LAS RELACIONES DE LA TEORÍA DE LAS REPRESENTACIONES SOCIALES Y EL PENSAMIENTO DE VIGOTSKY. EL PROBLEMA DE LA CULTURA

Psicología del desarrollo: LAS RELACIONES DE LA TEORÍA DE LAS REPRESENTACIONES SOCIALES Y EL PENSAMIENTO DE VIGOTSKY. EL PROBLEMA DE LA CULTURA

Castorina, José Antonio; Toscano, Ana Gracia; Lombardo, Enrique; Karabelnicoff, Daniel
UBACyT. Universidad de Buenos Aires

RESUMEN
La producción teórica acerca de la naturaleza social de los fenómenos
psicológicos nos obliga a vincular las distintas teorías
contemporáneas. Tal es el caso de la obra de Vigotsky y
Moscovici. Básicamente, ambos autores han sido influidos por
la obra de Durkheim, principalmente por la tesis de la socialización
de la vida psicológica. Además, ambos cuestionan la
mirada dualista de Durkheim sobre la relación entre individuo
y sociedad. Sin embargo, la interpretación de la cultura es diferente
en cada una de ellas. La teoría de Vigotsky subraya los
aspectos instrumentales de la cultura, lo que le permitió fundar
una nueva psicología del desarrollo. Sin embargo, la perspectiva
asumida ofrece algunas dificultades, vinculadas a la falta
de consideración de aspectos normativos y valorativos. El trabajo
presenta la tesis de que la noción de «representación»
podría contribuir a introducir mayor complejidad en la concepción
vigotskyana de cultura.
Palabras clave: Representaciones sociales Vigotsky Cultura

INTRODUCCIÓN
Según Moscovici, las ideas de Vigotsky ampliaron el núcleo
del pensamiento moderno de Durkheim y Levi- Bruhl, lo que
hizo posible la formulación de su teoría sobre las representaciones
sociales (Moscovici, 2003). Esta referencia del autor
nos propuso indagar la influencia del pensamiento del sociólogo
francés en la obra de Lev Vigotsky.
El concepto de representaciones colectivas (RC) de Durkheim
influyó en la perspectiva social adoptada por Vigotsky respecto
de los procesos psíquicos superiores. Sin embargo, el empleo
explícito de las RC parece haberse bloqueado, por algunos
rasgos que la propia teoría había adoptado, en la interpretación
de Vigotsky. Por un lado, el carácter idealista de la teoría
de la RC, en tanto no guarda relaciones con las estructuras
socio-económicas. Por el otro, porque las tesis dualistas afirmadas
por Durkheim no permitían resolver lo que Vigotsky
consideraba el problema central de la psicología: la individuación.
Se puede, por lo tanto, hablar de cierta presencia de las
RC en la conformación de la escuela socio histórica, pero a la
vez su ausencia en sentido teórico -tal como fue elaborado en
la interpretación de Durkheim- en la conformación de la escuela
socio histórica.
Por otra parte, el pensamiento vigotskyano y la teoría de las
representaciones sociales (RS) han formado parte central de
las discusiones en la psicología contemporánea, en lo referido
a las vinculaciones históricas entre los individuos y la cultura.
Es decir, tanto el concepto de representación social como el de
proceso psicológico superior se constituyen en relación a la
cultura, lo que supone un tipo de conexión que queremos elucidar
en este trabajo.

LA CULTURA EN LA PERSPECTIVA DE VIGOTSKY
En la obra de Vigotsky, el concepto de cultura está directamente
vinculado con los signos, considerados por él como instrumentos
de transformación de la vida psicológica, que han dado
lugar a los fenómenos psicológicos superiores. Sin embargo,
como sostiene Van der Veer, el término «cultura» es utilizado
como equivalente a los «significados de las palabras que existen
en una cultura, más que a sus prácticas» [las prácticas culturales]
(Van der Veer, R. 1996, pág. 260).
Este enfoque tiene el mérito para la psicología de permitir la
explicación del proceso por el cuál los individuos dominan los
aspectos lingüísticamente mediados de su herencia cultural y el
modo en que los resignifican. Sin embargo dicha perspectiva,
tiene algunas limitaciones. Sobre todo, se tiene la impresión, al
leer sus textos, que los significados sociales compartidos, grupal
o institucionalmente, no son relevantes para su interpretación
de la cultura ni en la constitución de la subjetividad.
Es decir, en su teoría del desarrollo, Vigotsky se concentra especialmente
en los signos y en la manera en que estos mediatizan
los eventos, más que sobre el significado que los eventos
adquieren como tales en la vida social (Van der Veer, op cit).
Lo que interesa es cómo los eventos son conceptualizados a
través del lenguaje o de instrumentos simbólicos más que el
tipo de significados que adquieren en la vida social propiamente
dicha.
A este respecto, diversos autores (Wertsch, 1993; Duveen,
1997) han puesto de manifiesto que dicha caracterización de
la cultura, si bien ha sido crucial para reorientar el pensamiento
psicológico, resulta demasiado simple. Por ejemplo, Wertch
cuestiona la débil relación existente en el análisis vigotskyano
con aspectos históricos, culturales e institucionales, es decir,
con aspectos que permitieran «situar» los sistemas de signos
en sus contextos de uso.
En términos generales, la cultura es para Vigotsky un conjunto
de signos embebidos en prácticas sociales, pero no se problematiza
su diversidad. La vida social se construye sin diferencias
de valores, de poder y de conflicto que estructuren los
fenómenos sociales. De este modo, la simplicidad y homogeneidad
son las notas más destacadas de su versión de la cultura.
La subjetividad infantil se constituye, en esta perspectiva, por
la internalización de instrumentos culturales, que parecen no
estar marcados por creencias del colectivo del que participa.
La referencia a creencias y valores sociales como parte de la
cultura eran elementos centrales de las teorizaciones de
Durkheim. ¿Por qué no fueron considerados por Vigotsky?. Su
falta de consideración puede explicarse, en parte, por las debilidades
que la teoría de las RC presentaba para Vigotsky y el
pensamiento marxista de su época. Tal como fue leído por el
marxismo ortodoxo, Durkheim básicamente, no incluía la influencia
del sistema económico social y las formas reales de la
actividad social en la conformación de las relaciones entre la
conciencia colectiva e individual. «La formación de la conciencia
individual, depende para la escuela sociológica francesa,
de una interacción de las nociones colectivas o la conciencia
social con la conciencia individual, ignorando las formas histórico-
sociales de la práctica social del hombre» (Luria, 1980, p.
17). Esta crítica se inscribe en la clásica discusión del marxismo
ruso con el idealismo filosófico, al que pertenecería el sociólogo
francés. Es probable que esta sea una de las razones
por las cuáles tales representaciones hayan quedado fuera del
interés de Vigotsky. Como así también la incapacidad de la
perspectiva de Durkheim, para dar cuenta de la individuación,
el problema central del psicólogo. Anclado en una perspectiva
claramente dualista, el desarrollo de Durkheim opta por ponderar
los efectos sociales que definen las formas de la conciencia
individual, sin abordar profundamente las interacciones
que colaboran en la construcción de valores y representaciones
colectivas.

LA CULTURA EN LA PSICOLOGÍA SOCIAL Y LAS IDEAS VIGOTSKYANAS
El proceso de internalización, en el modelo vigotskiano, se establece
a través de una dinámica de relaciones interpersonales
presentadas en términos principalmente diádicos (entre
quien sabe más y quien sabe menos). El ejemplo más representativo
de este modelo es la Zona de Desarrollo Próximo, en
donde un novicio adquiere conocimiento cultural a través de la
participación social bajo la guía de un experto.
En cambio, la teoría de las RS no limita las interacciones sociales
a las relaciones diádicas. Las identidades sociales son producto
de un conjunto de prácticas sociales. Por ejemplo, el niño
se encuentra con ciertas RS mientras participa de dichas prácticas.
El ingreso a la vida escolar implica justamente el contacto
con las RS, como las de género (Lloyd y Duveen, 2003). A veces,
estas representaciones se presentan en relaciones diádicas,
pero en otros casos emergen en interacciones sociales
más amplias. Así, género rodea al pensamiento del niño a través
de una variedad de mediaciones semióticas. Los propio juguetes
de los niños llevan las marcas de género, los roles sociales
vinculados a comics, imágenes de libros, y programas de
televisión también se encuentran marcados por género.
En la teoría del desarrollo social de los niños, tal como fue
formulada por Moscovici, ciertas RS actuarían en el pasaje
desde lo intersubjetivo a lo intrasubjetivo y darían como resultado
ciertas diferencias individuales. Mientras que en el modelo
vigotskyano, la cultura queda reducida a signos como instrumentos
cognitivos, dejando sin considerar el sentido en el cual
los signos también expresan los valores de un grupo social.
Ahora bien, lo dicho no supone una crítica estricta al concepto
de cultura que Vigotsky utilizó, ya que hay que situar su interpretación
en los términos de la problemática que ordenó su
producción intelectual. Y tal problemática tuvo que ver con la
elaboración de una psicología general, para lo cuál la noción
de «herramienta», o «significado de la palabra» tuvo una gran
fertilidad teórica y empírica. En otras palabras, para reconstruir
la formación de los procesos psíquicos superiores, como la
adquisición del lenguaje o los conceptos científicos, su versión
de la cultura fue suficiente.
Sin embargo, es probable que su interés, también relevante,
en la contingencia del desarrollo, estrechamente vinculado a la
diversidad de los contextos en que se tramita dicha formación,
hubiera requerido de una versión más rica de cultura. Es decir,
habría ganado en poder explicativo si el concepto de cultura
hubiera tomado un cariz más complejo y heterogéneo, incorporando
los sentidos que provienen de las experiencias sociales.
Por supuesto la teoría de las RS, por su lado, exhibe otro
tipo de dificultades en el análisis de la cultura, pero su análisis
excede el propósito del trabajo.
Con todo, se pueden subrayar los diferentes modos en que el
programa vigotskyano y el de las RS dan una interpretación de
la cultura, para comprender la especificidad de cada uno. Así,
los modelos socioculturales se orientan a la constitución de un
niño convertido en un pensador progresivamente independiente
o en un individuo que se autonomiza por el uso de las herramientas
culturales. Es como si el niño se liberara – en términos
relativos- de las restricciones de su entorno simbólico por el
dominio de herramientas.
Por el lado de la teoría de las RS, se presta atención al proceso
contrario, la manera en que en que el conocimiento socialmente
compartido restringe al sujeto en las formas de pensamiento
existentes. Esto es, sujeta a los individuos a las creencias
compartidas, alentando la circulación de representaciones
relativamente estabilizadas y que se mantienen socialmente
implícitas. Es decir, sin favorecer su toma de conciencia, ya
que su eficacia depende justamente de su imposición (Marcová
1996, pág. 170).

CONCLUSIONES
Sin duda, tanto Vigotsky como Moscovici compartían el rechazo
a las tesis dualistas de Durkheim y coincidieron en presentar
una posición dialéctica entre individuo y sociedad. Esta
convergencia constituye la base de la compatibilidad de los
enfoques de la escuela socio histórica y la teoría de las RS.
Sin embargo, las RC han dejado marcas propias en la constitución
de ambos programas de investigación, y cuyos rasgos
hemos tratado de elucidar.
Por otra parte, la concepción de cultura y su rol en la constitución
de la subjetividad presenta diferencias: mientras en el
caso de Vigotsky se trata del logro de modos contextuales de
adquirir autonomía individual en el dominio de las herramientas
culturales, en el caso de la teoría de las RS, la subjetividad
queda prisionera de las creencias sociales que la constituyen.
Quizás la conclusión más importante a la que arribamos es
que la categoría de cultura, RS y función psíquica superior adquieren
nueva luz cuándo se las examina en el decurso histórico
de las relaciones entre los programas de investigación. El
examen de los problemas planteados ha aclarado algunos aspectos
del pensamiento de Vigotsky y quizás pueda ayudar a
situar más precisamente a las RS respecto de la psicología
socio-cultural.
Reflexiones como las anteriores pueden contribuir a elucidar los
interrogantes y las dificultades planteadas por la distancia histórica
que separa a ambos programas. Quizás se modifique la
impresión de extrañeza teórica que un primer intento de aproximación
parece entre las categorías de cultura o representaciones,
presentes y a la vez, ausentes, en cada programa.

BIBLIOGRAFÍA
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Smith, J. Dockrell y P. Tomlison (Eds) Piaget, Vigotsky and beyond. London
and New York: Routlege.
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Representaciones Sociales. Problemas teóricos y conocimientos infantiles.
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