Adolescencia, Integración de nuevas representaciones y experiencias a la identidad en formación

¿Cómo se integran nuevas representaciones y experiencias a la identidad en formación?

Una de las respuestas a esta interrogante la plantea Knobel al afirmar que: “Solo perdiendo aspectos que resultan ya inútiles (padres infantiles persecutorios destruidos) se pueden integrar otros nuevos dentro de la personalidad.” Sin embargo este perder aspectos que resultan inútiles no se refiere necesariamente a desintegrar aspectos que ya estén internalizados y formen parte de la identidad, sino, que a partir de las experiencias ya integradas se pueden integrar nuevas, sin desconocer los logros que en etapas anteriores del desarrollo ya se hayan obtenido. Otra de las respuestas a este interrogante seria que al aparato psíquico en la edad adolescente tener una flexibilidad tal que pueda asumir e internalizar las nuevas experiencias, podrá integrarlas a su yo, y a su vez servirse de estas para su identidad en formación.
Si bien “La personalidad, en la medida en que resulta de la individuación – diferenciación, expresa la unicidad del hombre: no solo el ser sino el ser unido.”, se relaciona con la identidad en cuanto esta se refiere al sentimiento de unicidad que experimenta el sujeto con base en la separación – individuación, y que integra tanto lo físico como lo psíquico en este, en otras palabras el sentimiento de identidad en parte es la expresión consciente de la personalidad desarrollada y en desarrollo por el sujeto. Igualmente la personalidad del sujeto se estructura y organiza a partir de las relaciones objetales que establece a lo largo de su vida y la calidad de estas.
En relación a la personalidad y la identidad Knobel afirma que una vez “establecido el aparato psíquico inmediatamente después del nacimiento y aceptando además que el psiquismo esta ya estructurado de una determinada manera durante el periodo embrionario y fetal, vemos que se comienzan a elaborar las ansiedades básicas, substrato de la personalidad desde el nacimiento mismo, en un proceso psicológico que en un continuum llevara al individuo hacia la madurez.”, esta madurez es expresada en términos de la consecución de una identidad adulta; igualmente la estructuración del psiquismo dada desde el periodo fetal se refiere a la predisposición con que nace cada sujeto para desarrollar una estructura psíquica (ello, yo, superyo; consciente, preconsciente e inconsciente) y es a partir de esta predisposición que se puede basar todo el desarrollo, introyecciones, identificaciones, proyecciones y ansiedades básicas que forman la personalidad y dan pie al sentimiento de identidad.
En la formación de este sentimiento de identidad influyen también todo el grupo de identificaciones que el sujeto ha tenido durante su infancia y adolescencia. El sujeto toma todo este conjunto de identificaciones fragmentarias y lo combina para lograr un grupo estable donde apoyar el sentimiento de identidad, claro está que la formación de este sentimiento depende, igualmente, de la calidad de estas introyecciones en la niñez y del como el sujeto haya podido apoyarse en ellas en el transcurso de su existencia.