LA RECOMENDACIÓN POR PARTE DE PSICOTERAPEUTAS COGNITIVOS DE LA PRÁCTICA DEL YOGA COMO ESTRATEGIA COMPLEMENTARIA DE LA TERAPIA

Estudios interdisciplinarios y nuevos desarrollos: LA RECOMENDACIÓN POR PARTE DE PSICOTERAPEUTAS COGNITIVOS DE LA PRÁCTICA DEL YOGA COMO ESTRATEGIA COMPLEMENTARIA DE LA TERAPIA

Korman, Guido Pablo; Garay, Cristian Javier; Saizar, Mercedes
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Argentina

RESUMEN
Resumen: En este trabajo, los autores describen la combinación
de psicoterapia cognitiva y yoga en el contexto de los
tratamientos psicoterapéuticos de orientación cognitiva en la
Capital Federal. En esta investigación, llevan a cabo un intento
de explicitar los motivos que hacen a esta complementariedad,
proponiendo que la misma es parte intrínseca de las psicoterapias
de orientación cognitiva, debido al uso habitual de las
técnicas de relajación.
Palabras clave: Psicoterapia Yoga Complementariedad Terapéutica

INTRODUCCIÓN
Existe una importante bibliografía que da cuenta del intento de
integración entre la psicoterapia de orientación cognitiva y las
prácticas de relajación asociadas a disciplinas orientales.
Dentro del campo de la psicología y la terapia cognitiva, existe
una vasta literatura que da cuenta de los intentos de incorporar
herramientas espirituales a la práctica psicoterapéutica. A modo
de ejemplo, Richards y Bergin (1997) proveen un amplio
fundamento para dicha integración en la práctica de la psicoterapia;
mientras que Probst (1988) desarrolla y especifica un
conjunto de instancias espirituales estipuladas dentro de la
orientación cognitiva conductual.
En lo que hace a las herramientas espirituales de raigambre
oriental, un número importante de clínicos y teóricos ha escrito
extensamente acerca de la integración de Budismo y los
principios de la Psicoterapia Cognitiva. El foco de estas discusiones
está centrado principalmente en la importancia del control
del pensamiento en la concepción y puesta en práctica de
tratamientos psicoterapéuticos, tal como lo demuestra el tratamiento
para el trastorno límite de la personalidad (TLP) desarrollado
por Marsha Linehan (1993) quién toma herramientas
de su aprendizaje como monje budista para desarrollar el modelo
actualmente más exitoso en el tratamiento del TLP. John
Teasdale, Zinder Segal y J. Marck Williams proponen la integración
de meditación, conciencia plena y terapia cognitiva
para reducir los riesgos de recaídas y recurrencias en la depresión
(Teasdale et al, 2000; Lau, 2005), idea ya implementada
en la reducción del estrés por parte de Kabat-Zinn (1990).
Al mismo tiempo, autores de otra línea teórica -tal como es el
psicoanálisis- proponen que la práctica de la mente plena
(mindfulness) posibilita una forma de enriquecimiento de la estructura
de funcionamiento de la terapia psicoanalítica (Rubin,
1996; Epstein, 1995). Rosenbaum (1999) propone la integración
de los principios del budismo Zen para el enriquecimiento
de la psicoterapia y la propia vida de los terapeutas (1999).
Ash (1993) propone una interpretación budista Zen para los
grupos de alcohólicos anónimos y más precisamente en lo que
hace a la técnica de los doce pasos.

METODOLOGÍA
En cuanto a la metodología utilizada, los materiales de los que
este trabajo se sirve son el resultado de variadas entrevistas
abiertas, extensas y recurrentes en el período 2004 2005, y un
cuestionario tomado en una de las Jornadas de la Asociación
de Terapia Cognitiva (a la que queremos agradecer por su colaboración).

LOS MOTIVOS QUE FUNDAN LA COMPLEMENTARIEDAD
Desde la perspectiva cognitiva la enfermedad es entendida
como una entidad que comporta elementos que incluyen lo
psicológico, lo biológico y lo social. Tanto los trastornos mentales
como las enfermedades médicas incluyen el aspecto cognitivo
que supone tanto el ingreso como el procesamiento,
codificación, almacenaje y recuperación de toda la información
relevante. De este modo, el terapeuta cognitivo, realiza una
conceptualización del caso a tratar en la cual es necesario establecer
cuál es el paradigma personal del paciente, en otras
palabras, cuál es su cosmovisión. Estos aspectos cognitivos
tendrán relación con elementos fisiológicos, emocionales y
conductuales. Las conductas que implementen los pacientes
serán coherentes con las interpretaciones que hacen sobre
ellas o las predicciones acerca de sus consecuencias. Así, un
paciente que considera determinada práctica religiosa como
una ayuda para alcanzar un estado de salud mejor, echará
mano de ella mientras que no lo hará aquel que considere
completamente inútil dicha práctica. El terapeuta cognitivo incluye
en su indicación la valoración que el paciente hace de tal
práctica con un fin utilitario: modificar la cognición cuando las
conductas contribuyan a mantener el trastorno o problema del
paciente o darle la posibilidad de incluir recursos que mejoren
su estado o bienestar general. El ejercicio físico en pacientes
tanto ansiosos como depresivos suele ser una recomendación
frecuente. Las prácticas religiosas suelen incluirse en la medida
en que proporcionan un grupo de contención y apoyo para
el paciente (especialmente cuando padezca un episodio depresivo
o se encuentre atravesando una enfermedad amenazante
para la vida). El yoga es visto por la mayoría de los terapeutas
cognitivos como una combinación de técnicas de relajación
y ejercicios físicos que contribuirán al mejor afrontamiento
de sus problemas.
La percepción de los psicoterapeutas respecto a la aceptación
potencial del yoga por parte de los pacientes, se basa en la
comprensión del yoga como una práctica que no causa contradicciones
ni con el fundamento de su propia especialidad ni
con el sistema de creencias de los pacientes/clientes.

CONCLUSIONES
La mayoría de los psicoterapeutas cognitivos presentan una
idea del yoga acorde a las técnicas de relajación, respiración y
meditación. Desde la perspectiva de estos terapeutas el yoga
permite acrecentar las habilidades del paciente en lo que hace
a las técnicas de relajación. A la vez que, en la vida del paciente,
implica un espacio enteramente dedicado a la relajación y a una
práctica de autoconocimiento, que generan efectos positivos.
La valoración positiva de las técnicas de relajación, propias de
la terapia cognitiva conductual, la propia práctica del psicoterapeuta,
la recomendación de pares y los efectos positivos en los
pacientes dan lugar a la recomendación de complementariedad.

BIBLIOGRAFÍA
Ash, Mel. (1993). The Zen Recovery. New York, Tarcher/Putnam.
Epstein, Mark. (1995). Thoughts without a thinker: Psychotherapy from a
Budhist perspective. New York, Basic Books.
Kabat-Zinn, Jon. (1990). Full Catastrophe Living : Using the Wisdom of your
mind to Face Stress, Pain and Illness. New York, Dell Publishing.
Lau, Mark .A. (2005). «Terapia Cognitiva basada en la Conciencia Plena:
Integrando la Conciencia plena, la meditación y la terapia cognitiva para
reducir el riesgo de la recaída en la depresión». Revista Argentina de Clínica
Psicológica, v. 13, n.3, pp. 7-15.
Linehan, Marsha (1993). Cognitive-Behavioral Treatment of Borderline
Personality Disorder. New York, Guilford Press.
Probst, Louis. R. (1988). Psychotherapy in religious framework. New York,
Human Sciences Press.
Richards, P.Scott. & Bergin, Allen. (1997). A spiritual strategy in counseling
and psychotherapy. Washington, DC, American Psychological Association.
Rosenbaum, Robert. (1999). Zen and the heart of psychotherapy. Philadelphia:
Brunner/Mazel.
Rubin, John. B. (1996). Psychotherapy and Buddhism. New Cork, Plenum.
Teasdale, John. D. Segal, Zindel. V., Ridgeway, Vincent. A., Soulsby, John.
M. y Lau, Mark A. (2000): «Prevention of relapse/recurrence in major
depression by mindfulness-based cognitive therapy». Journal of Consulting
and Clinical Psychology, v. 68, pp. 615-623.