Teoría MCT (Teoría de Memoria, Conciencia y Temporalidad) y los pacientes que confabulan

La teoría de Memoria, Conciencia y Temporalidad (teoría MCT) propone una distinción entre la conciencia temporal y la conciencia del conocimiento. La primera refiere a lo que llamamos memoria episódica. La característica esencial es que la conciencia temporal no solo nos permite recordar nuestro pasado sino también planificar nuestro futuro personal; es decir, estar orientados en un presente que incluye las tres estructuras de las temporalidad.
La conciencia del conocimiento tiene que ver con lo que llamamos memoria semántica. Nos permite planificar los hechos del futuro impersonal. Es, en definitiva, la conciencia del conocimiento. Existe también para los objetos, de modo tal que podemos captarlos en su singularidad o en su multiplicidad.

En los pacientes que confabulan: La idea es que por algún motivo siguen teniendo conciencia temporal. El hecho de que sean anosognósicos es una evidencia directa de esto. Estos pacientes creen que su memoria es normal, que sus recuerdos son normales. Pero no tienen la posibilidad de captar la singularidad de cada objeto, por lo tanto confunden singularidad y multiplicidad. Si uno le pide a un paciente internado que le cuente qué hizo ayer, probablemente nos explique que como todos los días fue al trabajo, volvió pero en el camino compró pan y el diario y después cenó con su mujer, etc. Y si uno le pregunta qué va a hacer mañana con seguridad comenzará “como todos los días, ir al trabajo…”.
Entonces lo que estos pacientes hacen es confundir sus hábitos por su semántica personal con lo que son sus incidentes pasados y futuros. La diferencia entre los pacientes que tienen amnesia y confabulan y los que no confabulan es que la amnesia sin confabulación es un cuadro de ausencia de conciencia temporal. Estos pacientes están perdidos en una suerte de presente permanente. No solo no pueden recordar el pasado sino que tampoco están orientados en el presente ni pueden planificar el futuro; transitan una constante atemporalidad.
En definitiva la cuestión de la temporalidad sigue estando en el centro del debate como hace tan solo quince siglos.

FUENTE: Gianfranco Dalla Barba, ¨Neuropsicología de la falsa memoria¨. Revista Argentina de Neuropsicología 5, 2-14 (2005)