Día del psicólogo en Argentina -13 de Octubre
Tweet
13 de Octubre, día del psicólogo en Argentina.
En 1974 se establecía el 13 de Octubre como el día del psicólogo en Argentina. En esas fechas la Confederación de psicólogos de la República Argentina (COPRA), había convocado al Primer Encuentro Nacional de Psicólogos y Estudiantes de Psicología en la ciudad de Córdoba.
Esta instancia de reunión era efecto de la reciente creación de las carreras y la necesidad de construir una identidad profesional. El nuevo agente de la Salud Mental se insertaba entre una tradición médico psiquiátrica con gran injerencia institucional y el psicoanálisis. Del mismo modo en que la ciudad de Córdoba fue testigo de la creación del día del psicólogo, la ciudad mediterránea, y sus idiosincrasias, fue partícipe de movimientos políticos y culturales que tuvieron efectos en el decurso de la historia de las prácticas y discursos psicológicos en Argentina. Gran parte de los grandes movimientos, como la Reforma Universitaria de 1918 o el Cordobazo de 1969, son muy reconocidos por la historiografía local pero otros pequeños gestos provincianos no lo son tanto. Comencemos, pues, un breve recorrido por esos gestos locales que se desprenden de la entraña de la ciudad que vio el nacimiento del día del psicólogo en Argentina.
En 1954 se realiza el primer Congreso Argentino de Psicología en Tucumán, en el que se recomienda la creación de la carrera de psicología. Como efecto se comenzó el proceso de profesionalización de la psicología creando las carreras en 1955/6 en Rosario, 1957 en Buenos Aires, 1958 en Córdoba, La Plata y San Luis, 1959 en Tucumán y 1966 en Mar del Plata. Con ello nació un nuevo agente y nuevos problemas de incumbencia profesional. El psicólogo carecía de una identidad propia, muchas veces era identificado al psicoanalista y otras tantas a un técnico bajo la dirección médica. Sin dudas el psicólogo produjo una gran reticencia, incluso desde la psiquiatría más progresista, por caso Gregorio Bermann se oponía a que el psicólogo ejerciera la psicoterapia de modo autónomo. El marco legal había subordinado la práctica del psicólogo al médico. A dos meses de haberse concretado el mencionado Congreso de Psicología en Tucumán, se efectiviza la Resolución 2282, durante el gobierno peronista, más conocida bajo el nombre de Resolución Carrillo. La misma otorgaba las facultades del ejercicio de la Psicoterapia y el Psicoanálisis a los profesionales médicos. Unos años después, en 1962, se organizaron en Córdoba, promocionadas por el mismo Gregorio Bermann, las Primeras Jornadas de Psicoterapia. La ciudad mediterránea era testigo de las discusiones sobre la identidad del psicólogo. Participaban grandes referentes de la medicina Argentina como Mauricio Góldemberg y José Bleger, quienes eran cautos y ambiguos al momento de pronunciarse sobre la injerencia profesional del psicólogo. Fue un cordobés, Jorge Orgaz, médico clínico ligado al movimiento reformista, lector de Freud y en aquellos momentos Rector de la Universidad de Córdoba, quién se pronunció decididamente a favor del psicólogo:
“El psicólogo, dentro de la psicoterapia actual, yo diría dentro de la psicoterapia en sí, tiene un lugar específico…; por eso es psicólogo, porque está dentro de o tiene la intención de estar dentro de la psicoterapia, para vivirla y ejercerla. De modo que el psicólogo tiene, frente al fenómeno psicoterapia, todos los derechos. Naturalmente, esos derechos crean una serie de problemas de aptitudes eficiencia y demás. “(Orgaz, J. (1964) “Mesa Redonda”, en Bermann, G. (comp). Las psicoterapias y el psicoterapeuta. Paidós. Bs. As. P 154.
Con relación a este episodio, el 10 de Noviembre de 1962 Guillermo Vidal, director de la conocida revista “Acta Psiquiátrica y Psicológica Argentina”, le escribe una misiva a Jorge Orgaz que destaca el valor de los aportes del médico cordobés:
“…imagino ya en sus manos el Vol. VIII, nº 2 de Acta, ya que en la página 164 hay una recensión de su libro ‘Crisis y Reacción de la Medicina Contemporánea’” y continúa…”espero que le guste el nuevo rumbo de nuestra revista y que no sea la última vez que colabore con sus páginas. De más está decirle que gustosísimos publicaremos cualquier trabajo, vinculado a la psiquiatría o a la psicología clínica, que Ud. nos remita.” Vidal finaliza diciendo que, por más que ya haya pasado tiempo, aprovecha para felicitarlo por su ponencia a las jornadas de Psicoterapia, de Córdoba: “a decir verdad, me pareció lo más original y valiente del congreso. ¿No podríamos publicarla en Acta?”.(Carta de Vidal Guillermo a Jorge Orgaz. 10 de Noviembre 1962. Archivo personal de Jorge Orgaz)
Con el pasar del tiempo, las discusiones sobre el rol del psicólogo se intensificarían aún más con la eclosión de otra de las grandes expresiones políticas de la historia argentina, el Córdobazo. En 1969 se daría lugar en Córdoba a una nueva revuelta que tuvo por principales agentes al estudiantado y el proletariado. A pocos años de la creación de las carreras, esta manifestación política introdujo la discusión sobre la implicancia de los psicólogos en la política. Como es conocido, la arraigada tradición psicoanalítica argentina reducía la práctica clínica al tratamiento individual. Sin embargo, la agitada época política inducía a nuevos problemas y demandas a los psicólogos, psicoanalistas y psiquiatras.
Tras una serie de discusiones poco pacíficas, el campo “psi” se fue reconfigurando. Se crearon una serie de instituciones y agremiaciones que permitieron constituir pacientemente la figura del psicólogo. Este proceso fue lento y atravesó por una de las etapas políticas más críticas y nefastas de la historia argentina. Una sucesión de golpes de estado acompañados por cruentas y sistemáticas expresiones de lesa humanidad, marcaron a la disciplina. Dentro de las asociaciones más relevantes se encontraba la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires (APBA). Tras largas luchas, la APBA lograría congregar a diferentes asociaciones del país en la Federación de Psicólogos de la República Argentina (FePRA), la que sería presidida Beatriz Leonor Perosio, quién lamentablemente fuera secuestrada. Desde Córdoba también se promovió una reformulación de la figura del psicólogo. Gerardo Mansur, por entonces un joven psicólogo pionero en las lecturas de Jaques Lacan y uno de los fundadores, junto a Viviana Cornachione, del Colegio de Psicólogos de Córdoba en 1969, publica en 1983 junto a Oscar Lobera y Francisco Calvo “En defensa de la Psicología. Un triple enfoque: científico, Universitario y Legal”.
En el texto se discutía con la “Resolución 1560” del Ministerio de Cultura y Educación que se recuerda como la “resolución de incumbencia de Llerena Amadeo”. Esta resolución Mantenía el espíritu de la Ley 17132 dictada en el año 1967 deudora de la mencionada Resolución 2282 del año 1954. En el texto de los cordobeses se afirmaría: “Dicha resolución se fundamentó en contradicciones esenciales que determinan su ilegalidad-falta de razonabilidad”. Una afirmación que sólo se hacía posible tras los vitales designios de la democracia que se instalaba con la asunción de Raúl Alfonsín. Finalmente, en 1985 se dictaría la ley nacional 23.277 en la que se reglamentaban los ámbitos y autoridades de aplicación, las condiciones del ejercicio así como también los derechos, obligaciones y prohibiciones al ejercicio profesional de la psicología. De tal modo, el perfil profesional del psicólogo se modificaba y ganaba autonomía respecto de otras disciplinas, principalmente la medicina.
Este breve relato conmemorativo, nos ha permitido incluir figuras históricas olvidadas que tuvieron una importante función en el desarrollo de los eventos que marcaron el rumbo profesional del Psicólogo Argentino. Hemos tomado una fina hebra narrativa que nos orienta desde aquel 13 de Octubre de 1974 en el Pabellón Francia de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. Allí desde la Confederación de Psicólogos de la República Argentina, al cierre del primer Encuentro Nacional de Psicólogos y Estudiantes de Psicología se sugería se declare ese día como el “Día Nacional del Psicólogo”. Propuesta que fue recibida con una estridente ovación, animada, quizás también, por el espíritu sonriente de la joven intelectualidad progresista cordobesa de 1918, por los vientos de cambio del Cordobazo del 69. Finalmente, aquel gesto de creación identitaria que nació en 1974, y que hoy festejamos, comenzó a mostrar sus frutos con el hálito reconfortante de la Democracia.