Socialización y la socialización recíproca (Stone y Church; López; Berger y Luckmann; Bowlby; Winnicott)

La socialización y la socialización recíproca:
La socialización es un término complejo de definir, ya que existen diversos enfoques sobre el mismo. Stone y Church señalan que “los otros niños de su misma edad dan al preescolar su primera experiencia de socialización”. Un preescolar funciona mejor cuando se agrupa con niños de edad similar, sin que esto implique que deba quedar aislado de niños mayores o menores. El niño preescolar, con niños de capacidad similar, puede tener pequeñas batallas sin peligro, y probar sus sentimientos e ideas acerca de la gente, ante quienes sus formulaciones podrán parecer de buen sentido. Entre sus pares puede aprender a cooperar y compartir simpatías, posesiones, sentimientos y pensamientos, y a afirmarse.
López define a la socialización como “un proceso interactivo, necesario al niño y al grupo social donde nace, a través del cual el niño satisface sus necesidades y asimila la cultura, a la vez que, recíprocamente, la sociedad se perpetúa y desarrolla” (1995:100). Además “la socialización supone la adquisición de los valores, las normas, costumbres, roles, conocimientos y conductas que la sociedad le transmite y le exige”.
Berger y Luckmann argumentan que la socialización nunca es total y nunca termina, y si bien diferencian entre socialización primaria y secundaria, señalan que esta última “siempre presupone un proceso previo de socialización primaria; o sea, que debe tratar con un yo formado con anterioridad y con un mundo ya internalizado” (1984:177), que son el resultado de la socialización primaria. Definen que “la socialización primaria es la primera por la que el individuo atraviesa la niñez; por medio de ella se convierte en miembro de la sociedad (…) se efectúa en circunstancias de enorme carga emocional (…) el niño acepta los ‘roles’ y actitudes de los otros significantes, o sea que los internaliza y se apropia de ellos. Mientras que “la socialización secundaria es cualquier proceso posterior que induce al individuo ya socializado a nuevos sectores del mundo objetivo de su sociedad” y “es la internalización de ‘sub-mundos’ institucionales o basados sobre instituciones”.
Teniendo en cuenta a la Teoría del Apego de John Bowlby, para que los niños puedan acceder saludablemente al nivel de socialización que se da en esta etapa comprendida por el ingreso al Jardín Maternal y de Infantes HACE falta una “base segura”. El autor considera que el rol central de los padres es la “provisión de una base segura a partir de la cual un niño (…) puede hacer salidas al mundo exterior y a la cual puede regresar sabiendo con certeza que será bien recibido, alimentado física y emocionalmente, reconfortado si se siente afligido y tranquilizado si está asustado” .
Donald Woods Winnicott, a su vez, sostiene que en el proceso hacia la independencia el niño “crea medios que le permiten prescindir de un cuidado ajeno real. Lo consigue mediante la acumulación de recuerdos del cuidado recibido, la proyección de las necesidades personales y la introyección de detalles de dicho cuidado, con el desarrollo de confianza en el medio ambiente”.
Una vez que hemos definido en profundidad qué entendemos por socialización estamos en condiciones de comprender de qué se trata la socialización recíproca. El término reciprocal socialization, se entiende como un proceso bidireccional por el cual los niños socializan a los padres, tal como estos socializan a los niños. Desde este punto de vista el niño es un ser dinámico y activo, su “conducta social no solamente es moldeada por los otros, sino que es también origen de cambios producidos en la conducta de los que le rodean” (Palacios, Marchesi, Carretero). Los pares, en la interacción se socializan entre sí. Podemos destacar de esta manera la importancia que en el proceso de socialización adquiere la relación con pares.

Fuente: ¨El Jardín Maternal y el Jardín de Infantes: la relación con pares y la socialización recíproca (Lic. Karina KRAUTH y Lic. Valeria BOLLASINA)