Estudios interdisciplinarios y nuevos desarrollos: TAMIZAJE DE TCA EN ADOLESCENTES ATLETAS

Estudios interdisciplinarios y nuevos desarrollos: TAMIZAJE DE TCA EN ADOLESCENTES ATLETAS

Girolimini, Mirna; Benitez, Carlos; Calbé, Silvina Marcela
Departamento de Educación Física. Universidad Nacional de La Plata. Argentina

RESUMEN
Este estudio exploratorio compara percepción de la gordura,
comportamiento alimentario e imagen corporal, respecto a variables
antropométricas, en dos grupos de deportistas: patinadoras
(n=35) y jugadoras de hockey (n=19) sobre la población
general (n=60). Cada sujeto fue evaluado con cuestionario
TCA [Gómez Peresmitré-1997]; peso y talla [OMS] y protocolo
ISAK. En actitudes y creencias hacia la obesidad asocian la
delgadez con el ser aceptadas, el éxito personal y el control de
sí mismas. En comportamiento alimentario el 79% de las jugadoras
de hockey comió en exceso y se atascó; el 47% realizó
dietas restrictivas y ejercicios. Las patinadoras evidenciaron
frecuencias de: ayunos 20% vs 2% de la población; dietas 11%
vs 7%; purgas: 14% vs 2% (pastillas), 11% vs 2% (diuréticos),
9% vs 0% (laxantes). En imagen del cuerpo se hallaron dispersiones
con los datos antropométricos: el 100% del grupohockey
tuvo normopeso (IMC<25) con promedio de 22.7, aunque
el 13% se considera delgada y el 7% gorda. En el grupopatinadoras
el 34% tuvo bajo peso y el 66% peso normal. Se
identifica a estas adolescentes como vulnerables por cultura,
género, edad y profesión, a padecer La tríada de la atleta femenina
(TCA-amenorrea-osteoporosis) pudiendo desembocar
en bajo rendimiento deportivo y aumentar la morbilidad médica
y psicológica.
Palabras clave: TCA Tamizaje Adolescentes Atletas

PLANTEO DEL PROBLEMA, SU RELEVANCIA SOCIAL
Y SANITARIA:
Este trabajo constituye un intento por esclarecer las diferencias
detectadas cotidianamente en la autopercepción corporal
entre adolescentes con distinta actitud y proyección en relación
al deporte, enfatizando la necesidad de la identificación
temprana de las patologías alimentarias.
Avanza en la relación entre Adolescencia femenina, Trastornos
del Comportamiento Alimentario (TCA) y Deportistas de alta
competencia de las disciplinas de Patín Artístico y Hockey sobre
Césped. Se compara los dos grupos de atletas con otro grupo
de jóvenes mujeres representantes de la población general,
estudiantes de la Educación General Básica y Polimodal, sujetos
todos residentes en la ciudad de La Plata.
La importancia científica del tema se pone de manifiesto en los
reportes sanitarios oficiales (OMS/FNUAP/UNICEF) que alertan
anualmente sobre el crecimiento de la incidencia de TCA
en poblaciones con alta esperanza de vida de nuestro país, y
en la necesidad de generar programas preventivos (1)
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (anorexia nerviosa,
bulimia nerviosa y los TCA no especificados) son perturbaciones
mentales que refieren al cuerpo y se evidencian cuando se
interfiere el proceso normal de la ingesta de alimentos y se
intenta controlar el peso corporal por distintos medios (2)
La distorsión en la percepción de la imagen corporal es una de
las características centrales de los TCA. Y todo pareciera indicar
que la presencia de una sobrevaloración corporal tendiente
a lograr cuerpos cada vez más altos, delgados y andróginos,
recorta poblaciones vulnerables a la sintomatología patológica
con relación a la ingesta y al cuerpo. La literatura científica
identifica como grupos de riesgo a las modelos, actrices, azafatas,
bailarinas, gimnastas y otras disciplinas artísticas y deportivas
(3)
Investigadores del tema, como el mexicano Gómez Peresmitré,
reporta que diversos estudios (Garner y Garfinkel: 1980; Hamilton,
Brooks-Gunn y Warren: 1985; Szmuckler: 1985) han señalado
la predisposición al desarrollo de desórdenes alimentarios en
personas que participan en actividades donde hay presión por
mantener un cuerpo delgado y en las que además existe un
alto grado de exigencia y competitividad. Un ejemplo lo dieron
las estadísticas en países occidentales al señalar que la incidencia
de anorexia nerviosa fluctúa entre el 0.37% y el 1.6%
por cada cien mil habitantes por año (Gordon, 1990; Leichner
y Gertler, 1988), mientras que en poblaciones homogéneas,
como son las bailarinas, se eleva al 15.2% (Hamilton et al.,
1985) (4)
Otra expresión del fenómeno es el síndrome conocido como
Tríada de la atleta femenina, acuñado por el American College
of Sports Medicine (ACSM) en 1992, y que se presenta especialmente
en las deportistas que necesitan lograr bajo peso y
se someten a prácticas de ejercicios en extremos y un bajo
nivel de grasa corporal. Está definido por los trastornos alimentarios,
la amenorrea y la osteoporosis. Si bien su etiología
no ha sido claramente definida aún, hay datos sobre su principal
disparador, los trastornos alimentarios, cuya frecuencia
oscila entre el 15% y el 62% de la población femenina físicamente
activa. Las atletas tienden a justificar su pérdida de
peso con razones técnicas (mayor rendimiento) o reglamentarias
(categorías por peso) (5)
Fundamentalmente se han encontrado cuatro grupos de de
portes donde surgen con mayor frecuencia comportamientos
alimentarios patológicos, según estudios de Beals y Manore
(1994); Daluiski, Rahbar y Meals (1997); Teitz (1998); Sundgot-
Borgen (1994); Sykora, Grilo, Wilfley y Brownell (1993) y
Wilmore y Costill (1998): Deportes que establecen categorías
de peso (boxeo, lucha, halterofilia); Deportes en los que un
peso bajo resulta beneficioso para la mejora del rendimiento
en la competición (remeros, piragüistas y jockeys); Deportes
de resistencia (fondo, mediofondo y maratón); Deportes en los
que un peso bajo resulta beneficioso para el desarrollo de los
movimientos y que requieren buena presencia ante los jueces
(ballet, gimnasia, patinaje artístico y aerobic) (6)
Propósitos y características del trabajo de campo:
Como el problema que nos planteamos interrogó la percepción
de la gordura, el comportamiento alimentario y la distorsión de
la imagen corporal respecto a variables antropométricas, en
dos grupos de deportistas: patinadoras (n=35) y jugadoras de
hockey (n=19) con relación a la población de estudiantes de
EGB y Polimodal (n=60); de la misma edad (12 a 27a) y condición
sociocultural, los propósitos centrales fueron:
A. Conocer las actitudes y creencias hacia la obesidad de la
población adolescente estudiada.
B. Analizar la relación entre percepción de la gordura, imagen
corporal y comportamiento alimentario.
B-1 Evaluar posibles dispersiones entre la imagen corporal y
los valores antropométricos.
B-2 Identificar probable insatisfacción con la figura corporal y
con determinadas zonas del cuerpo.
B-3 Ponderar la frecuencia de hábitos alimenticios irregulares,
signos de alarma de Trastornos del Comportamiento Alimentario
(TCA).
C. Comparar los patrones de comportamiento de las adolescentes
deportistas con los de un grupo de jóvenes representantes
de la población general bajo variables homogéneas de
edad y condición sociocultural.
Respondiendo a una metodología cualitativa, se tomó como
modelo un trabajo exploratorio desarrollado en el ámbito de la
Universidad Nacional Autónoma de México, con el título «La
percepción de la gordura en adolescentes y su relación con las
conductas anómalas del comer», que estudió la problemática
con objetivo comparativo entre estudiantes de ballet y estudiantes
de secundaria y preparatoria (Gómez Peresmitré G.;
Mora Ríos J.; Unikel Santoncini C., 1999) (7)
El anclaje del estudio lo constituyó la ciudad de La Plata y se
escogieron como unidades de análisis a mujeres adolescentes
institucionalizadas en los años 2003 y 2005 en clubes deportivos
y en colegios estatales que reclutan una población con
nivel socioeconómico medio.
La muestra se definió por conglomerado y se incluyeron todos
los sujetos que aceptaron participar voluntariamente. Fueron
evaluados individualmente con un cuestionario para tamizaje
de TCA y distorsión de la imagen corporal [adaptación Unikel
& Gómez Peresmitré: 1997-UNAMéxico]* ; en peso y talla para
ponderar el IMC [escala OMS] y con el protocolo ISAK para
determirnar las variables antropométricas [modelo de cinco
componentes (Kerr y Ross) y somatotipo (Heath y Carter)]. (8)
El análisis de los datos se organizó en base a tres dimensiones
centrales: a) Actitudes y creencias hacia la obesidad, b)
Composición corporal, somatotipo e Imagen corporal, c) Comportamiento
alimentario.
Presentación de los resultados:
Los datos relevados dan cuenta de una población que tiende a
experimentar síntomas propios de los trastornos de la ingesta
en la medida en que sus integrantes son adolescentes, de
sexo femenino, poseen un peso corporal promedio aunque
creen que es superior, desean verse más delgadas y practican
régimen alimenticio restrictivo. A su vez, uno de los grupos de
las atletas pertenece a una disciplina donde los aspectos estéticos
y atractivos de la figura corporal se juzgan en la ejecución,
soportando una gran presión para mantener un peso
ideal.
Las frecuencias muestran importantes irregularidades en estos
comportamientos, que cruzadas con los datos cualitativos
de la crónica del entrevistador y con los factores de riesgo a
padecer TCA recogidos por la literatura, sirvieron para evaluar
la vulnerabilidad psicológica de los grupos, y las pautas institucionales
para el seguimiento de estos indicadores de salud en
las alumnas y atletas.
Actitudes y creencias hacia la obesidad:
Para Josep Toro (1988) posiblemente hayan sido Vandereycken
y Merman (1984) quienes más contribuyeron a difundir la locución
cultura de la delgadez. Así se define una de las características
básicas de nuestra época y de nuestro mundo occidental
(9)
Atendiendo a esos valores, en numerosas investigaciones, el
sobrepeso adolescente se halla sistemáticamente asociado a
depresión, a una autoestima baja y a un concepto negativo
generalizado.
En el estudio de campo que nos ocupa, la lectura de los datos
concernientes a la dimensión ACTITUDES Y CREENCIAS HACIA
LA OBESIDAD, dejó ver similar problemática en las adolescentes
del medio. La delgadez adquiere en estas jóvenes,
una alta valoración, otorgando sentido al ser femenino, a la
aceptación social, a los logros personales, al control del self.
El dato general más revelador es que el 60% de las adolescentes
SE SIENTEN GORDAS AUNQUE LOS DEMÁS LE DIGAN QUE NO LO ESTÁN.
Asimismo, interpretan que ESTAR GORDA ES SINÓNIMO DE
IMPERFECCIÓN el 60% de la muestra correspondiente a las
deportistas de Patín Artístico y el 38% de la muestra representante
de la población general.
Respecto del grupo de deportistas de Hockey sobre Césped,
hallamos que el 53% refiere haberse preocupado por engordar
y admiten que las deprime sentirse gorda (el 26% en forma
frecuente o muy frecuentemente), considerando que las mujeres
delgadas son más femeninas y que el peso corporal es
importante para sentirse bien.
Estas frecuencias coinciden con lo publicado por Eduardo
Leiderman y Fabián Triskier (2004); a partir de una encuesta a
380 alumnos, de 14 a 21 años, en cinco colegios secundarios
de la ciudad de Buenos Aires, donde el 49.6% del total, y el
61.3% de las mujeres, dijo estar disconforme con su peso
(10)
Las connotaciones negativas de la obesidad son significativas
también en otros estudios Latinoamericanos. En la investigación
de Santoncini, Ríos y Gómez Peresmitré en México (1999),
las opiniones principales se dieron en referencia a los daños
en la salud; a nivel físico y mental. En segundo lugar se menciona
la estética del cuerpo, haciendo énfasis en el aspecto
físico, al ser considerada como algo espantoso, grotesco, asqueroso,
fodongo. En tercer lugar se encontraron atributos negativos
del sujeto, en los que la gordura se asoció con el descuido,
la falta de disciplina, el autocuidado y la flojera (11)
Las creencias que conciben a la femineidad en función de la
delgadez, se vieron reflejadas en el trabajo de campo que se
comenta en los ítems LAS MUJERES DELGADAS SON MÁS
FEMENINAS; donde respondieron afirmativamente el 71% de
las jóvenes deportistas, y el 50% de las jóvenes no deportistas.
También las investigadoras Remedios González, Silvia Sifre y
María Martina Casullo (1999), al estudiar muestras de Buenos
Aires y Valencia hallaron diferencias estadísticas significativas
según género. La submuestra femenina reveló que las mujeres
tienen mayores deseos de adelgazar, más insatisfacción
con el propio cuerpo y sentimientos de ineficacia, así como
mayores dificultades para verbalizar sus emociones que los
varones (12)
Las jóvenes aquí analizadas reconocen en su mayoría que el
peso corporal guarda relación con una sensación de bienestar
y que harían cualquier esfuerzo por obtener el peso que desean.
En un 57% (las deportistas) y en un 55% (las no deportistas)
consideran que el ESTAR DELGADAS ES UN LOGRO

IMPORTANTE PARA ELLAS.
Composición corporal, somatotipo e imagen corporal:
Para Francoise Doltó (1984) la imagen del cuerpo es la huella
estructural de la historia emocional de un ser humano. «Ella es
el lugar inconsciente en el cual se elabora toda expresión del
sujeto: lugar de emisión y de recepción de las emociones interhumanas
fundadas en el lenguaje». No hablamos de un cuerpo-
imagen únicamente, sino que el cuerpo se liga inmediatamente
al contexto de significaciones que lo incluyen como otro
significante más, en la constitución del Sujeto (13)
A su vez, María Elena Torresani y María Inés Somoza (2003)
consideran que la imagen corporal abarca la figura, las dimensiones,
la postura y los sentimientos. Y se observa a través de
dos percepciones: la perceptual y la afectiva o emocional (14)
Entrando en esta categoría, la mayoría de las jóvenes consultadas
se ubicaron en los parámetros NORMALES (IMC<25)
(66% las patinadoras y 62% la población), aunque según el
juicio personal muchas de ellas se perciben a sí mismas estando
GORDAS (26% vs. 21% respectivamente). El resto de la
población entró en la categoría BAJO PESO 1 (34% patinadoras
vs. 31% población), tratándose de una cantidad importante
de jóvenes que no tendrían el peso real más saludable.
Por su parte, también en las jugadoras de Hockey sobre Césped
encontramos dispersiones entre la imagen corporal y los
datos antropométricos: el criterio del IMC (Peso/Talla^2) indicaría
que el 100% de esta población posee normopeso, con un
valor promedio de 22.7, no encontrándose ningún valor individual
en la categoría sobrepeso (IMC>25).
En lo referente al valor de grasa corporal, este grupo se ubica
por debajo del percentilo 15 de la población general (tabla
ARGOREF) y en relación con la masa muscular, se ubica por
encima del percentilo 85. Sin embargo, el 13% de ellas se considera
delgada y el 7% gorda; como también se perciben más
altas de lo que realmente son.
Seguidamente, surge como relevante el dato de que, en la población
total estudiada, no existió ninguna adolescente con valores
de Sobrepeso u Obesidad de grado 1, 2 o 3 según escala
OMS, a pesar de que un porcentaje significativo de ellas se
sintió y percibió gorda, representación mental que nos posiciona
frente a la problemática de la distorsión de la imagen corporal.
Comportamiento alimentario:
A la hora de interpretar la dimensión COMPORTAMIENTO
ALIMENTARIO se vio que las frecuencias relativas dan irregularidades;
el 54% de las adolescentes deportistas de Patín
Artístico y el 38% de las estudiantes de la población general
manifiestan comer demasiado, así como perder el control sobre
lo que comen (46% vs. 43% respectivamente). Luego
adoptan procedimientos de purga como los AYUNOS (46% vs.
12%), VÓMITOS (23% vs. 0%), PASTILLAS (14% vs. 2%),
DIURÉTICOS (13% vs. 2%) y LAXANTES (9% vs. 0%).
A su vez, el 79% de las jugadoras de Hockey sobre césped
también admite haber comido en exceso y haberse atascarse
con la comida y el 47% de ellas reconoce haber perdido el
control sobre su alimentación sin poder parar de comer. Y si
bien no tienen una alta implicación en conductas purgativas
respecto de su peso, dado que sólo el 5% ha vomitado, no
ocurre lo mismo con las conductas restrictivas ya que el 47%
de estas jugadoras ha realizado dietas y el 32% hizo ejercicio
con el mismo objetivo.
Otro dato relevante es que aproximadamente la mitad de las
jóvenes consultadas expresan COMER POCO EN PRESENCIA
DE LOS DEMÁS; QUE SE PONEN NERVIOSAS A LA
HORA DE LA COMIDA (el 40% de las patinadoras y el 12% de
las no deportistas profesionales) y QUE PREFIEREN COMER
SOLAS (46% vs. el 33% respectivamente).
Suma gravedad a estos comportamientos, la asiduidad con la
que llevan a cabo dietas por su cuenta, sin control de especialistas
en el tema y, en algunos casos, a escondidas de sus
padres. Se pudo constatar al respecto, que las instituciones de
las atletas no cuentan con médicos deportólogos ni nutricionistas
en sus equipos técnicos. Tampoco se ve a los entrenadores
interesados en asesorarse y educar preventivamente siendo
que en estos momentos los parámetros técnicos y físicos
se acercan cada vez más a los límites biológicos, y serán los
aspectos psicológicos los que marquen las diferencias en las
competiciones (Labrador F. y Crespo M., 1994) (15)

CONCLUSIONES:
Al ser la anorexia y la bulimia dos patrones diferentes de síntomas
que corresponden a un trastorno básico en el que están
presentes la preocupación por la comida y una imagen corporal
distorsionada, surge de este trabajo de campo que las jóvenes
deportistas consultadas constituyen un grupo vulnerable a
padecer TCA por confluencia de cultura, género y profesión.
Soportan una gran presión para adelgazar, condición analizada
por los estus que observan los problemas nutricionales en
mujeres participantes de actividades donde la figura delgada y
atractiva son aspectos que se juzgan en la ejecución, y en las
que existe un alto grado de exigencia y competitividad, como
lo son algunas disciplinas deportivas y artísticas.
Los resultados entran en consonancia con el último informe de
la Sociedad Argentina de Salud Integral del Adolescente, que
habla de una cuarta parte de la población adolescente con
desnutrición y retraso en el crecimiento, y son lo suficientemente
ilustrativos de las consecuencias a las que puede conducir
el no asignar al tema de la insatisfacción corporal, la importancia
que en términos sanitarios merecen.
Consideramos que el éxito o el rendimiento deportivo debe ser
abordado no sólo a nivel motor, sino también desde una perspectiva
psicológica. Planteamos que si la salud es entendida
como producto social, los profesionales que acompañamos al
joven deportista en su carrera, necesariamente tomamos compromiso
como agentes socializadores y facilitadores de la
construcción de una identidad sana y autónoma, y deberíamos
convertir al vínculo de trabajo en un recurso de interacción cotidiana
significativo para la promoción de la salud y la calidad
de vida, objetivos trascendentes del Deporte.

NOTAS
* Instrumento metodológico para el tamizaje de los trastornos del comportamiento
alimentario y distorsión de la imagen corporal facilitado por la doctora
Claudia Unikel Santoncini, de la División de Investigaciones Epidemiológicas
y Sociales, del Instituto Mexicano de Psiquiatría.
1. OMS/FNUAP/UNICEF (1999). Programación para la salud y el desarrollo
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4. GÓMEZ PERESMITRÉ G., MORA RÍOS J., UNIKEL SANTONCINI C.
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Editor.