Obras de Lev Semiónovich Vygotsky: La introspección y el método de la psicología

Obras de Lev Semiónovich Vygotsky

La introspección y el método de la psicología: A modo de introducción
Sobre el artículo de K. Koffka (1)

Cuando los compiladores de esta obra seleccionaron el artículo de K. Koffka «La introspección y el método de la psicología», les estaba guiando la consideración de que para construir un sistema psicológico marxista es necesario orientarse correctamente entre las actuales corrientes psicológicas. Hace mucho ya que la ciencia y su desarrollo han salido del estado en que cada país podía elaborar sus problemas por separado, de forma aislada y relativamente independiente. No puede haber mayor error para comprender la actual crisis de la psicología que reducirla a los límites y fronteras del pensamiento científico ruso. Y ése es el modo en que reflejan la cuestión los representantes de nuestra psicología empírica: si les diéramos crédito, en la psicología de Occidente todo permanecería tan inmutable y tranquilo como «la mineralogía, la física y la química», mientras que nosotros los marxistas hemos emprendido nada menos que la reforma de la ciencia. Volvemos a repetir: no se puede presentar el estado real de las cosas bajo un aspecto más falso y tergiversado.
El comienzo de la crisis rusa viene marcado por la orientación hacia el agresivo behaviorismo norteamericano. Al principio, eso era necesario. Hacía falta conquistar posiciones objetivas en psicología y liberarse del cautiverio del subjetivismo espiritualista e idealista. Pero ahora todos ven que la psicología marxista sólo puede seguir hasta un determinado punto el camino elegido por el behaviorismo norteamericano y la reflexología rusa. Surge la necesidad de desmarcarse de los compañeros de viaje y marcarse el propio camino.
Los aliados de ayer en la guerra común contra el subjetivismo y el empirismo se convertirán posiblemente mañana en nuestros enemigos en la lucha por la afirmación de los fundamentos de base de la psicología social del hombre social, por liberar a la psicología del cautiverio biológico y por devolverle el significado de ciencia independiente, y dejar de ser uno de los 61 capítulos de la psicología comparada. En otras palabras, en cuanto pasemos a construir la psicología como ciencia del comportamiento del hombre social y no del mamífero superior, se perfilará claramente la línea de discrepancia con nuestro aliado de ayer.
La lucha se profundiza y pasa a una nueva fase. Es necesario recordar (para dirigirla y calcular cada paso) que no se desarrolla dentro del idílico y pacífico paisaje del empirismo «científico», sino en circunstancias muy tensas y dentro de una agudísima lucha científica en la que participa todo lo que hay de vivo en la psicología. Lo que menos evoca el estado actual de la ciencia psicológica es un paisaje bucólico. «En Shipka todo está tranquilo» 1 sólo para quien no ve nada. Concretamente, en la psicología occidental se ha llevado a cabo una labor crítica tan destructiva, que el empirismo precrítico, ingenuo y feliz que se nos presenta parece algo antediluviano en la ciencia europea.
«El psicólogo de nuestros días se parece a Príamo sentado en las ruinas de Troya —constata N. N. Langue, al hacer el resumen del estado actual de la psicología» (1914, pág. 42). El mismo habla todo el tiempo de la crisis de la psicología como si se tratase de un terremoto, que «destruye en un momento una ciudad de aspecto floreciente» y compara la caída de la psicología asociacionista con la de la alquimia. Realmente, la crisis se inició con la decadencia de la teoría asociacionista; a partir de entonces, la psicología científica dejó de pisar una base firme y comenzó el terremoto. Actualmente asistimos a un extraordinariamente interesante y significativo cambio de dirección de la crisis y de las principales fuerzas en litigio. Si el principio de la crisis europea se caracteriza por la intensificación del momento idealista y subjetivista (E. Husserl, A. Meinong, escuela de Wurtzburgo), hoy día la dirección es justamente la contraria.
Como afirma I. Everguétov (1924), la psicología y su método se están convirtiendo en materialistas en el más estricto sentido de la palabra. Si esto no es exactamente así, no cabe la menor duda de que indica acertadamente la dirección. La psicología tiende a convertirse en materialista, aunque es posible que en ese camino se hunda más de una vez en la ciénaga idealista. La psicología se divide claramente en dos corrientes: una se apoya en el bergsonismo, ahondando y corrigiendo la línea del espiritualismo en psicología, y la otra tiende ostensiblemente hacia la construcción monista y materialista de la psicología biológica.
Es necesario orientarse con exactitud en la lucha científica que tiene lugar actualmente en la psicología occidental. Tenemos la intención de publicar en ruso los trabajos seminales más importantes que caracterizan cada corriente y ofrecer en una de las próximas selecciones un resumen de las corrientes psicológicas actuales en Occidente2. Empezaremos por la corriente más influyente e interesante de todas, por la denominada psicología de la Gestalt, 62 uno de cuyos más destacados representantes es K. Koffka. No vamos a tratar de ofrecer una exposición detallada y una apreciación de esta teoría en el presente comentario: nos limitaremos a hacer algunas breves observaciones sobre ella.
La psicología de la Gestalt (teoría de la imagen, psicología de la forma, psicología estructural, como suele traducirse a otros idiomas) se ha formado a lo largo de los diez últimos años. Hace tiempo que ha rebasado los límites de la investigación experimental de la percepción de la forma que presidió sus inicios y que constituye por el momento su principal contenido psicológico. Trata de convertirse en teoría psicológica general, como dice Koffka en otro artículo. Extrapola sus conclusiones a la psicología comparada y a la psicología del niño, a la psicología social y a todas las ciencias limítrofes, tratando de formular de nuevo sus principios fundamentales. Y es precisamente en calidad de nueva doctrina psicológica como esta nueva teoría se contrapone por un lado a la psicología empírica tradicional (la asociacionista y la de Wurtzburgo) y por otro al behaviorismo. Y precisamente como doctrina psicológica nueva esta teoría es objeto de atención en todos los países: se pueden encontrar artículos sobre ella en revistas francesas, inglesas, norteamericanas, españolas, sin hablar de las alemanas. Ya la propia oposición de la psicología de la Gestalt al empirismo y al behaviorismo puro, el propio intento de hallar un punto de vista unificador para el comportamiento y de elaborar una metodología sintetizadora convierten a esta corriente en un aliado nuestro de extraordinario valor en toda una serie de problemas. Eso no significa que nuestra alianza haya de constituir un firme y duradero bloque de principios: ya en este momento podríamos señalar con precisión toda una serie de puntos en los que divergemos de esta teoría. El lector encontrará en el artículo de Koffka la exposición de los criterios más importantes, tanto críticos como positivos, de esta escuela. Por nuestra parte, señalaremos sus puntos de contacto y de discrepancia con la psicología marxista, dejando para otra ocasión el análisis detallado y la valoración de la misma.
1. Materialismo monista de la nueva teoría. La psique y el comportamiento «interno y externo» (según la terminología de W. Köhler), las reacciones fenoménicas y corporales (Koffka), no constituyen dos esferas distintas y de naturaleza diferente. «Lo interno es externo» (Köhler). La nueva teoría parte de la identidad fundamental de las leyes que construyen los «conjuntos» (Gestalten) en la física, la fisiología, la psique. La nueva teoría admite el principio dialéctico de la transición de la cantidad en calidad, cuando lo utiliza para explicar la diversidad cualitativa de las vivencias (fenómenos). Los procesos conscientes no se declaran ya como el único objeto de la investigación, sino que son interpretados como partes de procesos psicofisiológicos integrales de más envergadura. Aquí, los «fenómenos psíquicos» de la psicología empírica pierden definitivamente su importancia excluyente e independiente. La psique se considera como un «aspecto fenoménico del comportamiento», como parte integrante suya. 63
2. Metodología sintética y funcional de la investigación. Al reconocer la unidad, pero no la identidad de lo interno y externo en el comportamiento, los psicólogos de la nueva escuela renuncian con igual firmeza, tanto a la introspección analizadora, que no puede constituir de por sí un método de la psicología y nunca será su método principal, como al objetivismo puro que alcanza su forma extrema en Watson. Aunque se adhieren por completo a toda una serie de acusaciones que lanza el behaviorismo contra la introspección, consideran erróneo no tener en cuenta en absoluto la faceta «interna» del comportamiento (Koffka). La nueva metodología trata de fundamentar un método subjetivo-objetivo funcional que abarque los puntos de vista descriptivos (descriptivo-introspectivo) 2 y funcional (objetivo-reactológico).
3. Puntos de divergencia. Dentro de nuestra indudable coincidencia con la psicología de la Gestalt, no podemos cerrar los ojos a los puntos de divergencia que existen entre ambos sistemas —y que irán creciendo a medida que se desarrollen las dos corrientes— en mucho de lo que se refiere a la elaboración del objeto y del método de nuestra ciencia. Pero para nosotros eso no le resta ningún valor a la nueva corriente. En absoluto pensamos encontrar en la ciencia occidental un sistema psicológico marxista ya elaborado. Sería casi un milagro que hubiera surgido. Pero estos puntos de divergencia sirven para aguzar el filo de la nueva ciencia. En nuestra lucha contra el empirismo hemos aprendido mucho y en ese sentido nos resulta útil tomar como punto de partida el behaviorismo puro. Probablemente de esta forma podremos realzar algunas de las tesis de la psicología marxista en nuestros debates con la psicología gestaltista y en su crítica. Quizás, la crítica podría desarrollarse en la línea de cuestiones tales como el intento de la nueva teoría de evitar el vitalismo y el mecanicismo; la excesiva asimilación de los problemas de la psique a los procedimientos teóricos y datos de la física actual; la falta de un punto de vista social, la teoría «intuitiva» de la conciencia y muchas y muchas más. Pero no olvidemos que el propio hecho de la aparición en Occidente de una corriente como la psicología de la Gestalt muestra sin la menor duda que las fuerzas motrices objetivas insertas en el desarrollo de la ciencia psicológica actúan en la misma dirección que la reforma marxista de la psicología. Para verlo basta con mirar el principio que se desarrolla en la psicología, no a través de la estrecha mirilla de nuestra discusión con los empiristas, sino a escala de la ciencia universal.

Aclaraciones:
Shipka es el nombre de un desfiladero de la cadena montañosa central de Bulgaria Stara-Planina, donde el 21126-8-1877 las fuerzas rusas y búlgaras rechazaron con éxito los durísimos ataques del ejército del rajá Solimán en la guerra ruso-turca de aquel año. (N.T.)
Para L. S. Vygotski, la psicología descriptiva o descriptivo-introspectiva consiste en el análisis de los fenómenos de la conciencia mediante una autoobservación especialmente organizada (introspección). Hay que distinguir esta corriente de la psicología descriptiva (o «comprensiva») tal y como la interpreta W. Dilthey (N.R.R.)

Notas:
1 Escrito en 1926 como introducción a un artículo de K. Koffka, y publicado en K. N. Kornílov (comp.). «Problemas de psicología actual», Moscú, 1926.
2 Tenía razón Everguétov al titular su resumen «Después del empirismo».