EL SÍNDROME DE «BURNOUT» O EL DESGASTE PROFESIONAL

EL SÍNDROME DE «BURNOUT»* O EL DESGASTE PROFESIONAL.

E Álvarez Gallego, Luis Fernández Ríos

RESUMEN

El término inglés «burnout», hace referencia a una disfunción psicológica que parece suceder de forma más común, entre los trabajadores cuya labor se realiza en relación directa con la gente. Es la consecuencia de altos niveles de tensión en el trabajo, frustración personal e inadecuadas actitudes de enfrentamiento a las situaciones conflictivas. Supone un coste personal, organizacional y social importantes.

A través de este artículo hemos intentado hacer un acercamiento a este sindrome, exponiendo sus principales características, así como los modelos teóricos que aportan una explicación y las variables estudiadas que parecen contribuir a su aparición. Por último hemos realizado una breve exposición sobre los resultados de los estudios sobre el «burnout» en diversas profesiones.

PALABRAS CLAVE: Burnout. Stres crónico. Profesionales de los servicios humanos. Stres ocupacional.

 

ACERCAMIENTO DEL SINDROME DE «BURNOUT»

Surgimiento del término

La palabra «burnout» ha sido utilizada en el lenguaje anglosajón dentro de la jerga de los atletas o deportistas en general. Con esa palabra, cuya traducción al castellano significa «estar quemado», se trataba de describir una situación en la que, en contra de las espectativas de la persona, ésta no lograba obtener los resultados esperados por más que se hubiera entrenado a fondo para conseguirlos.

Fuera del contexto deportivo y artístico, el término «burnout» fue utilizado por primera vez por Freudenberg (1974)

(1) para referirse a los problemas de los servicios sociales. Pero fue C. Maslach (2) quién dio a conocer esta palabra de forma pública en 1977, dentro del Congreso Anual de la Asociación Americana de Psicólogos (A.P.A.). Ella usó esta expresión para referirse a una situación cada vez más frecuente entre los trabajadores de los servicios humanos y era el hecho de que después de meses o años de dedicación, estos trabajadores acababan «quemándose» (*).

El estudio de este tema fue iniciado por los autores antes señalados, y fue recibiendo aportaciones de otros estudiosos hasta que en Noviembre de 1981 se celebró en Filadelfia la I Conferencia Nacional sobre el Burnout. Sirvió para aunar criterios y para poner en común los trabajos realizados sobre pequeñas muestras o bien, sobre experiencias propias.

El interés por este campo se acrecentó debido a tres factores que Perlman y Hartman (1982) (3) señalan como fundamentales:

a) la importancia cada vez mayor que los servicios humanos han ido adquiriendo como partícipes del bienestar individual y de la colectividad,

b) la valoración y mayor exigencia de los usuarios hacen de los servicios sociales, educativos o sanitarios,

c) los conocimientos por parte de los investigadores, de los poderosos y perjudiciales efectos del estrés en las personas, así como los ambientes de los que participa el sujeto.

Por todo ello, y dentro de una teoría y práctica actual de prevención de la salud que trata de abarcar los componentes bio-psico-sociales de la conducta, es por lo que los estudios sobre este tema se han desarrollado tan rápidamente en la década de los 80.

Definición y rasgos esenciales

Cuando decimos que un profesional está «quemado», trataremos de reflejar el hecho de que una situación (laboral, familiar o social) le ha sobrepasado, agotando su capacidad de reacción de manera adaptiva. Es el final de un proceso continuado de tensión y estrés. Si bien esta experiencia negativa puede suceder en distintas esferas vitales, el término ha pasado a la investigación psicológica para reflejar una situación de desajuste entre el trabajador y el puesto que ocupa.

La definición del «burnout» más consolidada es la de Maslach y Jackson (1981) (4) quienes consideran que es una respuesta inadecuada a un estres emocional crónico cuyo rasgos principales son: un agotamiento físico y/o psicológico, una actitud fría y despersonalizada en la relación hacia los demás y un sentimiento de inadecuación a las tareas que ha de realizar.

Los estudios sobre este tema se han inicado en los profesionales de los servicios humanos, es decir, en aquellas personas que por naturaleza de su trabajo han de mantener un contacto directo con la gente. Es el caso de los trabajadores sanitarios, de la educación, del área de salud mental o del ambito social. Si bien son muchas las variables que intervienen en este proceso de desgaste, los investigadores señalan que es la relación intensa con otras lo que de forma poderosa contribuye a la aparición de este síndrome, aunque de forma más completa podemos entender el «burnout» como el producto de una interacción negativa entre el lugar de trabajo, el equipo o staff y los «clientes» (* *).

Si bien en un primer momento se consideraba este síndrome como exclusivo de estos servicios, lo cierto es que todos los profesionales sea cual sea su ocupación son susceptibles de desanimarse y perder su entusiasmo por su trabajo (5,6,7,8,).

El rasgo fundamental del «burnout» es el cansancio emocional o lo que es lo mismo, la sensación de no poder dar más de sí mismo a los demás. Para protegerse de tal sentimiento negativo, el sujeto trata de aislarse de los otros desarrollando así una actitud impersonal hacia los «clientes» y los miembros del equipo, mostrándose cínico, distanciado, utilizando etiquetas despectivas para aludir a los usuarios o bien tratará de hacer culpables a los demás de sus frustraciones y descenso de su compromiso laboral. Todos estos recursos suponen para él una forma de aliviar la tensión experimentada de manera que al restringir el grado o la intensidad de la relación con las demás personas, está tratando de adaptarse a la situación aunque lo haga por medio de mecanismos neuróticos.

El tercer rasgo esencial es el sentimiento complejo de inadecuación personal y profesional al puesto de trabajo, que surge al comprobar que las demandas que se le hacen, exceden su capacidad para atenderlas debidamente. Este tercer componente puede estar presente o bien encubierto por una sensación paradójica de omnipotencia. Ante la amenaza inconsciente de sentirse incompetente, el profesional redobla sus esfuerzos para afrontar las situaciones dando la impresión a los que le observan de que su interés y dedicación son inagotables.

Proceso transicional

Como el «burnout» se considera un proceso continuo, los aspectos esenciales indicados pueden estar presentes en mayor o menor grado. Su aparición no surge de manera súbita sino que emerge de forma paulatina, larvada incluso, con un incremento progresivo en la severidad (ver Tabla 1). Podemos distinguir un primer momento en el que las demandas laborales exceden los recursos materiales y humanos dádose una situación de estrés. Una segunda fase sería de exceso o sobreesfuerzo en la que el sujeto daría una respuesta emocional a ese desajuste, apareciendo signos de ansiedad, fatiga, etc. La situación exigiría del sujeto una adaptación psicológica. El enfrentamiento defensivo correspondería a la tercera fase en la que se va a producir un cambio de actitudes y de conductas con el fin de defenderse de las tensiones experimentadas.

EL SÍNDROME DE "BURNOUT", tabla 1

Según esta sucesión de etapas, el «burnout» propiamente dicho, aparecería en la fase final y vendría a ser una respuesta a una situación laboral intolerable (9,10). Si bien todos los autores están de acuerdo en considerar el desgaste profesinal como un proceso, existen pocos estudios exploratorios que distingan con claridad estas etapas (11).

SintomatoJogía asociada

Vamos a agrupar los síntomas en cuatro áreas (ver Tabla Il): los psicosomáticos, los conductuales, los emocionales y los defensivos, descritos todos ellos en la variedad de estudios realizados (12,13,14).

EL SÍNDROME DE "BURNOUT", tabla 2

1.

Los signos psicosomáticos son amenudo tempranos signos de «burnout» y dentro de ellos se incluyen las quejas de fatiga crónica, dolores frecuentes de cabeza y estómago, úlceras o desórdenes gastrointestinales, y pérdida de peso entre otros.

2.

Los signos conductuales observados fueron el absentismo laboral, aumento de la conducta violenta y de los comportamientos de alto riesgo tales como conducción imprudente, aficiones suicidas. Incapacidad para relajarse, abuso de fármacos y alcohol, conflictos matrimoniales y familiares.

3.

Dentro de los signos emocionales está el distanciamiento afectivo, la impaciencia e irritabilidad, los recelos de llegar a convertirse en una persona poco estimada que pueden degenerar en sentimientos paranoicos. Suele ser frecuente la dificultad para concentrarse debido a la ansiedad experimentada por la persona. Se produce así un descenso de las habilidades de memorización de los datos, razonamientos abstractos, elaboración de juicios,…Todo ello va a influir directamente en la relación del profesional con el staff y con sus clientes.

4. Los signos surgen de la necesidad de los sujetos con «burnout» para aceptar sus sentimientos. La negación de sus emociones es un mecanismo con el que el sujeto trata de defenderse contra una necesidad que le es desagradable. La supresión consciente de información, el desplazamiento de sentimientos hacia otras situaciones o cosas, la atención selectiva y la intelectualización, son otras formas de evitar la experiencia negativa.

En el ambiente laboral también se puede constatar signos de «burnout» (ver Tabla I1I). Cuando la organización no favorece el necesario ajuste entre las necesidades de los trabajadores y los fines de la institución, aparecen aspectos tales como falta de energías en el equipo, descenso en el interés por los clientes, percepción de estos como «frustrantes», sin remedio, desmotivados; alto absentismo y deseos de dejar ese trabajo. Como consecuencia de todo esto, se produce un decremento de la calidad de los servicios que no es más que la expresión palpable de una pérdida de ilusiones. Este panorama dificilmente puede remitir por sí solo si no se introducen cambios en el contexto laboral, (15,16,17).

EL SÍNDROME DE "BURNOUT", tabla 3

Similitudes y diferencias con otros conceptos

Debido a que el término «burnout» ha surgido íntimamente relacionado con otros conceptos ya existentes, es dificil establecer claras diferencias entre ellos, como sucede con el estrés. Son muchas las conexiones entre un concepto y otro. La única diferencia (más aparente que real) es que el «burnout» es un estrés crónico experimentado en el contexto laboral (18).

Las diferencias entre el tedio o aburrimiento en el trabajo es que el «burnout» es fruto de repetidas presiones emocionales, mientras que el tedio puede resultar de cualquier presión o falta de innovación. Ambos términos son equivalentes cuando se producen como resultado de una insatisfacción del trabajo con la gente (19).

En cuanto a los diferencias con la insatisfacción laboral, no son términos equivalentes aunque entre ellos haya fuertes correlaciones. Cuando el trabajador está «quemado», podemos suponer que también se encuentre poco gratificado por su labor. Maslach y Jackson (20) son de la opinión de que los altos niveles de estrés y «burnout» pueden coexistir con una buena satisfacción. En su escala de medición (Maslach Burnout Inventory) consideran la isatisfacción en el trabajo como un componente más de este síndrome, pero no necesariamente a de aparecer ligado a altos niveles de cansancio emocional.

Aunque participa de rasgos similares, no es igual el «burnout» a la depresión. El ánimo abatido suele ser en el primer caso, temporal y específico del ámbito laboral. Algunos autores (21) consideran ficticia la separación de términos y opinan que se ha querido dar otro nombre a un cuadro ya estudiado desde antiguo. Es indudable una gran correlación entre ambos (22).

Las investigaciones entre los «life events» y el «burnout» encontraron que los sucesos negativos de la vida pueden promover o agravar una situación de sobrecarga que ya existía. Los positivos por el contrario, amortiguarían las situaciones de presión. Los resultados de estos estudios demuestran la importancip de promover condiciones favorables en el contexto laboral con el fin de eliminar las tensiones.

También se han establecido diferencias entre la crisis de la edad media de vida (según el Modelo de Desarrollo Laboral del Adulto( (24) y el «burnout» (25). Tal crisis puede sobrevenir cuando el profesional hace un balance negativo de su posición y desarrollo. Por contra, la experiencia de «quemarse» se da con mayor frecuencia en los jóvenes recién incomporados a su nuevo empleo empleo. Estos sujetos no suelen estar debidamente preparados para hacer frente a los conflictos emocionales que desde el exterior se les presentan, ni tampoco saben controlar sus propios sentimientos.

MODELOS TEORICOS DEL «BURNOUT» y VARIABLES MAS SIGNIFICATIVAS

– VARIABLES QUE INFLUYEN EN LA APARICION DEL «BURNOUT» EN DIFERENTES OCUPACIONES

– CONCLUSIONES DE LOS ESTUDIOS EMPIRICOS

– LIMITACIONES DEL ESTUDIO DEL BURNOUT

Notas:

(*) Utilizaremos indistintamente el término inglés «burnout» o bien las traducciones en castellano más aproximadas tales como: «quemado», estar exahusto, sobrecargado… etc.

(* *) Llamaremos «clientes» a las personas que reciben el servicio de los profesionales de los servicios humanos. Lo utilizaremos en vez de pacientes, alumnos, usuarios… etc.

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