Noty Psi! Gluten: ¿paranoia o la causa de enfermedades como Alzheimer, ansiedad, demencia, depresión?

Gluten: ¿paranoia o la causa de enfermedades como Alzheimer, ansiedad, demencia, depresión?

EL GLUTEN PODRÍA ESTAR RELACIONADO CON EL INCREMENTO DE ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS, SEGÚN EL DOCTOR DAVID PERLMUTTER; OTROS MÉDICOS AFIRMAN QUE SÓLO LOS CELÍACOS DEBEN PREOCUPARSE POR EL GLUTEN (Y QUE NUESTRA SOCIEDAD VIVE UNA PARANOIA ALIMENTICIA)

POR: ALEJANDRO MARTINEZ GALLARDO – 01/02/2015

En cuanto al gluten, nos encontramos en una laguna. El mundo tiende a polarizar y categorizar bajo esquemas maniqueos de la realidad: bueno o malo, pro Palestina o pro Israel, amante de los gatos o amante de los perros, etc. A esto quizás deberíamos de añadir a los que condenan draconianamente el consumo del gluten y los que consideran que es la nueva estrategia comercial del mercado de alimentos o un nuevo caso de psicosis alimenticia (después de todo hemos comido granos por unos 10 mil años sin aparentes problemas). Claro que estas oposiciones, esta lógica aristotélica de uno o el otro sin zonas grises es un reduccionismo, una visión simplista. Y en el caso del gluten las cosas son aún más complejas.

El caso más convincente en contra del gluten lo ha formulado el doctor David Perlmutter, autor del bestseller Brain Grain (Cerebro de Pan, en español). Perlmutter no es ningún freak conspiracionista del fringe de la ciencia. Es una de las pocas personas (quizás el único) en tener un título de neurólogo y ser miembro del American College of Nutrition. Según su investigación, el consumo de granos está relacionado con todo tipo de enfermedades neurológicas, incluyendo la demencia senil, la depresión, la ansiedad, la epilepsia, los dolores de cabeza crónicos, el déficit de atención o el Alzheimer, entre otras. De acuerdo con Perlmutter:

La mayoría de los granos, incluyendo la quinoa o el amaranto, los granos populares de la época, están asociados con un pico de carbohidratos. Tienen un índice glicémico bastante alto, esto es: después de entre 90 y 120 minutos, suben los niveles de azúcar en la sangre, y esto es dañino para el cerebro.

La dieta actual en Estados Unidos gira alrededor de 60% carbohidratos, 20% proteína y 20% grasa. Esto es resultado de que desde hace ya un par de décadas se galvanizó a la sociedad con la idea de que la grasa es lo que engorda, literalmente sinónimos y enemigos en la cultura de lo lite. Entra aquí el popular desayuno de cereales cargados de azúcar; y el mismo gobierno de Estados Unidos recomienda una dieta baja en grasa. Esto ha hecho que veamos innumerables productos que capitalizan esta idea simplemente rotulando sus empaques con el mantra saludable NO FAT o Cero Grasa, un pasaporte al paraíso sin culpa de comer todo lo que queramos. Pero mientras evitamos la grasa, cada vez hay más personas obesas y enfermas de lo que el doctor Martin Blaser llama plagas modernas (diabetes, autismo, intestino irritable, etc.) en su importante libro Missing Microbes (una epidemia por ausencia de bacterias comensales en el intestino). En este sentido sí parece haber evidencia. Perlmutter señala: “La doctrina del gobierno en 1992 indicó que debíamos basarnos en una dieta baja en grasas”. Coincide con que en los últimos 20 años en Estados Unidos se ha triplicado el número de personas con diabetes, según el Center for Disease Control.

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