Acerca del conflicto (dinámica)

Veremos que este conflicto se resuelve de manera diferente en la Histeria y en la Neurosis Obsesiva. El síntoma histérico es un síntoma de defensa, se trata para el sujeto de dar por “no ocurrida” la escena u ocasión rechazada. La idea es debilitarla: esa es la tarea de la conversión. La conversión, convierte, en la histeria, a la idea incompatible con el yo, que su suma de excitación (energética, investidura) se transforme en algo somático. Esto es lo que llama conversión. En la Neurosis obsesiva, la mejor estudiada por Freud, no encontramos conversión. Allí no puede el sujeto liquidar y mutar la idea penosa (lo inconciliable con él yo), se va a manifestar como reproches (autoreproches), aunque encubiertos, disimulados. En esta neurosis encontraremos una tendencia a la multiplicidad de las defensas y a crear nuevos síntomas. Aquí lo dominante es la distinción entre la idea, que se encuentra sujeta a cambios y el estado emotivo (los afectos) que permanecen idénticos. No vamos a encontrar aquí las “lagunas” de la histeria, más aún, encontraremos una prodigiosa conservación de los recuerdos. No debemos confundir esto con el hecho de que no se rompa la continuidad entre el trauma y los efectos que produce. Para reconstruir lo traumático, en este caso, habrá, fundamentalmente que lograr la conjunción entre las ideas (representaciones) y lo emotivo (los afectos). Las defensas predominantes son el aislamiento y la anulación. Se separa la idea del afecto correspondiente (veremos que esta es una de las maneras de actuar de la represión, en tanto, también ocurre que la representación puede ser reprimida, pero no el afecto, que es desplazado sobre otras representaciones). El aislamiento se manifiesta, por ejemplo en un desplazamiento del afecto de unas representaciones a otras. Puede hablar de algo que sería muy doloroso mostrando una notable indiferencia y expresar emociones intensas en relación con representaciones aparentemente poco significativas. El aislamiento separa la idea dolorosa del afecto por su contexto temporal, espacial o emocional. En el Hombre de los lobos, Freud se extraña que relate el suicidio de su hermana de una manera tan tranquila y luego del relato de una crisis incontrolable de llanto frente a la tumba de un poeta. El desplaza-miento se había llevado a cabo a través de las conexiones asociativas que surgieron del aprecio y gusto de la hermana por ese poeta.
”la metapsicología es fundamentalmente “posescritura” (Nacherzahlung) de algo que se ha notificado en la escucha Clínica”. Es una elaboración “a posteriori”.
Es de fundamental importancia concebir radicalmente al inconsciente como objeto metapsicológico para extraerlo tanto de la posición psicológica como de las concepciones filosóficas tradicionales. Inconsciente, en Alemán es neutro, de manera que se traduce aproximativamente por el inconsciente cuando el contexto corresponde a una referencia al sistema y lo inconsciente cuando apunta a una cualidad, particularmente de las representaciones.