Teoría de la mente (ToM) y sus niveles de complejidad: Meteduras de pata (faux pas), trastornos de personalidad antisocial

En 1999, el grupo de Baron-Cohen propuso un nuevo test para la valoración de la ‘sensibilidad social’ y que permitía diferenciar la ejecución de niños normales de la ejecución de niños afectados por el síndrome de Asperger.
En esta prueba, los sujetos deben leer 10 historias en las que el protagonista ‘mete la pata’ en distintas situaciones sociales y 10 historias de control de tipo ‘aséptico’. Una de las historias de faux pas es la siguiente: Julia compró a su amiga Esther un jarrón de cristal como regalo de bodas. Esther hizo una gran boda y había tal cantidad de regalos que le fue imposible llevar la cuenta de qué le había regalado cada invitado. Un año después, Julia estaba cenando en casa de Esther. A Julia se le cayó una botella de vino sin querer sobre el jarrón de cristal y éste se hizo añicos. ‘Lo siento mucho. He roto el jarrón’ dijo Julia. ‘No te preocupes –dijo Esther–, nunca me gustó; alguien me lo regaló por mi boda.’ ¿Ha dicho alguien algo que no debería haber dicho o algo inoportuno? Si dice sí, preguntar: ¿quién ha dicho algo que no debería haber dicho o algo inoportuno? ¿Por qué no lo debería haber dicho o por qué ha sido inoportuno? ¿Por qué crees que lo dijo? ¿Se acordaba Esther de que Julia le había regalado el jarrón? ¿Cómo crees que se sintió Julia? Preguntas control: en la historia, ¿qué le regaló Julia a Esther por su boda? ¿Cómo se rompió el jarrón?
Como se puede observar, estas historias resultan algo más complejas y se insiste en la capacidad del sujeto para haber comprendido la situación y en su capacidad para ‘ponerse’ en el lugar de los diferentes protagonistas de la historia. Además, las preguntas control pretenden corregir los errores que podrían atribuirse a fallos en la memoria de trabajo.
Otros trabajos han planteado la sensibilidad de esta prueba en pacientes con daño cerebral frontal adquirido, en pacientes con lesiones bilaterales de la amígdala, en la demencia frontotemporal, así como en sujetos afectados por epilepsia frontal. Sin embargo, otros trabajos han planteado que las lesiones frontales mediales no afectan a la ejecución en este tipo de tareas aunque reconocen que las respuestas del paciente estudiado en este caso único demuestran ‘cierta falta de empatía con los personajes’. Como veremos posteriormente, no es casual que este paciente presentara también una afectación en la región ventromedial de la corteza prefrontal. En esta misma línea, un interesante trabajo que pretende evaluar la ToM en sujetos con trastorno de la personalidad antisocial con y sin psicopatía concluye que los sujetos antisociales pueden captar y comprender las historias de faux pas pero se observa que éstas no provocan ningún impacto emocional, es decir, los sujetos pueden definir lo que siente el personaje pero no podrían sentir lo que siente dicho personaje (empatía). Milders et al estudian a 17 pacientes afectados por traumatismos craneoencefálicos graves en los que hallan afectada su habilidad para detectar meteduras de pata y no encuentran relación entre este aspecto y los problemas conductuales. MacPherson establece la diferenciación entre las funciones ejecutivas y la memoria de trabajo por un lado (que relaciona con la corteza prefrontal dorsolateral), y las tareas de toma de decisiones, las meteduras de pata y el reconocimiento emocional por otro (que relaciona con el córtex frontal ventromedial). Concluye que en el envejecimiento normal se produce una afectación de las primeras funciones y no así de estas últimas (aunque es discutible la localización que hace de las funciones cerebrales).