El vocabulario de Michel Foucault: LETRA E. Ética

El vocabulario de Michel Foucault: LETRA E

Ética
(Éthique). Foucault delimita de manera precisa un concepto de ética que le sirve para definir un dominio de análisis del que se ocupa en los últimos volúmenes de L’Histoire de la sexualité y en varios cursos del Collège de France, de los que sólo L’Herméneutique du sujet ha sido publicado. En primer lugar, es necesario comenzar con algunas precisiones sobre el término “moral”. Por “moral” se puede entender, por un lado, un conjunto de valores y reglas que son propuestos a los individuos y a los grupos, de manera más o menos explícita, por diferentes aparatos prescriptivos (la familia, las instituciones educativas, las iglesias, etc.). Por otro lado, se puede entender por “moral” los comportamientos morales de los individuos en la medida en que se adecuan o no a las reglas y valores que les son propuestos. En el primer caso, se puede hablar de “código moral”; en el segundo, de “moralidad de los comportamientos”. Ahora bien, además de los códigos y los comportamientos, se puede tomar en consideración la manera en que el sujeto se constituye como sujeto moral. Aquí es necesario distinguir cuatro cosas: 1) La sustancia ética: la parte del individuo que constituye la materia del comportamiento moral. Por ejemplo, una misma exigencia en el nivel del código, como la fidelidad, puede concernir a sustancias éticas diferentes: los actos, los deseos. 2) Los modos de sujeción: la manera en la que el individuo establece su relación con la regla y se reconoce como ligado con ella, como, por ejemplo, porque pertenece a un grupo, porque se considera heredero de una tradición espiritual. 3) Las formas de elaboración del trabajo ético: para adecuarse a la regla o para transformarse a sí mismo como sujeto moral. Así, por ejemplo, la austeridad sexual puede ser practicada a través de un largo trabajo de aprendizaje, como una renuncia súbita, o como un combate permanente. 4) La teleología del sujeto moral: una conducta moral no tiene sólo su singularidad; se ubica en el conjunto de las conductas morales del individuo, tiende a la realización del individuo, de una forma de individualidad. Por ejemplo, siempre en el caso de la austeridad sexual, puede perseguirse el dominio de sí mismo o la tranquilidad del alma (HS2, 33-35). “En suma, para ser llamada ‘moral’ una acción no debe reducirse a un acto o a una serie de actos conformes a una regla, una ley o un valor. Toda acción moral, es verdad, comporta una relación con lo real en lo que ella se realiza y una relación con el código al que se refiere. Pero ella implica también cierta relación consigo mismo. Esta relación no es simplemente ‘conocimiento de sí’, sino constitución de sí como ‘sujeto moral’, en la que el individuo circunscribe la parte de sí mismo que constituye el objeto de esta práctica moral, define su posición en relación con el precepto que sigue, se fija cierto modo de ser que querrá como realización moral de sí mismo. Y, para hacerlo, actúa sobre sí mismo, emprende el conocimiento de sí, se controla, se pone a prueba, se perfecciona, se transforma” (HS2, 35). El término “ética” se refiere a todo este dominio de la constitución de sí mismo como sujeto moral. Una historia de estos cuatro elementos mencionados “podría llamarse una historia de la ‘ética’ y de la ‘ascética’, entendida como historia de las formas de subjetivación moral y de las prácticas de sí que están destinadas a asegurarla” (HS2, 36). • Foucault propone distinguir entre morales orientadas hacia el código (en las que se acentúa el elemento prescriptivo) y morales orientadas hacia la ética (que insisten en los modos de subjetivación). En pocas palabras, el término “ética” hace referencia, en Foucault, a la relación consigo mismo; es una práctica, un éthos, un modo de ser. • Las expresiones “sujeto moral” y “sujeto ético” son equivalentes en el uso que Foucault hace de ellas. • La ética constituiría, luego del saber y del poder, el tercer eje del trabajo de Foucault (DE4, 576). Política. • La ética griega de los placeres tiene la misma estructura que la política, es decir, se trata de una cuestión de gobierno; el individuo es semejante a la ciudad (HS2, 83). • Para nosotros, el problema es, a la vez, político y ético, social y filosófico; no se trata de liberar al individuo del estado y de sus instituciones, sino de liberarnos del estado, del tipo de individualización que le está asociado. Es necesario promover nuevas formas de subjetividad, rechazando el tipo de individualidad que nos imponen desde hace siglos (DE4, 232). • “Estaría bastante de acuerdo en decir que lo que me interesa es mucho más la moral que la política o, en todo caso, la política como ética” (DE4, 586). Estética. Para los griegos de la época clásica, la ética de los placeres constituye, desde el punto de vista del modo de sujeción, una político-estética, es decir, una elección libre en la que están en juego el gobierno de sí y de los otros, y el ideal de una vida bella (DE4, 398). • En esta moral, orientada a la ética, se trata de elaborar una estética de la existencia y no una moral de los comportamientos estructurada jurídicamente (DE4, 488). Locura. La época clásica percibe la locura desde una experiencia ética, es decir, desde una experiencia de una decisión de separación, de exclusión (HF, 181). Del mismo modo, para la época clásica la razón nace en un espacio ético (HF, 188). • La coherencia de la práctica del encierro, de la internación, depende de la gran reorganización ética de la época clásica (reorganización de la sexualidad en relación con la familia burguesa, de lo sagrado y de los ritos religiosos, de las relaciones entre el pensamiento y el sistema de las pasiones). El encierro constituye, en su unidad, un espacio ético (HF, 115-116). Arqueología. En L’Archéologie du savoir Foucault menciona la posibilidad de una arqueología de la ética, pero aquí el término ética hace referencia a la manera en la que el sistema de prohibiciones y de valores está presente en el modo de hablar de la sexualidad (AS, 252-253). Etho-poiética. Foucault retoma este término, que proviene de Plutarco, para referirse a la actividad por medio de la que el sujeto se constituye a sí mismo como sujeto ético (HS2, 19). Éthos. La ética tal como la entendían los griegos es un éthos, es decir, una manera de ser y de conducirse (DE4, 714). Libertad. La libertad es la condición ontológica de la ética, pero la ética es la práctica refleja de la libertad (DE4, 711-712). Para los griegos libertad significa no-esclavitud. En este sentido, se trata de un problema político. Ser libre significa no ser esclavo ni de otro hombre ni de sí mismo, de los propios apetitos, de los propios deseos. La libertad es también un modo de comportarse respecto de los otros. La cuestión de la práctica refleja de la libertad es más relevante que el problema de la liberación (DE4, 714). El cuidado de sí mismo ha sido el modo en el que los griegos han planteado la cuestión de la libertad como ética (DE4, 712). Gubernamentalidad. “[…] la noción de gubernamentalidad permite, creo, hacer valer la libertad del sujeto y la relación con los otros, es decir, lo que constituye la materia misma de la ética” (DE4, 729). Kant. Descartes liberó la racionalidad científica de la moral y Kant reintrodujo la moral como forma aplicada de la racionalidad. Por ello Kant volvió a plantear la cuestión “¿cómo puedo constituirme a mí mismo como sujeto ético?” (DE4, 411). Modernidad. El pensamiento moderno nunca ha podido proponer una moral, no porque sea sólo especulación, sino porque es en sí mismo una ética, un modo de acción: reflexión, toma de conciencia, elucidación de lo silencioso, palabra restituida a lo que es mudo, reanimación de lo inerte. Todo esto constituye, por sí solo, el contenido y la forma de la ética moderna (MC, 338-339). Deleuze. A propósito de L’Anti-OEdipe de Deleuze y Guattari, Foucault afirma que es un libro de ética –en el sentido de ética como éthos–, “el primero escrito en Francia desde hace mucho tiempo. […] Ser anti-Edipo se ha convertido en un estilo de vida, un modo de pensar y de vida” (DE3, 134-135). Este modo de vida consiste en liberarse del fascismo instalado en nuestras cabezas y nuestros cuerpos. Véase: Deleuze.
Éthique [507]: AN, 16, 119, 234, 238-239. AS, 253. DE1, 82, 91-92, 113, 118-119, 152, 237-238, 344, 556, 789, 792. DE2, 242, 355, 378-379, 435, 638. DE3, 21, 133-134, 252, 267, 395, 397, 487, 526, 595, 597, 608-609, 733, 787. DE4, 45, 165, 173, 176-177, 216, 229, 232, 246, 295, 301-302, 307, 316-317, 380, 382-383, 385, 389, 393-399, 401, 411,
414, 420, 422, 472, 474, 488, 505-507, 531, 536-537, 544, 546-559, 576, 579-580, 584, 586-588, 595-598, 609, 611, 614, 619-623, 631, 653, 661, 673-676, 699, 708, 710-715, 721-722, 727-729, 731-732, 739, 782, 800-802, 820. HF, 80, 87, 99, 101-104, 115-116, 119, 124, 127, 129, 133, 135, 139, 143, 144-145, 178, 181, 186-187, 188-189, 211-212, 247, 276, 320, 362, 366, 372, 413, 425, 474, 511, 565, 612, 614, 657. HS, 5, 14-15, 21, 25, 41, 73, 77, 106-108, 132, 154-155, 158, 195, 227, 234, 237, 240-242, 257, 333, 338, 350, 355-356, 359, 364, 410, 416, 435, 441-442, 444-445, 455, 463-464, 467. HS1, 105, 162. HS2, 16, 19, 21, 33-34, 36-37, 39, 45, 49-51, 53-56, 58-62, 69, 73, 75-83, 88, 91, 96-97, 99-101, 105-106, 141, 156, 163, 165, 170, 183, 194, 196, 197, 199-203, 218, 222, 242, 252, 267-269, 275, 277, 280. HS3, 29, 32, 49, 82, 84, 89, 92, 97, 105, 113, 116, 160, 163, 165-166, 168, 173, 180, 187, 190-191, 194, 213-214, 216, 222, 251, 253, 258-259, 273-275. MC, 138, 339, 350. MMPE, 30. MMPS, 30, 85, 88, 103. NC, 167. OD, 48. PP, 255. SP, 20.

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