El vocabulario de Michel Foucault: LETRA M. Modernidad

El vocabulario de Michel Foucault: LETRA M

Modernidad
(Modernité). Se pueden distinguir cinco sentidos del término “modernidad” en Foucault. Los dos primeros conciernen a la modernidad vista como un período histórico. Si tomamos en consideración Histoire de la folie, Les Mots et les choses o Surveiller et punir, la modernidad como período histórico comienza hacia fines del siglo XVIII y se extiende hasta nuestros días (MC, 13, 15). Desde un punto de vista político la modernidad comienza con la Revolución Francesa; desde un punto de vista filosófico, comienza con Kant. El período que va desde el Renacimiento hasta fines del siglo constituye la época clásica (véase: Época clásica). En Herméneutique du sujet, en cambio, la modernidad comienza con Descartes; en este caso, entonces, la modernidad incluye lo que en las obras precedentes es la época clásica (HS, 19). Volveremos enseguida sobre el significado de este cambio. Otros dos sentidos del término “modernidad” tienen que ver con el trabajo histórico-filosófico de Foucault. Hasta la publicación de los últimos dos volúmenes de Histoire de la sexualité (1984), los libros de Foucault tienen como campo de trabajo la época clásica y la modernidad. Por ejemplo, si bien Histoire de la folie comienza con la historia de la locura en el Renacimiento, está mayormente dedicada a los siglos XVII y XVIII. Les Mots et les choses también comienza por el Renacimiento, pero se trata de una descripción de las epistemes clásica (siglos XVII y XVIII) y moderna (siglos XIX y XX). Surveiller et punir se ocupa de la historia de la tecnología del castigo a partir de fines del siglo XVIII. Ahora bien, desde el punto de vista de la episteme, en Les Mots et les choses la modernidad es equivalente a la época del hombre, al sueño antropológico, a la época de la analítica de la finitud y de las ciencias humanas. “Porque el umbral de nuestra modernidad no se sitúa en el momento en que se quiso aplicar métodos objetivos al estudio del hombre, sino más bien en el día en que se constituyó el doblete empírico-trascendental que se ha llamado hombre” (MC, 329-330). Véase: Hombre. Se trata, como vemos, de una determinación epistémica de la modernidad. A partir de Surveiller et punir y La volonté de savoir, nos encontramos con otra caracterización de la modernidad, en base a las formas de ejercicio del poder. Aquí modernidad es equivalente a la época de la normalización, es decir, a la época de un poder que se ejerce como disciplina sobre los individuos y como biopolítica sobre las poblaciones. La modernidad es, en definitiva, la época del biopoder. “El iluminismo que descubrió la libertad también inventó las disciplinas” (SP, 224). Véanse: Biopoder, Norma. Aunque hablando muy estrictamente la modernidad como época del hombre y la modernidad como normalización correspondan a las formas del saber y a las formas de ejercicio del poder en los siglos XIX y XX, existe sin embargo una diferencia importante en la datación histórica de estos dos sentidos del término “modernidad”. En Les Mots et les choses el paso de la época clásica a la modernidad es pensado como ruptura, como corte más o menos abrupto; el hombre es una invención de la modernidad. En Surveiller et punir, en cambio, la formación de la disciplina y de la biopolítica se retrotrae a la época clásica; el paso es más bien del orden de la transformación que de la ruptura. Finalmente, el quinto sentido que podemos atribuir al término “modernidad” no tiene que ver ni con una época ni con una caracterización, sino con una actitud. Este sentido aparece en los dos artículos escritos en ocasión del bicentenario de la célebre respuesta de Kant a la cuestión “¿Qué es el iluminismo?” (“Qu’est-ce que les Lumières?”, DE4, 562-578 y DE4, 679-688). “En referencia al texto de Kant, me pregunto si no se puede considerar la modernidad más como una actitud que como un período de la historia. Con actitud quiero decir un modo de relación respecto de la actualidad, una elección voluntaria que hacen algunos; en fin, una manera de pensar y de sentir, también una manera de obrar y conducirse que marca una pertenencia y a la vez se presenta como una tarea. Un poco, sin duda, lo que los griegos llamaban un éthos” (DE4, 568). Véase: Éthos. • Volvemos ahora sobre la diferencia entre los dos primeros sentidos de “modernidad” que distinguimos anteriormente. En el primero de ellos la modernidad filosófica comenzaba con Kant; en el segundo, con Descartes. Este cambio tiene que ver con la evolución de la posición de Foucault respecto de la cuestión del sujeto. En Les Mots et les choses la problemática del sujeto es abordada desde un punto de vista epistémico, es decir, desde la perspectiva de las condiciones de posibilidad de los saberes que en términos generales llamamos ciencias humanas. Foucault se interesa aquí, entonces, por la formación y descomposición del hombre como objeto y sujeto de conocimiento. Ahora bien, por un lado, Foucault no sólo incorporará a su trabajo el estudio de los dispositivos de poder, particularmente a partir de Surveiller et punir (aunque esta perspectiva de análisis ya se encuentra en Histoire de la folie), sino que, más precisamente, abordará la cuestión de las relaciones entre las prácticas discursivas (los saberes) y las prácticas no-discursivas. Las formas concretas y efectivas de ejercicio del poder harán posibles las formas del saber y éstas, a su vez, reforzarán y sostendrán esas prácticas. El sujeto-objeto hombre ya no es sólo una determinada disposición en el campo del conocimiento, sino el producto del ejercicio de las formas de poder y de las formas de saber que están entrelazadas con aquéllas. Para expresarlo con otros términos, el sujeto se convierte ahora en una construcción histórica de las prácticas en general: prácticas discursivas y prácticas no-discursivas. Véase: Subjetivación. Por otro lado, en esta óptica y luego de La volonté de savoir (1976), Foucault comienza a ocuparse de las prácticas de formación de la subjetividad en la antigüedad clásica y helenística. “Si bien la Aufklärung ha constituido una fase muy importante de nuestra historia y del desarrollo de la tecnología política, creo que es necesario remontarse mucho más atrás si se quiere comprender por cuáles mecanismos nos hemos reencontrado como prisioneros de nuestra propia historia” (DE4, 225). Como expusimos en el artículo Cuidado, Foucault se remonta hasta la antigüedad para describir las prácticas de subjetivación, de formación de la subjetividad. En éstas el acceso del sujeto a la verdad implica una muy variada y amplia serie de técnicas y ejercicios. En esta perspectiva, la modernidad comienza cuando el acceso del sujeto a la verdad está determinado sólo por exigencias cognoscitivas: “se puede decir que se entró en la época moderna (quiero decir, la historia de la verdad entró en la época moderna) el día en el que se admitió que lo que da acceso a la verdad, las condiciones bajo las cuales el sujeto puede tener acceso a la verdad, es el conocimiento y el conocimiento solamente. Me parece que es aquí donde se ubica y adquiere sentido lo que llamé el ‘momento cartesiano’, sin que quiera decir que es de Descartes que se trata, que él ha sido el inventor, que él ha sido el primero en hacer esto” (HS, 19). Filosofía moderna. “Imaginemos que la Berlinische Monatsschrift existe aún en nuestros días y que plantea a sus lectores la pregunta ‘¿qué es la filosofía moderna?’. Quizás se le podría responder con eco: la filosofía moderna es aquélla que intenta responder a la pregunta planteada hace dos siglos con tanta imprudencia: ¿qué es el Iluminismo?” (DE4, 562). “Habría que llevar a cabo la genealogía, no tanto de la noción de modernidad, sino de la modernidad como cuestión” (DE4, 681). Posmodernidad. “¿Qué se llama posmodernidad? No estoy al corriente” (DE4, 446).
Modernité [78]: DE1, 501, 541, 546, 581. DE2, 124. DE3, 400, 575, 656. DE4, 44-46, 90, 408, 446-447, 491, 568-569, 570-571, 628, 647, 681, 686, 759. HF, 455. HS, 25. HS1, 188, 195. IDS, 154. MC, 13, 15-16, 233, 255, 315, 328-329, 338. OD, 76.

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