. En el verano de 1889, se desplazó a Nancy para perfeccionar la hipnosis con Bernheim y Liebeault.
En un principio, Freud pensaba como Breuer que era necesario hipnotizar al paciente para que recordase el hecho que provoco el síntoma histérico, y el síntoma desaparecería definitivamente al recordar y revivir la emoción traumática. A este método se le denomino catártico (catarsis: purificación o liberación de complejos reprimidos). Este procedimiento permitía, a la vez, recuperar los recuerdos inhibidos, así como la abreación o descarga de emociones que acompañaban a estos hechos.
Por una serie de razones, Freud comienza a ver inconvenientes en el método catártico. En un principio comprueba que solo es utilizable en la histeria, pero no en otro tipo de neurosis. Además, el no dominaba la técnica de la hipnosis, que por otra parte implicaba una perdida de tiempo, consentimiento del enfermo y de su familia, amén de encontrarse casos no asequibles a la hipnosis. En 1892, Freud trata el caso de miss Lucy R., a quien no consigue hipnotizar de ningún modo. Como compensación, la deja hablar libremente hasta que llega un punto en el que no puede recordar. Entonces, Freud la ayudaba a recordar tocándole la frente. Freud observo esta técnica de imposición de manos en Berneim y la denomino <método de la concentración> o <método de los apremios>.

B. El método de asociación libre
En 1895 freud comienza a tratar, mediante el método de la concentración, a la baronesa Fany Moser (seudónimo, frau Emma von N.), quien muy pronto sugiere a Freud que deje de interrogarla y le permita hablar con libertad; Freud accede y comprueba la eficacia de este procedimiento al que denomina la asociación libre, técnica fundamental del psicoanálisis.
Este fue el primer paso del método de asociación libre típicamente freudiano. Mediante el, se situaba al sujeto en unas circunstancias en las que se permitía a su mente discurrir y expresarse libremente, diciendo todo lo que esta sucediendo en su interior, por chocante, poco importante e incluso ridículo que pudiera parecer. Tal actitud no resultaba fácil de conseguir; el paciente tenia que luchar contra las fuerzas que se oponían a la emergencia de sus pensamientos y a su expresión libre, o sea, había que luchar contra toda clase de obstáculos o resistencias opuestas a la toma de conciencia del material reprimido.
Entre el material valido parta este proceso se da cabida a la narración de los sueños, fantasías, síntomas, consideraciones de obras de arte y mitos, interpretación de actos fallidos, chistes y olvidos.
1. Consideraciones generales 2
– El paciente ha de tener un cierto grado de inteligencia, cultura y normalidad. No ser mayor de 50 años (porque su larga historia dificulta la interpretación) y desear someterse al análisis
– Bajo ninguna razón el análisis será gratuito, conviene que suponga un pequeño sacrificio para el paciente y así tendrá, para él, más valor la sesión, interesándose en ella.
– En los primeros meses se tendrán seis sesiones por semana, pudiendo quedar reducidas a tres, al ir avanzando el tratamiento. Cada sesión durará 60 minutos, teniendo en cuenta que cada paciente debe empezar puntualmente a la hora que tiene señalada (si llega tarde perderá esos minutos) y terminará también, a su hora (es importante que el paciente se habitúe a ser puntual y a valorar su tiempo de análisis). En una sesión y dentro del tiempo previsto conviene terminar de analizar e interpretar el sueño o sueños, teniendo que limitarse el analista muchas veces a considerar menos asociaciones y materiales que los que le puede ofrecer el paciente en ese momento. Si antes de terminar un sueño surge otro, no importa considerar éste y abandonar aquél. Se recomienda al paciente que al levantarse no escriba los sueños, pues si en la sesión se limita a leer o seguir ese guión, no favorece ese libre divagar (propio de la asociación libre) tan valioso para la interpretación. Durante el análisis el paciente no debe leer obras psicoanalíticas, pues ciertos datos pueden dar lugar a resistencias racionalizadas e impedir la necesaria espontaneidad.
Si el paciente pregunta sobre el tiempo de duración del análisis, Freud aconseja que se le diga que aproximadamente puede durar un año, aclarando que en ciertos casos puede contraindicarse el análisis (si esto sucede, lo sabrá en pocas semanas).
Durante la sesión, el paciente está tumbado en posición cómoda y el analista colocado detrás y fuera de la vista del enfermo, para que aquél no se distraiga, ni sobre él puedan influir los gestos y expresiones del analista, lo cual no favorece la libre asociación. Copiar o taquigrafiar lo que el paciente dice no es aconsejable porque se pierde el auténtico sentido de la totalidad en aras de ciertos datos, además, como no puede tomar todo, sólo recogerá lo que él cree mas significativo y puede que deje fuera datos importantes que aparentemente no lo sean.
El analista debe demostrar auténtico interés por el analizado, sin que esto suponga una relación afectiva. Toda relación ajena al análisis es inconveniente. Una inclinación sentimental del analista al paciente de otro sexo perjudica totalmente la cura. En este punto, Freud habla muy claro, en la técnica del psicoanálisis (1915) dice: <<En la transferencia lo importante es que el analista resista. Se es médico o no se es nada>>. A veces el paciente intenta probar la fuerza y austeridad del analista y si este sucumbe recibe una dura lección. El analista no debe mostrar al paciente su intimidad, defectos o problemas. Tampoco debe discutir y aconsejar, pues es el paciente el que tiene que ver por sí mismo el problema y es él el que tiene que buscar sus solución; de otra manera, el analista sería el segundo padre del paciente, lo que supondría volver de nuevo al comienzo del problema. Tampoco debe dar a entender al paciente que es raro (loco, degenerado….) a pesar de todo lo que diga.

2. La técnica de la interpretación onírica
Freud reconoce la existencia de varios modos de interpretación de sueños, a saber 3:
– La interpretación simbólica de los sueños. <<Toma el contenido de cada sueño en su totalidad y procura sustituirlo por otro contenido, comprensible y análogo en ciertos aspectos (…) La historia bíblica nos da un ejemplo de este procedimiento en la interpretación dada por José al sueño del Faraón.>> Para este tipo de interpretación, Freud reconoce que no hay norma alguna, dependiendo del ingenio e intuición del interpretador. En opinión de Freud, <<el método simbólico es de aplicación limitada y nada susceptible de una exposición general>>. El método fracasa en sueños incomprensibles, embrollados y confusos.
– El método descifrador. <<Considera el sueño como una especie de escritura secreta en la que cada signo puede ser sustituido mediante una clave prefijada, por otro de significación conocida (…) La labor de interpretación no recae sobre la totalidad del sueño, sino separadamente sobre cada uno de los componentes de sus contenidos, como si el sueño fuese un conglomerado, en el que cada fragmento exigiera una especial determinación.>> Según Freud, este método <<dependerá todo de que pudiéramos dar crédito a la “clave” o “libro de los sueños”, para la que carecemos de toda garantía>>
– El método de interpretación onírica. Freud justifica este método de la siguiente manera: <<Mis pacientes, a los que comprometía a referirme todo lo que con respecto a un tema se les ocurriera, me relataban también sus sueños, y hube de comprobar que un sueño puede hallarse incluido en la concatenación psíquica, que puede perseguirse retrocediendo en la memoria del sujeto a partir de la idea patológica y aplicarles el método de interpretación para ellos establecido no había más que un paso>>.
La eficacia del método psicoanalítico exige cierta preparación psíquica del enfermo: <<una intensificación de su atención sobre sus percepciones psíquicas y una exclusión de la crítica con la que acostumbra seleccionar las ideas que en él emergen. Para facilitarle la concentración de toda su atención en la labor de autoobservación, es conveniente hacerle cerrar los ojos y adoptar una postura descansada. El renunciamiento a la crítica de los productos mentales percibidos habremos de imponérselo expresamente. Le diremos, por tanto, que el éxito del psicoanálisis depende de que respete y comunique todo lo que atraviesa su pensamiento y no se deje llevar o retener unas ocurrencias por creerlas insignificantes o faltas de conexión con el tema dado, y otras, por parecerle absurdas o desatinadas>>. Al renunciar a la actividad crítica, el sujeto ahorra una considerable cantidad de energía que puede destinar a la <<atenta persecución de los pensamientos emergentes>>. El proceso de reflexión crítica implica un quehacer grande, porque <<rechaza una parte de las ocurrencias emergentes después de percibirlas, interrumpe otras en el acto, negándose a seguir los caminos que abren su pensamiento y reprime otras aúna antes de que hayan llegado a la percepción, no dejándolas devenir conscientes>>.

Freud da un ejemplo de interpretación de sueños, respecto de un sueño que tuvo en la noche del 23-24 de julio de 1895. Comienza con la información preliminar en donde describe los antecedentes vividos al sueño en cuestión (relaciones con la persona soñada, pensamientos o conclusiones sobre las situaciones antecedentes similares, etc.), y a continuación relata el sueño para terminar con el análisis detallado de sus partes, relacionándole con vivencias y experiencias propias (deseos, responsabilidades, temores al fracaso, recuerdos que le impresionaron, esperanzas, justificaciones, sustituciones, preocupaciones, reproches, relaciones entre dos personas, situaciones análogas, sentimientos de venganza, etcétera).
Pongamos el ejemplo de un sueño de una mujer de 22 años, casada 4: soñó que estaba en la cocina de su casa preparando una tarta de cumpleaños, no se acordaba de los ingredientes necesarios y al pedir ayuda a su hermana, ésta se la negaba. El psicoanalista recuerda a la joven todos los elementos del sueño (cocina, tarta, cumpleaños, etc.) y le pide que libremente hable de cada uno todo lo que se le ocurra.
Las asociaciones fueron las siguientes:
Ir a la cocina: cocina de mi casa (la de sus padres) es muy grande; cuando estaba de novia y mi novio venía a visitarme, y a veces cuando los sirvientes tenían el día libre, mi hermana y yo cocinábamos y todos comíamos allí (era entonces muy feliz), mi novio era….mi marido, era entonces muy cariñoso….
Cocina: (…) lo mismo (la cocina de mis padres), lugar donde se hace la comida (es importante para el hogar), una vez en la cocina tuve relaciones íntimas con mi novio….
Preparar una tarta: yo sé hacer tartas; fiestas, me gustan las tartas; desde niña prefería comer las tartas que yo hacia….
Tarta de cumpleaños: en un cumpleaños conocí a mi actual marido. Usted es mejor mozo que mi marido…. ¿Es cierto que todos los psicoanalistas se acuestan con sus pacientes bonitas?… Antes me gustaban las fiestas de cumpleaños… eso que le conté que pasó con mi novio en la cocina fue un día antes de mi cumpleaños….entonces mi novio era muy cariñoso. Nos casamos hace dos años….ahora es muy distinto….es indiferente…., me parece que no le gusto. A veces me parece que le desagrado físicamente.
Olvidarse de los ingredientes: olvidarse de algo….; no sé por qué vuelvo a acordarme de mi marido. Como le decia es muy desatento; a veces se olvida de besarme… y de otras cosas. Es buena pero querría mandar…, etc., etc.
Hermana: está casada con X y tiene un chico preciosos. Es muy feliz con su marido.
Hermana sabia: ella sabe hacer tartas muy sabrosa. Tiene una casa muy linda; se lleva muy bien con el marido. A ella todo le sabe bien y él la quiere mucho.
Y no le quería decir: se me ocurre que mi hermana es egoísta…se me ocurre pero no es cierto. Cuando chica le tenía envidia…., etcétera.
En el relato del sueño hay un contenido manifiesto: dos hermanas preparan en la cocina una tarta, una de ella se olvida de los ingredientes y la otra no quiere ayudarla. Bajo este contenido hay unas ideas latentes que se manifiestan mediante la asociación libre iniciada a partir de cada palabra o situación del relato, reflejando los conflictos inconscientes de la persona que en este caso parecen ser deseo de consultar y dar solución a unas relaciones afectivo-sexuales con su marido y cierta agresividad hacia su hermana.
La teoría de la interpretación de los sueños fue dada a conocer por Freud en su obra La interpretación de los sueños (1900). En la primera década del siglo XX publica Una teoría sexual y otros ensayos, en donde incluye un capítulo titulado <<Los sueños>>, en el que apenas añade cosas nuevas. En la cuarta parte de la obra Introducción al psicoanálisis (1915) trata con bastante detalle el tema de los sueños. En 1917 publica la adición metapsicológica a la teoría de los sueños, trabajo muy importante y en 1932 en la obra Nuevas aportaciones al psicoanálisis incluye el capítulo <<Revisión de la teoría de los sueños>>, que según Mandolini deja sentadas sus ideas finales sobre este tema.

3. La hipótesis sobre el chiste
El chiste como los sueños, es una expresión de las tendencias más profundas del individuo, exteriorización que no se puede hacer directamente debido a la censura y que se esconde en esta forma permitida y humorística llamada chiste.
La interesante y completa investigación sobre el chiste aparece en su obra El chiste y su relación con el inconsciente (1905).
4. Los actos fallidos
En 1898 Freud publica en la Revista de Psicología y Neurología un trabajo sobre el tema titulado <<Sobre el mecanismo psíquico del olvido>>. Pronto va a ser completado el tema con otras dos obras importantes: Psicopatología de la vida cotidiana (1901-4) y los actos fallidos (1915-7).
Según Freud, los actos fallidos (decir, leer, oír, escribir una palabra por otra), olvidos (de palabras, nombres propios, lugares, etc.), pérdida de objetos, ciertas torpezas y pequeños errores (que no se deben precisamente a la falta de habilidad o ignorancia), tics y movimientos habituales (como por ejemplo, jugar con el bastón, hacer sonar las monedas en el bolsillo, hacer bolitas con las migas de pan, etc.), ciertos accidentes que aparentemente son causales (resbalar, tropezar, caerse, dejar caer algo, etc. y otros muchos síntomas son para Freud un indicio de represión, o sea , de una desfiguración de la verdad, y constituyen representaciones simbólicas de un pensamiento no consciente. Son, pues, actos con sentido propio y no algo puramente casual. En definitiva, son manifestaciones veladas del inconsciente.

Notas:

1-2) Ese punto es desarrollado con detalle en la obra de G. Guardo Mandolini, De Freud a Fromm. Historia general del psicoanálisis, Buenos Aires, Giordia, pp. 199 ss.
Es de interés histórico la obra de Aubin Gauthier, Traité practique du magnetisme et du sonambulisme (Paris, Bailliere, 1845, pp. 20-75 y 309-54): En esta obra el autor da una serie de recomendaciones al magnetizador y muchas de ellas vienen a coincidir con las que da Freud al psicoanalista 1
Mostrar excesiva importancia a los sueños puede provocar resistencias que los inhiban o adulteren.
Freud en el <<Caso Dora>> (1905) se encuentra por primera vez con la transferencia, concediendo a este hecho en su obra Sobre al dinámica de la transferencia (1912) importancia capital para el éxito terapéutico. La transferencia moviliza profundos sentimientos de toda índole y unos son negativos, hostiles y otros positivos, tiernos, amistosos que conllevan grandes resistencias que debe vencer el psicoanálisis. A la vez, la transferencia da lugar, por parte del analista, a la contratransferencia, exigiéndole un autoanálisis o el análisis didáctico que evite interferencias. Freud recomienda a todo analista un análisis periódicamente, cada cinco años <<sin avergonzarse por ello>>.
1-3 ) S. Freud, la interpretación de los sueños, Madrid, Biblioteca Nueva, t. II, 1972, pp. 406-419
En el marco de estos requisitos generales que Freud defiende como necesarios para el sondeo del inconsciente firma que nuestra atención ha de concentrarse <<no en el sueño de su totalidad, sino separadamente cada uno de los elementos de su contenido>>, pues en cada elemento pueden estar condensadas y representadas toda una serie de ocurrencias o segundas intenciones que suelen ser expresión de vivencias que de alguna manera nos preocupan o que para nosotros han tenido su significado. Cada palabra, cada imagen, tiene para cada uno un significado distinto, un contenido diferente que le va conformando la propia experiencia, y Freud quiere buscar ese significado típico único y rico, caracterizado por una multiplicidad de determinación, para que el sujeto se conozca hasta en sus más íntimas profundidades.
Según Freud cada sueño ha de interpretarse, no siguiendo una clave fija y universal, pues <<un mismo sueño puede presentar diferentes sentidos, según quien lo sueñe o el estado individual al que se relacione>>. De ahí que cada uno de estos sueños precise de una información preliminar que sirva de contexto para su interpretación.
2) 4R.G. Mandolini Guardo, De Freud a Fromm. Historia general del psicoanálisis, Buenos Aires, Argentina.

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