Comunicaciones: DEL ESCRACHE A BUSSI EN EL 98 AL JUICIO DE JEFATURA EN 2008

COMUNICACIONES.

DEL ESCRACHE A BUSSI EN EL 98 AL JUICIO DE JEFATURA EN 2008. 10 AÑOS DE ESTRATEGIAS COMUNICACIONALES DE HIJOS TUCUMÁN
Rubén Isidoro Kotler84
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán

“Otras voces, nuevas voces, multiplicidad de voces, se han hecho cargo del sostenimiento de la memoria en actitud de denuncia de todo aquello que se intentó renegar”.85
1. Diez años de estrategias de lucha
Desde el primer escrache realizado por HIJOS Tucumán en 1998 hasta la concreción del segundo juicio histórico contra los responsables de la violación sistemática de los Derechos Humanos en la última dictadura militar, han transcurrido más de diez años. Durante este lapso las estrategias del movimiento de derechos humanos en su conjunto, en su afán por poner en evidencia a la sociedad lo que implicó la represión estatal dictatorial, han variado conforme a las nuevas metodologías de la protesta, al terreno de disputa de la memoria desde la intervención en el espacio público a la presencia virtual en la red de redes, desplegando un conjunto de acciones tendientes librar una batalla por el reconocimiento del pasado reciente del provincia y el país.
En la organización HIJOS regional Tucumán, aparecida en 1995, tras el campamento nacional llevado a cabo en Córdoba, la comunicación de la memoria fue parte del eje central de su militancia. Desde las primeras charlas en colegios hasta los actuales posicionamientos de la organización en su propio espacio virtual, como ser el blog86, HIJOS siempre puso el eje de su acción en la transferencia, en la comunicación, que permanentemente caminó en paralelo con la construcción identitaria de la organización y la de sus integrantes.
1. 1. Comunicar el dolor desde la alegría: rupturas y continuidades de HIJOS en el MDHT87
Los integrantes de H.I.J.O.S. procuraban imponerle una nueva dinámica a las marchas del 24 de marzo. No vivirlas como una fecha trágica de dolor sino buscar un nuevo sentido en el cual no faltaron las murgas o las representaciones teatrales en las movilizaciones hacia la plaza Independencia que le impriman a las mismas un sentido de alegría. Esta era una nueva forma de entender las conmemoraciones en los aniversarios del golpe. Sobre su participación en los actos del 24 de marzo, militantes y ex activistas de la organización destacan esta nueva impronta que supuso militar desde la alegría en una fecha que hasta entonces era meramente reflexiva y vivida desde el dolor.
Josefina Centurión, ex militante de HIJOS recuerda:
“…es como que de cajón siempre estábamos ahí, y además porque comprendíamos la importancia de esas fechas, no por algo que hubiera que repetir mecánicamente, sino que era la oportunidad de concentrar la energía en eso que salía hacia afuera del trabajo de las organizaciones. No era lo único que hacían las otras organizaciones pero era algo que salía hacia a fuera y la oportunidad de convocar, como abrir a la sociedad el tema y la convocatoria, y que la gente se acerque, y eso, sabíamos que en esas fechas se acercaba mucha gente que no tenía una militancia organizada, pero que obviamente estaba comprometida con la causa…”
Susana Salvatierra vincula la marcha de los 24 con la herencia que recibe H.I.J.O.S. de las organizaciones que le precedieron, sobre todo de Madres, aunque plantea las diferencias que buscaba la nueva organización en los actos:
“… las marchas de H.I.J.O.S. son tan distintas a las marchas de Familiares como la de Madres, una cosa totalmente distinta, desde el hecho que estaba la murga, desde el hecho que cada vez que organizábamos un 24 de marzo y que H.I.J.O.S. se encargaba de hacer el 24, era organizar fiesta, o sea era fiesta, vamos a hacer una fiesta, en esta esquina van a estar los payasos, en la otra esquina las bailarinas, en la otra esquina van a estar los músicos y en la plaza había fiesta, recital…
Pregunta: ¿No desde el dolor sino desde la alegría?
“Si, porque además también nos ha costado mucho esto de que los organismos entienden que sos culpable por haber sobrevivido, muchos en nuestras familias lo hemos sentido, vos estás acá… ese peso de que vos sí estas vivo… y al contrario, el sentirnos bien por eso, no se, es como que por suerte nos ha salido así…”88
1. 2. La intervención en el espacio público
HIJOS rompió con las formas de manifestación que acompañaba al movimiento de derechos humanos, aunque en cierta medida, algunas acciones concretas quedaron registradas en la memoria de los militantes de las diferentes organizaciones. Habría que recordar que el movimiento ya había utilizado la modalidad de la intervención en el espacio público como forma de protesta, como forma de transmisión de la memoria y en definitiva, como estrategia comunicacional. Una de las acciones de mayor envergadura en los comienzos de la transición fue sin dudas el llamado “Siluetazo”. Recordemos que el Siluetazo fue el proyecto de Rodolfo Aguerreberry, Julio Flores y Guillermo Kexel, materializado el 21 de septiembre de 1983 en la Plaza de Mayo, en Buenos Aires, un registro fotográfico y documentación sobre las siluetas de los desaparecidos. El Siluetazo fue una acción colectiva que se produjo cuando las artes visuales comenzaron a alejarse del silencio propio de los primeros años de la dictadura militar (1976-1983). En Tucumán cabe mencionar, como ejemplo de intervención en el espacio público, la colocación de “mosaicos alegóricos” con el nombre de los desaparecidos en lugares céntricos de la ciudad, mosaicos que suponen la presencia de los ausentes con nombre y apellido. Además, en la provincia, la vieja tradición de intervenciones artísticas, tenía su antecedente inmediato en la muestra “Tucumán Arde”89, que si bien no había sido una muestra nacida en la provincia como intervención colectiva se mantenían en la memoria de los militantes del movimiento de derechos humanos desde los años 60. Algunas de las nuevas modalidades de intervención tienen que ver entonces con estrategias particulares, como el escrache, o bien con acciones de corte propagandístico – artístico, todas supusieron visibilizar la memoria y exponer al conjunto social el reclamo.
1. 2. 1. El escrache o la comunicación de la memoria
Los encuentros nacionales de HIJOS fueron el marco de reunión donde se discutían las estrategias comunes a seguir por todas las regionales, se planificaban los campamentos anuales y permitía la narración de las experiencias locales al conjunto. Ha sido entonces el Encuentro Nacional de agosto de 1998, llevado a cabo en ciudad de La Plata, donde se ha resuelto una actividad nacional que sería relevante para la regional tucumana, como el “escrache a Bussi” en octubre de ese año.
Los escraches aparecían como una novedosa forma de manifestarse contra los represores de la dictadura, manifestaciones donde los jóvenes asumían un rol protagónico, buscando conseguir lo que el propio organismo ha denominado el “Castigo Social”. Cerradas las instancias judiciales a fines de los 80 y comienzos de los 90, por medio de las denominadas leyes de impunidad90, H.I.J.O.S. buscaba alguna forma de justicia aunque sea simbólica. Al instalarse Bussi en el poder, las estrategias para el señalamiento de los crímenes de lesa humanidad cometidos por el gobernador, debían cambiar. En este sentido el escrache le aportó a la protesta nuevas dinámicas y nuevas simbologías, distintas a las expresadas en las marchas del 24 de marzo, por ejemplo, o a las marchas de la resistencia que anualmente realizaba Madres de Plaza de Mayo en Buenos Aires y que movilizaba a cientos de personas de todo el país. Alejandro Medici indica que “Escrachar implica hacer público algo que alguien quiere mantener en el terreno de lo privado”. La difusión pública implica la comunicación y el señalamiento que permita la condena social a falta de una condena judicial. Entonces el escrache cumple con un triple objetivo: “llamar la atención de la comunidad hacia una reivindicación o un agravio, constituir una expresión de la unidad de los participantes y apelar a los no participantes a tomar posición.”91 El escrache es una forma de comunicar la memoria, es la exteriorización de la necesidad de justicia. HIJOS trasmite a la sociedad la condena a los represores por medio del escrache, oportunidad de mostrar y visibilizar la cuestión de la impunidad. El escrache es aprovechado para hacer prensa, se preparan panfletos que se reparten entre los vecinos apareciendo como una novedad comunicativa que trasciende a las marchas del 24 de marzo o las actuaciones públicas como las charlas en los colegios.
Julia Vitar, militante de H.I.J.O.S. Tucumán lo explica de la siguiente manera:
“El escrache surge a partir de la imposibilidad de condenar a los milicos en la justicia por el hecho de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, entonces a parte de mostrar esta cuestión que todos sabemos, que los milicos están en todos lados y que caminan con impunidad en la calle porque nunca hubo justicia, es al mismo tiempo de develar este secreto, mostrarle a los vecinos, a la gente que convive, que va a la panadería, que va sube a los colectivos, seguramente los milicos no suben a los colectivos, pero bueno, que van a la farmacia y todo, que su vecino es esta persona, es esta persona, y generar en el ámbito de su cotidianeidad o de su laburo, por ejemplo, la condena social. Entonces es decir: ya que la justicia se niega condenar a los milicos porque están estas leyes que son una basura y lo prohíben, nosotros lo que vamos a hacer es que la gente los repudie, sepa quienes son, que es lo que han hecho, de que se los acusa, y que existe una imposibilidad de condenarlo, pero que si no existiera esa imposibilidad, estos tipos deberían estar presos.”
El testimonio de Julia expresa en términos de la acción, no solamente una valoración de lo que es el escrache, sino, y sobre todo, de lo que debería ser un proceso judicial que siente en el banquillo de los acusados a los represores. Por su parte, la novedad de los escraches residía en que rompía con lo ritualizado de la manifestación en un momento determinado, es decir, la repetición de la protesta. En Tucumán la realización de este tipo de protestas se vio limitada por un lado, por el reducido número de militantes con que contaba H.I.J.O.S., y por otro lado, con la realidad de la provincia, que desde octubre de 1995, tenía al frente de la gobernación al dictador elegido por medio de los votos. Si la agrupación quería realizar una protesta por medio del escrache debía contar con una logística de movilización mayor y con una planificación del modo de hacerla muy organizada por cuanto no se estaba “escrachando” a un personaje escondido, sino a una figura pública y que además contaba desde su espacio de poder, con el monopolio del uso de la fuerza pública. La reprimenda de la que era capaz ejercer Bussi ya la habían sufrido algunos sindicatos y partidos de izquierda en innumerables manifestaciones que por distintos motivos se habían llevado a cabo en la provincia.
El Congreso Nacional de la agrupación en Tucumán se concretó entre el 10 y el 12 de octubre de 1998. El escrache a Bussi estaba organizado al finalizar el campamento, el mismo 12 de octubre. Los militantes de HIJOS se enfrentaron entonces a escuchas telefónicas, persecuciones por medio de los servicios de inteligencias provinciales y el amedrentamiento de patotas que respondían al gobernador. Sin embargo, durante los días en que transcurría el congreso, la Red Nacional había dispuesto un operativo de seguridad que incluía la entrega a los visitantes de las regionales que llegaban a provincia, de una carta con recomendaciones sobre cómo actuar y qué hacer en caso de ser detenidos.
La mayor dificultad que tuvo H.I.J.O.S. Tucumán a la hora de recibir a los integrantes de la Red Nacional, era explicarles a muchos militantes la propia historia de Tucumán, ya que muchos desconocían lo que había sido el Operativo Independencia y los riesgos que se corrían al organizar una protesta de la naturaleza de la que se organizaba en la provincia para escrachar a Bussi, estando éste al frente de la gobernación. Las dificultades fueron definidas por Susana:
“…Obviamente, obviamente que se despertó todo ese sistema de inteligencia, los mismos compañeros nos decían, los teléfonos están pinchados, seguramente los van a seguir, toda la mano de obra desocupada ha encontrado trabajo en el gobierno de Bussi y lo único que saben hacer es seguir gente, apretar gente, entonces esperen que vaya a pasar eso, tomen medidas de seguridad: no anden solos, no estén hablando por teléfono, o sea, un poco tratar de tener esos cuidados…”
HIJOS entendía que el Bussi de la democracia no era muy diferente al de la dictadura, el operativo montado en la ciudad de San Miguel de Tucumán el día de la marcha y del escrache, demuestran hasta dónde el gobernador no sólo seguía viendo en los militantes de los organismos de derechos humanos a sus enemigos, sino el grado de persecución que el mismo general retirado sentía sobre sus espaldas. El operativo de seguridad el día de la marcha de H.I.J.O.S., es decir el 12 de Octubre de 1998, había sido desproporcionado para la manifestación. Una nota de Página 12 del día posterior a la marcha, sintetizaba en su título lo que había significado cuantitativamente tal operativo: “En Tucumán hubo cinco policías por cada hijo de desaparecido.” Felipe Yapur comenzaba la nota sobre el escrache afirmando que “Antonio Domingo Bussi, el gobernador de Tucumán, fue escrachado en su propia provincia por los jóvenes de H.I.J.O.S. Ésta debe haber sido la razón fundamental por la que el anciano general se ausentó de la provincia, pero antes dejó un impresionante operativo policial (alrededor de cinco mil efectivos) que tenía la orden de impedir, a como diera lugar, la llegada a la casa de gobierno de las más de mil personas que acompañaron a H.I.J.O.S.”92
Si bien los manifestantes no pudieron ingresar al centro de la ciudad por estar custodiado por los efectivos de la policía, realizaron el acto público en presencia de los medios de prensa nacionales, en un parque ubicado en la zona sur a 800 metros de la Casa de Gobierno. El parque días antes de la protesta había sido rebautizado por la municipalidad de la ciudad, administrada por el bussismo, con el nombre de “Operativo Independencia”. Al llegar al parque, los manifestantes, muñidos de aerosoles, refundaron el espacio público con el nombre de “30.000 detenidos desaparecidos”, en un acto de profundo desafío al poder Ejecutivo Provincial y Municipal.
En el volante entregado por la organización a los vecinos y a los manifestantes se volvían a hacer públicas las denuncias que pesaban sobre Bussi, a las ya reiteradas por su pasado como gobernador de facto. Al recuerdo del pasado dictatorial más lejano se le agregaban las denuncias sobre el pasado reciente. Algunas de estas acusaciones afirmaban entonces que se le había descubierto “una abultada cuenta en Suiza que se presume conformada con fondos de “Botín de Guerra”; se recordaba además el juicio político que meses antes lo había mantenido lejos de la casa de Gobierno por dos meses, entre otras imputaciones. Claramente la escena mostraba un combate por la memoria o las memorias enfrentadas, como les llamaría Emilio Crenzel. El espacio público convertido en testigo del enfrentamiento entre una memoria oficial que destacaba el Operativo por medio del cual había comenzado el genocidio en Argentina, y una memoria de un sector importante de la sociedad, embanderada por H.I.J.O.S.
En el balance, el escrache de octubre de 1998 había tenido éxito, porque había permitido una vez más mostrar la cara del represor, la misma de 1975 cuando se hizo cargo del Operativo Independencia, la misma de 1996, recibiendo a funcionarios en su despacho con un revólver en la mesa. Pero al mismo tiempo, la finalización de esta protesta puso al descubierto una vez más las debilidades propias de las organizaciones de derechos humanos en Tucumán, las cuales quedarían diezmadas, como había ocurrido a finales de la década del ’80. Nuevos reacomodamientos harían falta y nuevas estrategias para conseguir establecer en el tiempo una línea de trabajo eficaz en la consecución de los objetivos del movimiento.
1. 2. 2. El espacio público como escenario de disputa de la memoria
Tras el escrache de 1998 HIJOS comenzó a disgregarse en Tucumán y pronto entraría en crisis. El reacomodamiento que supuso el final de esta primera etapa de HIJOS se resolvería a partir de 2004 en la reaparición de una organización de HIJOS muy distinta a la de sus orígenes en 1995. En Tucumán algunos activistas se alejaron pronto de la organización y otros, que no tenían ningún vínculo con las víctimas de la dictadura, se acercaron y contribuyeron a la renovación de la agrupación. El proceso abierto en 2004 desde el Estado con la redefinición de la política de revisión del pasado a partir de la administración del ex presidente Néstor Kirchner, convocó a los militantes del campo de los derechos humanos a regresar a la esfera de lo público aprovechando la coyuntura abierta. HIJOS se reconfiguró como organización nuevamente, su intervención pública comenzó a verse nuevamente manifiesta y comenzaron a militar activamente en la centralidad que supuso las posibles reaperturas de las causas judiciales contra los ex represores, en concreto contra Bussi.
En Tucumán el primer juicio contra los responsables de la dictadura se llevaría a cabo en 2008 con la causa por la desaparición del ex senador justicialista Guillermo Vargas Aignase, seguido en febrero de 2010, por la mega causa de la ex Jefatura de Policía. En la disputa del espacio público por la memoria del pasado reciente, se habría de resolver un nuevo enfrentamiento entre el movimiento de derechos humanos local y los defensores de los dictadores. Antonio Domingo Bussi y Luciano Benjamín Menéndez, a la par de íconos de la represión en Tucumán, fueron quienes se sentaron en el banquillo de los acusados.
En la batalla por las memorias HIJOS desplegó entonces un nuevo abanico de acciones tendientes a señalar al conjunto social quiénes eran los acusados. Algunas de las novedosas estrategias tenían que ver con la intervención en el espacio público y con la demostración “gráfica” del apoyo al campo de los derechos humanos. En ocasión de los dos juicios llevados a cabo en Tucumán en 2008 y 2010, HIJOS se preocupó por intervenir en el espacio público por medio de campaña de afiches con consignas claramente identificables del movimiento de derechos humanos, como las de “juicio y castigo”, al tiempo que la identidad de tales afiches se desplegaron como la imagen visual de la organización. La adopción del negro y el rojo, colores que además identifican al logo de HIJOS, se puso como estrategia comunicacional de cada campaña. La evidencia de esto se manifestó entonces en la pancarta desplegada en la zona del Juzgado Federal, durante el juicio por la mega causa de la ex Jefatura de Policía, en Febrero de 2010, con la efigie de un preso y el rostro de los acusados a la par, en una clara señal que el traje podía caberle a cualquiera de ellos. El nombre de los acusados además, acompaña tanto la figura del preso como la del rostro de los acusados. Aquí, además, surge una nueva novedad. La consigna aparece como novedosa en el marco de la consubstanciación del juicio: “Los juzga un tribunal, los condenamos todos”. Recordemos brevemente una de las consignas históricas del movimiento de derechos humanos: “Juicio y castigo”. La novedad reside entonces en que el juicio ha llegado pero independientemente de la sentencia, en HIJOS existe la convicción que el conjunto social es quien condena a los acusados. El rojo y negro son los colores sobresalientes y lleva la firma de una organización: HIJOS Tucumán. La diferencia estriba en este caso, en que en anteriores campañas, los promotores fueron, además de HIJOS, el resto de organizaciones de derechos humanos.
En ambos juicios, un vallado dispuesto por el tribunal separaba a los organismos de derechos humanos y partidos de izquierda que se congregaban a diario en las inmediaciones del Juzgado Federal Oral, de los seguidores de los militares juzgados. Si bien, los apoyos que recibieron los acusados fueron menores en cantidad, por momentos la tensión del enfrentamiento por las memorias del pasado reciente, se hacían notar en acciones de provocación mutua.
Otra campaña visual que comenzó HIJOS a nivel nacional es la vinculada a las camisetas, en la cual se interpela directamente a la sociedad y se la invita a ser partícipes de la acción. Ya no solo es la visibilización del “problema” sino que se pide a la sociedad que se involucre. “Yo me pongo la camiseta” es una campaña que comienza mucho antes de los juicios en Tucumán, pero que le permitió a HIJOS conseguir el apoyo de algunas personalidades públicas. Quizás, la más notoria de todas, sea la del plantel del Club San Martín, quien junto con el entonces entrenador, Carlos Roldan, “prestaron” su imagen para una campaña televisiva. La campaña nacional reunió a destacados miembros del mundo del arte entre actores y músicos, y la novedad tucumana, de que un club con amplia representación, como San Martín, se uniera, podía ser estratégico en la consecución de apoyos de sectores de la sociedad menos involucrados con las causas judiciales.
1.2.3. 2010, de la intervención en el espacio público, a la intervención en el espacio virtual
HIJOS Tucumán entró tardíamente en la modalidad comunicativa de los denominados Self Media. Mientras otras regionales cuentan con sitios webs desarrollados profesionalmente, casi desde los comienzos mismos del desarrollo de esta tecnología, la necesidad de instalar el debate en la proximidad de los juicios contra los responsables de la represión dictatorial, les llevó en Tucumán a gestionar una bitácora desde la cual expresar, en el “ámbito virtual”, sus posicionamientos, actividades, etc. En el primer post de la mencionada bitácora, del 3 de febrero de 2010, es decir, diez días antes del comienzo del juicio por la causa de la ex Jefatura de Policía, HIJOS expresaba, a modo de lanzamiento público, que: “En pocos días dará inicio al segundo juicio contra los genocidas Antonio Domingo Bussi y Luciano Benjamín Menendez. El mismo tendrá lugar el próximo 16 de Febrero, a las 9.00 en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal, ubicado en calle Ayacucho y Crisóstomo Alvarez. Bussi y Menéndez están imputados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar, junto a Roberto «el tuerto» Albornoz, Albino Mario Alberto Zimmermann, Alberto Cataneo y los ex policías Luis De Cándido y Carlos De Cándido.” Anunciaban además el comienzo del juicio destacando en particular quiénes habrían de ser juzgados y la trayectoria del proceso judicial dispuesto por el tribunal.93
La novedad que surgía entonces era la utilización como medio de comunicación de un espacio hasta el momento no explorado por las organizaciones de derechos humanos en Tucumán. Si uno rastrea en los buscadores alguna referencia al movimiento de derechos humanos local, solo la encontrará en relación con sitios ajenos al propio movimiento. Ninguna organización provincial de las pioneras en el campo, cuenta con un espacio virtual. HIJOS entendió entonces que la presencia en la red de redes resultaba estratégica como espacio donde colocar los comunicados de prensa o reflejar alguna cuestión vinculada al tema de los derechos humanos como espacio propio. Está claro que además de sentar posición, la bitácora administrada por HIJOS Tucumán sirve, desde sus comienzos, para dar cuenta de las novedades en materia judicial de las causas que todavía no han sido elevadas a juicio oral o que no se han consustanciado todavía.

Consideraciones finales
A lo largo del presente trabajo he procurado esbozar algunas líneas en la acción de la agrupación HIJOS de Tucumán, acciones todas tendientes a la comunicación de la memoria. Este es un primer avance en el intento por desentrañar las estrategias comunicacionales del movimiento de derechos humanos de Tucumán, desde sus orígenes a la actualidad, con el fin de observar los cambios que se han producido a lo largo del tiempo y que tienen que ver con las novedosas dinámicas aparecidas en el campo de lo comunicacional. HIJOS desde su aparición en 1995 cambió las tácticas y estrategias del movimiento de derechos humanos, incorporando a la protesta y a la transmisión de la memoria al conjunto social, novedosas manifestaciones públicas, las cuales poco a poco, fueron rompiendo con lo ritualizado de las manifestaciones y marcando nuevos espacios de disputa. Es esta entonces apenas una primera entrada a la cuestión que sin lugar a dudas deberé profundizar aún más a los fines de conseguir una comprensión mayor sobre las continuidades y los cambios en la historia del movimiento de derechos humanos de Tucumán y de las organizaciones que lo componen.

Bibliografía
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Entrevistas Realizadas
– Julia Vitar, actual militante de HIJOS [31 de octubre de 2007]
– María Coronel, actual militante de HIJOS[29 de noviembre de 2007]
– Susana Salvatierra, ex militante de HIJOS[29 de noviembre de 2007]
– Valentina García Salemi, ex militante de HIJOS [30 de octubre de 2007]
– Josefina Centurión, ex militante de HIJOS [21 de diciembre de 2007]
– Viviana Vicente, ex militante de HIJOS [12 de noviembre de 2007]

Fuentes
– Diario Clarín
– Diario Página 12
– La Gaceta de Tucumán
– Documentos internos de HIJOS

Notas:
84 Auxiliar docente graduado de Teoría de la Comunicación 1; responsable del área de historia oral del Archivo Histórico de la UNT; Miembro fundante de la Asociación de Historia Oral de la República Argentina.
85 Kordon, Diana y Edelman, Lucila (2007): Por – venires de la memoria. Edit. Madres de Plaza de Mayo, Buenos Aires.
86 http://www.hijos-tucuman.blogspot.com/
87 MDHT, con estas siglas me refiero al movimiento de derechos humanos de Tucumán.
88 Testimonio de Susana Salvatierra.
89 Para leer sobre Tucumán Arde consultar Longoni, Ana y Mestman, Mariano (2008): Del Di Tella a “Tucumán Arde”. Vanguardia artística y política en el 68 argentino. Eudeba, Buenos Aires.
90 Las leyes en cuestión son las de Obediencia Debida y Punto Final. La segunda había favorecido al ex represor Antonio Domingo Bussi dejando sin efecto los juicios en su contra a mediados de los 80, lo que le permitió entonces volver a la vida política en Tucumán a partir de 1987.
91 Medici, Alejandro (2000). El movimiento de Derechos Humanos en Argentina y la lucha contra la impunidad: la estrategia del escrache, en Revista latinoamericana de política, filosofía y derecho, Nº 17.
92 Página 12, 13 de octubre de 1998
93 http://hijos-tucuman.blogspot.com/2010/02/diario-del-juicio.html

Fuente: Sujetos, miradas, prácticas y discursos. Segundo Encuentro sobre Juventud, Medios e
Industrias Culturales
coordinado por María Gabriela Palazzo y Pedro Arturo Gómez. – 1a ed. – Tucumán : Universidad Nacional de Tucumán. Facultad de Filosofía y Letras. Inst. de Investigaciones Lingüísticas y Literarias. , 2013. E-Book.