Personalidad: evidencia

Evidencia

La evidencia, o mejor dicho, la falta de ella, es por supuesto otro problema. ¿Qué clase de apoyo tiene su teoría?; ¿o simplemente fue algo que se le ocurrió
mientras estaba bajo los efectos de algún alucinógeno?. Hay varios tipos de evidencia; anecdotaria, clínica, fenomenológica, correlativa y experimental.

Evidencia anecdotaria: es un tipo de evidencia casual que se ofrece usualmente cuando narramos una historia: “Recuerdo cuando…” y “He oído que”, son ejemplos.
Es, por supuesto, notoriamente imprecisa. Es mejor utilizar este tipo de evidencia solo para promover las investigaciones futuras.

Evidencia clínica: Es aquella evidencia que obtenemos a través de la experiencia clínica de las sesiones psicoterapéuticas. Su obtención es bastante más
precisa cuando es recogida por terapeutas expertos. Su mayor debilidad reside en que tiende a ser muy individual e incluso inusual, ya que describe a un
paciente que es, casi por definición, un sujeto inusualmente individual. La evidencia clínica no provee las bases de la mayoría de las teorías que conocemos,
aunque induce a realizar más investigaciones.

Evidencia fenomenológica: constituye el resultado de una observación precisa en varias circunstancias, así como la instrospección relativa a los propios
procesos psicológicos. Muchos de los teóricos que revisaremos han desarrollado una investigación fenomenológica, ya sea formal o informalmente. Requiere
de una gran formación, así como una cierta habilidad natural. Su debilidad estriba en que necesitamos de mucho tiempo para poder decir que el autor ha
hecho un buen trabajo.