El vocabulario de Michel Foucault. Letra B: Biología

El vocabulario de Michel Foucault. Letra B

Biología
(Biologie). Las condiciones de posibilidad de la biología. Podemos pensar el análisis foucaultiano del saber, la descripción arqueológica, como el efecto de una mirada vertical. En efecto, Foucault no aborda la historia del conocimiento en términos de continuidad, sino de discontinuidad. Por ello, en lugar de manejarse en términos de evolución, de lo que anticipa y de lo que realiza, lo hace en términos de ruptura. Foucault se pregunta, de hecho, acerca de lo que hace posible en un momento dado que ciertas cosas hayan sido dichas. Las condiciones de posibilidad del saber son condiciones en el nivel de la simultaneidad (MC, 14). Por ello puede afirmar, sin que cause extrañeza para el lector advertido, que ni la biología (ni los otros saberes de la modernidad: la economía política, la filología) ni la vida existían antes del siglo XIX. Durante la época clásica sólo existían los seres vivientes y la historia natural (MC, 139, 173). Pero, es necesario precisarlo, la biología no viene a reemplazar la historia natural cuando desaparece la episteme clásica; se constituye, más bien, allí donde no existía (MC, 220). • Lamarck, con su noción de organización, ha cerrado la época de la historia natural y entreabierto la de la biología (MC, 243). • A partir de Cuvier, la noción de función, que ciertamente existía en la época clásica, va a desempeñar un nuevo papel y, consecuentemente, será definida en otros términos. En la época clásica se la utilizaba para establecer, por medio de identidades y diferencias, el orden de las cosas. Con Cuvier, en cambio, será el término medio que permitirá vincular conjuntos de elementos desprovistos de toda identidad. Surgirán, entonces, nuevas relaciones: de coexistencia (un órgano o un conjunto de órganos no pueden estar presentes en un animal sin que otro órgano o conjunto de órganos también lo esté), de jerarquía interna (el sistema nervioso aparecerá como determinante de toda disposición orgánica), de dependencia respecto de un plan de organización (la preeminencia de una función implica que el organismo responde a un plan). A diferencia de la historia natural, no nos encontramos con un campo unitario de visibilidad y orden, sino con una serie de oposiciones cuyos términos no se sitúan al mismo nivel (órganos secundarios, visibles/órganos primarios, ocultos; órganos/funciones). “La vida no es más aquello que puede distinguirse de manera más o menos cierta de lo mecánico; es aquello en lo que se fundan todas las
distinciones posibles entre los vivientes. Es este paso de la noción taxonómica a la noción sintética de vida el que es señalado, en la cronología de las ideas y de las ciencias, como un florecimiento, a comienzos del siglo XIX, de los temas vitalistas. Desde el punto de vista de la arqueología, lo que se instaura en este momento son las condiciones de posibilidad de una biología” (MC, 281). • Desde el siglo XVIII al XIX la cultura europea modificó fundamentalmente la espacialización de lo viviente. Para la época clásica, lo viviente era una celda o una serie de celdas en el cuadro taxonómico de los seres. A partir de Cuvier, los seres vivos se envuelven sobre sí mismos y rompen sus proximidades taxonómicas. Este nuevo espacio es el espacio de las condiciones de la vida (MC, 287). La ruptura del espacio clásico permitió descubrir una historicidad propia de la vida, aquélla del mantenimiento de sus condiciones de existencia. “La historicidad [forma general de la episteme moderna] se ha introducido, entonces, en la naturaleza o, más bien, en lo viviente; pero ella es más que una forma probable de sucesión; constituye como un modo de ser fundamental” (MC, 288). Animalidad, muerte. Puesto que sólo los organismos pueden morir, es desde las profundidades de la vida que sobreviene la muerte. La vida, en este sentido, se vuelve salvaje; de ahí los nuevos poderes de la animalidad, sus nuevos poderes imaginarios (MC, 289-291). El objeto de la historia natural en la época clásica es el conjunto de diferencias que se pueden observar; el objeto de la biología es aquello que es capaz de vivir y susceptible de morir (DE2, 55). Cuvier y la historia de la biología (Geoffroy de Saint-Hilaire, Darwin). En Dits et Écrits (DE2 30-66). Se encontrará una extensa discusión acerca de la situación de Cuvier en la historia de la biología. Allí Foucault defiende y precisa su posición al respecto. La taxonomía clásica de la historia natural era una ciencia de las especies; definía las diferencias que separan unas especies de otras y las clasificaba para establecer entre ellas un orden jerárquico. El problema de la historia natural consistía, entonces, en determinar cómo establecer especies bien fundadas. Así surge la polémica entre sistematizadores (partidarios de un sistema artificial) y metodistas (defensores de un método natural). Para Darwin, en cambio, se debe comenzar por el conocimiento del individuo y de sus variaciones. La obra de Cuvier ha hecho posible esta transformación. Con la introducción de la anatomía comparada ha mostrado que las categorías subordinadas o superiores a la especie no son regiones de semejanza, sino tipos de organización. De ahora en más, pertenecer a una especie será poseer una determinada organización (y no poseer ciertos caracteres). El conjunto de estructuras anatómico-funcionales fisiológicamente dirigidas define las condiciones de existencia del individuo. “Por condiciones de existencia, Cuvier entiende el enfrentamiento de dos conjuntos: por un lado, el conjunto de las correlaciones que son fisiológicamente compatibles las unas con las otras; por otro, el medio en el que [el ser viviente] vive, es decir, la naturaleza de las moléculas que tiene que asimilar, por la respiración o por la
alimentación” (DE2, 34). • Cuvier y Geoffroy de Saint-Hilaire han resuelto un mismo problema: ¿cómo marcar una identidad orgánica siguiendo una constante que no nos es dada inmediatamente? Cuvier recurre a la noción de función; Saint-Hilaire la rechaza y la sustituye por el principio de la posición y de la transformación en el espacio (DE2, 42). Ecología. La integración de la ecología a la biología ha sido realizada por Darwin (DE2, 56). Ciencias humanas (la psicología). Foucault habla de modelos constitutivos de las ciencias humanas –aquellos que han sido tomados de las ciencias empíricas, como la biología–. En este caso se trataría de la oposición función-norma. Aun cuando este modelo haya servido particularmente para la formación de la psicología, también ha ejercido su influencia en las otras ciencias humanas, como, por ejemplo, en la región sociológica (MC, 366-369). “Se podría admitir así que la ‘región psicológica’ ha encontrado su lugar allí donde el ser viviente, en la prolongación de sus funciones, de sus esquemas neuro-motores, de sus regulaciones fisiológicas, pero también en el suspenso que los interrumpe y los limita, se abre a la posibilidad de la representación […]” (MC, 367). Raza. “Pero lo que es nuevo en el siglo XIX es la aparición de una biología de tipo racista, enteramente centrada alrededor de la concepción de la degeneración. El racismo no ha sido primeramente una ideología política. Ha sido una ideología científica que se alababa por todos lados, en Morel y en los otros. Y la utilización política la han llevado a cabo primero los socialistas, la gente de izquierda, antes que la de derecha” (DE3, 324). Modernidad. Desde el momento en que la especie ingresa en el juego de las estrategias políticas, alcanzamos el “umbral de la modernidad biológica” (HS1, 188). A partir del siglo XVIII, la vida se ha convertido en un objeto de poder (DE4, 194). Véanse: Animalidad, Biopoder, Racismo.
Biologie [231]: AN, 57, 289. AS, 44, 50, 71, 78, 200, 225-227, 229, 235, 245, 252, 269. DE1, 124, 142, 152, 514, 540, 594, 611, 657, 666, 674, 676, 679, 717, 721, 727-729, 785, 800, 806, 821, 833, 838, 843. DE2, 8, 11, 27, 28, 30-31, 36, 38-39, 43-44, 48-51, 55-57, 59, 62, 64-67, 99-104, 162, 164, 168, 220, 280, 371, 405, 473-476, 486, 524, 676. DE3, 95, 96, 143, 157, 235, 324, 434, 438-441, 533. DE4, 56, 67, 223, 517, 768, 770, 773-775, 784. HF, 472. HS1, 46, 73, 102, 204. IDS, 52, 170. MC, 13-14, 139, 171, 173, 179, 219-220, 230, 232-233, 243, 245, 251, 258-259, 264-265, 277, 281, 287, 292, 294, 307, 321, 323, 356, 358, 360-361, 363, 365-368, 372, 377, 389, 393, 396. OD, 36-37, 66. PP, 12, 298.

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