TECNOLOGÍAS Y PROBLEMÁTICAS EMERGENTES: EL FENÓMENO PHUBBING

En el presente trabajo se exploran diferentes investigaciones y teorías sobre la interacción sujeto-tecnología para entender los nuevos fenómenos sociales emergentes implicados en las relaciones interpersonales contemporáneas.

Fenómeno de Phubbing

En el apartado anterior se desarrolló el contexto en el cual emergen nuevas formas de ser en nuestra relación con el mundo y con el otro. Las investigaciones demuestran que, además de haber consecuencias positivas en el uso de las TIC, también nos encontramos con alarmantes fenómenos negativos que resultan desadaptativos. El phubbing es un ejemplo de estos fenómenos emergentes, específicamente debido al uso del celular.

Este concepto se introdujo por primera vez en Australia en 2013 como entrecruzamiento de las palabras Phone (teléfono) y Snubbing (despreciar). El phubbing consiste en la conducta de ignorar a una persona por estar utilizando el teléfono, interfiriendo la comunicación interpersonal (Karadag, Tosuntas, Erzen, Duru, Bostan, Sahin et al, 2015 en Barrios-Borjas, Bejar-Ramos & Cauchos-Mora, 2017). Este concepto está íntimamente relacionado con el de “adicción sin sustancia o adicción conductual” a los smartphones ya que es por el uso excesivo del mismo (y no por una sustancia) que se limita la interacción con el otro y con el entorno, llevándola a la evitación de la relación cara-a-cara (Echeburúa & De Corral, 2010); (Kamibeppu y Sugiura, 2005; Bianchi y Phillips, 2005 en Castellana Rosell, SánchezCarbonell, Graner Jordana & Beranuy Fargues, 2007). Estas conductas evitativas podrían explicar la introversión y la dificultad para establecer relaciones personales cara-a-cara a modo de factor de mantenimiento de la problemática (Castellana, 2005). Pero no solo eso, sino que también crean el escenario proclive para el desarrollo de las patologías mencionadas anteriormente en el trabajo, tales como depresión, baja autoestima, ansiedad, poca amabilidad, además de generar deterioro en las relaciones románticas (Viñas Poch, 2009 en Cornejo y Tapia, 2011; Valkenburg y Schouten, 2006; Roberts & David, 2016).

A partir de esta información, es posible entender que el phubbing como conducta problemática puede facilitar la adicción a los celulares. En este sentido, resulta interesante remarcar la capacidad de generar adicción que tienen las TIC debido a su formato. En la interacción entre los factores de la personalidad y del ambiente del usuario; sumado a elementos característicos de las TIC, como la facilidad, velocidad e inmediatez para comunicar y obtener respuesta, la accesibilidad constante, la sensación de anonimato generada y, por ende, la baja percepción de consecuencias negativas, es que la adicción resulta más probable (Beranuy y Sánchez-Carbonell, 2007).

Si bien hoy en día la adicción conductual no se encuentra categorizada como un trastorno mental dentro de la quinta edición del Manual Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM V, 2000), el crecimiento del uso en exceso de los celulares obligará a que esto sea llevado a cabo, e incluso diversos autores ya lo catalogan como tal por su carácter impulsivo, recurrente y por su impacto negativo en el bienestar propio. (Roberts, Petnji Yaya y Manolis, 2014; Oulasvirta, Raenbury y Raita, 2012 en Rivera, Abreu y Rodríguez, 2018). En esta línea, Cia (2017) describe las características de una adicción conductual y define que “si una persona pierde el control sobre una conducta placentera, que luego se destaca y sobresale del resto de actividades en su vida, se ha convertido en un adicto conductual” (pp. 33). Además, remarca que, si bien el DSM V introduce la categoría “Trastornos adictivos no relacionados a la sustancia”, esta no es equivalente a la adicción conductual. De todas formas, afirma que es un paso para su inclusión y analiza las características del uso patológico de las tecnologías como tal. Los estudios de diversos autores apoyan esta idea (Beranuy, Fernández,-Montalvo, Carbonell y Cova, 2016; Hormes et al, 2014; Elhai, Dvorak, Levine y Hall, 2017) y hasta han construido instrumentos para su evaluación (Ortega-Ruiz, Casas y Ruiz-Olivares, 2013).

En base a lo desarrollado sobre el phubbing y su relación con la adicción a la conducta, el rol del psicólogo debería ser lograr la disminución de este efecto adictivo al menor grado posible, permitiendo que se lleven a cabo las relaciones interpersonales cara-a-cara exitosamente. Tener en cuenta al sujeto y sus modos de relacionarse debido a la interacción sujeto-TIC y las características de las TIC en tanto facilitadoras del phubbing y de conductas adictivas, permite pensar en diferentes estrategias de intervención sobre la problemática.

Autor: psicopsi

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