El vocabulario de Michel Foucault: LETRA H. Historia

El vocabulario de Michel Foucault: LETRA H

Historia
(Histoire). Foucault ha afirmado que todos sus trabajos son fragmentos de filosofía en el cantero de la historia (DE4, 21) y también que es el sujeto el verdadero tema de sus investigaciones (DE4, 223). En realidad, la relación entre el sujeto y la historia constituye, sin lugar a dudas, el eje en torno al cual se puede comprender toda su producción intelectual, desde las primeras hasta las últimas obras. Por un lado, la relación historia/sujeto aparece como el dominio de trabajo de Foucault. Ya en su primera obra, Maladie mentale et personnalité (1954), nos encontramos con esta problemática; el capítulo III se titula, en efecto, “La enfermedad y la historia individual”. Foucault se ocupa de mostrar (en un contexto materialista) el origen de la enfermedad mental a partir de las contradicciones de la historia concreta del individuo. Es en el concepto de alienación donde se cruzan estos dos ejes del sujeto y de la historia. En el marco de los estudios de psicología de Foucault, el psicoanálisis era uno de los ámbitos donde aparecía de modo particular esta relación entre el sujeto enfermo y la historia personal, así como también lo era la psicología de matriz existencial. En Histoire de la folie el enfoque de Foucault se modifica, se concentra en las condiciones históricas en las que surge no la enfermedad mental como hecho patológico, sino los modos institucionales y discursivos en que el sujeto es objetivado como alienado, como enfermo mental. Ésta es la historia del gesto que excluye, que separa la sinrazón de la razón. Una historia de la diferencia. La naissance de la clinique trata las condiciones históricas que hicieron posible el discurso de la clínica, que hicieron cognoscible al individuo. Les Mots et les choses es una arqueología de las ciencias humanas, es decir, una historia, en el nivel de las condiciones de posibilidad del saber, de la formación del sujeto moderno, de las ciencias humanas. “La historia de la locura sería la historia de lo Otro, de lo que, para una cultura, es a la vez interior y ajeno, y por tanto destinado a ser excluido (para conjurar el peligro interior), pero encerrándolo (para reducir su alteridad); la historia del orden de las cosas sería la historia de lo Mismo, de lo que para una cultura es a la vez disperso y emparentado, y por tanto destinado a ser distinguido por las marcas y recogido en las identidades” (MC, 15) Surveiller et punir es una historia genealógica del sujeto disciplinado. L’Histoire de la sexualité es una genealogía del hombre de deseo, de las prácticas de subjetivación. Por otro lado, la relación entre la historia y el sujeto aparece como una preocupación metodológica. Foucault, en efecto, quiere definir una metodología de análisis histórico que esté liberada de presupuestos antropológicos, que rompa con la sujeción de la historia a una subjetividad (la razón, la humanidad) que garantizaría, por encima de todo, su unidad y su sentido. Desde este punto de vista, Foucault se opone a la fenomenología y a las diferentes concepciones, más o menos hegelianas, de la filosofía de la historia. La arqueología, en este sentido, quiere romper con la historia lineal, progresiva, unitaria, totalizante de una razón que desde su origen se encamina hacia su acabamiento en la forma de la realización. De este modo, las concepciones husserliana y hegeliana de la historia (y especialmente lo que une esta representación de la historia a una filosofía del sujeto en términos de conciencia) son la antípoda de la concepción foucaltiana de la historia del saber. La lectura de Canguilhem, de Bachelard, entre otros, de la epistemología histórica de la tradición francesa, en definitiva, con sus conceptos de ruptura y umbrales, ha desempeñado un papel de primer orden. Foucault opondrá a la historia unitaria y totalizante el concepto de acontecimiento (véase: Acontecimiento). En un primer momento, en L’Archéologie du savoir, Foucault establece los criterios de trabajo para una historia concebida según el modelo del análisis discursivo. Luego, para incluir en el análisis el ámbito de lo no discursivo y las relaciones entre discursividad y no discursividad, el objeto de descripción no será la episteme, sino el dispositivo. Aquí, cerca de Nietzsche, el concepto de arqueología, si no pierde terreno, es acoplado al concepto de genealogía. Finalmente, la episteme y los dispositivos serán incluidos en el concepto más amplio de práctica (de modo que también las relaciones que el sujeto establece consigo mismo estén contenidas en él). De esta forma, la historia aparece en la obra de Foucault en una doble manera: como objeto de descripción y como cuestión metodológica. En realidad, estos dos aspectos están tan entrelazados en una relación que hablar de historia en Foucault es hablar del sujeto e, inversamente, hablar del sujeto es hablar de la historia. Las historias de Foucault son, de este modo, historias de las prácticas que han constituido históricamente la subjetividad occidental. Episteme, dispositivo y práctica definirán, progresivamente, el campo del análisis de Foucault; arqueología y genealogía definirán su método. Remitimos a los artículos correspondientes. Véase también: Subjetivación. Ontología del presente. La historia de las prácticas de subjetivación es una ontología de nosotros mismos, de la constitución histórica de nuestro ser. Véanse: Genealogía, Ontología del presente. Episteme moderna, la madre de las ciencias humanas. Por extraño que pueda parecer –y el mismo Foucault lo hace notar–, la historia no forma parte del triedro de saberes de las ciencias humanas; es presentada, sin embargo, como la primera y la madre de todas las ciencias del hombre (MC, 378). Nos interesa exponer aquí cómo sitúa Foucault la historia en la época de las ciencias humanas, particularmente tres puntos: la relación entre historia y
modernidad (MC, 229-233), entre historia y economía política (MC, 270-275) y entre historia y analítica de la finitud (MC, 378-385). 1) Historia y modernidad. Para expresarlo de alguna manera, la forma fundamental de la episteme renacentista había sido la semejanza; la de la episteme clásica, el orden; la de la modernidad, la historia. Lo que el Orden ha sido para la episteme clásica –la forma y el contenido de lo que puede ser conocido con certeza–, la Historia lo ha sido para la episteme moderna. La historia, el flujo de la temporalidad, definirá tanto el modo de ser de las empiricidades como aquello a partir de lo cual éstas son posibles, el modo de ser de todo lo que nos es dado en la experiencia. “La filosofía del siglo XIX se alojará en la distancia de la historia a la Historia, de los acontecimientos al Origen, de la evolución al primer brote de la fuente, del olvido al Retorno. Ya no será entonces Metafísica sino en la medida en que sea Memoria, y necesariamente reconducirá el pensamiento a la cuestión de saber lo que es para el pensamiento tener una historia. Esta cuestión urgirá sin cesar la filosofía de Hegel a Nietzsche y más allá. No veamos aquí el fin de una reflexión filosófica autónoma, demasiado matinal y demasiado orgullosa para inclinarse, exclusivamente, sobre lo que ha sido dicho antes de ella y por otros; no hagamos de ello un pretexto para denunciar un pensamiento impotente para mantenerse de pie solo y siempre obligado a enrolarse en un pensamiento ya concluido. Basta con reconocer aquí una filosofía desprendida de cierta metafísica en tanto se ha despegado del espacio del orden, pero destinada al Tiempo, a su flujo, a sus retornos, porque está capturada en el modo de ser de la Historia” (MC, 231-232). 2) Historia y economía política. En cuanto concierne a la economía política, se trata particularmente de David Ricardo. Foucault encuentra cuatro consecuencias fundamentales de la introducción de la historicidad en la economía. a) En primer lugar, la noción de producción. El análisis de las riquezas (el saber de la economía de la época clásica) concebía el valor de cambio de las mercaderías en términos representativos, en términos de la capacidad de las mercaderías de representarse unas a otras por medio de la medida común del trabajo, analizada en términos de jornadas de subsistencia. Se suponía que la cantidad de trabajo necesaria para producir una cosa equivalía a la cantidad de trabajo necesaria para producir aquélla por la cual se la podía cambiar. Para la economía política de Ricardo, la cantidad de trabajo necesaria para la fabricación de cualquier mercancía depende de la forma de producción: de la división del trabajo, de la masa de capital, de los instrumentos de los que se dispone. Esta noción de producción, de cadena de producción, introduce un índice temporal, de acumulación en serie, en la formación del valor, no analizable en términos de jornadas de subsistencia. b) La noción de rareza. El análisis de la renta marginal nos muestra que el hombre económico es aquél que pierde su vida para escapar a la inminencia de la muerte. c) La evolución económica. En la medida en que la población crezca y sea necesario cultivar tierras cada vez menos propicias, los costos
de producción aumentarán y llegará un momento en que los salarios sólo alcanzarán para cubrir las necesidades básicas de vestido, alojamiento y alimentación; las ganancias industriales serán cada vez menores. Entonces, la mano de obra no podrá crecer; el crecimiento de la población se estancará. En pocas palabras, la historia se inmovilizará. Un modo alternativo de pensar las relaciones entre la economía y la historicidad –alternativo respecto de Ricardo–, lo encontramos en Marx. La evolución de la historia económica no tiende a la inmovilidad sino a la revolución, a causa del aumento del número de quienes se encuentran al límite de las condiciones de subsistencia en razón de la acumulación del capital, el crecimiento de las empresas y su capacidad productiva, la baja de los salarios y el desempleo. Entonces, en lugar de inmovilizarse, la historia misma producirá las condiciones para una nueva historia. Foucault encuentra en Ricardo y en Marx una misma disposición epistémica, en la que se conjugan la economía, la finitud del hombre y el término de la historia, en la que se enraíza el pensamiento utópico del siglo XIX y respecto de la cual es necesario situar el pensamiento de Nietzsche. “Esta disposición ha sido durante mucho tiempo apremiante; y, a fines del siglo XIX, Nietzsche la ha hecho centellear una última vez, incendiándola. Él tomó el fin de los tiempos para hacer de él la muerte de Dios y la errancia del último hombre; él tomó la finitud antropológica, pero para hacer surgir el brote prodigioso del superhombre; él retomó la gran cadena continua de la Historia, pero para curvarla en el infinito retorno. […] Es Nietzsche quien, en todo caso, consumió para nosotros y antes de que hubiésemos nacido las promesas mezcladas de la dialéctica y de la antropología” (MC, 275). 3) Historia y analítica de la finitud. Por analítica de la finitud debemos entender, según Foucault, las diferentes estrategias propias del pensamiento moderno para pensar el hombre a partir de sí mismo, la finitud a partir de la finitud. Estas estrategias son: la oscilación entre lo empírico y lo trascendental, la oscilación entre el cogito y lo impensado y la oscilación entre el retorno y el retroceso del origen (MC, 323-346). En el sueño antropológico en el que se ha sumido el pensamiento occidental a partir de la ruptura epistémica que se produce entre los últimos años del siglo XVII y los primeros del XIX, el hombre aparece, a la vez, para servirnos de una terminología kantiana, como lo que se ofrece al conocimiento y lo que debe ser pensado; es un ser doble: empírico y trascendental, pensado e impensado, originado y originante. Las ciencias humanas, desde el momento en que proyectan sobre las otras ciencias (la biología, la economía política, la filología) la analítica de la finitud, son por ello constitutivamente anfibológicas, oscilantes. En una situación similar se halla la historia: por un lado, nos encontramos con una historicidad de las empiricidades y, por otro, con una historicidad trascendental a partir de la cual es posible la historicidad de las empiricidades. Desde el punto de vista de las empiricidades, nos encontramos con una fragmentación de la historia, con un hombre deshistorizado (MC, 380). La época clásica
había pensado la historia como unitaria, ya fuera porque proyectaba la temporalidad de la naturaleza sobre lo humano o, inversamente, porque subsumía toda temporalidad en la historicidad humana concebida según un modelo providencial. Con los saberes modernos la historia se fragmenta, aparece una temporalidad propia de la vida, otra del trabajo, otra del lenguaje (MC, 380). Desde un punto de vista trascendental, en cambio, esta historicidad desnuda del hombre aparece como su historicidad propia y como fuente de la dispersión radical de todas las formas históricas. Aparece también la necesidad de buscar y pensar las leyes de esta forma pura de la temporalidad. De ahí se desprende la situación de la relación entre la historia y las ciencias humanas. a) Por un lado, el hombre histórico es el hombre que trabaja, que vive, que habla. Los contenidos históricos del hombre son objeto de conocimiento de las ciencias humanas. Pero, por otro lado, estos contenidos no son estables; dependen de la historicidad radical del hombre. b) La historia, que hace posibles las ciencias humanas, les impide el acceso a la universalidad. c) La historia, posibilidad de las ciencias humanas en cuanto a sus contenidos y sus formas, erosiona la relación sujeto/objeto desde afuera, desde el exterior. Pensar la finitud sin recurrir a lo infinito es pensar una finitud sin fin, sin acabamiento. (MC, 384) d) Por ello la analítica de la finitud hace frente al historicismo con la metodología de comprensión de la Lebenswelt, con la comprensión de la comunicación interhumana y con la hermenéutica. Arqueología, historia de las ideas. Foucault opone la arqueología a la historia tradicional de las ideas. Véase: Arqueología. Genealogía, erudición. Acerca de la relación del concepto foucaultiano de historia con Nietzsche y la historia en el sentido decimonónico del término, Véanse: Genealogía, Nietzsche. Guerra de razas, guerra de clases, historia jupiteriana. “Il faut défendre la société” es una genealogía del discurso histórico de la guerra de razas, de su dialectización filosófica y de su transformación biologicista con el advenimiento del racismo de Estado. Véase: Guerra. Estructuralismo. Foucault no considera al estructuralismo como una posición contraria a la historia. Véase: Estructuralismo. Ficción. “Yo no soy verdaderamente un historiador. Y no soy un novelista. Practico una especie de ficción histórica” (DE4, 40). Véase: Ficción.
Histoire [4687]: AN, 3-4, 12, 21, 26-27, 39, 49-50, 57, 60-63, 68, 70-73, 83-85, 87, 91, 96, 98-99, 101, 103-105, 110, 114, 126, 134, 141-142, 151-152, 154, 158, 178, 182, 187, 189, 197, 199-200, 207-208, 210, 212, 215, 221-222, 225, 232, 242, 244, 249, 262, 265-268, 292, 293, 305, 307, 311. AS, 9-27, 31, 33-34, 36, 38-40, 53-54, 58, 64-65, 75-78, 82-86, 89, 92-96, 98, 122, 137, 141, 153-154, 159-160, 166-169, 172, 177-181, 184-185, 188, 191-193, 195, 198-203, 205-211, 215-217, 219-222, 225-227, 229, 232-233, 235-239, 244-251, 255, 261-268, 271-274. DE1, 65, 67, 69, 73, 80, 86-88, 90-92, 96-97, 99-100, 106, 108, 109, 113, 118-122, 124-126, 128-129, 131, 137, 142-145, 153, 155,
159-166, 168-171, 176, 189, 192, 202, 204, 209, 221, 229, 232, 250-254, 258, 265, 278-279, 285, 290, 295-296, 298, 306-307, 309, 326, 330, 358-362, 372, 374-380, 394-403, 416, 420, 423, 427, 430, 433, 437, 441, 446, 451, 455-460, 486, 492, 498-503, 507, 510, 521, 538, 541-543, 545-546, 548-549, 551-552, 555-557, 564, 571-572, 575, 577, 581-583, 586, 588-590, 596, 598, 601-602, 606-608, 614, 621, 632, 643, 656, 665-667, 674-676, 680, 682-683, 686-687, 694-698, 700-701, 704, 708, 720, 723, 725-726, 731, 733, 755, 764-765, 771-772, 774, 777-778, 780, 784, 786-788, 831, 832, 842, 844. DE2, 7-10, 12, 17, 19-21, 25, 27-28, 30-31, 38-45, 48-50, 55, 57, 59, 61, 63-66, 71, 76, 83, 86-87, 91, 97-99, 102-104, 106-107, 110, 112, 115-117, 124, 128, 136, 138-140, 143-164, 167-169, 171, 174, 182, 185, 188, 193, 203, 207-210, 214, 216, 220-225, 230, 234, 238-243, 245, 268, 268-273, 275-284, 296, 298, 301-302, 305, 310, 318, 322, 342, 344, 350, 353-354, 356, 359, 370, 373, 377, 389, 391, 401, 405, 407-409, 414-415, 418, 422, 426, 444, 452, 456, 468-470, 473-476, 479-484, 487, 488-489, 491, 494, 503, 508, 513, 521-525, 532, 539-543, 550, 553-555, 558-560, 562, 564, 570, 571, 575, 577, 581, 585, 589-590, 598, 602, 608, 612, 618, 625-626, 628-629, 632-633, 637-638, 640, 643-644, 646-648, 650, 652, 656-659, 661-662, 664, 675, 677, 687, 693, 695, 703, 720, 724, 739-740, 746, 749-751, 773, 780, 792, 802, 804, 815, 822, 826-827. DE3, 11-12, 27-31, 34, 36-37, 40, 42-43, 46-48, 51, 54, 57-58, 72, 74-77, 79-82, 88, 90-91, 95, 97-101, 105-107, 112, 115-130, 136, 140-141, 143-148, 156-158, 161, 172-173, 181, 190, 192-193, 200, 203, 205, 207-209, 213, 215, 218, 225, 228-229, 234-237, 239, 242, 246-248, 256-258, 261, 266, 268, 271-274, 278-279, 281, 283, 298, 300, 302, 305, 312-313, 315-317, 320, 323, 332-334, 350, 357, 360, 362, 364, 368-369, 371-372, 377, 380, 385, 390-392, 395, 398-400, 402-403, 405, 409-412, 414, 419, 421, 429, 431-439, 441-442, 461, 466-468, 470, 478-481, 498-501, 503, 510, 514, 522, 524, 537-539, 544, 546, 548, 553, 555-560, 562, 564, 566, 572, 575-584, 586, 590, 592, 596-598, 600, 606, 608-610, 613, 618, 620, 622-623, 625, 628-630, 633-634, 643, 654-656, 657, 662, 666, 669, 673, 674-677, 678, 682, 688, 694-695, 699, 702, 707, 714, 719, 726, 729, 740-741, 743, 746, 759, 761-762, 771, 781, 783, 785-786, 788, 790-794, 798, 802-805, 809, 818-819, 823. DE4, 10-11, 14-16, 18-19, 22, 25-27, 29-31, 34-36, 38, 40-42, 44-45, 47-50, 53-62, 66-70, 74-77, 80, 82-85, 87, 91, 94-95, 100-104, 110, 115-116, 118-119, 122, 125-126, 129, 134, 136, 139, 144, 148, 150, 160-161, 169, 182, 189, 191-192, 194-195, 198, 202, 213-216, 220-223, 225, 228-230, 232, 243, 245, 249-250, 252-253, 264, 269, 274, 280, 282-286, 289, 291-293, 295, 316-317, 320, 323, 340, 344-345, 348, 350-351, 353, 371, 383-386, 390, 393, 409, 411-415, 426, 433, 435-446, 448-449, 451, 453-454, 456, 458, 466, 495, 516-517, 528-530, 532-533, 535-537, 539-546, 549-550, 553, 558, 562-565, 567-568, 571, 575, 578-581, 583, 587, 592, 594, 597-598, 600-601, 608-610, 612, 618, 622, 627, 629, 631-633, 635, 637, 639, 646-659, 665-669, 673, 675, 679-683, 685-687, 691, 697-698, 700, 702, 704-705, 719, 721, 723-725, 730-731, 739, 744, 748-749, 752-753, 755, 757, 760, 763, 765-773, 775, 777-779, 781, 784-785, 813-815, 819, 821, 824. HF, 15-16, 19-20, 23, 33, 70, 72, 79, 91, 104, 108, 111-112, 114, 116, 118, 144, 158-159, 165, 169, 187, 204, 208, 221, 227, 232, 239, 245-247, 261, 264, 266, 319, 359, 396-397, 402, 408, 414, 423, 426, 432, 455, 457, 465-466, 469-475, 492, 494, 502, 506, 523, 532, 538, 541, 544, 551, 583, 590, 592, 595, 605, 609, 628, 653, 662, 667, 681-684. HS, 4, 11-13, 15, 19-21, 23-26, 30, 32-33, 41, 44, 56, 58-60, 65-67, 69, 73, 75, 79, 97-98, 105, 109, 125, 142-143, 151, 158, 166, 170, 172-173, 181, 184, 190, 198, 200, 212, 235, 239-240, 246, 253-254, 257-258, 294, 296, 299, 302, 304-305, 325, 340, 346-347, 389, 393, 412, 415-416, 424, 426, 428, 430, 442-444, 446, 457. HS1, 11-14, 18, 21, 32, 44-46, 59, 73, 75, 81, 91-93, 101-105, 107, 109, 116, 119, 126, 133, 149, 152, 157-158, 172-173, 186-189, 197, 200, 206-207, 209. HS2, 9-12, 14-17, 19, 23, 25, 29, 36, 50-51, 55-56, 61, 63, 69, 102, 121, 161, 251, 275, 277, 280, 284. HS3, 21, 36, 103, 104, 166, 168, 182, 213, 220, 245, 248-249, 276, 281. IDS, 5, 16, 18, 27, 41, 45, 47-48, 50-55, 57-71, 73-76, 87, 96-97, 99, 101, 105-107, 109-111, 114-123, 125-126, 129, 131-133, 136-141, 143-147, 149-159, 165-167, 169-177, 183-191, 193-197, 200-205, 207-213, 229-230. MC, 13-15, 37, 43, 51, 53, 55-56, 60, 64, 69-71, 77, 81, 84, 88-90, 101-105, 109, 116, 118, 124-130, 133, 135, 139-152, 154-155, 157-163, 167-175, 177, 179, 189, 192, 202, 213-222, 225, 229-233, 238, 241-245, 247, 249, 251-252, 256, 263-264, 268-269, 271-277, 281, 284-285, 287-289, 291-292, 300, 303, 305-307, 309, 314-315, 319-320, 322-326, 330-332, 336-338, 340-343, 345-347, 351, 353, 356-357, 360-362, 366-368, 371-372, 376-384, 388-389, 391, 398. MMPE, 22-23, 35-37, 43, 46, 50-54, 58, 67-68, 71, 79, 86, 89, 103, 111. MMPS, 22-23, 35, 36-37, 43, 46, 50-54, 58, 67-68, 71, 77, 82, 84, 97, 101, 103, 105. NC, XI XIII, XV, 4, 23, 25, 28-29, 35, 43, 52-57, 63, 71, 74, 82, 85, 88, 94-96, 114, 125-127, 131-132, 137, 139, 141, 149, 156, 159, 168, 174, 177-178, 181-183, 187-189, 192, 195, 198-199, 205-207, 210-213. OD, 8, 12, 16, 19, 22, 30, 35, 40, 48-49, 56-59, 61-62, 65-66, 73-74, 76, 78-79. PP, 3, 5, 12, 14, 17, 19-20, 24, 26-27, 30-35, 37-39, 42, 61-62, 65, 70, 73, 74, 80-93, 98, 100, 102-103, 106-107, 110, 117-122, 132, 134-139, 141, 149-150, 153, 157-159, 166-168, 172-173, 175, 179, 183, 188-191, 194-197, 200, 216, 218, 223-226, 229-231, 233-238, 240-241, 245-247, 254-265, 271, 280, 284, 289, 291-297, 299, 310, 314-315, 329, 331, 333. RR, 18, 33, 68-70, 75, 79, 83, 98, 102-103, 115, 118, 120, 129, 178, 180, 195, 209. SP, 16, 26-28, 30, 32-35, 41, 53, 56, 71, 77, 86, 93, 101-102, 124, 140-142, 152, 161-164, 173-174, 186-187, 204, 218, 225, 233-234, 236, 255, 269, 288, 290, 291, 303.

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