¿Es real la realidad? Las dos realidades y planolandia

Es real la realidad? las dos realidades y planolandia

¿Es real la realidad? Las dos realidades y planolandia.

Las dos realidades

De aquí se deriva una aparente contradicción respecto de la tesis básica, según lo cual no existe una realidad absoluta, sino sólo visiones o concepciones subjetivas, y en parte totalmente opuestas, de la realidad, de las que se supone ingenuamente que responden a la realidad <<real>>, a la <<verdadera>> realidad.

Encuadramos, dentro de la realidad del primer orden aquellos aspectos de la realidad que se refieren al consenso de la percepción y se apoyan en pruebas experimentales, repetibles y, por consiguiente, verificables.

Ahora bien, en el ámbito de esta realidad no se dice nada sobre la significación de estas cosas, o sobre el valor que poseen. Por ejemplo: la realidad del primer orden del oro , es decir, que sus propiedades físicas , son perfectamente conocidas y verificables en todo tiempo.

Estas reglas son subjetivas y arbitrarias y de ninguna manera expresión de las verdades eternas de la filosofía platónica. En el ámbito de esta realidad del segundo orden resulta, por tanto, absurdo discutir sobre lo que es realmente <<real>>.

Como ya se ha dicho, perdemos de vista con suma frecuencia esta diferencia o incluso ni siquiera advertimos la presencia de dos realidades distintivas. Vivimos bajo la ingenua suposición de que la realidad es naturalmente tal como nosotros la vemos y que todo aquel que la ve de otra manera tiene que ser un malicioso o un demente.

Lo verdaderamente ilusorio es suponer que hay una realidad <<real>> del segundo orden y que la conocen mejor las personas <<normales>> que los <<perturbados psíquicos>>.

Planolandia

La historia de la humanidad enseña que apenas hay otra idea más asesina y despótica que el delirio de una realidad <<real>>(la de la propia opinión), con todas las terribles consecuencias que se derivan con implacable rigor lógico de este delirante punto de partida. La capacidad de vivir con verdades relativas , con preguntas para las que no hay respuesta, con la sabiduría de no saber nada y con las paradójicas incertidumbres de la existencia, todo esto puede ser la esencia de la madurez humana y de la consiguiente tolerancia frente a los demás.