El vocabulario de Michel Foucault: LETRA H. Hermafroditismo

El vocabulario de Michel Foucault: LETRA H

Hermafroditismo
(Hermaphrodisme). Monstruosidad, criminalidad. En el siglo XIX encontramos una nueva teoría de la monstruosidad que ha sido preparada a partir del siglo XVIII a propósito de un caso privilegiado de monstruosidad: el hermafrodita. Si durante la Edad Media los hermafroditas eran quemados (se pensaba que su origen se debía a una fornicación con el diablo), en el siglo XVIII aparece un nuevo tipo de legislación. Para dar cuenta de este cambio Foucault compara dos casos: el caso de Rouen (1601) y el caso de Lyon (1765). El caso de Rouen: se trata de alguien bautizado/a con el nombre de María, pero que poco a poco comienza a comportarse como un hombre y vive con otra persona, aparentemente mujer. El tribunal de apelación finalmente suspende la condena a muerte de la sentencia apelada. Libera a la “mujer” y, bajo amenaza de ser
condenada a muerte, la obliga a vivir como mujer y abstenerse de toda relación sexual. Este caso, y aquí se encuentra el interés de Foucault, dio lugar a un debate entre dos médicos, Riolan y Duval. El primero no reconoce signos de virilidad en el sujeto; el segundo, en cambio, sí. En el análisis de Duval encontramos los rudimentos de una clínica sexual. Duval lleva a cabo un examen minucioso, no sólo ocular, del sujeto. Por un lado, contrariamente a la costumbre hasta ese momento, Duval se sirve de un vocabulario explícita y detalladamente sexual; pero, además, ofrece una teoría del discurso médico. En líneas generales nos dice lo siguiente (muchos elementos de esta explicación, vale la pena subrayarlo, no resisten un análisis histórico, pero ésta era la visión de Duval): 1) La no utilización de un lenguaje sexual se justifica por el objetivo de evitar la concupiscencia. 2) Esto se comprende porque las mujeres de la antigüedad se conducían de manera desenfrenada e inducían a los hombres en el mismo sentido. 3) Pero, a partir del cristianismo, con la figura de la Virgen María, se rehabilita la figura de la mujer, de la maternidad y de la biología sexual femenina. La madre ha sido sacralizada por la religión, por el matrimonio y por su función económica en el hogar. 4) Para evitar la mortalidad infantil (que se presenta, en relación con las teorías económicas mercantilistas, como un factor de empobrecimiento para la nación) es necesario romper con el silencio médico. Es necesario, entonces, disponer de un saber sobre la sexualidad y sobre su organización anatómica. El informe de Riolan, que, como dijimos, no reconoce los signos de virilidad del sujeto, sostiene explícitamente que el hermafroditismo es una monstruosidad. Sin embargo, desde un punto de vista legal, no se sigue una condena a muerte. El caso de Lyon: se trata de un sujeto bautizado como mujer que experimenta cierta atracción respecto de sus compañeras, se muda a Lyon y contrae matrimonio con una mujer. Apelada la primera sentencia de condenación, el tribunal le exige que se vista como una mujer y le prohíbe tener relaciones con la mujer con la que había contraído matrimonio. Las similitudes entre ambos casos dejan ver, sin embargo, algunas diferencias importantes. En los informes médicos, el hermafroditismo deja de aparecer como una monstruosidad producida por la mezcla de los sexos. Se trata, más bien, de una forma de imperfección, de una desviación de la misma naturaleza. Esta imperfección puede ser el principio de ciertas conductas criminales. En conclusión, entre uno y otro caso, la monstruosidad pasa de ser pensada como noción jurídico-natural a ser pensada en términos jurídico-morales. Lo monstruoso no es la mezcla de elementos naturales, sino las conductas criminales que pueden originarse en una desviación de la naturaleza. Dicho de otra manera, si antes un monstruo era potencialmente un criminal, ahora el criminal es siempre virtualmente un monstruo. Para ser más claros, la monstruosidad siempre fue percibida como la posibilidad de transgredir la ley. Ahora se invierten los papeles: toda criminalidad es referida a un fondo de monstruosidad, de desviación de la naturaleza (AN, 63-70). Iconografía, simbolismo. En la iconografía y en la literatura del siglo XVI, el hermafroditismo se encuentra ligado con la Reforma, con la dualidad de la religión cristiana; también puede ser la expresión simbólica de la dualidad del papado y del imperio. En el siglo XVII, en cambio, el hermafroditismo se liga directamente al erotismo. En el siglo XIX, en una perspectiva místico-religiosa, nos encontramos entre las nuevas significaciones del hermafroditismo con aquélla de la pareja original. Una historia del hermafroditismo debería elucidar cómo se llegó a la condena de estos dos fenómenos tan distintos: el hermafroditismo y la homosexualidad (DE3, 625). Herculine Barbin. Foucault ha publicado la memoria de Herculine Barbin (Herculine Barbin dite Alexina B, París, 1978). “Lo que me llamó la atención en el caso de Herculine Barbin es que, en su caso, no existe sexo verdadero. El concepto de pertenencia de todo individuo a un sexo determinado ha sido formulado por los médicos y los juristas solamente en el siglo XVIII aproximadamente. […] En la civilización moderna se exige una correspondencia rigurosa entre el sexo anatómico, el sexo jurídico, el sexo social; estos sexos deben coincidir y nos sitúan en una de las dos columnas de la sociedad. Antes del siglo XVIII, sin embargo, había un margen de movilidad bastante grande” (DE3, 624).
Hermaphrodisme [17]: AN, 63, 66-68, 72. DE3, 499, 625. DE4, 121. HS1, 59, 134.

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