Trastorno esquizotípico

Trastorno esquizotípico

Autor: Karen Alas Salguer (Universidad Centroamericana UCA- El Salvador)

Existen dificultades a la hora de querer hacer un análisis acerca del trastorno esquizotípico. En primer lugar no existe mucha información disponible que pueda dar una explicación amplia para poder entenderlo. Esto en parte se debe a que hasta hace poco se le ha clasificado como trastorno. Por ejemplo, el CIE9 no hacía mención alguna sobre la palabra esquizotípico. Ahora, a pesar que se le reconoce como trastorno, existe mucha dificultad y falta de consenso para clasificarlo. Algunos lo consideran como un trastorno de la personalidad, otros lo clasifican dentro de la categoría en la que se encuentra la esquizofrenia –por la similitud de síntomas. El punto es que no ha sido lo suficientemente investigado, por lo que se desconoce hasta ahora su etiología, repercutiendo de esta forma en su diagnóstico y tratamiento.
Antes de revisar cuales son las características generales de una persona con trastorno esquizotípico, la etiología de la enfermedad, su diagnóstico y tratamiento, veamos primero cuál es la definición de este.

Según el CIE10, el trastorno Esquizotípico, o personalidad esquizotípica, “es un trastorno caracterizado por una conducta excéntrica y anomalías en el pensamiento y del afecto, que se parecen a los que se ven en la esquizofrenia, aunque en ningún momento han ocurrido anomalías esquizofrénicas definidas y características” (CIE10, 1992). Sin embargo, a pesar de la similitud que tiene con la esquizofrenia, su evolución y curso son usualmente los de un trastorno de la personalidad.

Este trastorno se encuentra situado entre la personalidad esquizoide y la esquizofrenia. Consiste en una conducta, un habla, un pensamiento y una percepción peculiar y extraña. La persona tiende a aislarse, posee un afecto inapropiado y ansiedad social (DiazMarsá y otros, 1996). Además de esto, los individuos afectados tienen un pensamiento mágico, suelen ser supersticiosos o telepáticos, con ilusiones recurrentes. Su mundo interno puede estar lleno de amigos y miedos infantiles. A veces se creen que tienen poderes especiales o que han sufrido experiencias paranormales. Su conducta es rara o excéntrica. Utilizan un lenguaje extraño, circunstancial y metafórico en el que no suele haber disgregación del pensamiento, ni incoherencia (DíazMarsá y otros, 1996). Tienen disminuida su capacidad de relacionase por su afecto frío y distante, no tienen amigos fuera de la familia, llegando a aislarse socialmente (Fuentes, S. y otros, 1999). Además de esto, los esquizotípicos pueden ser sensibles para detectar afectos negativos en los demás, son muy suspicaces, siendo hipersensibles a las críticas. Pueden llegar a tener síntomas psicóticos transitorios, producto del estrés, pero esto no es la regla (DíazMarsá y otros, 1996).

Hay que señalar que todas las personas probablemente exhibimos algunos de estos rasgos, en diversos grados y momentos diferentes. Sin embargo, en la persona esquizotípica, esos rasgos conductuales son inflexibles, persistentes y desadaptativos. Sus características son los extremos de los rasgos de personalidad normales (Winggins y Pincus, 1989, citado en Sue y otros, 1994). Los rasgos del esquizotípico son consistentes y causan dificultades personales y sociales, angustia y otros problemas de funcionamiento.

Como se explicó anteriormente, este trastorno no ha sido unánimemente aceptado en las clasificaciones actuales. El DSMIV lo clasifica como trastorno de la personalidad, mientras que el CIE10 lo incluye en el apartado de la esquizofrenia, trastorno esquizotípico y trastornos de ideas delirantes. Veamos a continuación cuáles son los síntomas que cada clasificación atribuye al trastorno.

Clasificación del trastorno esquizotipico según el cie10
Según la clasificación CIE10 de desórdenes mentales y del comportamiento (1992), el trastorno esquizotípico se caracteriza por poseer algunos de los siguientes rasgos:

• Afectividad fría y vacía de contenido, y a menudo se acompaña de anhedonia.
• El comportamiento o la apariencia son extraños, excéntricos o peculiares.
• Empobrecimiento de las relaciones personales y una tendencia al retraimiento social.
• Ideas de referencia, ideas paranoides o extravagantes, creencias fantásticas y preocupaciones autísticas que no conforman ideas delirantes.
• Ideas paranoides o suspicacia.
• Rumiaciones obsesivas sin resistencia interna, a menudo sobre contenidos dismórficos, sexuales o agresivos.
• Experiencias perceptivas extraordinarias como ilusiones corporales somatosensoriales u otras ilusiones o manifestaciones de despersonalización o desrealización ocasionales.
• Pensamiento y lenguaje vagos, circunstanciales, metafóricos, extraordinariamente elaborados y a menudo estereotipados, sin llegar a una clara incoherencia o divagación del pensamiento.
• Episodios casi psicóticos, ocasionales y transitorios, con alucinaciones visuales y auditivas intensas e idas pseudo delirantes que normalmente se desencadenan sin provocación externa.

Según el CIE10, para utilizar esta categoría, tres o cuatro síntomas típicos enumerados arriba deben haber estado presentes, continua o episódicamente, por lo menos durante dos años. Además el individuo no debe de cumplir con las pautas de la esquizofrenia.
Incluye: Esquizofrenia borderline, Esquizofrenia latente, reacción esquizofrénica latente, esquizofrenia prepsicótica, Esquizofrenia prodrómica, Esquizofrenia pseudoneurótica, Esquizofrenia pseudopsicopática y trastorno esquizotípico de la personalidad.
Excluye: Síndrome de Asperger y Trastorno esquizoide de la personalidad.

Clasificación del trastorno esquizotípico de personalidad según el DSM IV

Según Antonio Pérez y Vicente Rubio (1999), el DSMIV utiliza los siguientes criterios diagnósticos para clasificar el trastorno esquizotípico de personalidad:

A. Un patrón general de déficit sociales e interpersonales asociados a malestar agudo y una capacidad reducida para las relaciones personales, así como distorsiones cognoscitivas o perceptivas y excentricidades del comportamiento, que comienzan al principio de la edad adulta y se dan en diversos contextos, como lo indican cinco (o más) de los siguientes puntos:
1. Ideas de referencia excluidas las ideas delirantes de referencia
2. Creencias raras o pensamiento mágico que influye en el comportamiento y no es consistente con las normas subculturales (p. ej., superstición, creer en la clarividencia, telepatía o “sexto sentido”; en niños y adolescentes, fantasías o preocupaciones extrañas).
3. Experiencias perceptivas inhabituales, incluidas las ilusiones corporales.
4. Pensamiento y lenguajes raros (p. Ej., vago, circunstancial, metafórico, sobre elaborado o estereotipado.
5. Suspicacia o ideación paranoide.
6. Efectividad inapropiada o restringida.
7. Comportamiento o apariencia rara, excéntrica o peculiar.
8. Falta de amigos íntimos o desconfianza aparte de los familiares de primer grado.
9. Ansiedad social excesiva que no disminuye con la familiarización y que tiende a asociarse con los temores paranoides más que con juicios negativos sobre uno mismo.
B. No debe ocurrir durante el curso de la esquizofrenia, de un desorden del humor con características psicopáticas, de otro desorden psicopático, o de un desorden del desarrollo penetrante.

Según el DSMIV, el trastorno esquizotípico debe diferenciarse de: La esquizofrenia; desorden del humor con las características psicopáticas; desorden de Asperger; desórdenes expresivos y mezclados del lenguaje de receptivo expresivo; desórdenes de la comunicación; cambio de la personalidad debido a una condición médica general; síntomas que pueden convertirse en la asociación con uso crónico de la sustancia; desorden paranoico de la personalidad; desorden de la personalidad esquizoide; desorden de la personalidad narcisista; desorden de la personalidad borderline; características esquizoticas durante adolescencia.
Inicio, prevalencia y curso del trastorno esquizotípico
Según Fuentes, S. y otros (1999), el Trastorno esquizotípico se inicia al principio de la edad adulta, aunque en la infancia ya suele presentarse hipersensibilidad y ansiedad en el contexto social. Los autores agregan además que estos niños se muestran solitarios y acostumbran tener un bajo rendimiento escolar. También llaman la atención en su forma de expresarse y por la rareza de sus pensamientos y fantasías.
Estos mismos autores, apoyados por Díaz Marsá y otros (1996), la prevalencia de este trastorno es del 3% de la población general y puede ser ligeramente más común en varones. Es más alta la incidencia en gemelos monocigóticos y entre familiares de primer grado de enfermos de esquizofrenia
El curso de esta enfermedad es crónico, suele ser estable, aunque algunos llegan a desarrollar esquizofrenia u otro trastorno psicótico (Díaz Marsá y otros, 1996).

2. Etiología

3. Patogénesis

4. Evaluación

5. Tratamiento

6. Retos

7. Bibliografía